Cartas de San Valentín
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By RiSaNa_Ho
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…oooO*Oooo…
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Si, ese día era 14 de febrero…
O san Valentín…
O día de los enamorados…
O de los ¿amigos?...
Bueno, o como para otros un día cualquiera, un día mas de principio de semana. Otro lunes que sin querer tienes que asistir a clases a primera hora.
Si otro día mas, sólo que no tan común como otros días.
Los montones de alumnos iban y venían de un salón a otro. En uno de los pizarrones que se encontraban en el pasillo, en uno de esos en donde colocan anuncios, resaltaba una cartulina de gran tamaño, adornada con un montón de corazones, brillantina, rosas, estrellas, moños y un sinfín de cosas rojas…aquel anuncio no pasaba desapercibido desde la semana pasada que lo habían colocado, todos los alumnos del Instituto se paraban a leerlo, ya que dicha información que ofrecía sonaba bastante; ¿llamativa?, ¿exagerada?, ¿cursi?. Se podía definir con diferentes calificativos, pero después de todo era para san Valentín, así que no había problema.
En ella decía claramente con letras grandes y doradas…
“Por una módica cantidad, le enviamos tu carta de amor o de amigos a esa persona especial, además con cierta cantidad extra podemos aumentarle una paleta”
Todos se quedaban con cara de… “¿qué les pasa en la cabeza?”, pero para que se hacían mensos, si al final todos lo iban a utilizar.
Así con aquel anuncio toda la semana, se difundió dicha noticia. Ahora, el día esperado, aquellas cartas que habían acumulado en el transcurso del tiempo serian repartidas.
En el salón del A-3, era la clase en donde asistía Kai, un chico bajito de cabellos platas y ojos ámbar. Dicho muchacho ya estaba cansado de dicha clase, así que agradeció cuando fue interrumpida.
-. Disculpe Sensei, ¿podemos pasar a dejar las cartas?.- pregunto amablemente una de las chicas, las cuales habían organizado aquel evento para ganarse algo de dinero.
-. No le quitaremos mucho tiempo.- dijo otra.
Y no era que no lo pudieran hacer después, sino que era más fácil entregarlas cuando estaban todos reunidos en un solo lugar, en vez de andar buscándolos por toda la escuela, eso era muy cansado y no tenían comisión por ello, así que entrar a interrumpir a los salones se les hacía más fácil.
-. Está bien, pero no tarden.- dijo la profesora del grupo, mientras se sentaba cómodamente en su sillón, para leer un catalogo de artículos de belleza, ya que nadie le iba a regalar nada, por lo que ella misma tenía que hacerlo, por eso no le importo la interrupción, después de todo ya había terminado la clase y faltaba poco para salir.
Ellas asintieron contentas. Llevaban dos bolsas llenas de cartas, pasaron por fila en fila y de asiento en asiento entregando la dichosa correspondencia.
Algunos solo recibiera una, otros dos…y los más populares más de diez.
Kai miraba atento la llegada a su lugar, sabía que tendría varias, de hecho él había enviado muchas, cada una para sus amigos, y se dio cuenta para su gusto que tenía muchos. Todas las cartas eran muy preciadas, pero había una en la cual había puesto mayor empeño, y no solo eso, en aquella carta había decidido hacer lo que no podía de frente, invitar a salir a su persona especial, aunque eso no quería decir que no se emocionara al recibir muchas cartas.
-. Estas son para ti Kai-kun.- le dijo la chica dándole como unas 15 cartas, el peliplata sonrió feliz, buscando una en especial, pero nada, no pudo evitar sentirse algo decepcionado ante aquel hecho.
-. Oye, Kai, ¿por qué esa cara, si recibiste varias?.- pregunto su amigo castaño que estaba en el pupitre de al lado.
-. Por nada Reji.-
El castaño comprendió de inmediato lo que pasaba, conocía muy bien a su amigo, para saber que él inconscientemente esperaba por lo “mínimo” una carta de amigos de parte del Saki (su vecino y amigo, que también asistía a esa escuela pero en un grupo diferente. Era bien sabido que aquel joven de cabellos pelirrojos y ojos azules era muy popular), aunque estaba más que claro que el muchacho no lo admitiría.
-. Bueno, entonces hay que apresurarnos para la otra clase.-
Kai asintió mientras tomaba su bolsa y se ponía de pie hacia la salida.
Lo mejor era no darle mucha importancia al hecho y esperar a que el pelirrojo recibiera la carta que él le había mandado.
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S&K
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Saki estaba cómodamente sentado leyendo su libro, cuando un montón de chicas le entregaron aquella bolsa llena de cartas de amor, (supuestamente por ser 14 de febrero), pero a él le importaba en lo más mínimo aquellas mujeres, observo la bolsa por un minuto antes de decidir que hacía con aquella basura, y no era que fuera cruel, es que esa era su naturaleza (era apático, pero sólo con cierto peliplata se comportaba diferente). Paso su mirada azul sin ninguna emoción aparente, entrecerró un poco los ojos al descubrir un sobre bastante peculiar, no pasaba anónimo debido al color chillante que portaba, aquella carta de color azul con dibujos mal hechos (sólo una persona que conocía hacia ese tipo de garabatos), capto por completo su atención.
No paso mucho para que se levantara de su lugar, ya tenía el lugar adecuado para eso que no le servía, pero antes, saco aquel sobre azul, que sabia a la perfección a que persona pertenecía, lo aguardo en su bolsillo y comenzó su camino. Para su suerte, ya no había muchas personas alrededor, así que sin más se dirigió a los contenedores de basura, y sin un ápice de remordimiento tiro todas las cartas en el bote. Metió sus manos en sus bolsillos y siguió caminando, sólo que no se dio cuenta de que alguien lo había visto.
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S&K
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El joven de plateados cabellos apretó con fuerza sus puños, tenía ganas de ir en ese preciso momento a darle un buen golpe al desgraciado del pelirrojo, el cual sin ninguna consideración había tirado todas aquellas cartas que le habían mandado, y lo peor de todo, es que su carta había tenido el mismo destino.
¡Tanto que le había costado decidirlo y el tonto la tiraba a la basura!
Se sintió ofendido ante el hecho, pero no pudo hacer nada, después de todo él también había tenido la culpa al no querer decírselo de frente.
Suspiro un poco más tranquilo, dirigiéndose otra vez a su salón.
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S&K
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Las clases terminaron y todos salieron a sus respectivas casas, los que eran novios iban tomados de las manos, con una gran sonrisa mientras se ponían de acuerdo a donde ir.
Saki al notar que estaba completamente solo, saco aquel sobre. Estaba cien por ciento seguro que pertenecía a Kai. ¿Quién mas podía poner aquel color en un carta, dibujando aquellos garabatos, que a su parecer no tenía nada de gracia?. Si, solamente aquel joven de ojos ámbar del que estaba enamorado. Sin embargo, como buen adolescente que era, no tenía mucho valor para confesárselo.
Saco con cuidado la carta y se dio cuenta que no solo era una hoja, sino otros dos papeles más pequeños.
“Sabes que no soy bueno para esto, así que te lo diré sin rodeos, quiero que vayas conmigo al cine…
Saki alzo una ceja, ¿acaso era como una cita?. Siguió leyendo.
…Y sí, quiero que sea una cita, ya sé lo que estarás pensando, pero si te lo decía de frente sé que me iba a poner tan nervioso que no me saldrían las palabras, así que espero que no te moleste que te invite, después de todo tu no tomas la iniciativa.
Te espero en la entrada del cine a las 5
No te atrevas a faltar, baka”.
Termino de leer la catar y no pudo evitar reír de lado, ese enano (como de decía de cariño) siempre lo sorprendía. Sacó los boletos y se dio cuenta que eran para la nueva película de terror que una semana atrás le había dicho al peliplata que le gustaría ver. En verdad Kai se estaba esforzando, ya que a él no le gustaban aquel tipo de filmes.
Al parecer, ese día de san Valentín sería bastante interesante.
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S&K
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Kai llego a su casa y se acostó en el sillón, no tenía ganas de hacer nada. Pensó que Saki no le era indiferente y por eso le había propuesto que salieran, pero el otro ni siquiera se digno a leer su mentada carta. Además se había gastado sus ahorros en su regalo, pero al final nada le salió como quería.
Aun así no quería quedarse en casa como un tonto, después de todo aun habían muchos chicos que lo querían… ¿a quién engañaba?, solo quería distraerse y dejar de pensar en el pelirrojo.
E ir al centro no sonaba mala idea.
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S&K
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El de ojos azules llego a la hora acordada. Pero a su parecer el tiempo pasaba muy rápido, ya que sin darse cuenta paso una hora desde que había comenzado la película y el peliplata no llegaba. No quiera admitirlo, pero se estaba comenzando a preocupar, sobre todo porque tampoco contestaba su celular. Aun así no se despagaría de su sitio hasta que él llegara. Observaba como el lugar estaba lleno de personas, él estaba sentado en la plazoleta que se encontraba enfrente del cine. Aunque a esas alturas no tenía caso, ya que habían perdido la oportunidad de entrar, solo estaba distraído mirando constantemente su reloj. Pero al instante alguien llamo su atención.
-. ¡Saki-kun!.-
Levanto sus ojos del reloj para mirar a la joven. Una rubia de gran sonrisa que era su compañera en su clase de laboratorio. No era su amiga, pero nunca había tenido problemas con ella.
-. Hola, Itzumi.-
-. ¿Esperas a alguien?.-
-. Algo así.-
-. Qué bien, yo vine con Juno-kun, está comprando las estradas.-
Itzumi se sentía algo incomoda, el semblante de su compañero no se veía muy animado, quería decirle algo mas, pero las palabras no le salían. Cuando algo le vino a la mente, Juno llego junto a ellos, solo para saludar al otro y por fin irse a la entrada del cine.
-. Nos vemos, Saki-kun.-
-. Que se diviertan.-
-. Gracias, y espero que Kai-san llegue pronto.- fue lo último que dijo mientras le regalaba una sonrisa.
Saki se sorprendió, ¿así de transparente era cuando se trataba de Kai?.
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S&K
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Kai se encontraba recargado junto al reloj que estaba en la plazoleta. Había ido a caminar, pero se detuvo en seco al ver a Saki sentado en una de las bancas observando con insistencia su reloj, al parecer esperando a alguien. Se sintió mal cuando su mente tuvo una respuesta al comportamiento del pelirrojo. Era obvio que ya tenía a alguien y por eso no le interesaban las demás personas.
Por eso había tirado todas las cartas.
Se quedo de piedra al ver como una chica rubia llegaba a su lado y lo saludaba alegremente. Pero su corazón volvió a su lugar, cuando Juno (su compañero de clase), llego a su lado para después saludar e irse feliz con la muchacha de la mano. Quiso dar media vuelta antes de que Saki lo viera, pero observo como del bolsillo de su pantalón salía un papel azul, agudizo su vista y descubrió que era su carta.
¡Saki estaba ahí por su cita!
Se le dibujo una gran sonrisa que sustituyo por una mueca de asombro al escuchar la hora del reloj.
Eran las 6:00!!!.
El pelirrojo llevaba esperándolo una hora y él lo había dejado plantado.
Se sintió un poco mal, pero no duro mucho, ya que con decisión camino hacia las bancas para acercarse al susodicho, aun no terminaba el día y le faltaba dar aquellos chocolates que había comprado con mucho cariño (aunque los había llevado para que el mismo se los comiera).
-. Oi, baka.- dijo sin consideración llegando al lugar.
-. Otro poco y me voy enano.-
Kai sonrió de manera perceptible ante aquel comentario, pero ya había perdido mucho tiempo y no quiso esperar a arrepentirse de lo que estaba a punto de hacer.
Sin previo aviso, se acerco rápidamente aun sorprendido muchacho, se levanto en puntas y tomo a Saki por el cuello de su camisa para acércalo a él, en cuanto estuvo a distancia correcta no se contuvo de besarlo por primera vez.
Los ojos azules estaban sorprendidos, pero no dudo en tomarlo por la cintura y acercarlo más a su cuerpo, mientras se degustaba con aquel beso, que para nada era inocente. Solo cuando les falto un poco de aire, tuvieron que separarse, aunque su semblantes ruborizados los delatan con nerviosismo.
-. Feliz san Valentín.- dijo el peliplata sacando los chocolates de su bolsa.
Saki sólo lo cargo para darle otro beso en respuesta. Kai rio en el acto, pero le correspondió con gusto.
Al final, su carta de san Valentín había servido de algo y no sólo de adorno para el bote de basura.
Aunque ya se las cobraría para el resto del día…
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