POV Kaname
Había pasado una semana desde que huí de la mansión y empecé a vivir con Akatsuki y Aidou. Por lo que Aidou había dicho, mis padres habían enviado a todos los vampiros del consejo para encontrarme. Cree una amistad con Akatsuki y Aidou, pero este último se comportaba mas como un sirviente que como un amigo.
Ellos dos trabajaban dando clases particulares, así que me decidí ir a buscar trabajo. Después de muchos intentos, y de señoras mayores que me pedían streeptease, decidí hacerme escritor, no obstante me he pasado casi toda mi vida encerrado y leyendo libros.
Después de tomar esa decisión, me dirigí hacia la biblioteca para pasar el rata. Después, me dirigí hacia el piso. Abrí la puerta general y me encontré cara a cara con mi mayor enemigo desde hacía una semana, el acscenor. Lo bordee y subí por las escaleras, abrí la puerta del piso, y oí unos ruidos extraños procedentes de la habitación de Aidou. Me acerque un poco mas , oí gritos y… Aidou estaba gimiendo? La puerta estaba abierta, me asome a ver que pasaba. Yo sabía como se hacían los bebes, me lo había explicado mi padre, pero nunca pensé encontrarme cara a cara con dos personas haciéndolo. De repente Aidou de giró hacia mi dirección y se empezó a poner blanco.
-Ka-kanam-me-sa-sama, esto no es lo que parece-Me dijo Aidou con voz de vergüenza. El otro sujeto se giro a verme.
-¿Kaname-sama?-El chico abrió los ojos sorprendido, se levanto y me estrecho la mano-Un placer señor, mi nombre es Senri Shiki, para servirle.
-Shiki! Haz el favor de taparte con la manta! Kaname-sama esta viendo cosas que solo yo debería ver!-Chillo Aidou.
Salí de la habitación para dejar que se vistieran.
-Kaname-sama, este es Senri Shiki es mi pareja-Me dijo Hanabusa una vez estuvieron en la salo. Estuvimos hablando de trivialidades durante tres horas , después ellos se quedaron mirando la televisión y dándose arrumacos, y yo me fui a cocinar la cena.
Cenamos los tres juntos, y una hora después llego Akatsuki.
-Chicos, mirad lo que me han dado-Dijo Kain enseñando unos papeles rectangulares de color amarillo.
-Como los has conseguido!!!???-Chilló/preguntó Aidou.
-Que es eso? -Pregunté yo.
-Esto, amigo mío, son entradas para la discoteca mas molona de todo tokio Shukketsu, es una discoteca para vampiros donde te sirven cubatas de O+, están buenenisimos- Explico Kain. Aidou entró en su modo hiperactivo, saltando alrededor de de Kain.
-Akatsuki, si no tuviera novio te violaba aquí mismo.- Hanabusa, cogió la entradas y nos arrastró a todos hacía la discoteca. Por el camino aproveche para preguntarle a Shiki que era una discoteca.
Nos detuvimos delante de un edificio lleno de luces parpadeantes y del cual se oía música muy fuerte, entramos, todo estaba muy oscuro y lleno de gente bailando unos pegados a los otros. Los chicos se pusieron a bailar y yo me quede sentado tomando un chupito de O-. Pasadas tres horas decidí ir hacía el piso, porque ese ambiente empezaba a atosigarme.
Cuando faltaban cinco minutos para llegar al piso olí un aroma a sangre delicioso, y decidí descubrir de donde provenía. Con cada paso que daba el aroma se volvía mas delicioso, cada vez se olía mas fuerte. Escuche un sonido que me desconcertó , parecía un sollozo. Me acerque a unas cajas de cartón que estaban amontonadas y se temblaban ligeramente. Con decisión retiré las cajas, y debajo de ellas, encontré la criatura mas adorable que había visto nunca. Era un pequeño peliplata de no mas de dos años, con unos ojos amatistas que brillaban por culpa del llanto. El niño se encontraba ensangrentado y llevaba un pijama medio roto. El niño me miró fijamente a los ojos y con voz entrecortada dijo:
-Oto-san?-A medida que se daba cuenta que yo no era su oto-san sus ojos se empañaban mas y mas, dejando caer ríos de lagrimas. En eso momento no pude evitar el acto reflejo y lo abracé entre mis brazos, susurrándole palabras para que se calmara y dejara de llorar.
Unos minutos después el pequeño dejo de llorar, intenté separarlo de mi para poder verle la cara, pero me fue imposible ya que el pequeño se agarraba a mi cuerpo desesperadamente. Me quité la chaqueta que llevaba y se la puse por encima al niño para que no enfermara, algo me decía que tenía que protegerlo lo máximo que pudiera.
Acurruqué al niño lo mejor posible, y empecé a andar dirección al piso. Entre al piso, y conseguí separar al peque y mirarle a la cara. Tenía el rostro lleno de lagrimas y sus ojos amatistas rojos. Cogí un pañuelo y lo limpie un poco.
-¿Cómo te llamas?-Le pregunté, él, hizo varios intentos como intentando pronunciar algo hasta que al final oí:
-Zero-Fue un susurro casi imperceptible. Lo cogí y lo lleve el baño una vez ahí empecé a desvestirlo, lo metí y empecé a lavarlo. Tenía el cuerpo lleno de magulladuras, utilizando mi poder ,las cicatrice para que dejaran de sangrar. Lo cogí en brazos y la lleve a la habitación de Aidou. Lo deje encima de la cama y me puse a buscar lo que necesitaba, abrí el armario y divisé el enorme oso de peluche de Aidou, le quite el pijama que Hanabusa le había comprado para no pasar frio y se lo puse a Zero. A veces venia muy bien que Aidou fuera tan infantil. Le di la mano y lo lleva dirección la cocina, encontré unas galletas de chocolate, me senté a su lado mientras le daba una vaso de leche. El pequeño comía como si no hubiera un mañana, había momentos hasta que dudaba si respiraba o no.
-Gracias-Fue lo que dijo el pequeño cuando se acabo el vaso de leche. Recogí la mesa y limpie los platos. Cuando me giré el pequeño ya se había quedado dormido, lo cogí en brazos y lo lleve hacia mi habitación , quite la sabana y puse el pequeño bien arropado, yo, me tumbé a su lado por si se despertaba y necesitaba a alguien que lo tranquilizara. Cuando llegaran los chicos ya les explicaría todo.