Después de haber terminado con éxito la gira era justo que labanda se tomara un momento para celebrarlo. Decidieron ir a unbar cerca del hotel donde se hospedaban, no era la gran cosa pero se veía entretenido.
El pelinegro no sabía cuánto tiempo había pasado ni cuantasbotellas de cerveza habían bebido y menos cuantas chicas se les habían acercado; el solo no podía dejar de mirar aquella figuraen la pista de baile, cada movimiento que hacía le hipnotizaba por completo. Ni siquiera la chica que tenía enfrente (que era muy bonita) le importaba. Después de un tiempo los chicos comenzaron a darse cuenta de la figura que miraba.
-Vaya parece que Uruha ha bebido demasiado, quien podría imaginársele bailando de esa manera – comento Ruki
- - Tienes razón pero debemos de admitir que lo hace muy bien – dijo Kai
- - Bien? Lo hace excelente, solo mira cuantas personas se le acercan y esperan bailar con el como si fuera una inocente presa – dijo Reita
Aoi solo se limitó a escuchar sus comentarios pero el de Reita le daba vueltas en la cabeza y si observaba bien era totalmente cierto. Todos querían estar cerca del castaño, que los mirara, que fuera su pareja aunque sea por un instante y les permitiera tocar su cuerpo. Imaginarse esto le molesto más de lo que esperaba tanto que se levantó dejando a la chica que le acompañaba, ella puso una cara de molestia pero la ignoró.
- - Iré por él no vaya a ser que se lo vayan a comer y nos quedemos sin guitarrista – dijo mientras se dirigía a la pista de baile.
- - Tienes razón y si puedes llévalo al hotel no vaya a ser que quiera seguir bebiendo si lo traes a la mesa – dijo Kai
Entró a la pista pero entre tanta gente se le hacía difícil llegar a donde estaba Uruha, así que aunque no quisiera comenzó a bailar y a escurrirse entre la multitud hasta que por fin llegó a su objetivo. Él se dio cuenta de la presencia del pelinegro y se acercó sin dejar de bailar.
- Ah! ¿A no sabía que te gustara bailar?- pregunto Uruha divertido
- NO me gusta bailar- le respondió Aoi – pero por cierta personita tuve que hacerlo
- Wow! Me siento halagado – dijo mientras sonreía
- ¿Nos vamos? – preguntó ofreciéndole su mano
- Espera un momento quieres, ya estás aquí no? Porque no te diviertes –respondió mientras tomaba la mano del mayor y lo dirigía al fondo de la pista
Comenzaron a bailar y como era de esperarse Uruha se movía más que bien, Aoi trataba de concentrarse en sus pasos pero no podía dejar de mirarlo, no se dio cuenta cuando empezó a acercarse a él pero en el momento que recobró el sentido se encontraba demasiado cerca tanto que sus cuerpos rozaban el uno con el otro. A Uruha no parecía molestarle y por supuesto a Aoi tampoco.
- Bailas muy bien a pesar de que no te guste – le susurró al oído el castaño haciendo que le dieran escalofríos
- No tan bien como tú- dijo mientras le sonreía
Uruha le devolvió la sonrisa y lo miro a los ojos, Aoi también hizo lo mismo perdiéndose en esos ojos color miel. El tiempo parecía haberse tenido para ambos, no se movían. El pelinegro no pudo más y se acercó lentamente a sus labios, se detuvó a unos cuantos centímetros por si el otro hacia alguna reacción que le obligara a detenerse pero no fue así. El castaño había cerrado los ojos esperando lo que su compañero iba a hacer, esa era la señal y por ello no se contuvo. Sus labios se tocaron al principio Aoi pensó que no sería correspondido pero otra vez se equivoco, sus labios se movían juntos. El beso comenzó siendo dulce pero al poco tiempo se volvió más apasionado, sus lenguas danzaban como si hubieran practicado para este momento y cada segundo que pasaba su beso se volvía más y más profundo tanto que se perdieron en el tiempo, olvidando donde estaban; no escuchaban la música ni les importaba las personas a su alrededor, solo estaban ellos dos.
Cuando terminaron se quedaron mirando como al principio. Uruha no se veía molesto ni nada parecido y eso le alegraba al otro. Aoi fue el primero en romper el silencio.
- - Besas tan bien como bailas
- - Puedo decir lo mismo de ti – le respondió con una sonrisa en su rostro – pero creo que besar es tu fuerte el baile no tanto.
Ambos rieron, siempre le había parecido que la sonrisa del más alto era hermosa como cada parte de su cuerpo pero al tenerlo tan cerca y que esa sonrisa era dedicada especialmente a él pensó que era lo más bello que había visto.
- - Nos vamos – dijo al fin Aoi mientras lo tomaba de la mano para salir entre toda la multitud
El otro solo le siguió hasta que llegaron a la mesa.
- - Bien entonces me lo llevare, ah! por cierto Ruki el dormirá en mi habitación esta noche no quiero dejarlo solo en la suya en el estado que esta.
- Claro creo que es lo mejor, no te preocupes yo le avisare al manager del cambio.
- - Entonces que pasen una buena noche – dijo feliz el pelinegro mientras hacia una señal con la mano que estaba libre.
- Yo pensaba que no iba a lograr a sacar a Uruha de la pista sin que este no hiciera un berrinche- comento Reita a sus compañeros, los demás asintieron.