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ÁNGELES CAÍDOS por casiinii

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Notas del capitulo:

FELIZ SAN VALENTIN^^

En este capítulo no pasa nada muy interesante pero de todas formas espero que les guste :D

Aquí les dejo una canción de la queridisima Whitney Houston, que en paz descanse...

http://www.youtube.com/watch?v=H9nPf7w7pDI

Un fuerte gemido resonó  en  toda la habitación. Noctis se dejo caer jadeando sobre la alfombra. Miro a la joven que yacía a su lado. Debía reconocer que era hermosa, muy hermosa, pero no era su tipo. Se levanto y empezó a vestirse, si se demoraba un poco más seguro que sus padres mandarían a alguien a buscarlo y no deseaba ser encontrado en ese estado. La joven miro a su acompañante, se levanto y rodeo su pecho mientras le deba dulces besos por la espalda. Noctis dibujo una mueca en su rostro, la situación no le hacía mucha gracia. Se levanto bruscamente y termino de vestirse, le joven soltó un quejido.

-¿Por qué tanta prisa?- pregunto la chica.

Noctis se dio la vuelta y miro su cuerpo bañado por el reflejo de la luna, no negaría que la chica no se le hacía tremendamente irresistible. Se acerco a ella lentamente, la agarro del mentón y le dio un apasionado y brusco beso.

-Tengo cosas que hacer, es mi deber como cumpleañero.

-La fiesta es muy aburrida- dijo mientras hacía un mohín.- Porque mejor no te quedas aquí, yo te lo hare pasar realmente bien- susurro seductoramente.

-No, gracias- dijo mientras hacía un ademan de salir por la puerta.

-Llevamos ya más de un año de amantes. Creo que ya es hora de que me presentes formalmente a tus padres y así poder librarte de ese horrible compromiso que te han impuesto.

-¿Y porque habría de hacer eso?

-…Bueno pues porque nos queremos… además tú no quieres casarte con ella, todo el mundo sabe de tu inconformidad ante el matrimonio con esa mujer.

-¿Querernos? Quien te ha metido esas absurdas ideas en la cabeza. Además lo del matrimonio es algo que ya solucionare más adelante y no utilizare ningún absurdo pretexto como el amor hacía una persona como tú.

-¿Me estás diciendo que no valgo lo suficiente para ser la esposa del próximo rey?

-Exactamente.

-Como osáis manchar mi nombre de esa manera.

-¿Yo manchar vuestro nombre? Hace tiempo que lo hicisteis vos misma, justo el día en que decidisteis abriros de piernas para un hombre, que no era nada vuestro, como vil fulana.

La chica se le acerco cabreada y en un visto y no visto le dio una fuerte bofetada.

-Todo el mundo sabrá de esto…

Noctis le miro cabreado, odiaba que le amenazaran. Se acerco a ella con una profunda mirada de odio y superioridad, la chica retrocedió asustada pero no pudo evitar que la agarrara con fuerza del cabello.

-¿Creéis acaso que me importa? Soy el hijo ilegitimo del rey mi palabra es la ley y si os atrevéis a hacer algo en contra mía os aseguro que acabareis mendigado por las calles del inframundo ¿Entendido? 

-S…Sí…

-¿Sí que?

-Sí, señor.

-Así me gusta, que los vasallos reconozcan a quien le deben lealtad. Más te vale mantener esa sucia boca cerrada sino atente a las consecuencias.

Noctis la tiro contra el suelo y salió cabreado de la habitación para dirigirse a su asquerosa fiesta de cumpleaños.

 

 

Varias personas bailaban al son de la música mientras otras se entretenían en amenas conversación sin importancia, por lo menos para él. Camino entre el tumulto de gente ignorando a cualquiera que pretendiera entablar una conversación o algo más, en el caso de las doncellas. Se dejo caer pesadamente sobre una silla y lleno su copa de la primera bebida alcoholizada que hallo en la mesa. Entrevió a su madre mirándolo con desaprobación aunque esta no hizo nada por detenerlo.

Gracias a dios su futura esposa no había podido acudir a tan esperada celebración por la muerte de un pariente muy cercano, no penséis mal él no se alegraba de la muerte de nadie solo estaba feliz porque ese inesperado acontecimiento había retrasado el tener que verle la cara a lo que él consideraba la peor inversión de vida.

Pronto perdió toda la noción de la realidad. El alcohol ya había empezado a hacer mella en su organismo y él ya no tenía control sobre sus actos.

No sabía cómo pero ahora se hallaba bailando en medio de la pista de baile acompañado de varias doncellas que no perdían la oportunidad de probar sus labios. Un joven, varios años mayor que él, se le acerco. Las venas de su cuello y rostro estaban hinchadas por la furia, apretaba los dientes y las manos con una fuerza casi sobrehumana. Agarro el cuello de la camisa del príncipe y lo estampo contra las mesas que habían esparcidas por el comedor, tirando a tierra todo lo que se hallaba encima de ella.

Noctis abrió los ojos volviendo a la realidad. Vio a aquel mastodonte acercarse a él con cara de malas pulgas. Un puño fue estampado en su mejilla izquierda, aun no se encontraba lo suficientemente lucido. El chico volvió a acercarse a él con el puño en alto pero esta vez Noctis si logro esquivarlo a tiempo.

Los dos chicos se enzarzaron en una pelea. Algunas personas los miraban con curiosidad y diversión y en cambió otras intentaban hacer algo por separarlos.

Noctis volvió a caer al suelo. El otro tipo era mucho más grande y musculoso que él, y eso sin contar que el príncipe llevaba una gran cantidad de alcohol en su organismo.

-Así aprenderás a no meterte con mi hermana- soltó agarrándole del cuello de la camisa.

De pronto un alarido de dolor salió de entre los labios del chico y soltó la camisa de su presa. El atacante cayó al suelo. Noctis pudo ver a uno de sus guardias personales sosteniendo un pelo de madera y enseguida intuyo lo que acababa de pasar.

 

Su padre lo tiro sobre la cama. Nunca había sufrido una humillación tan grande como aquella. Bien sabía que su hijo era un Casanova y que se tiraba a todo aquello que tenía dos buenos pares de pechos, pero eso siempre había estado en el anonimato… hasta hoy.

-¿Cómo se te ocurre? A tan poco de tu boda y tu lo único en lo que piensas en tirarte a cuantas más muchachas mejor.

-Tendré que disfrutar, poco falta para que deje de ser un hombre libre- dijo Noctis con voz socarrona.

Su padre lo miro con furia, como podía haber criado a tan desvergonzado hijo.

-Más te vale que esto no llegue a oídos de los padres de tu prometida sino te juro que te daré tal cantidad de latigazos que desearas no haber nacido.

Su hijo lo miro retadoramente y el rey le correspondió la mirada antes de salir hecho una furia de los aposentos del príncipe.

 

Era buena mañana. El sol aun no había salido por el horizonte y una fina capa de niebla cubría todo el exterior. Bajo pesadamente las escaleras, no había podido pegar ojo. Como castigo su padre no había dejado que sus criadas curaran sus heridas y le escocían horrores. Abrió la puerta de la cocina y asomo la cabeza, verificando que no había nadie en ella. Entro sigilosamente y se dirigió al armario de los medicamentos. Esparció todos los utensilios sobre la desgastada mesa de madera y comenzó a curarse. No podía evitar que muecas de dolor se asomaran a su rostro, no estaba acostumbrado a hacer esas cosas por el mismo.

-¿Necesitáis ayuda?- pregunto una voz a sus espaldas.

Noctis pego un bote y se giro asustado. Un joven no muy alto, de rubio cabello y enormes ojos azules, lo miraba desde el marco de la puerta con una sonrisa de burla pintada en el rostro.

-Me has asustado.

-Lo siento, majestad.

-Cloud déjate de tanta cortesía y ayúdame a curarme estas heridas.

El chico se acerco y contemplo a su amo, no pudo evitar que una carcajada saliera de sus labios. El príncipe lo miro con mala cara.

-Primero las cosas se piden por favor y segundo… ¿Quién narices ha tenido la osadía de dejarte en ese estado a ti, el rey de los reyes?- dijo carcajeándose aun más.

-No te burles…

-¿Qué era esta vez una hija, una esposa, una madre…?

-Una hermana al parecer…

- No habéis pensado en dejar todo eso de lado… no creo que vuestro cuerpo pueda aguantar más palizas y además esta vez el rey se cabreo bastante.

-Mi padre no me da miedo.

Cloud ignoro el comentario y empezó a curarle las heridas a su señor. Noctis no pudo evitar fijar su vista en los movimientos y en las distintas expresiones que hacía el chico al curarle, era hermoso después de tantos años aun se preguntaba si el rubio era una mujer. El chico le dio una palmada en la pierna y le dedico una sonrisa antes de levantarse y dirigirse a la pila para lavar sus manos. Noctis no pudo evitar fijar su vista en el trasero de su amigo.

-¿Queréis algo de comer?- pregunto Cloud.

-No, creo que lo mejor será que me vaya a descansar.

-Vale- dijo con una sonrisa.- Que duermas bien…

Noctis se levanto y se dirigió a su habitación con una sonrisa dibujada en su rostro, ver a su amigo siempre le hacía bien…

Notas finales:

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