Ya lo había visto varias veces pero nunca vez le preste atención, era solo otro Chuunin.
Ese día regresábamos Sasuke, Sakura, Naruto y yo de una misión bastante larga, estábamos muy cansados. A pesar de que Naruto estaba igual o peor de cansado por las batallas insistía que comería Ramen con Iruka-sensei al llegar a Konoha.
Llegamos a Konoha a las puertas de las oficina del Hokage y ahí estaba el, parado, a punto de irse, con semblante tranquilo, cálido, dentro de mi sentí algo, algo muy cercano a la felicidad de ver a alguien amado después de mucho tiempo, algo que creí que nunca sentiría de nuevo. Volteo hacia nosotros, inmediatamente desvié la mirada, podía sentir como la sangre subía a mi mejillas, agradecí que tenia la máscara y nadie podía ver.
Naruto salto a sus brazos como un niño saludando a su papa, Iruka sonreía, su sonrisa era tan magnífica.
–Voy a dejarle el informe a el Sandaime, pueden irse a sus casas. Interrumpí la plática de Naruto e Iruka, solo me miraron y asintieron, Sasuke ya se estaba yendo mientras que Sakura ya lo estaba siguiendo.
Necesitaba tiempo para tranquilizarme y pensar. De reojo mire como Iruka seguía sonriendo llevándose a Naruto y me pregunte. ¿Alguna vez sonreiría así para mí? Pero inmediatamente ese pensamiento llego a mi cabeza lo negué.
Como puedo pensar eso, el es otro hombre y no puede ser que apenas note su presencia. Podría ser que en la misión había pasado algo que tal vez me suavizo por dentro.
El señor al que escoltábamos, era alguien mayor, gustoso de contar historias de cuando era más joven, el había vivido la tercera gran guerra ninja en donde había perdido a todos sus seres queridos junto con el amor de su vida en un abrir y cerrar de ojos. Nos conto que ella era realmente hermosa. Una verdadera flor, vivieron muchas cosas juntos, habían hechos planes juntos, pero de la nada esos sueños fueron destruidos. No pude evitar recordar a Rin, Obito y a mi sensei.
Empecé a sentir un sentimiento de profunda tristeza, hasta que el algo que el señor dijo me saco de ese sentimiento por un segundo. –Pero aunque ella ya no está conmigo sigo aquí viviendo solo por ella, se que me odiaría si me rindiera solo porque no está conmigo, vivo, disfrutando la poca vida que ya me queda, tendré muchas historias que contarle cuando la vuelva a ver.
Me empecé a preguntar, alguna vez podría sentir eso por alguien y alguien podría sentir eso por mí, y si encontrara a ese alguien, ¿Sería capaz de cuidarlo y protegerlo?
-Sandaime, le entrego el reporte de la misión. El Hokage asintió y me pidió que le diera un papel a Iruka antes de que se fuera, sorprendido, la jale suavemente del brazo, me miro y le enseñe el papel asegurándome de que mi mirada no se cruzara con la de él. Me agradeció y me sonrió, quede atónito, era tan hermoso.
El Sandaime me saco de mis pensamientos. Pregunto por Naruto, ¿Como estaba? –El se encuentra bien, es un ninja hiperactivo y tonto, pero es capaz. Pensando que eso era todo me iba a retirar y cuando estaba a punto de retirarme fue cuando dijo algo que me dejo paralizado y nervioso.
“Habla con Umino Iruka el chuunin que acabas de ver, fue sensei de Naruto en la academia, tal vez pueda ayudarte a manejar mejor a Naruto”
Mi imaginación empezó a dar vueltas, ¿¡Yo solo con el!?... No puede ser, lo peor fue que el Sandaime ya hasta nos había planeado la cita. Mañana lo iba a ver afuera de la academia justo después de clases.
Los pensamientos revoloteando en mi cabeza no me dejaron dormir en toda la noche, soy muy blanco y las ojeras se me notan muy fácilmente. No puedo creer que así en estas fachas me presente con él.
Me quede dormido, empecé a tener un lindo sueño. Sentía como alguien me sacaba de mis pensamientos. Una cálida mano jalaba mi hombro y una voz conocida y amable me llamaba. –¿Kakashi-sensei? Quitaba la mirada de mi libro, lo vi, me paraba tan rápido que casi me caía.
Sin darme cuenta termine justo en frente de el, sentí como mi corazón se detuvo por un segundo y empezó a latir a mil por segundo. Lo mire por un momento. –Soy más alto. Dije sin darme cuenta. Iruka se sonrojo y soltó una risa instantánea. -Es cierto Kakashi-sensei… Empezó a ponerse nervioso, se veía tan lindo. –Kakashi-sensei… este… deberíamos, hablar de Naruto ¿No?
Solo sentí como mi cuerpo se movía solo hacia el y me deje llevar. Pensaba “solo es un sueño, mejor lo disfruto”
–¡Kakashi-sensei! ¿Que estas haciendo? Me respondía sonrojado eso solo me hacia mas incontrolable, antes de que me diera cuenta lo había recargado en un árbol. – Iruka. Le susurre al oído, pude sentir como sus latidos se hacían mas rápidos a medida de que me acercaba, me baje la máscara, me acerque a su cuello, podía escuchar su respiración, cada vez más alta y agitada, empecé a besar su cuello escuche como trato de ahogar un ligero gemido pero no me importo.
Lo mire por un momento, fue como una fuerza de atracción, mi labios se rozaron con los de el y no pude aguantar ni un segundo mas, puse mis dos brazos alrededor de sus caderas, lo jale hacia mí, no pudo poner ni la mas mínima resistencia cuando mis labios se adueñaban de los suyos.
Dios ¡Sabia delicioso!, sus manos reposaron sobre mi pecho, tratando de alejarme pero era como si mis labios le quitaran toda su energía, no fue hasta que me separe de el por la falta de aire que con la respiración entrecortada y totalmente sonrojado me dijo. –¡Eres un idiota! apretó el puño y con todo la frustración del mundo me dio una cachetada. –¡Baka¡ enojado me dijo y se fue corriendo.
No se si fue su cachetada o el que me grito lo que me despertó, al parecer era sonámbulo, lo que acababa de vivir no fue un sueño. Me encontraba en cierta parte feliz porque en realidad lo había besado, pero triste porque ahora me odiaba.
No sabía qué hacer, ¿Debería perseguirlo? ¿Hacerlo mío a la fuerza? No, nunca le haría daño a Iruka. Me subí la máscara y me quede ahí sentado afuera de la academia hasta que anocheció. No podía dejar de pensar en el, lo suave que era su piel, lo dulces que eran sus labios, lo delgado que era, su aroma, ¡Todo!
¿¡Maldición porque tuve que sentir esto y por un hombre!? Me pare y decidí irme a casa, no sé porqué tenía la esperanza de que regresara.
A la siguiente mañana quise ir de nuevo a la academia pero tenía miedo de que me viera y me odiara aun más. Salí a caminar un rato, a despejar mi mente.
-Sal de ahí, se que me estas siguiendo. Dije al aire, sentía la presencia de alguien y ese alguien y era un tonto por tratar de seguirme cuando no puede ni siquiera esconder su presencia.
-Naruto, que estás haciendo aquí?- aparecí detrás de el sin que se diera cuenta
–¡Ahh¡ Kakashi-sensei, yo solo estaba pasando por aquí. Nervioso me respondió.
-Ni siquiera eres bueno mintiendo Naruto, ¿Por que me estas siguiendo?
-Por nada, solo estaba viendo.
-No te creo !Ya se¡ te sacaremos la verdad. Vamos con Anko-sensei!
-¡No espera¡ Anko-sensei me odia. Me miro asustado.
-Por que me estas siguiendo? Le dije con voz más seria.
-Fue Iruka-sensei. Me respondió decepcionado.
-¡Que¡ ¿Porque te mando? Dije con una voz demasiado obvia de emoción.
-Quería saber si salías con alguien o algo así me pregunto muchas cosas de ti, pero en realidad no sabía nada, me prometió ramen si le decía.
Entre en shock, Iruka quería saber más de mi, estaba emocionado, sorprendido y asustado al mismo tiempo. ¿Cómo debería reaccionar ante eso?
Debí haberme quedado callado y distraído por mucho tiempo que Naruto se escapo sin que me diera cuenta. Me sentía demasiado confundido como para preocuparme, ¿Que debía hacer?, ¿Debería solo dejarme llevar? Solamente quería que no me odiara.
Empecé a caminar sin rumbo encerrado en mis pensamientos, sin darme cuenta llegue a la Academia y para una gran sorpresa mía, ahí estaba el, recargado en el mismo árbol donde lo había besado contemplando las estrellas, ligeramente sonrojado.
Lo vi por alrededor de 10 minutos, no quería hacer otra cosa, me sentía en paz con solo verlo, pero aun así había una inquietud en mi corazón, el solo verlo no me llenaba por completo, necesitaba algo mas.
Lo necesitaba a el. Volteo hacia mi al verme, su ceño se frunció y se empezó a alejar. Tenía que hacer algo. Empecé a acercarme a el, mientras este mismo iba acelerando el paso cada vez mas, concentre chakra en mis pies para acelerarme y aparecer justo enfrente de el. Me vio sorprendido, me aventó y lo agarre del brazo mientras el forcejeaba para que lo soltara.
–Iruka por favor, déjame hablar contigo. Cayendo a sus pies le dije. -¡Suéltame¡ Kakashi-sensei. Su voz se alzo y fue como si cada palabra que saliera de su boca fuera una puñalada en mi corazón.
-Solo respóndeme esto, ¿Me odias?
Pude ver como sus ojos negaban eso pero su voz no lograba articular las palabras. Esto me rompió el corazón en mil pedazos, me quede callado por un momento mientras sentía como la fuerza en mis brazos no lograba ya sostenerlo.
Me levante, me sacudí el pantalón –Lamento haberte molestado Iruka-sensei, ya no volverá a pasar. Le dije con una sonrisa mas falsa que otra cosa. No obtuve respuesta alguna.
Me empecé a alejar cuando de la nada. –¡Baka Kakashi¡!Por eso te odio, eres tan lento¡ ¿Estaba escuchando correctamente o estaba soñando de nuevo? Voltee a verlo sorprendido, estaba mas rojo que un tomate.
-¿Que tratas de decir Iruka? La verdad no tenía idea de lo que quería decir o mas bien no quería malinterpretarlo. Pude ver como se le hacia una arruga en la frente, empezó a acercarse a mi enojado, podía escuchar como sus pies golpeaban el suelo, lo acepto tuve miedo en ese momento.
Estaba enfrente de mí, yo nada mas alejaba mi cabeza para aceptar el castigo de lo que sea que haya hecho. Iruka levanto una mano, cerré mi ojos me prepare para lo peor, pensé que me iba dar otra cachetada. Cuando siento que me baja la máscara y pone sus manos en mi cabello.
-Mírame Kakashi. Me ordeno y obedientemente abrí los ojos. Estaba tan cerca y sus ojos me miraban fijamente, sus manos se posicionaban a enredarse en mi cabello – Iruka… Solo logre decir cuando sus labios ferozmente aprisionaron a los míos, podía sentir su pasión fluyendo a través de mi que rápidamente me contagio de la misma.
No podía quedarme atrás, le correspondí el beso con mas fuerza, tanta que el poco equilibrio que tenía el por estar de puntitas se perdió totalmente, terminando yo encima de el, pero sin separarme de sus labios, la falta de aire no se hizo esperar.
Me miro totalmente sonrojado, pareciera como si no pudiera creer lo que acababa de hacer, trato de desviar su mirada de la mía, cuando sostuve su cabeza. –Mirame Iruka. Le ordene. -Baka. Respondió entre dientes.
Lo abrace como si hubiera recuperado algo que había perdido y añorado desde hace mucho tiempo. Su calor era como un sueño, el correspondió el abrazo y mi felicidad no podía haber sido mas. –Siempre te ame. Iruka me susurro en el oído.
Siempre me amo y yo ni siquiera alguna vez le preste atención, era mi oportunidad de hacer las cosas bien. – Ahora yo siempre te amare. Le respondí.
Lo mire sonriendo y le di un suave beso agradeciendo que haya entrado en mi vida.
Pase días sin verlo, tuve una misión, afortunadamente regrese antes de lo planeado y logre sorprenderlo afuera de la academia. Iba saliendo con todos los niños cuando me vio y sonrió, alejando a los niños y acercándose a mi
–Llegaste antes.
- Tenía que verte. Acercándome a el le dije.
-Kakashi-sensei, aquí no. Sonrojado me dijo.
Regresamos los dos juntos a su casa, mientras el entusiasmado me platicaba todo lo que hacia en el día y yo alegre solo escuchaba. Habíamos llegado, me quite los zapatos mientras el entraba a la cocina.
– ¿Quieres algo de comer?
-Claro, siempre cocinas delicioso. Y era la verdad no había probado comida de verdad hasta que probé la de el.
Mientras cocinaba le pregunte.
-¿Como es que nunca te vi? Tratando de sacar conversación
-Tal vez no estabas viendo cuidadosamente. Pícaramente me respondió.
The END.