Itachi y Sasuke eran un par de hermanos que se encargaban de eliminar espíritus malignos, monstruos, demonios y todo ese tipo de cosas paranormales. Descendientes de la prestigiosa familia Uchiha, reconocidos por sus logros…
Un día llegaron a Konoha; un pueblo extraño en donde las personas del lugar les pidieron ayuda. Los aldeanos estaban dispuestos a darles lo que sea con tal de que se deshicieran del mal que los acechaba.
“El demonio”, como ellos le llamaban, vivía en las afueras del pueblo. Nadie nunca lo había visto, muchos decían que era un animal, otros que tenía forma humana, pero nadie sabía su aspecto en realidad. Lo malo era que una vez al mes, aparecía un mensaje escrito con sangre en la fachada principal de la casa del alcalde.
Se pedía que colocaran a una hermosa mujer o un bello doncel en el centro del bosque, sólo con eso no acabaría con su aldea.
Y cada fin de mes era lo mismo.
No sabían para qué se los llevaba. No dejaba rastros de sangre ni nada. Tenían claro que no los mataban, en todo ese tiempo nunca aparecido un solo cuerpo.
Ninguno de los dos Uchihas se acobardó ante el relato. Ellos se enfrentaban a cosas muy parecidas a esas y no le tenían miedo. Sabían a lo que se enfrentaban: el típico ogro que secuestra damiselas para comer o algo por el estilo.
Bien, ellos ya tenían un plan. Y tenían suerte al llegar el día preciso que el “Demonio” aparecía.
Esa noche terminarían el trabajo.
_Es tu turno, ototou_
Sasuke frunció el ceño.
_ ¿Porque siempre soy yo quien tiene que ser la victima?_
Itachi se encogió de hombros restándole importancia.
_ Porque te queda mejor_
_Eres un idiota_ masculló por lo bajo._ Vete al otro extremo del bosque, yo puedo arreglármelas solo aquí_
_ Pero es peligroso, que tal si viene y…_
La mira furiosa de su ototou lo dejó con la palabra en la boca y decidió hacerle caso, Sasuke podía llegar a ser bastante insoportable cuando lo deseaba.
El bosque se mantenía en completa calma. Sólo el sonido del viento y algunos animales salvajes se escuchaban. Itachi dejó de discutir con su hermano para irse a vigilar al otro extremo del sitio, esperando que su hermanito estuviera bien. Se alejó con pasos rápidos dejando solo al menor. Sasuke mantenía sus ojos cerrados, parecía que estaba descansando pero muy al contrario se mantenía al tanto del mínimo indicio de alguna presencia que no fuera normal.
Tenía un largo camisón de color negro, mostrando un poco de su piel pálida que contrastaba muy bien. Según lo que le dijeron los aldeanos, a ese demonio le gustaban las personas hermosas. Y no era por ser vanidoso, pero él era muy apuesto. Un minuto después, sintió como una leve ráfaga de viento se apareció de repente. Cuando abrió los ojos, frente a él se encontraba alguien más.
Por alguna razón se quedo paralizado, era cierto que tenía las manos atadas, pero eso era sólo un señuelo, en el momento que quisiera se podía desatar al instante. Pero el simple hecho de ser observado era suficiente para mantenerse estático. Su cuerpo no se movía, quería hacerlo, su cerebro se lo gritaba, pero simplemente ni sus pies, ni sus manos le respondían. Con un escalofrió recorriendo su espina dorsal, fue consciente de cómo el nuevo individuo lo olisqueaba, se acercaban mas a él invadiendo su espacio personal. Lo peor de su situación era que debido a la oscuridad no podía ver a la perfección a su captor, sólo resaltaban esos ojos rojos, como los de un felino hambriento. Pero algo si tenía claro, y era que no tenia forma de humano.
Su sharingan sería lo más efectivo, siempre lo había utilizado en ese tipo de situaciones, aquel “don” que su familia le heredó era la mejor arma para solucionar ese tipo de situaciones, pero en ese momento se había quedado sin defensa, ni siquiera su famoso kekegenkai podía utilizar.
Regresó a la realidad al sentir un tipo de garra sobre su ropa, la había roto ligeramente, se dio cuenta de ello al sentir el ligero rose del viento contra su piel. Después de la ligera ventisca sintió una caricia, era cálido, parecía que le quemaba. Su respiración comenzó a ser irregular.
En su mente sólo gritaba una cosa. ¿En dónde demonios se había metido el inútil de Itachi?
¿Por qué no lo iba ayudar?
Ah, ya recordaba, le había dicho que él solo podía manejar la situación a la perfección.
¡Qué idiota era!
Volvió a sentir una nueva garra sobre su cuerpo y después todos sus sentidos fueron disipados.
OwO
Sasuke escuchó unas ligeras risillas y pensó que estaba muerto. Lo último que recordaba era estar en el bosque a la merced de aquel monstruo. Después todo se le nublo y no supo más de él. Abrió con rapidez sus oscuros ojos y miró a todos lados.
¿No se suponía a que tenía que estar en una mazmorra, una celda o un lugar horrible?
Porque esa habitación era todo lo contrario.
Observó su cuerpo, su ropa había desaparecido, en su lugar tenía una completamente diferente. Un camisón blanco sujetado a la cintura con una cinta plata y un pantalón de tela azul oscuro bastante holgado. No quiso darle importancia a eso.
Como buen Uchiha salió de la habitación con sigilo, se dirigió a donde provenían algunas voces, la mayoría de mujeres. Se asomó discretamente y se percató que era un salón mucho mas grande, en el había varias personas, no las conocía pero estaba seguro que era la gente secuestrada del pueblo.
Dio un paso hacia atrás para regresar a la anterior habitación y buscar su ropa, sobre todo su comunicador. Itachi tenía que saber su ubicación. Sin embargo chocó contra algo. O más bien, contra alguien.
Levantó su vista y se encontró con la de un azul tan intenso que lo mareó por un momento. Lo examinó con rapidez, dándose cuenta de que se trataba de un hombre bastante apuesto; de cabellos rubios, piel tostada y ojos atrayentes. Pero su escaneo fue cortado al escuchar la voz del desconocido.
_ Por fin despertaste, cariño_
Sasuke vio la sonrisa del hombre y arrugó su entrecejo, más por aquel ridículo mote. Le lanzó un puñetazo pero fue esquivado de inmediato.
_ Yo no haría eso si fuera tú_
Lo tomó del brazo y lo llevó a rastras hacia la habitación. Trató de oponerse pero el rubio era fuerte.
_ Por fin he elegido_ llamó la atención de los demás_ Denle la bienvenida a la futura “madre” de mis cachorros_
Sasuke se quedo de piedra. Aquel “demonio” rubio, había soltado una estupidez.
¿Quién se creía que era?
No soportaría ni un sólo día con él. Tenía que encontrar la forma de salir rápido de ese lugar…