No podía aguantarlo más, me estaba volviendo loco. No sabía que me pasaba, pero no era normal. Habían pasado dos meses, dos eternos meses. Estaba afectandome y mucho, mi humor no era precisamente bueno y empezaba a notarse.
-Sanji-kun, te encuentras bien?
-Nami-swannnnnn! A tu lado siempre estoy en el paraiso.
-Si tu lo dices.... aunque últimamente estas de un humor de perros...
Tenía toda la razón del mundo, pero no podía contarselo ni a ella ni a nadie. Antes muerto que decirselo!!
-Tranquila mi dama, simplemente ando un poco raro nada más.
-Como quieras.... si necesitas algo ya sabes donde encontrarme verdad?
-Por supuesto belleza, no lo dudes.
Todo mentiras, sabía perfectamente que lo ocultaria a cualquier precio. Sería algo temporal, ya pasaría... verdad? Todo por culpa de ese estúpido sueño, de esa excitante alucinación... Parecía que la vida se divertía a mi costa, debía estar pasandoselo de vicio con mi sufrimiento. Esta noche sería la última en esta isla y, por lo tanto, la última oportunidad en mucho tiempo. Era ahora o nunca, por intentarlo no perdía nada no?....Bueno sí, mi orgullo había llegado a sus mínimos historicos y no tenía intenciones de mejorar. "Vamos Sanji! Eres el cocinero del amor! A que le tienes miedo?" Era hora de prepararme, ponerme mi mejor traje y salir a por todas.
Unos minutos más tarde estaba listo. Tras una pequeña ducha, me vestí con mis mejores galas, usé el mejor perfume que tenía y me dirigí a mi objetivo, o eso habría hecho si no hubiera aparecido el de siempre en mi camino.
-No me hace falta preguntarte a donde vas, ese perfume tuyo lo deja todo bastante claro....
-Acaso eso es envidia, marimo?
-Tengo cosas más importantes que hacer que pasarmela siguiendo faldas, no como tú!
-Ay, mi cabecita de alga.... no sabes lo que te pierdes! No te preocupes me tomaré una copa a tu salud vale? Adios!!!
Salí de alli con una sonrisa de oreja a oreja, la verdad las peleas con él me subían al ánimo. Cuando se trataba de palabras no tenía rival, siempre le ganaría, no como cuando pasaba a algo físico. Me sentía mucho mejor, todos mis nervios desaparecieron... En ese momento me dí cuenta que ya me encontraba en la puerta, era el momento de volver a mis viejas costumbres. "Preparaos chicas!!! Aquí viene vuestro caballero!!!"
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Ese maldito siempre me dejaba con la palabra en la boca. Nunca podía seguirle en esas discursiones, siempre me ganaba y salía triunfante con esa maldita sonrisa suya. Solo verla me hacía hervir la sangre, pero aún así no podía evitar pincharle, era superior a mí. En cierto modo era divertido, y quizás las únicas veces en las que estabamos juntos sin nadie por medio. Era la forma que teníamos de comunicarnos, en el fondo ambos sabiamos que podiamos contar el uno con el otro, aunque no lo admitiriamos ni con tortura por orgullo. Es rara, lo reconozco, pero es nuestra manera de hacer las cosas y a nosotros nos vale. Esta noche tenía guardía, así que decidí coger unas botellas de sake y sentarme en la cubierta a pasar la noche, había que aprovechar el buen tiempo que hacía. Estaría solo, todos pasarían la noche en la ciudad, asique el barco era todo mío.
-Por fín un poco de tranquilidad....
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-MIERDA, MIERDA, MIERDA!!!!! Esto es el fín... mi vida se acabó!!!!!
Otra vez lo mismo, tanto mentalizarme, tantos preparativos para volver a hundirme por ese dichoso problemilla.... Lo peor es que ahora no sabía ni a donde iba. La razón? Simple. Estaba tan cabreado que casi acabo con las existencias alcoholicas del local. Pensaba que me calmaría y olvidaría, pero solo conseguí uan borrachera de campeonato. No se como lo hice, pero cuando me dí cuenta estaba enfrente del barco. Tenía toda la intención de llegar a la cocina para seguir con mi fiesta particular, haber si conseguía dormirme y olvidarme del tema por un rato. Mañana ya soportaría la resaca, me preocupaba el ahora no el mañana. Iba dando tumbos y arrastras, me costó mucho más de lo que pensaba llegar hasta las botellas pero por fin lo conseguí. La verdad me extrañaba no haberme encontrado con él, ya que tenía guardía. Bendecía mi suerte.... demasiado pronto.
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Que le pasa ahora al cejas de sushi? Pasó a mi lado sin verme siquiera. Estaba clara la razón, con la curda que llevaba no habría visto ni a un elefante plantado en sus narices. Me dediqué a seguirle, oyendole despotricar sobre no se que cosa, en dirección a la cocina. No se había dado cuenta que había llegado a su límite? Por mucho que me fastidiara hacer de niñera, era el momento de pararle.
-Eh, rubito! Que se supone que haces?
-Acaso estas ciego cabeza de lechuga? Buscar tu preciado sake, por una vez quiero ser como tú durante un rato... Algún problema con eso?
-Deja de comportarte como un niño y para de una vez vale?
-Soy lo bastante mayorcito para saber lo que puedo y lo que no puedo hacer... Largate!!
Respiré hondo, conte hasta diez y volví a la conversación lo más serenamente posible. Algo andaba mal, nunca bebía más de un par de copas de vino y ahora parecía que se bebería hasta el agua del mar si lo dejaba.
-Escuchame vale? Tú nunca te comportas así... Estas seguro de que todo va bien?
-Que manía teneís todos!! No, no me encuentro bien y que... acaso te importa?
Ahí estaba, tenía razón. Por fin ese orgulloso parecía tener ganas de hablar y no de discutir.
-Sabes que puedes contar conmigo. Aunque tengamos nuestra rivalidad somos nakamas y estoy aquí para lo que quieras vale?
-Lo sé.... pero...
-Por favor, confía en mí vale? Olvidate de nuestras estúpideces por un rato y cuentame...
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No quería decir nada, pero estaba consiguiendo que me relajara, después de todo necesitaba soltarlo como fuera.... aunque el marimo no fuera precisamente mi mejor opción... Me ayudó a levantarme del suelo, cogió un par de botellas y nos dirigimos a cubierta. Nos sentamos apoyando nuestras espaldas contra una pared y se hizo el silencio absoluto.Él no me pregunatría y yo no estaba por la labor de decir nada.... lo único que fluía entre nosotros eran las botellas de sake. Mi verguenza se fue diluyendo como el alcohol en mi sangre, deshiniviendome más de lo que me habría gustado.
-Oye Zoro... puedo pedirte algo?
-Claro, ya te lo dije... Que quieres?
-Solo quiero comprobar algo...
Me iba arrepentir, lo sabía, pero tenía que asegurarme de que es lo que me estaba pasando...
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