¿¡Ese soy yo!?
Capitulo I
En teoría un día normal.
Soy Tsunayoshi Sawada, mayormente conocido como Dame-Tsuna, y muy a mi pesar, Decimo Vongola. Y Ahora mismo estoy en mi habitación, junto a Reborn, observando mi cama con asombro. En ella había una versión igual a mí, pero desnudo, con múltiples marcas rojizas/moradas por todo el cuerpo, tumbado en la cama y tapado con las sabanas. Seguro que os preguntaréis el como esa versión mía a llegado ahí, os lo explicaré.
~Flash Back~
Hoy era un día normal para mí, Tsunayoshi Sawada, como siempre Reborn me despertaba cinco minutos antes de llegar a la escuela, me vestía rápido y corriendo, almorzaba una tostada, salía de casa para encontrarme con mis dos mejores amigos en la puerta e irme corriendo a la escuela. Por el camino me encontraba con Onii-san, mi adorada y querida Kyoko-chan y Hana-san, y comenzábamos un entrenamiento 'extremo' según el boxeador. Llegábamos justo a tiempo y agotados a la escuela, sólo para ser recibidos, atemorizados y golpeados por el jefe del Comité Disciplinario, Kyoya Hibari. Entrábamos a clase y empezábamos otro día de aburrida vida escolar.
Como siempre hoy también he sido atormentado y humillado por algunos estudiantes y profesores, pero gracias a la ayuda de Gokudera-kun y Yamamoto eso ha durado bien poco. Después de acabar la mañana íbamos a la azotea a almorzar y luego comenzábamos otra vez las clases. Que por desgracia mía nos toca E.F. que corremos por el campo para calentar y nos dividimos en grupos para jugar a algún deporte, donde mi equipo pierde y me toca limpiar después de clase, suerte que mis amigos me ayudan.
Suspiro.
A última hora podíamos dirigirnos a nuestras casas y relajarnos, en caso de algunos afortunados, pero no era mi caso. Al llegar a casa me encontraba con mis tres 'hermanos pequeños' correteando y comiéndose mí merienda. Luego de haber podido comer algo, comenzaba con mi entrenamiento espartano de parte de mi sádico tutor en casa, para convertirme en el mejor jefe que la mafia haya tenido. En resumen, una vida fantástica (nótese el sarcasmo).
Como todos los días, entraba a mi habitación me cambiaba el uniforme por otra ropa más cómoda y comenzaba a hacer los deberes al estilo Vongola. Es decir, con múltiples bombas atadas a mí cintura, martillazos cada vez que me equivocaba, disparos con el arma favorita de mí querido tutor, bueno se entiende. Una tarde pacífica y sin complicaciones.
Si sólo Lambo no hubiese entrado en mi habitación montando un disturbio, cabreando a Reborn, y disparando la bazuca de los 10 años contra mi. Ahora mismo esto no hubiera pasado.
~Fin Flash Back~
Bueno, ahora ya sabéis como esa versión igual a mí a aparecido ahí. El problema es que no nos atrevemos a despertarlo, incluso Reborn que normalmente no tiene reparos en desertarme de una manera horrible, no se atreve. Y aquí estamos observándole haber cuando despierta, viéndole moverse en su sueño, y murmurando cosas inatendibles. Suspire, si no se despierta pronto me tocara dormir en el sofá, me lo veo venir. Que suerte la mía.
—Umm… —dijo entre sueños mi contraparte, decidí que observarle no iba a hacer que se despertara, así que hice lo más sensato que se me ocurrió.
—Reborn, según dijo Shoichi-kun cuando hicimos el viaje hacia el futuro, dos personas iguales en un mismo mundo es imposible porque lo destruirían. ¿Por qué no ha pasado na–? ¡Ouch! —recibí una patada directa a la cabeza, cuanto me quiere.
—No seas idiota, Dame-Tsuna. Es mejor que no haya sucedido nada, mañana por la mañana iré a hablar con Irie mientras estas en la escuela para ver que piensa de esto, ahora vamos a dormir —dijo Reborn una vez cambiado en su pijama y tumbado en su hamaca.
—Por si no te has dado cuenta Reborn, mi cama ya esta ocupada —refunfuñe, me lo imaginaba esta noche dormiré en el sofá.
—No te quejes y vete a dormir, además, ¿de que te quejas? Ese eres tú, que más te da dormir con él.
Eso es cierto, él es yo, somos la misma persona. Pero me conozco, si yo despertara con alguien igual a mí y en mi cama, gritaría hasta despertar a todos, y eso es algo que quiero evitar. ¿Qué diría Okaa-san si viera a dos yo? Seguramente le daría algo– no. Es Okaa-san, gritaría de júbilo porque ahora tiene a dos hijos gemelos. Y nos comenzaría a vestir de manera que fuéramos idénticos, y llamaría a Oto-san para contárselo, el vendría y comenzaría a decir tonterías sobre 'que lindos son mis dos hijos' y nos sacaría fotos a los dos juntos para luego enseñárselas al abuelo, a todos los miembros de Vongola, a toda la CEDEF e incluso me arriesgo a decir que se las enseñaría a Varia, si es que en mi casa no hay nadie normal. Volví a suspirar.
Tenía que decidirme, o me acuesto con mi contraparte o me voy a dormir en el sofá. Que dilema tengo, no sé que hacer y encima Reborn ya esta durmiendo como si aquí no pasara nada. Bueno, supongo que la mejor opción es el sofá. Miro a mi cama por última vez, y me vuelvo a fijar en esas marcas que recorren el cuello y parte del torso de mí otra versión, ¿de que serán esas marcas? Además, ahora que le miro bien, es lindo. Me sonrojo, ¡pero que estoy pensando, y de mi mismo! ¡Parezco un mirón y encima me miro a mí! Me voy al sofá, por supuesto que la mejor opción es: el sofá. Y esta es mi vida, que aunque sea una mierda. No la cambiaria por otra.
Soy Tsunayoshi Sawada, mayormente conocido como Tsu-chan, y soy el Decimo Vongola. Hoy es otro día normal, me despierto dos horas antes de ir a la escuela, me visto y empiezo a prepara el almuerzo para todos. Una vez hecho, voy y despierto a mis 'hermanos pequeños' y me dirijo a la cocina para ver a mi tutor legal, Reborn, ya sentado en la mesa esperándonos a todos. Cuando los niños han bajado y sentado en la mesa, decimos un pequeño pero audible 'Itadakimas' y empezamos a almorzar. Cuando acabamos, Reborn se encarga de recoger la mesa y lavar los platos, mientras yo ayudo a los niños a prepararse para la escuela. Antes de irme y reunirme con mis dos mejores amigos me giro hacia Reborn y le miro.
—Reborn, hoy no vendré después de la escuela, he quedado con Kyoya —el asiente con la cabeza y coge el móvil, seguramente para llamar a Bianchi-chan, la hermana mayor de Haya-kun, para pedirle que recoja los niños después de la escuela.
Todos nos despedimos con un 'Itekimas' recibiendo una mirada de reconocimiento por Reborn. Como siempre al cerrar la puerta me encuentro con Haya-kun y Take-kun, vamos tranquilamente hasta la escuela de mis hermanos nos despedimos de ellos y nos dirigimos a Nami-chuu. Por el camino, como siempre nos encontramos con Ryo-nii, Kyoko y Hana. Hablando tranquilamente, excepto cuando Ryo-nii y Haya-kun les daba por discutir y a Take-kun por calmarles. Al llegar a la escuela somos recibidos por el jefe del Comité Disciplinario, Kyoya Hibari, le saludo y le doy una sonrisa, recibiendo a cambio una de las suyas.
Al entrar en clase es como siempre somos rodeados por la mayoría de los alumnos, recibiendo saludos y sonrisas. Al llegar el profesor, nos sentamos y comenzamos las clases, que como siempre son aburridas así que me echo una siesta hasta la hora de comer. Cuando la campana suena indicando el final del primer período de clases, nos dirigimos a la azotea donde Kyoya ya nos (me) espera. Pasamos el rato hablando y divirtiéndonos, cada uno a su manera y al acabar el recreo nos volvemos a clases para terminar otra jornada escolar. Nos toca E.F. nada del otro mundo, correr alrededor del campo para calentar y luego dividirnos en grupos para hacer algún deporte.
Cuando la campana del final de clases suena, recogemos nuestras cosas y nos vamos a nuestras casas. Eso es lo que haría normalmente, pero hoy me voy a casa de Kyoya, a pasar la tarde y seguramente la noche. Al llegar a las puertas de la escuela, veo que el prefecto ya me esta esperando así que me doy prisa para ir junto a él.
Una vez en su casa, hacemos los deberes, una vez acabados, preparamos las cosas para mañana, luego bajamos a cenar y nos preparamos para dormir o como a Kyoya le gusta llamarlo 'prepararnos para nuestra noche de juegos'. Donde siempre acabo marcado de chupetones, cansado y demasiado adolorido como para poder andar al día siguiente. Por si no os habéis dado cuenta, sí, Kyoya y yo estamos saliendo. Y esta es mi vida, que aunque haya sufrido mucho por ella, es la mejor que pude haber tenido. Y no la cambiaría por nada del mundo.
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Un mismo chico, misma familia, mismos amigos, mismo destino, pero distinta vida. ¿Qué pasará mañana, cuando estén los dos despiertos?