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Juegos Peligrosos por Emmanuell21

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Notas del capitulo:

Bueno, ya logre terminar el segundo capitulo, espero les guste... y sin nada mas productivo que decir, aquí esta:

 

Capitulo 2. La apuesta.

 

Iván Volkov, era un chico de ultimo año de Durmstrang. Era capitán de Quidditch de su casa en ese colegio, la cual se llamaba Dunkelheit; cuyo lema era “Fríos y Oscuros”, eso quería decir que no tenia sentimientos, y que poco le importaba algo que no fuera el mismo. Había asistido al torneo no por toda esa parafernalia de la cooperación mágica internacional, para nada, había venido en busca de la gloria eterna, de que su nombre quedara grabado en la historia... pero el idiota de Krum se había quedado con el titulo ¿No tenia suficiente con ser el mejor buscador del mundo? ¿Es qué acaso eso no le era suficiente? Parecía que no...

 

… pero ya tenia en mente un gran plan. Y es que siendo sinceros, la mente de Volkov le daba para maquinar buenos planes (no tanto para el estudio), y mas si quería sacarse a Krum del medio, y si eso significaba usar al tonto idiota de Potter no tendría ni el mas mínimo problema.

 

* * *

 

Cruzo los terrenos de Howgarts casi en un santiamén; se dirigía a su barco. Había llegado apresurado, logrando llamar la atención de sus demás compañeros. Sin siquiera molestarse en saludar, algo normal en él. Se dirigió hacia su camarote... y si no estaba equivocado, Viktor debía estar ahí. Y una ves dentro de la habitación, comprobó que no se había equivocado.

 

–¡Hey, Viktorr!–, le dijo sentándose en su cama, fingiendo que leía un libro que tenia en su mesita.

–¿Qué prrecisas, Iván?– le dijo en un gruñido, porque si algo caracterizaba a Krum, era el echo de que no era muy ducho para hablar mucho.

–¿A qué no sabes con quien me encontrre en uno de los pasillos de este colegio?

–Ni la menorr idea, Volkov– le dijo empezando a perder la poca paciencia que ostentaba–. Y no tengo tiempo parra juegos, tengo que hacerr esta tarrea de encantamientos–, acotó tomando unos pergaminos y un pluma de su mesita.

–Lo siento, chico estuioso– le dijo sarcásticamente, luego dijo –, en fin... erra Potterr, ¿y a que no sabes que averrigue de el?

 

Lo había echo, había logrado picar la curiosidad de su compañero. Sabía que todo lo referente a Potter y su entorno era fijo que lograba captar su atención. No porque Potter fuera algo importante, sino porque sabía que a su compañero le gustaba (o eso parecía) la amiga de este. Calculando que decir, espero que el mostrara un poco de curiosidad... y lo hizo.

 

–¿Si...?–, dijo intentando sonar despreocupado, y como quien no quiere la cosa.

–Bueno, sabías que Potter es... gay– le dijo como si contara la nota de un trabajo.

–¿Y eso que...?– le respondió, pero Volkov sabía, por chismes, de que Krum se divertía con todo, y todo era todo.

–Bueno, nada... solo eso, y acá entrre nos, mi gay-rradarr nunca falla.

–No entiendo a que se debe el comentarrio...– empezó a decir, pero le interrumpió.

–Vamos, Krrum, nos conocemos... y desde prrimerro; no te hagas... ¿que tal estas de animo parra una de nuestrras apuestas?

 

Había dado en el clavo. Digamos que Volkov era hipócrita y no tenia miedo de ser falso, total era todo por su bien... el creía íntegramente en el lema de “El fin SÍ justifica los medios”, y era como su filosofía de vida. Y si con esta loca idea que tenía, podía por fin, y eso quería, lograr que Krum dejara ser el favorito del director Karkarov.

 

–La verrdad que cada día erres mas idiota, Volkov– le dijo haciéndose el desinteresado, pero Iván no iba a rendirse tan fácilmente.

–Vamos, Viktor... será sencillo lo prometo.

–De verrdad que erres insistente, además no me interresa el idiota de Potter, a menos que eso conlleve destrrozarrlo en el torrneo–, le dijo y se dio vuelta, dándole la espalda.

 

Iván frunció el ceño, habría jurado que esto iba a ser mas fácil, pero había subestimado a su compañero. Tenia que hallar una forma de que Viktor jodiera a Potter, que el director Karkarov se enterase, y dejara de verlos con ojos de favorito, y que Volkov (que siempre estaba en segundo lugar), pudiera lograr por fin el lugar de su compañero.

 

Su mente maquinaba a mil por minuto... sabía que si no ganaba ahora, o por lo menos endulzaba a Krum estaba todo perdido, y la idiota invitación que le había echo al niñato de Potter había sido en vano.

 

Mientras Iván se fundía el cerebro en como hacer que su plan funcionara... no sabia, ni siquiera tenia idea de que era lo que cruzaba por la mente de Viktor. No quería haber caído fácil en los endulces de su compañero, pero tenía que reconocer (para si mismo), que ya se había fijado antes en Potter... y no solo en el. No era gay, eso lo tenia mas que asumido, o eso creía, el era de mente abierta; todo le venia bien, si así lo quería. Y valla casualidad si lo quería por lo menos ahora. Su primer intento de acercarse a Potter ya había sido planeado, ese fue el motivo por el que había invitado a Hermione Granger al “Baile de Navidad” , No porque la chica le gustara, para nada... era un vil plan para utilizarla... bueno, no por nada el pertenecía a la casa de Dunkelheit.

 

–¿Qué es lo que tienes en mente?-– pregunto Viktor, intentando sonar casual, y desinteresado; pero Iván (sin demostrarlo), no podía creer que tan bien le había salido, aunque el no supiera toda la verdad.

–Pues nada del otrro mundo, enserrio– le dijo en tono de broma.– Digamos que el prrimerro que logrre algo con Potterr, le harrá la tarrea y obvio deberrá pagarr quinientos sickles al otro ¿te parrece, o es muy exagerrado?

 

Para que dar muchas vueltas, ya se conocían... no era la primera ves que hacían una apuesta de este tipo, aunque si podía ser la primera con un niño como Potter, mas bien siempre lo habían echo con chiquillas de su instituto (las cuales habían que reconocer que eran muy entregadas a la causa).

 

–¿Te he dicho que erres un perrverrtido en toda rregla, Volkov?– le dijo Viktor riendo, y prestando atención. Ya tenia el motivo para hacercarse al niño de Potter, sin sentirse culpable por fijarse en un menor de edad... igual eso no era mucho mejor tampoco.

–¿Quién, yo?– fingió asombro Iván, pero no pudo contener la risa-. Vale, si... perro tu no te quedas corrto mi amigo... en fin, veo que si, tomas el rreto?– pregunto mas para cerciorarse, que para otra cosa.

–¿Cuándo me negué?– le dijo haciéndose el interesante.

Tampoco te hagas el grran galán, Krum– le indico.

–No me hago, lo soy– puntualizo, y le arrojo un almohadón a su compañero.

 

Bien todo estaba listo... ahora solo tenia que darle el dato de que Potter iba a estar a las siete cerca de la carroza de Beauxbatons, convencerlo de que rompa la regla de no salir de noche del barco, y que el Director lo viese. Nunca se hubiera imaginado de que podía ser todo tan fácil... que equivocado estaba.

 

–Por cierrto, galán– le llamo, primero devolviéndole a tirar el almohadón, luego agrego–, Si te interresa... por lo que escuche, Potterr, va a hacer un tourr esta noche, dicen que es adicto a las aventurras nocturrnas–, le mintió descaradamente; entonces continuo–. Si, me enterre que va a estarr a el atarrdecerr cerrca de la carroza de Beauxbatons... porr si te interresa saberr.

–Sabes que no podemos salirr del barrco a esa horra... no te hagas Volkov–, le respondió, y se volvió a concentrar en su tarea de encantamientos, que ni había empezado.

 

Ya estaban jugadas todas las cartas sobre la mesa, ahora debía de confiar en el destino. Hasta ahora la suerte no le había fallado, y no tenia motivos para que sucediera, o eso creía. Como si nada, comenzó a leer un libro titulado “Auge y Caída de las Artes Oscuras en Bulgaria y Escocia”, era un libro aburrido, pero le servía para aparentar algo, mientras su mente seguía maquinando... y hasta tenia la sensación de que podía salirle humo, pero eso ya era exagerar. Eran apenas las dos dela tarde. En menos de una hora debían salir a clases de Cuidado de Criaturas Mágicas, con el tonto profesor ese de Hogwarts, que ni calificado debería estar... y para colmo compartirlo junto a los de Beauxbatons, lo peor.

 

* * *

 

–¡Por Merlín santísimo, Harry!– le dijo Ron, por décima vez mientras iban a la clase de Transformaciones–, ¿Se puede saber que te sucedió?

–Nada–, mintió descaradamente, pero en su cara parecía tener una sonrisa pegada que no podía quitarse... y no era para menos.

–Nada no parece, amigo–, le informo Ron, antes de entrar en la clase, y ocupar sus asientos al final del salón.

 

La profesora McGonagall era una mujer estricta, y parecía que eso se había acrecentado con el tema del torneo. Hacia poco que habían empezado con la transformación del erizo... y nadie, excepto Hermione, había conseguido un resultado decente; algo que ella siempre informaba.

 

–¡Vamos a ver!–, dijo de golpe a la clase entera, haciendo que Neville dejara caer su varita desapareciendo una pata de su mesa. La profesora la restauro con un simple movimiento de su varita–.  ¿Es que nadie presta atención?– pregunto de manera retorica al resto de la clase, y luego continuo–. Me decepcionan, para serles sincera... estamos en una etapa de su educación mágica donde no deben ser tan lentos en aprender la teoría... pero al parecer nadie toma enserio mis palabras. Como tarea extra, hasta que aprendan a ser mas responsables en las clases siguientes, me deberán presentar un resumen de no menos de dos pergaminos de todo lo tratado en la clase anterior...

 

Un murmullo de reclamos e injusticias se hizo notar en plena clase, a lo cual con una simple mirada de ella, todo se silencio de golpe.

 

–¡Basta!– casi grito–. Por Merlín que no son niños de primero... en fin, ya están advertidos, si no quieren mas tareas extras, pónganse a estudiar.

 

Dicho esto les puso en parejas a tratar de ver si podían hacer algo productivo. Harry que estaba con Ron, la iba llevando... sin embargo Hermione que estaba con Neville no le iba tan bien como pensaba. Al final de la clase la profesora les recordó el pergamino para su siguiente clase, lo cual le dejaba en una gran encrucijada. La siguiente clase de Transformaciones era al día siguiente, y eso implicaba que tendría que emplear bastante tiempo después de la cena en lograr un trabajo productivo, para no enfadar a la profesora, lo cual implicaba que debia de faltar a su encuentro con Iván, el chico de Durmstrang. Estaba entre la espada y la pared.

 

–Bueno, Harry–, le decía Ron, mientras se dirigían a la siguiente clase, la de Encantamientos–. Me parece que de esta no nos salvamos, y ademas...–, el bajo la voz hasta hacerla un susurro, para que Hermione que venia detrás acomodando la mochila no escuchara–, creo que ella no nos dejara copiarle.

 

Harry le hizo una mueca, entre afirmativa y que no tenia ni la mas remota idea de que iba a hacer con el trabajo. Su mente en lo ultimo que pensaba era en un estúpido trabajo, y menos cuando tenia una “cita” con un chico, algo así como una primera cita... pero todo estaba mas bien en su mente, porque que supiera el chico le había pedido una mini guiá, no salir con el. Sin embargo para Harry, en estos momentos de su vida, era exactamente lo mismo.

 

Notas finales:

Primero que nada, gracias por ller hasta aquì. Segundo gracias a todos los que se toman las molestias de leer mi fic, es grato ver el contador subir a diario. Tercer, mil perdones si se me pasan algunas faltas... no es mi intención.

 

Desde ya gracias a todos =P


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