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La ratonera por Ravotril

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Notas del fanfic:

Mi primer fanfic de Death note, y posiblemente una mierda.

No tiene ninguna ciencia, carece de argumento. Sólo es un one shot livianito, para personas que no sienten deseo alguno de pensar (como yo).

No me gusta como está escrito y creo que nunca me gustará, pero quería subirlo porque... bueno, no sé porqué. No obstante, ¿a alguien le importa?

Si te gusta deja un review, aunque sea para decirme que soy una mierda de escritora y que deje de subir porquerías a la página.

Bye.

 

Notas del capitulo:

Death note pertenece a dos genios y no consigo nada... etc. Uds saben a lo que me refiero.

Lea.

 

-Light-kun, creo que me he enamorado de ti.

De inmediato el corazón del adolescente comenzó a bombear de manera precipitada, sumergiéndole en una sensación en lo absoluto desagradable. Observó el delgado cuerpo que le daba la espalda en ese momento y deseó poder ver su expresión, ver si aquellos enormes ojos negros brillaban con algún tipo de emoción luego de la declaración hecha. Apretó los brazos en torno a la enjuta cintura, que en ese momento abrazaba, pegando su cuerpo desnudo al de su compañero, el cual permanecía en las mismas condiciones. Enterró la nariz en la nuca ajena y aspiró el olor a jabón y hombre que expelía Ryuuzaki, como pocas veces se dejó embriagar por el olor y, entonces, un sentimiento de paz lo rodeó por completo. No obstante, no se permitió continuar más con aquellos mimos, casi ajenos a su persona. Pasase lo que pasase, Yagami Light jamás se convertiría en una persona afectuosa, aunque fuese el propio L el causante de esos extrañes arranques de cariños.

-Tú no estás enamorado de mí, Ryuuzaki, sólo estás embobado por el orgasmo que acabas de tener. He de reconocer que ha sido el mejor polvo que hemos compartido hasta el momento  –afirmó alejándose de su amante, volteándose para quedar de cara al techo blanco de aquella habitación-. Además, cuando comenzamos a tener estos encuentros quedamos en que era algo meramente sexual y que pasar tanto tiempo juntos había ocasionado una atracción física, por la obligada abstinencia que hemos debido afrontar.

-Me encuentro en perfectas condiciones para razonar objetivamente en este instante, y no te he dicho algo que he sentido en este momento. La idea de creer que me produces algo más que atracción sexual me viene dando vueltas en la cabeza desde hace un considerable período de tiempo, concretamente desde el primer intercambio de fluidos que tuvimos –replicó L con su habitual tono monótono, como si estuviera comentando el clima y sin mirarle aún-. Por otro lado, Light-kun sabe tan bien como yo que ambos somos completamente asexuales y que nunca nos ha llamado la atención la idea de aparearnos con otros seres humanos. Light-kun se niega a aceptar mis sentimientos  porque estos le provocan un irrefrenable deseo de acabar con estos encuentros, debido a la sensación de ahogamiento que tiende a sucederle cada vez que alguien le expresa el deseo de entablar una relación sentimental. Pero Light-kun se equivoca en ese sentido: yo no poseo el anhelo de llevar esto más allá de lo sexual. Por muy enamorado que me sienta de Light-kun, no olvidaré que es mi sospechoso número uno, y no dudaré en entregarle  a la policía cuando compruebe mi hipótesis, la cual estoy seguro que es correcta.

Fue entonces cuando el cerebro de Light hizo clik y supo por qué L estaba diciendo todo eso; le estaba tendiendo una trampa. Furioso (negándose a admitir que muy en el fondo se sentía desilusionado), se incorporó en la cama quedando sentado, con las sábanas blancas cubriendo precariamente la parte inferior de su anatomía.

-A esta altura deberías darte cuenta que difícilmente puedo caer en tus juegos mentales, Ryuuzaki –escupió en un tono dolido y mordaz, entrecerrando sus claros ojos castaños.

Finalmente L se volvió e imitando a su compañero quedó sentado sobre el lecho, aunque en su típica pose. Le dedicó una mirada de desconcierto que logró enfurecer aún más a Light, haciendo que éste apretara sus puños conteniéndose de borrar aquella expresión con un buen puñetazo.

-Estoy cansado de que utilices palabras elogiosas hacia mi persona, en este caso sentimentalistas, para manipular las cosas y hacerme decir algo que te haga comprobar mi condición de asesino de masas –explicó agudamente, mirándole fijamente a los ojos-. Piensas que me aprovecharé de tus supuestos sentimientos para así sonsacarte tu verdadera identidad en un momento de vulnerabilidad por parte tuya. Crees que con esta información por fin conseguiré eliminarte de mi camino, quitando todos los obstáculos que me detienen a crear mi utópico mundo, en el caso de que fuese Kira. Como aquella vez que me ofreciste ser el siguiente L para ver si le sacaba ventaja a la situación de tener a toda la policía del mundo a mi disposición, evitando que se me atrapara.

L acarició sus labios con su dedo pulgar, meditando, ya sin mirarle. Sus oscuros ojos vagaban por la habitación y permaneció largamente en silencio. Light comenzó a impacientarse y estaba a punto de mandarle a la mierda, cuando su interlocutor habló:

-Siempre me ha maravillado tu asombrosa capacidad de deducción, Light-kun, de hecho es lo que más me agrada de ti  –declaró L aún sin mirarle-. He de reconocer que en aquella ocasión sí dije aquello para probarte; ser L y Kira a la vez sin duda te resultaría perfecto. No tiendes a equivocarte en cuanto a tus hipótesis, pero esta vez sí lo has hecho; no te he manifestado tales sentimientos para tenderte una trampa, sólo es algo que ha surgido espontáneamente.

>>Sin embargo vuelvo a repetirlo: sé que fuiste Kira, que volverás a serlo y que mis sentimientos no interferirán a la hora de arrestarte.

El puño de Light se dirigió con rapidez a la mejilla izquierda de L, golpeándolo con fuerza, ocasionando que cayera de la cama. Ryuuzaki se levantó veloz y le asestó una patada en la cara a Light y éste también cayó de espalda al suelo, al otro lado del lecho. El adolescente se incorporó de inmediato y corrió hasta L para volver a golpearlo, pero él lo esquivó agachándose, y a continuación le pegó otra patada, esta vez en el pecho, que le hizo retroceder algunos pasos. De ahí en adelante se dedicaron a producirse el mayor daño posible, terminando ambos en el suelo, acostados de espalda, respirando con agitación, con unos cuantos moretones y heridas. Cabe decir que aún seguían desnudos.

-Te amo, Light-kun –declaró L rompiendo el silencio.

Quizás los golpes le habían matado más de una neurona porque Light comenzó a reírse a carcajadas.

-Cállate, L –dijo luego de calmarse para, posteriormente, incorporarse con el fin de depositar un beso en los labios del susodicho.

Se besaron tranquilamente durante algunos minutos, compartiendo saliva y sangre (que les había salido producto de la pelea anterior). Light había enterrado una mano en la nuca de L y podía sentir la suavidad del cabello negro que poseía éste, aunque pareciese un nido de aves a simple vista.

-Deberíamos acostarnos –sugirió Light luego de separarse de aquel eterno beso.

L lo miró con extrañeza, parpadeando seguidamente.

-Pero si ya lo hemos hecho, Light-kun –señaló haciendo rodar los ojos de su amante.

-Me refiero a que deberíamos dormir, Ryuuzaki –aclaró mientras se levantaba-. Mañana tenemos que trabajar desde temprano.

-Yo no tengo sueño –declaró L también levantándose.

Light bufó, pero no respondió. Caminó hacia el baño, que estaba tras una puerta cerda del lado izquierdo de la cama, y se aseó lo más que pudo. Lavó su cara un par de veces y sus dientes, escupiendo toda la sangre que le había arrancado Ryuuzaki con sus patadas. Cuando levantó la mirada se quedó un momento contemplando su rostro en el espejo, que había sobre el lavado. Estaba pálido y ojeroso, los labios los tenía amoratados y no sólo por los golpes de L, sino que también por los apasionados (y a veces violentos) besos que se daban mutuamente. No tenía buen aspecto, pero no era de extrañarse, durante el último mes se había dedicado a follar con el detective todas las noches, a veces más de una vez, por lo que dormir no estaba dentro de sus actividades habituales. Sabía que estaba demasiado encaprichado con L, porque aunque viviera reventado de cansancio, no podía dejar de tener aquellos placenteros encuentros nocturnos.

Día tras día, cuando los demás miembros del cuartel abandonaban el edificio, Light y L subían apresuradamente a su habitación y allí se abalanzaban sobre el otro, besándose con desesperación, como si hubiesen pasado meses separados. Y el sexo siempre era bueno, no, eso era quedarse corto, era maravilloso; ambos se complementaban a la perfección. Lo que Light quería, L lo hacía sin siquiera pedírselo, y viceversa. Tenían una extraña conexión que les hacía adivinar los deseos del otro.

Unos delgados brazos le rodearon la cintura, sacándolo de sus ensoñaciones.

-Light-kun, ven a la cama. Tengo frío –musitó L, pegando el torso a su espalda, depositando su rostro sobre el hombro derecho de Light.

El estudiante se dedicó a mirar por un momento el reflejo que se proyectaba sobre el espejo de sus figuras. Juntos se veían… bien.

-Todavía estás desnudo, Ryuuzaki, es normal que tengas frío –respondió volteándose sin separase del cuerpo ajeno.

-Pero no quiero colocarme ropa, quiero que Light-kun sea el que me abrigue –declaró L con una expresión inocente en su pálido rostro.

-Idiota –susurró Light sonriendo y luego depositó un pequeño beso en la frente del otro-. Vamos a la cama –mandó separándose finalmente.

Salieron del baño (después de que Ryuuzaki se limpiara un poco por órdenes de Light) y se metieron a la cama. De inmediato el detective se le pegó como lapa a su cuerpo y él le abrazó con suavidad.

-Buenas noches, Light-kun –susurró L antes de cerrar los ojos.

Light, que ya estaba medio dormido, gruñó algo que sonó a “cállate”, y entonces ambos cayeron en un sueño profundo y agradable.

 

 

Notas finales:

 

Me gustaría usar esto para hacer un fic más largo, pero no se me ocurre como continuarlo, así lo subiré como "finalizado" por si acaso.

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