Esta es una historia que resultara un tanto inusual acerca de un chico con cara angelical, una cara tan hermosa que casi llegaba a parecer que estaba hecho de porcelana y en cualquier momento se podría romper, ojos tan grandes y brillantes que reflejaban su inocencia, vos que podía entonar maravillosas melodías y dedos largos como los de un pianista.
Su pareja era un hombre de unos tres años mayor que el de cabellos cortos y decolorados, mirada que llegaba a intimidar a cualquiera que cruzara mirada con él, un individuo de personalidad fría pero para el menor era un príncipe que siempre le iluminaba los días.
Los nombres de estos dos personajes son “Kaya” y “Juka” ambos eran herederos de distinguidas familias con dinero, sin nada material que les faltara pero esto era algo sin importancia para los dos amantes, el encanto y la delicadeza de Kaya complementaba el frio y calculador carácter de Juka y en esta relación no se podía pedir otra cosa, no había oposiciones con respecto a las dos familias sobre su relación tampoco discriminación o algo negativo…un príncipe y una princesa como si fuera un cuento de hadas
-Ryoushin, Ryoushin –le llamó Kaya a su sirviente con una pequeña campana que se encontraba sobre su buró y este llegó rápidamente con uno de esos trajes llamativos y elegantes que tanto le gustaba que usaran las personas que estaban a su servicio. Dejó la campana de lado y esbozando una perfecta sonrisa como solo él sabía hacerlo – querido Ryoushin hoy no será necesario que me preparen el desayuno, saldré con Juka y comeremos algo
-entendido, avisaré en la planta baja, ¿desea algo más hime-sama? –dijo Ryoushin mientras le respondía cortésmente a lo que el otro negó con la cabeza y volvió a sonreír y con esto se estiró para salir de la cama dejando ver sus hermosas piernas siendo apenas cubiertas por su largo camisón al momento de salir.
-¿a qué hora llegará Juka-sama? –preguntó el sirviente mientras el color en sus mejillas subía levemente, la belleza de Kaya era algo que no se podía ignorar con tanta facilidad
-no, nos veremos en una pequeña plaza de por aquí, no quiero acostumbrarme a que venga por mi –dijo tranquilamente y se sentó frente sobre un pequeño banco que estaba sobre su tocador al mismo tiempo que buscaba una peineta sobre este para arreglar sus alborotados cabellos que le llegaban aproximadamente hasta el hombro- y así no tengo que preocuparme de arreglarme rápido, el es puntual y por lo general llega diez minutos antes y me espera en la sala, tu sabes cómo es –dejó a un lado la peineta al momento de terminar y se levantó para tomar uno de sus elegantes vestidos de su armario
-lo entiendo Hime-sama…solo que a veces nos preocupa cuando sale usted solo –bajó la mirada cuando el otro se sacó el camisón para ponerse un hermoso vestido de color negro con escote, sencillo pero encantador, el otro solo veía como se movía la tela que conformaba a esta prenda hasta que Kaya termino de acomodarlo-
-y yo entiendo que se preocupen Ryoushin pero no es como si me fuera a pasar algo malo al momento de que ponga un pie en la calle, ¿no lo crees? Tú mejor que nadie debe saber cómo me siento cuando uno de los sirvientes me acompaña y yo no puedo hacer todo lo que quiero porque sería injusto de mi parte traerlos detrás de mí todo el día solo porque estoy aburrido
-Hime-sama es tan considerado pero...
-agradezco mucho todo lo que hacen por mi pero no quiero ser dependiente de ustedes –posó una mano envuelta en un fino guante sobre la mejilla de Ryoushin y lo miró a los ojos- ahora diles a los demás que hoy no necesitaré que me preparen el desayuno… ¿de acuerdo?
El otro solo pudo asentir con la cabeza y después de que este saliera de su habitación la princesa volvió a su tocador para maquillarse.
Mientras tanto en un lugar no muy lejos del hogar de Kaya se encontraba su príncipe alistándose para salir, estaba ya casi listo para salir diez minutos antes como acostumbraba
-¡Yui! –se imponente vos se escucho por el pasillo, se estaba acomodando las botas y justo después de que el sonido de aquel grito pasara el sonido de su sirviente cruzando el pasillo se hicieron escuchar
-¿en qué le puedo servir Juka-sama? –el muchacho de cabellos cortos y rubios se puso frente a el
-asegúrate de que todo este en orden cuando yo regrese –y solo con estas simples palabras salió por la puerta de enfrente justo después de ponerse su capa
Ambos amantes salieron de sus respectivos hogares con unos cuantos minutos de diferencia, ambos estaban muy ocupados pensando en lo que iban a hacer ese día o en las cosas que habían pasado esa mañana que no se habían percatado del auto estacionado de color negro con ventanas blindadas que estaba estacionado, dentro de él se encontraban dos personas con lentes de sol y ropa igual de oscura que el vehículo.
-es el ¿cierto? –comento una vos masculina al momento en el que Kaya pasaba a un lado del automóvil sin ninguna sospecha, el otro individuo solo asintió con la cabeza y continuó observando hasta que la figura de la princesa se fue haciendo cada vez más pequeña hasta perderse de vista
-en unos cuantos días más, hermosa criatura será mia –comento el otro sujeto de vos grave mientras la imagen del fino rostro del menor se hacía presente en su mente-
continuara..................