Harto de escuchar locuras intentó que le devolviesen su mano otra vez y al no conseguirlo decidió pasar a la acción. Alzó su tenedor justiciero y se lo clavó en la mano. ¿No lo quería muy dentro? Pues ahí lo tenía, eso por intentar seducirlo después de un montón de días llamándolo animal en celo. Y todo gracias a su querido tenedor, era el arma perfecta ¿quién se atrevería ahora a negarlo?
Malfoy soltó tal gruñido que a Harry no le habría extrañado que le crecieran un par de colmillos. Rápidamente el moreno aprovechó para escabullirse hacia la puerta con la esperanza de conseguir abrirla esta vez, tiró del pomo una, dos, tres veces pero la puerta no se movió ni un centímetro. En un intento desesperado intento derribarla con el hombro, lo que resulto ser muy mala idea ya que por poco se rompe el brazo y la maldita puerta ni siquiera pareció notarlo.
Mientras tanto el desgraciado de Malfoy se iba acercando a él tranquilamente como si tuviera todo el tiempo del mundo, con una sonrisita malvada en los labios que prometía venganza por el pequeño incidente con el tenedor.
Harry inspiró hondo al ver el avance de su enemigo, no tenía forma de escapar y para colmo Malfoy estaba tan sexy que parecía una fantasía erótica hecha realidad.
- Esto… siento lo del tenedor, Malfoy, ha sido sin querer –dijo Harry para calmarlo.
- Oh, no te preocupes por eso – respondió Malfoy riéndose como si lo encontrara gracioso - estoy seguro de que vas a compensar de sobra.
A Harry no le gustó nada como sonaba eso, tenía que salir de allí o no podría controlarse más tiempo. Tal vez su amigo estaba todavía fuera riéndose de la broma de mal gusto que le había gastado, quizá si gritaba y Neville lo oía se compadecería de él y lo liberaría, por intentarlo no perdía nada. Se dio la vuelta y se puso a gritar.
- ¡Neville abre esa puerta ahora mismo, esto no tiene ninguna gracia! – inspiró hondo y volvió a gritar –¡ A Malfoy le han dado algo y esta muy raro, al menos deja que lo lleve corriendo a la enfermería!
Silencio. Si había alguien hay fuera estaba dispuesto a ignorarlos, cuando saliera de ahí le iban a tener que dar unas cuantas explicaciones.
- No te preocupes, Harry, no hace falta que abran la puerta para que puedas correr-te. – le susurro Malfoy al oído. ¿Le había llamado Harry? Al parecer Malfoy estaba peor de lo que pensaba y encima no paraba de insinuarse.
Harry se tenso al sentir el cálido aliento de Malfoy en su cuello, como estaba de espaldas no se había dado cuenta del avance del rubio y ahora lo tenía justo detrás. Intentó alejarse pero Malfoy deslizó sus manos y lo sujeto firmemente las caderas.
- Tranquilo, Malfoy. Esto no es lo que tú quieres realmente, no eres tu mismo.
- ¿De verdad piensas eso? – ronroneo sensualmente junto a su cuello a la vez que se movía de tal forma que Harry pudo notar el miembro excitado del rubio contra sus nalgas – porque yo cero que es justamente lo que más deseo en este momento.
Antes de que pudiera asimilar esas palabras Malfoy le dio la vuelta y asaltó su boca sin piedad. Sus labios se movían ansiosos casi desesperados sobre los suyos mientras que su lengua se movía sin piedad recorriendo cada rincón de su boca. Sabía a chocolate y a sensualidad, lo que le hizo pensar que ese dulce sabor no encajaba con la furia de sus besos húmedos y salvajes.
- Malfoy, tienes que parar esto, ¿o es que pretendes violarme? – preguntó cuando el rubio le permitió respirar.
De acuerdo – respondió algo molesto por el continuo rechazo – si no quieres que continúe dímelo y me encerrare en el baño aunque me vuelva loco, ¿deseas esto? Si o no.
Harry hizo un gran esfuerzo por decir que no, pero la palabra se quedaba atascada en su garganta y se negaba a salir de sus labios. Le era imposible mentir a Malfoy o inventarse alguna excusa hasta tal punto que estaba convencido de a él también le habían dado una poción. Hizo memoria pero lo único que había tomado fue el batido que le había dado… ¡maldito Neville! Pensó al darse cuenta que se la había liado, pues a la mierda con todo estaba cansado de controlarse.