POV Kaname
Mi nombre es Kaname, soy un vampiro sangre pura y principal heredero de la familia Kuran. Tengo 16 años y ningún amigo. Vivo en la mansión familiar junto a mis padres y mi hermana pequeña-prometida Yuuki.
La vida aquí es insoportable, no hay nada interesante que hacer, lo único divertido es leer y jugar al ajedrez, eso hace que me pase todo el día encerrado en la biblioteca.
-Kaname, baja-Me llamó mi madre. Bajé sin decir nada, mi madre cabreada daba mucho miedo. Cuando llegue al final de las escaleras, vi a mi padre y a mi madre sentados en la mesa, me acerque y me senté en frente de ellos.
-Kaname, esta noche habrá reunión del consejo de vampiros. Lo mejor será que te quedes toda la noche en tu habitación-Me dijo con voz seria mi padre. Yo asentí con la cabeza y me retiré sin decir nada. No era ninguna novedad haberme de quedar encerrado en mi habitación por que había una reunión, pero esta noche sería diferente.
Las horas pasaron rápido, y a las diez de la noche empezaron a llegar los vampiros del consejo. Todos ellos eran niveles inferiores a los de mi familia, pero todos eran, por decirlo de alguna manera, unos lameculos, que buscaban escalar posiciones en la sociedad vampírica.
Yo me encerré en mi habitación y empecé con mi plan de huida. Cogí mi billetera y cinco potes llenos de tabletas de sangre.
Abrí la ventana y salté, caí encima de las flores de mi madre, inspeccione que los guardias no estuvieran cerca y salí corriendo. Corría lo máximo que mis piernas me permitían, huyendo de ese sitio que se había convertido en mi cárcel particular.
Cuando creí que ya estaba lo suficiente lejos, reducí el ritmo de mi huida, tardarían unas tres horas en darse cuenta que el heredero de los Kuran había desaparecido.
Empecé a observar el lugar en el que me encontraba, en una ciudad grande, llena de luces y de humanos. Empecé a sentir sed, ya que nunca había estado rodeado de tantos humanos. Mientras me encontraba en mi mundo una mano me cogió del brazo y me arrastró hacía un callejón apartado de todo el murmullo de la gente.
Miré a mi “captor” a la cara, era un chico de mi edad, era un poco mas alto que yo y su pelo era de un color rubio raro. El me miró y me dijo:
-¿Qué hace un sangre pura como usted en mitad de Tokio?
-¿Tú quién eres?-Le pregunté, por su aroma podía notar que no era un sangre pura, pero si un vampiro
-Mi nombre es Akatsuki Kain, Kaname-sama.-Mientras iba diciendo eso iba haciendo una reverencia.- Señor, sígame y le guiaré hasta mi piso, allí podrá explicarme que está haciendo tan lejos de su mansión-
Normalmente me hubiera negado pero viendo que no sabía que hacer y que aquel chico me transmitía tranquilidad, decidí hacerle lo que me decía. Él empezó a correr y yo le seguí. Nos paramos en frente de un edificio muy alto, Kain sacó unas llaves y abrió la puerta grande. Entramos y nos detuvimos en frente de unas puertas metálicas, Kain apretó un botón y al cabo de unos segundos las puertas se abrieron dejando ver un espació muy reducido. Él entró y yo le seguí, las puertas se cerraron y empezó a subir.
Akatsuki a ver mi cara de duda, me dijo:
-Es un ascensor sirve para no tener que subir tantas escaleras- Asentí pero sin acabarme de fiar del acscenor, o como fuera que se llamará.
Yo le fui siguiendo a través de esos pasillos ,hasta que se paró delante de una puerta. Sacó otra vez las llaves y abrió la puerta, entramos dentro y me guió hasta el comedor, me senté en el sillón que había en mitad de la sala, nos disponíamos a empezar a hablar cuando alguien salió de la cocina.
-¡Akatsuki, te mandó a que compres algo para cenas y me traes a un chico! No ves que hoy ya he bebido. Aunque pensándolo mejor no me vendría mal un plus. Dime chico, que tipo de sangre eres?-Era un chico rubio de ojos azules.
-Aido, no hables así no ves que es un sangre pura!-Chilló Kain.
-S-sang-gre P-pura- Vi como el tal Aido, se emperezaba a poner mas blanco de lo que ya era, fue girando la cara hasta que me miró y, cuando me di cuenta me estaba limpiando los zapatos con su lengua- Lo siento señor, no sabía que usted fuera un sangre pura, por favor no me mate.-Mientras iba diciendo eso una catarata de lagrimas empezaron a caer lo que le daba un toque muy cómico.
-Perdone a mi primo Kaname-sama. Ya sé,porque no se queda a vivir con nosotros hasta que encuentre un sitio donde quedarse a virir?- Kain tenía razón, cuando huí de mi mansión no pensé donde podría quedar me a vivir. La oferta me pareció buena y decidí quedarme con mis nuevos y primeros amigos.
-Kaname-sama-Me dijo Aido, yo me giré para mirarlo-¿Qué tipo de sangre es?-El golpe que le pego Akatsuki me dolió hasta a mi y no pude evitar reír por culpa de mis nuevos compañeros, que siguieron mis risas.