-Me gustas….no, es más… Te amo- dijo un rubio ruborizado y con los ojos ilusionados viendo a al moreno de ojos verdes que estaba frente a el
-¿¿¿Qué?? Tú… aléjate de mi…. ¡¡¡¡No te me acerques Malfoy!!!…¡¡¡¡ME DAS ASCO!!!-dijo gritando nada más ni nada menos que Harry Potter- eres… un monstruo… ¿¿¿como puedes enamorarte de otro hombre??? Eso es anti-natural… eres un animal… está mal… tu…estás enfermo…-dijo mientras iba retrocediendo para al final darse la vuelta e irse corriendo
Y Draco, el pobre rubio quedo solo en ese gran pasillo, en medio de la noche con el corazón partido, no en dos, sino en mil pedazos, llorando desconsoladamente mientras sentía como la lluvia empezaba a caer, cayó al piso mientras lo golpeaba con sus puños, respirando agitadamente, el había confesado sus sentimientos, había dicho lo que realmente sentía, y el mal nacido de Potter lo había rechazado de la peor manera, llamándolo animal e incluso diciendo que estaba enfermo ¿acaso estaba mal enamorarse? Seco sus lágrimas mientras se volvía a parar, no iban a permitir que nadie lo viera así, ya había sido suficiente humillación por una noche, seguiría adelante aunque le doliera porque a decir verdad él nunca dejaría de amar al pelinegro que rompió su corazón.
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Un rubio miraba distraídamente por la ventana de su vagón el hermoso paisaje que formaba parte del recorrido del tren que los llevaría de vuelta a Hogwarts, escuchaba como sus amigos hablaban entre ellos y reían, la verdad él no estaba muy emocionado por volver, porque eso significaba que lo volvería a ver a… él. La guerra había terminado y como resultado el lado de la luz había ganado, Harry Potter se había consagrado el salvador del mundo mágico derrotando a Voldemort, su familia y él, para sorpresa de todos, habían revelado ser espías de la orden del Fénix, pues Draco había convencido en su sexto año a su padre de cambiarse de bando y su padre acepto pues desde hace tiempo había pensado en eso, Albus con gusto los recibió, era una tarea riesgosa pues constantemente tenían que andar alertas porque si los demás mortifagos los descubrían seria su fin.
Al terminar la guerra los miembros de la orden dieron su testimonio en el juicio y gracias a eso salieron libres y con su fortuna intacta. La razón por la que Draco entro a la orden no fue por salir impune de la guerra sino mas bien que el entro por Potter, luego de su desastrosa confesión decidió que a pesar de todo lo seguiría protegiendo, el convencer a su padre fue fácil después de ver como torturaba a sus “seguidores” se dio cuenta que el lord lo único que quería era dominar al mundo mágico.
Y ahora estaba en camino a Hogwarts otra vez, para recuperar su ultimo año. No había vuelto hablar con Harry desde aquella noche en donde su corazón fue destrozado y pisoteado por el moreno. Lo había visto pocas veces durante la guerra, pero este siempre lo miraba con odio y con asco, harto de eso no quiso saber más pues cada vez que miraba sus ojos recordaba sus palabras.
- ¡¡ME DAS ASCO!!
No quería recordar eso, respiro y se volvió a centrar en el paisaje, esperando que este año pasara rápido para así no volver a ver nunca más al moreno de ojos verdes.
- Draco…Draco… ¡¡¡¡¡DRACO MALFOY!!!-dijo Pansy, su querida amiga
- Eh??... ¿¿qué??- dijo saliendo de sus pensamientos
- Dragón ¿Qué te pasa? Pansy te ha estado llamando desde hace mas de 20 minutos-dijo un preocupado Blaise
- No nada… solo pensaba-dijo sonriendo
- Estabas pensando en él ¿verdad?-dijo Theo, el más suspicaz
- Yo…-dijo ruborizándose rubio
- Draco no pienses en ese hijo de puta de Potter, no lo merece-dijo Pansy preocupada por su amigo
- Es verdad, el muy maldito solo te hace daño, olvídalo
- Es muy fácil decirlo Blaise pero hacerlo-dijo Draco triste- es muy difícil.
Sus amigos…. Sus queridos amigos, como no podría haberles contado su más grande secreto, cuando Pansy y Blaise se enteraron quisieron freír a Potter en maldiciones y darle la muerte más lenta y humillante de la historia, pero él los detuvo, Theo lo único que hizo fue abrasarle y ese gesto fue el que más agradeció pues rompió en llanto mientras Pansy y Blaise imitaron a Theo y lo abrazaron también esa noche durmió arrullado por las canciones de cuna de Pansy, por las palabras alentadoras de Blaise y por la sonrisa de Theo.
- En fin, ya es hora de bajar del tren, hemos llegado-dijo Theo
- Si…-dijo el rubio
Salieron del tren y el rubio maldijo su suerte pues lo primero que vio fue a nada más y nada menos que al mismísimo Potter siendo besado por una pellirroja.
Este sería un año muy difícil.