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El emperador de Roma. por Naru_Naru

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Notas del capitulo:

¡Holitas lindos y lindas lectores! Les doy el segundo capítulo del Fic romano*--*. Quiero dejar unas cosas muy claras y es que... ¡Gracias por el apoyo! no pensé que sería tan bien recibido, estoy muy feliz por ello. El segundo capítulo es el encuentro del Malcriado emperador y el Pobre Plebeyo xD.

Este fic esta basado en lo que mi imaginación inventó, es decir, todo ficticio, no soy una enciclopedia así que algunas cosas como ya se habran dado cuenta no concuerda con la historia Romana. Espero no decepcionar a nadie.

Agradecimientos a lo que me recibieron cálidamente: Nao, Goten Trunks5, Hana Miyoshi Ono, SapphY, Escritoraanónima (Te quiero mucho con demasiado -w-) Alhena Uchiha (Un abrazo mi linda amiga ^-^) Sammy sod3, Tam-chan Hanabira y Kira2. A leer mis amores :)

El emperador de Roma. Por Naru_Naru.

Tus deseos son órdenes.

"Hermoso plebeyo que le nubló la cabeza, y no precisamente la de arriba."

 

Naruto miraba enrabietado a los demás guardias quienes tenían una triste expresión por la partida del adivino Hyûga, ellos entendían perfectamente que el emperador era un malcriado sin corazón, por lo tanto seguro no tuvo ninguna mínima razón para mandarle al calabozo. ¿En serio ese sería su gran rey? Preferían mil veces al joven Deidara, quien era el primogénito de Minato.

—¿Tienen alguna objeción la cual desean hacerme saber? —Retador miró a cada uno de sus valientes héroes; ninguno de ellos le dirigió la palabra negando así en un frío silencio.— Lo supuse, entonces todos quiten esa estúpida expresión de una vez. —Demandó antes de dar la orden que le llevaran al coliseo como había sido planificado desde el principio.

El transucrrido era rápido y muy relajado por parte del joven emperador quien no se enteraba de la ira de sus guardias. Llegaron rápido al gran Coliseo de Roma, una enorme construcción hecha al lado de un muy popular circo de ese momento. Al lado estaba la estatua del Coloso, estatua que representa a Nerón,  quien ya no podía ser el monumento más grande de la bella Roma, había sido remplazado por el Coliseo.

Entró por la parte imperial donde estaban los asientos para el emperador y su hijo. Este lugar se encontraba cerca de la arena y estaba protegido por arqueros. Cuando estuvo adentro observó el asiento el cual su padre siempre ocupaba por el título que tenía; un asiento que pronto sería ocupado por su sucesor. Llegó a su lado y con una sonrisa le saludó.

—Hijo mío, creo que has llegado un poco tarde. —Riñó levemente el hombre de ya algunos años de vejez, su mirada azul se poso en la de su hijo, proponiéndole tomar asiento a su lado en el asiento especial para él. Naruto miró a las gradas donde estaban todos los plebeyos emocionados por su llegada, al menos por esos que no conocían la terrible actitud del futuro emperador.

—No lo creo padre, me parece que ustedes han llegado temprano. —Sonrió sinceramente al rubio mayor quien soltó una leve sonrisa. Saludó con las manos a las gradas y por fin se sentó al lado de su padre.— Entonces para que me has citado al mismo lugar de todas las semanas.

—Ya verás, es algo de lo que debes de saber antes de poder gobernar. Algo que nunca has visto. —El menor rodó los ojos, estaba seguro que conocía perfectamente la temática del Coliseo, munera y espectáculos; venationes y los noxii. Además de carreras y otras cosas.

—Oh padre, ahora que no lo veo a mi alrededor. ¿Dónde está mi hermano? nunca viene a este tipo de eventos. —Habló Naruto extrañado pero no decepcionado y es

que ya estaba acostumbrado a la ausencia de su hermano mayor. Fue él quien estaba destinado a ser emperador de Roma, pero todo cambio cuando la Diosa Minerva dió la orden de tener a Naruto como emperador. Deidara era más reservado y casi nunca se le veía en público cosa que le agradaba al rubio, así no le quitaría ni un poco de atención; aunque aveces extrañara a su hermano mayor.

Su padre le miró de reojo y luego de un poco se aclaró la garganta.

—Él no ha querido venir hijo. Sabes lo poco social que es tu hermano mayor. —Naruto asintió sonriendo. Miró el fondo del Coliseo en el cual ya empezaba una munera, es decir, la pelea de gladiadores. Aparecieron los dos hombres elegidos para la batalla, sin poder retroceder y temiendo por su vida lucharon entre ellos ante la mirada de todos los expectadores.

—Padre, ¿cual es la sorpresa? no quiero ser grosero pero esto ya no me gusta sabes, es tan aburrido. —Exhaló tan fastidiado de mirar siempre lo mismo, el deseaba hacer otras cosas para divertirse aunque sonaran un tanto inadecuadas. Minato le hizo una seña con la mano que mirara a la arena y Naruto así lo hizo sonriendo al ver que la pelea estaba más reñido. Aunque eson no era lo suficiente para hacerle cambiar de opinión a l aburrido que era aquel lugar.

Miró las trampillas del coliseo las que conectaban la arena con los sótanos donde tenían a los condenados, gladiadores y animales salvaje. Escucho un bullicio especial de allí y eso le atrajó su atención. Continuó mirando allí hasta que oyó la caída de uno de los gladiadores pidiendo clemencia y el público decidía si perdonarlo o no.

—Déjenlo ir. Perdónenlo, por favor. Mátenlo, que más da. -Todos gritaban y reclamaban desde sus asientos, emocioados por la adrenalina del momento. Naruto miró al gladiador desde el suelo e hizo una seña de pulgar abajo indicándole su destino.— ¡Eso es! Mátalo.

—Ahora la única respuesta que das a los gladiadores es de pulgar abajo. Recuerdo que cuando eras un niño siempre llorabas al verlos morir. —El ojizarco rodó los ojos recordando esos lejanos años de su infancia cuando era un débil llorón, le molestaba que su padre le recordara esos tiempos tan humillantes.

—Yo era un tonto mocoso. Las personas maduramos, eso indica que seré un gran emperador, ¿no lo crees? —Minato le miró serio sabiendo que su hijo quería llegar al trono desde hace mucho tiempo, era tan codicio e interisado que le asustaba. Naruto al no oír ninguna respuesta frunció el entrecejo y se cruzó de brazos haciendo un mohín delante de Minaro quien se acarició las sienes.

—Aún sigues siendo un niño. Creo que t...

—Si padre, ya está bien. No me quiero pelear contigo. —Vió el cuerpo degollado del gladiador caído sin ningún tipo de remordimiento.

Nuevamente su mirada se dirigió a las trampas y por fin vió algo que si le hizo interesarse más en el anfiteatro. Un hombre alto y un cuerpo bien trabajado sin llegar a la exageración. Lo sabía pues este iba sin camisa con un caminar lento pero sin miedo, hasta podría decirse que seguro. Unos ojos tan penetrantes y oscuros que le hacía estremecerse desde su asiento, tenía una mirada desafiadora. Sonrió conqueto al sentir esos instintos sexuales que se apoderaban de su sentido común, ya estaba empezando a fantasear con ese simple condenado, así es, un hermoso plebeyo que le nublo la cabeza, y no precisamente la de arriba.

Prosiguió examinándole, no se cansaría de observarle esa cara de ángel que poseía carente de sonrisa y emoción, eso le hacía aún así más deseable. Este llego al medio de la arena y Naruto aún seguía inmerso en su mente las cosas que ambos podían experimentar y como podría sacarle de allí ileso, pues fácil, simplemente había que pedirlo después de todo sus deseos se convierten en órdenes.

—Naruto, esta es la sorpresa que tenía para ti. —Sonrió amable Minato y el rubio menor salió de su trance mirándole sorprendido. ¡Qué quería decirle con eso? Acaso sabía de su bisexualidad y lo permitía ¡eso tiene que ser un sueño!— Algo que todo emperador tiene que ejercer. Un juicio.

—¿Un juicio al moreno? ¿de qué se le acusa? —Preguntó mirando de nuevo al chico pálido que ahora estaba siendo obligado a arrodillarse ante él y su padre. Un agradable calor inundo su abdomen y sus ojos se conectaron con los del moreno. No podía reaccionar estaba enceguecido por su mirada, era algo que le podía. Sonrió con prepotencia cuando cayó en que estaba comportándose como un estúpido según su criterio.

—Es un rebelde ladrón de una aldea muy lejana. —Respondió y Naruto asintió sin escuchar realmente. El pelinegro se veía retraído y rebelde como forzajeaba contra los gladiadores que le tenían en el suelo. Las personas de las gradas gritaban por su condena, sin embargo el rubio tenía otros planes. —Así que, hijo mío, es momento que des tu criterio a este pobre muchacho. —Sí, como siempre el Naruto tenía la última palabra para salvar la vida de alguien.

—Quiero que se enfrente a los leones como castigo. Después cuando quede malherido vere que hacer con él. —Respondió en una burla mientras otros reían y dejaban al condenado solo en la arena junto a los leones que empezaban a salir de los conductos que tenía el sótano con la arena. El hombre de pelinegro le dirigó una última mirada, cargada de ira; Naruto le pico un ojo en un coqueteo deseándole suerte en ello. Ya tenía una idea en como traersolo, solamente debía sobrevivir.

Le dieron un espada en forma de defensa y uno de los dos leones furiosos se acercaba al hombre de manera sigilosa. Miró sobre su hombro el animal que le seguía por atrás y sin ningún aviso se abalanzó contra él, siendo aún más arriesgado. Nadie se esperaba ese movimiento que muchos consideraron suicida. Naruto abrió la boca sintiendo lástima por haber perdido tan fácil a un buen candidato para pasar por su cama.

El público hizo un nuevo sonido de asombro al verlo pararse del suelo mientras que la bestia continuaba allí tirada. Por último tomó su espada y le corto la cabeza.

Cuando se giraba el segundo león le atacaba, esquivo el movimiento ágilmente y con algo de gracia, parecía tener mucha experiencia en el asunto y eso animaba más al rubio quien desde su asiento memoraba todos los dotes del pálido, su precisión que acompañaba su fuerza.

El último león yacía en el suelo sin vida, el jóven ladrón soltó su arma y nuevamente conectó su mirada con el futuro emperador.

—¡Ya he cumplido mi castigo! ¿ahora que piensa hacer "mi Dios"? —Exclamó en un grito. Naruto frunció el entrecejo al enterarse del tono burlón con el que le llamaba Dios.

—Mi señor, mátelo. Solo así se acabaran estos bándalos. Alguien tan guapo no merece morir. ¡Maldito cristiano! —Reía al escuchar los pedidos de los lecayos y se levanto de su asiento haciendo algo que se le estaba estrictamente prohibido, aunque siéndo sincero Uzumaki Naruto nunca había seguido las reglas. Ni de pequeño, ni de joven.

Salió del asiento y entró a las arenas oyendo los alaridos del público, aclamando por su osadía, escucho a su padre llamarle desde atrás pero no le detendría. Llego al frente del acusado y le detalló mejor. Enarcó una ceja de manera interrogante con una sonrisa de medio lado, le gustaba mucho aquel plebeyo y es que su físico era estremecedor.

—Estúpido y rebelde, pero no hay que ocultar tu fuerza. —Hablaba de manera sugerente y el hombre pálido le miraba aún sin ninguna expresión.— ¿Cómo te haces llamar?

—Sasuke Uchiha... —Su voz tan masculina taladró sus oídos, excitándose al pensar lo bien que sonaría su nombre desde esos labios.

—De ahora en adelante Sasuke será mi cuidador personal. La fuerza que solo se compara con nuestro Dios Marte, Dios de la lucha y guerra. —Proclamó Naruto mirando a su padre quien ensanchaba mucho más sus zafiros.— Pero cuya belleza alcanza a la Diosa Venus. —Susurró para que solo Sasuke le oyerá y frunciera el entrecejo.

—No aceptaré tal cargo. —Naruto ensombreció su mirada.

—Si no lo haces, te mandaré a matar. ¡Nadie en su vida incumple al futuro emperador! —Le habló fuertemente, el Uchiha frunció más aún el entrcejo asintiendo. Naruto de manera triunfante le ordeno que le siguiera hasta el asiento imperial donde su padre le miraba sin poder comprender.

—No entiendo que planeas hacer hijo.

—Quiero tener un cuidador padre. Como tú y Deidara. —Demandó ante la mirada de los gladiadores más cercanos y la de Sasuke. El emperador asintió y le dejó ir con el Uchiha al palacio.— Tú Uchiha, eres mi cuidador personas. Tu deber es velar por mi salud en las buenas y en las malas, aunque tal vez te encargue otras actividades. —Rió malicioso siendo escoltado por Gaara nuevamente a su hogar. Sasuke miró serio a Naruto, no quería causar ninguún tipo de sospecha delante de tantos gladiadores y es que sus motivos exactamente estaban saliendo de maravilla, el futuro emperador le llevaba a su palacio sin alguna desconfianza.

—Si.

Este tonto de verdad cree que será mi cuidador personal, Wow que inocencia. No puedo esperar a verle cabalgar sobre mi mientras pide a gritos por más. —Pensó el rubio al momento de dirigirle un disimulada mirada a todo su cuerpo, aún descubierto.

Este tonto está haciendo que mi misión sea más fácil de lo que alguna vez pensé. No puedo esperar a verle sufriendo al estar lejos de su amada Roma. —Habló con él mismo mientras sonreía macabramente con disimulo. El emperador de Roma caería

Notas finales:

¿Y...? ¿qué opinan? :) En el siguiente cap hay más acción por parte de nuestro guapo y atractivo plebeyo poderoso y fuerte *o*. Ansió que sea de su agrado pues Naru_Naru se esfuerza ;).

Las dudas que tengan no teman en preguntarlas, estoy dispuesta a responder. ¡Muchas gracias por los reviews! prometo apurarme en actualizar más rápido y para quienes le interese, se acerca la actualización de Amor Ciego y Amor del Inframundo (Capítulos finales T_T) ¡Abrazos!

¡Nos leemos! ¡Paz!


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