Uke tenía la cabeza revolucionada, habían pasado tres días desde que su jefe le hizo aquella ''proposición indecente'' y aún no se había decidido. Recordó la conversación que tuvo con Reita, su nuevo amigo, ese mismo día, sentados en una mesa del bar, una vez el rubio hubo acabado su turno:
-Sigo sin saber qué hacer, Reita-
-Mi consejo no ha variado en estos tres días, así que lo repetiré una vez más, por mucho que sea tu jefe no puede obligarte a nada, si no quieres no lo hagas-
-Pero me despedirá...necesito el trabajo-
-Tienes buenas aptitudes, conseguirás otro trabajo en seguida, esta ciudad es grande, necesitan muchos como tú-
-Quizá tengas razón-bajó la mirada
Entonces apareció un pequeño rubio e hizo algo de escándalo al ver a los dos amigos hablando:
-¡Akira! ¿Te has echado novio y no me lo has dicho?-
-Cállate, Takanori, en primer el lugar es un amigo, y en segundo sabes de sobra que a mí me van las mujeres-
-Sí, claro...-el recién aparecido Takanori se sentó junto al par-¿Y cómo se llama tu nuevo amigo?-
-Uke Yutaka-respondió el rubio de la bandita
-Podéis llamarme Kai-sonrió
-¿Y cómo es que estáis hablando tranquilamente? Akira no es hombre de muchas palabras-
-Verás, Taka, es que Kai tiene un pequeño problema con su jefe...-
-Ah...comprendo... ¿qué te ha ocurrido?-
El pelinegro le contó toda la historia.
-¿Tú qué opinas, qué debo hacer?-preguntó finalmente
-Bueno, al fin de al cabo no es taaan grave. Tú llámale y queda con él, que no pierdes nada, luego si no te agrada puedes irte, si te gusta tíratelo, te diviertes un rato y de paso te ganas un sobresueldo-sonrió
-Dicho así parece fácil...pero no lo es... Si lo hago me sentiré como una prostituta...-
-Ir no te convierte en una prostituta, aceptar el dinero sí. Entonces si te lo tiras no cojas la pasta, solo conserva tu trabajo y ya-
-Pero...-
-¡Ni peros ni peras! Si no me haces caso, al menos quita esa cara de depresión profunda, esta noche me voy a ir de marcha con Reita, ¿te apuntas?-
-No...Gracias...-Kai se levantó-Yo...me voy a casa...Gracias de todas formas-
Y así es como había acabado en su departamento comiéndose la cabeza nuevamente. En sus manos sostenía la tarjeta con el número de Miyavi, dándole vueltas una y otra vez, juraría que a estas alturas había memorizado cada pliegue de la misma. Finalmente se decidió:
-Bueno, no pasará nada por llamarlo...como dijo Ruki, si no me gusta me largo y punto-se trató de autoconvencer, mientras marcaba el dichoso número
-¿Sí? ¿Quién es?-
-¿Miyavi?-
-Soy yo, ¿quién eres?-
-Yo soy...Uke Yutaka, el chico que los atendió a usted y al señor Shiroyama Yuu hace unos días en el restaurante-
-Ah, claro... ¿cómo conseguiste mi teléfono?-
-El señor Shiroyama me lo dio-
-Está bien, ¿y qué querías?-
-Me gustaría saber si...querría quedar hoy conmigo...-
-¿Cómo una cita?-
-Sí, algo así-
-Claro, ¿por qué no? ¿Qué tal si te paso a buscar a las ocho al restaurante?-
-Perfecto...Bueno...entonces nos vemos-colgó el teléfono y se tiró sobre la cama-Aah...demonios... ¿qué es lo que hice? Bueno, ya no hay vuelta atrás, que sea lo que dios quiera-
Kai se incorporó y llamó a la oficina de Yuu:
-¿Podría hablar con el señor Shiroyama?-
-¿De parte de quién?-
-Uke Yutaka-
-Espere un momento.-
Tras unos segundos de silencio, Kai pudo escuchar la voz de Yuu al otro lado de la línea:
-Oh, Yutaka... ¿Te pensaste mi proposición?-
-Sí...yo...ya he llamado a Miyavi...-
-Oh, qué bien-
-Le llamaba para pedirle que me disculpe del trabajo esta noche-
-Oh, por supuesto, no hay problema, tienes una cita mucho más importante-
-Gracias-
-Una cosa más, Uke-
-¿Sí?-
-No se te ocurra fallarme-
Kai se estremeció.
-No se preocupe-colgó el teléfono
Kai se preparó sin tener mucha idea de qué debía ponerse. Se arregló lo mejor que supo y se dirigió al restaurante. Espero unos minutos hasta que Miyavi llegó con un ramo de flores gigante.
-¡Hola! No sabía qué flores te gustarían así que he traído un poco de todo-le entregó el ramo
-Ah...gracias...-Kai se sonrojó un poco-Qué lindo...-pensó
-Vamos, nos espera el coche-lo tomó de la mano
-Claro...-
Ambos entraron en el coche. Kai pensaba que se crearía un silencio incómodo, pero todo lo contrario, Miyavi no tardó ni un minuto en hablar:
-Supongo que Yuu te dio mi número... Discúlpale por se tan directo, si lo llego a saber te lo hubiera pedido yo mismo. De todas formas me alegra que me llamaras-sonrió
-Sí, bueno... ¿Y a dónde vamos?-
-Pues primero vamos a cenar algo, me muero de hambre, y luego tengo una sorpresa...-sonrió-Bien, ¿qué prefieres? ¿Comida Italiana, Francesa...?-
-No es necesario que te tomes tantas molestias, algo normal estaría bien-Kai sonrió
-Tienes una sonrisa preciosa-
-¿Tú crees?-
-Sí...me gustas mucho...-se acercó hasta quedarse a centímetros del rostro de Kai-¿Besas en la primera cita...?-preguntó en un susurro
El pelinegro cerró los ojos y Miyavi sonrió tomándoselo como afirmación, así que junto sus labios con los de Kai en un beso dulce.
-Besa bien...-pensaba Kai-Puede que esto no sea tan malo después de todo...-
Al separarse Miyavi acarició el rostro de Kai suavemente.
-Saltémonos la cena...vamos directamente a por la sorpresa...-Miyavi pulsó un botón para hablar con el chofer, separado de ellos por una pantalla-Jon, vamos a la penúltima parada-
-En seguida-se pudo oír
El silencio se apoderó del coche, pero parecía que no era necesario romperlo, pues la atmósfera era de lo más cómoda. Cuando el coche se detuvo, Miyavi advirtió:
-Quizá...te parezca algo cursi...aún así espero que te guste-
Miyavi le abrió la puerta a su acompañante y este se quedó maravillado. Desde donde estaban se podía ver prácticamente toda la ciudad y, teniendo en cuenta que es la más luminosa de todo el mundo, la imagen era impactante.
-Es precioso...-murmuró Kai
-Sí, es una vista preciosa, pero ahora mismo yo no puedo quitar la mía de ti...-Miyavi lo abrazó por detrás
-Miyavi...eres muy dulce...-
-Tu sonrisa lo es aún más-
Se mantuvieron un tiempo en silencio, tan solo observando la maravillosa vista. Cuando lo consideró oportuno, Miyavi habló de nuevo:
-Es algo tarde... ¿te acompaño a casa?-
Kai asintió y se metieron de nuevo en el coche.
-Estoy feliz porque hayas venido conmigo...-dijo repentinamente el más alto
-Yo...también me alegro-Kai sonrió-Eres un buen chico, Miyavi-
Se detuvieron frente a la puerta del departamento del pelinegro, Miyavi tomó la palabra:
-Supongo que...es hora de despedirnos...-desvió la mirada
Entonces Kai se decidió, ahora o nunca.
-¿No quieres pasar?-
Miyavi se estremeció.
-Ah...claro-
Ambos salieron del coche y entraron al departamento.
-Es muy bonito-
-Gracias...-Kai suspiró hondamente-Miyavi...-
-¿Sí?-
Entonces Kai se acercó a Miyavi y le dio un beso, aún tímido. Miyavi tomó las riendas del beso, para ayudar al pequeño a tomar ritmo, luego bajó sus manos hasta la cintura del pequeño, para apegarlo más a él. Poco a poco se dirigieron a la cama, y Miyavi se colocó sobre Kai.
-¿Ya tienes experiencia con hombres?-preguntó, mientras besaba su cuello
-Ah...no demasiada...-Kai se sonrojó
-Será un placer ser el primero entonces...-Miyavi sonrió con malicia-Pero no te preocupes, seré muy gentil...-comenzó a desabrochar la camisa de Kai, notando como este temblaba ligeramente-Relájate...-
Mientras, la mente de Kai iba a cien por hora, se sentía mal, se sentía sucio, aunque realmente al final Miyavi le agradó, no se sentía bien consigo mismo:
-Es...espera...-murmuró, cuando Miyavi le bajó los pantalones
-No estés nervioso, prometo ir con mucho cuidado por aquí-sonrió mientras acariciaba el miembro de Yutaka por encima del boxer suavemente-¿Te gusta?-
-Ah...sí...pero...-apartó la mano de Miyavi-No puedo-
-¡Lo siento! ¿Te he presionado mucho? ¿No estás listo?-se levantó de la cama-¡Si es que soy un pervertido! Lo siento, lo siento, debería haber ido más despacio pero es que tú me gustas mucho ¿me...me perdonas?-
Si no hubiera estado tan preocupado Kai habría sonreído por el dramatismo del más alto.
-No, no es eso, Miyavi, tú también me gustas mucho pero...pero... No te he dicho toda la verdad...-
-¿Tienes novio? O peor, ¿novia?-el pobre Miyavi estaba aterrado
-No, no, estoy soltero pero...-
-Me estás asustando...-
-Es que Yuu...me amenazó con despedirme si no me acostaba contigo y...-
La cara de Miyavi se volvió pálida.
-Pero...-Kai quería terminar de explicarle todo, sin embargo Miyavi lo cortó
-No, no digas más, no te preocupes por nada...llamaré a Yuu y...le diré que estoy muy contenta contigo, no te preocupes, no tendrás que verme más...-
Y dicho esto salió de la habitación, dejando a Kai de una pieza.