Al principio Zabini estuvo quieto y Ron temió haber cometido un error que solo lo haría enfadar más. Pero al momento siguiente los labios del moreno se movieron sobre los suyos, asaltó con fiereza su boca hasta tal punto que Ron se preguntó si esa no sería una nueva forma de pelearse. Su lengua implacable se enredaba con la de Ron mientras sus respiraciones se aceleraban.
La mano que antes había utilizado para torturarle empezó a acariciar su miembro por encima de la tela, a la vez que le liberaba las manos y le sujetaba la cabeza para profundizar más el beso.
A estas alturas Ron se olvidó del motivo por el que había empezado el beso y utilizo sus manos recién liberadas para explorar el cuerpo que tenía pegado al suyo.
La falta de aire fue la que los obligó a cortar el beso y Ron aprovechó para contemplar el rostro de Zabini. Su cara era la viva representación de la lujuria, tenía los labios hinchados por el beso, las mejillas ligeramente sonrosadas, su respiración era entrecortada y los ojos oscuros le brillaban de excitación.
Esa imagen hizo que Ron volviera a la realidad, seguramente eso fue lo mismo que vio el chico con el que lo había visto besándose el otro día. La rabia volvió a invadirle con la fuerza de un huracán, mientras Zabini lo miraba embobado ajeno a todo lo que estaba sintiendo.
Agarró a Zabini por los hombros cuando le iba a besar otra vez y antes de corromperse con esos deliciosos labios y perder determinación alzó su rodilla vengadora y le dio en la entrepierna.
- Al final resulta que he podido darte un rodillazo- se regodeó Ron al recordar cómo se había burlado Zabini cuando lo tenía sujeto contra la pared – aunque esto de que siempre acabemos igual empieza a ser aburrido, para la próxima vez te prometo que seré más original.
Ron vio la mirada furiosa que le estaba lanzando Zabini y se fue rápidamente antes de que se recuperara y fuera tras él. Esa mirada no era como otras, no juraba venganza, prometía dolor. Había herido su orgullo además de cierta parte de su anatomía, pero a Ron no le importaba. De lo único que se arrepentía era de no haberle podido dar más fuerte porque por culpa del beso sus piernas parecían haberse vuelto de gelatina.
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Los peores temores de Hermione se habían cumplido. Nada más entrar en la cabaña se había encontrado a Malfoy desnudo encima de Harry ¡atacándolo sexualmente!
Varita en mano apuntó y lanzó un hechizo para separarlo de su amigo. El rubio voló por la cabaña hasta golpearse contra la pared mientras Hermione aprovechaba para correr hasta Harry para protegerlo.
Su pobre amigo la miraba con los ojos muy abiertos y expresión de horror, ella fue a rodearle los hombros con el brazo para ofrecerle consuelo pero Harry agarró unas sábanas para cubrirse y se fue al lado de Malfoy, que ya se estaba levantado.
El rubio estaba completamente desnudo y casi inconscientemente Hermione se encontró contemplando ese atractivo cuerpo delgado pero con definidos músculos… entre cohibida y avergonzada miró hacia otro lado mientras Harry le ofrecía una sábana a Malfoy. Empezaba a pensar que se había precipitado al suponer lo de la violación y esta iba camino de convertirse en la situación más incómoda de su vida.
- ¿Estas bien? – escuchó que le preguntaba Harry al rubio con genuina preocupación.
- No –contestó Malfoy con una voz que destilaba veneno – pero estaré perfectamente cuando acabe con tu amiga.
- Bueno, ya os he abierto la puerta – dijo Hermione con su voz más inocente y comenzó a retroceder hasta la puerta para intentar huir.
- Espera
Harry se interpuso entre ella y Malfoy que parecía a punto de atacar, era una verdadera suerte que no tuviera su varita.
- ¿Cómo has llegado hasta aquí? Nunca pensé que estuvieras metida en todo este… – no sabía muy bien como describir el encierro al que los habían sometido – asunto.
- La verdad es que me enteré de vuestra desaparición y de que a Malfoy le habían drogado con afrodisiaco y… - su cara empezó a ponerse de un tono rojo chillón – vine a rescatarte pero ya he visto que no necesitas mi ayuda, será mejor que me vaya, ya hablaremos en otro momento – o nunca, pensó.
- Que chica tan inteligente – murmuró Draco con sarcasmo y al verla salir de la cabaña como ratón asustado de una serpiente añadió – y valiente.
Harry lentamente se volvió hacia él y con expresión ausente comento:
- Definitivamente mi vida se está volviendo más surrealista por segundos.
Ambos cogieron sus ropas y se vistieron casi sin mirarse, una vez hubieron acabado se quedaron parados como si todos los momentos que habían vivido en las últimas horas los hubiesen convertido en estatuas.
¿Y ahora qué? Era la pregunta que flotaba en el aire y ninguno parecía capaz de pronunciar.
Entre incómodo y nervioso Draco se atrevió a romper el silencio.
- ¿Qué se supone que vamos a hacer ahora?
Harry se pasó la mano por el pelo revolviendo lo que ya parecía un nido de pájaros mal construido.
- Yo… -pensó durante un instante si continuar – no quiero que esto acabe aquí, hay algo en ti que me atrae muchísimo y me gustaría que intentáramos ver hasta dónde puede llegar ese sentimiento…
- A ver si me aclaro –dijo Draco intentando darle sentido a las palabras confusas de Harry – lo que tú quieres es que sigamos viéndonos y si resulta que nos gustamos lo suficiente intentemos ser pareja. ¿Es correcto?
- Si – dijo el moreno cada vez más colorado – pero lo mejor sería que lo mantuviéramos en secreto por lo menos hasta aclarar nuestros sentimientos. ¿Qué te parece? ¿Quieres que lo intentemos?
Draco miró intensamente los ojos verdes que aguardaban brillantes de expectación su respuesta.
Unas horas antes ni siquiera se habría planteado una cosa así ¿Draco Malfoy saliendo con Harry Potter? Era una auténtica locura, sin embargo después de lo que habían pasado juntos…
Recordó cada encuentro hasta que todo se mezcló en su cabeza, las peleas, los besos, los insultos, las caricias… cada momento en el que había estado a punto de morir ya fuera por Voldemort o por el deseo que había llegado a sentir por el mago que tenía delante.
Él ya no tenía nada que pensar de pronto todo le parecía tan claro…