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Best Friends por karasu

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Notas del fanfic:

Es mi primer fanfic un poco larguito, no sé qué decir, espero que lo lea alguien y os guste :3

 

Notas del capitulo:

¡El primer capítulo de mi segundo fanfic!
Antes sólo he escrito un one-shot, así que no sé cómo me irá con algo más largo...
En este capi no pasa mucho, pero en el siguiente hay lemon~ Si dejan lindos reviews (?) lo subiré. Con tres me conformo. Ok... con uno me sirve .___.
Me callo y os dejo leer ^^
Espero que os guste y no se haga pesado :3

-Venga, Uruha... tu sabes que quieres!
-No, Ruki, en serio, no pienso ir... No sé por qué se te metió eso en la cabeza!- La verdad, no entiendo cómo a Ruki se le ocurrió algo como esto. Desde haría cómo una semana decidió que yo llevaba mucho estrés encima y que necesitaba "algo" para desfogarme. Y el único "algo" que se le ocurre es sexo! Eso demuestra lo perverida que está la mente de nuestro chibi...
-Claro que irás! Es que lo necesitas, Uru, y seguro que lo pasas bien, te lo garantizo.- me miró con una sonrisa divertida. ¿Se le habrá ocurrido algo?
-Joooo, que nooooooooo...
-Si aceptas te dejaré en paz, sabes?- Mierda, ahora me pilló... sí, quiero que me deje tranquilito de una vez...
-Eeh...
-¿Te decidiste?-su cara se iluminó- Ok, pues sólo tienes que ir aquí a las 22 hoy~
-qué?! Ruk...- Se fue corriendo... Será...
Y... ¿Oí bien? ¿Ruki dijo "hoy"? Miré la hora. Eran las siete de la tarde. Sólo tenía unas pocas horas para pensarlo. Maldito Ruki.
Cogí mi bolso y salí del estudio dónde habíamos estado discutiendo. No estaba muy seguro de si quería ir. En mi cabeza resonaban dos vocecitas, una insistía que por una vez no pasaba nada, que por probarlo no había problema; la otra no paraba de decir que aquello no estaba para nada bien. Y me estaban empezando a marear.
Iba andando por el pasillo (creo) cuando choqué con alguien.
-¡Uruha! - alzé la mirada, hasta entonces clavada en el suelo, para mirar a la persona que me había llamado. Encontré la cara de Reita sonriendo, parecía de buen humor.
-ah... hola Reita.
-Vaya manera de saludar, qué entusiasmo... Bueno, no importa demasiado. ¿Querrías ir a un bar esta noche?
-Ir a un bar... ¿por qué?
-Estás un poco rarete hoy, eh? ¿Por qué tendría que querer ir a un bar? Pues para pasarlo bien y beber un rato~
-mm...Es que no...
-¿No qué?- Reita estaba empezando a perder la poca paciencia que le quedaba.
-Eeh... digo... que no me encuentro demasiado bien, pensaba ir ahora a mi casa...
-¡Haberlo dicho antes! Por eso estás raro... espero que mañana te encuentres mejor.-Acabó la frase con una sonrisa amable.- Me voy, ok? Nos vemos!
Suspiré aliviado cuando Reita se fue. Pero qué? ¡Aaaarg! Acababa de perder mi oportunidad de tener una excusa para no ir a "ese" sitio dónde el vocalista casi me obligaba a ir... Se me ocurrió la posibilad de perseguir a Reita para decirle que sí, pero mi cuerpo, por lo que se ve, ya había decidido que yo me iba para casita. Sin ser muy consciente de ello, salí del edificio, cogí mi coche, y llegué al edificio dónde vivo.
Subiendo las escaleras miré la hora de nuevo. Eran cerca de las 8. Cada vez me quedaba menos tiempo. Cuando llegué finalmente a mi casa, medio ahogado por el esfuerzo de subir por la escalera (¿en qué estaba pensando?), cerré la puerta y me puse a dar vueltas por mi casa andando a gran velocidad, en un estado casi histérico.
-Mieeeerda, ¿pero qué hago ahora? ¿qué hagoooooo~? - realmente aquello me estaba estresando mucho más. Mañana Ruki morirá.
Me dejé caer en la cama, intentando calmarme.
...
Desperté. Eeeh... Si me acababa de despertar significaba que me había DORMIDO. 
Dí un salto sobre la cama y empecé a buscar mi reloj mirando hacia todos lados. En un rato me acordé de que lo llevaba puesto y consulté la hora de nuevo. Eran las 21:30. Mi corazoncito estuvo a punto de petar del susto.
Me levanté, di unas cuantas vueltas por la casa buscando ropa, me vestí e intenté arreglar mi pelo con los dedos.
Así, supongo que mi subconsciente había decidido por sí solo que iría.
Una vez salí de casa, decidí no pensar en ello. Tampoco sacaría nada positivo... sólo conseguiría llegar allí con dolor de cabeza.
Busqué en mi bolso el papel que Ruki me había dado. No estaba demasiado lejos, pero tampoco tenía muchas ganas de caminar. Tampoco quería conducir (...ok, no tenía ganas de nada) , así que decidí coger un taxi.
El auto se paró delante de un edificio, le pagué al taxista y bajé.
Alzé la vista para ver el edificio, era alto y parecía bastante moderno. Ahí ponía "Hotel". Ok, qué intentas que haga, Ruki? Mañana me las va a pagar...
Entré y subí al ascensor, sin preguntar nada, sabía dónde iba, ese maldito papelito lo indicaba demasiado bien.
El ascensor llegó rápido, demasiado rápido para mi gusto, al piso indicado. Empecé a andar, buscando ese número encima de la puerta. 645. Uno cualquiera, ¿no?
Tuve que andar bastante por aquella especie de laberinto hasta encontrarla. Una vez delante, miré la hora. Las 21:58.
Quedaban sólo dos minutos... Creía tenerlo decidido, pero las dudas y mis dos vocecitas me asaltaron de nuevo.
En un momento de valor, dí un paso delante y abrí la puerta. En ese mismo momento me arrepentí de ello, pero ya lo había hecho, así que acabé de abrir la puerta poco a poco para ver dentro de la habitación.
Saqué un poco la cabeza dentro de la habitación, para "inspeccionar".
Había una habitación de hotel más o menos normal, estaba oscura, sólo iluminada con luz tenue de una pequeña lámpara que había junto a la cama, que era bastante grande, para dos personas.
Estaba yo inmerso en mi análisi de la habitación que no me fijé que alguien acababa de abrir una puerta que había en la pared de la derecha.
- ¿Eres Uruha?- una voz me había llamado.Mis ojos de abrieron del susto y me giré para ver la persona de quien provenía. Ahí me encontré con un... CHICO de pelo y ojos negros, que iba bastante maquillado y llevaba unos pantalones y una camiseta sencillos parecidos a un pijama (¿debía serlo?).
- Eeh, lo siento debo haberme equivocado.- Dije a toda velocidad a la vez que cerraba la puerta.
-¡Ey!-Pude oir mientras cerraba. También vi que el chico intentaba pararme, pero estaba demasiado lejos.
Me quedé parado delante de la puerta, mi respiración y ritmo cardíaco se habían acelerado a causa de la sorpresa de ser descubierto, y aun no había conseguido pensar con claridad. Cuando me calmé un poco, encontré nuevos motivos para ponerme histérico. Aquel chico había dicho "Uruha". Yo creía que no llevaba el nombre escrito en la cara. Tampoco somos una banda conocida o famosa, así que es imposible que me hayan reconocido... ¿Por qué sabe mi nombre ese tío? Otra vez mi impulsividad me llevó a cometer un acto del que justo después me arrepentiría (aunque no a la larga).
Abrí la puerta de nuevo, esta vez poco a poco, y volví a sacar la cabeza dentro, tímidamente. El chico aun estaba en el mismo, sitio, se había quedado mirando la puerta.
-eeh... etto... ¿dijiste mi nombre?
- Sí, dije "Uruha" - respondió el chico con cara de divertido.
- ¿Y cómo sabes tú mi nombreeeee?
- Ruki me habló de tí.
- Ru...Ruki?
- Sí, me llamó hoy y me dijo que vendrías a las diez~- el chico sonrió y empezó a mirarme de arriba a bajo. Me estaba empezando a asustar por su mirada. Pasado un minuto acabó de inspeccionarme y se acercó a mí- Anda, pasa, no te quedes en la puerta.
Casi inconsicientemente di un paso adelante, entrando totalmente a la habitación. El chico cerró la puerta detrás de mí.
-¿Qué quieres? - no sé a qué vino eso, pero no podía pensar muy claramente. ¿Dónde me había metido ese maldito de Ruki? En mi mente se repetía "asesinar al enano mañana, asesinar al enano mañana, asesinar al enano mañana..." Pero ese chico empezó a hablar. Rió. Ahora estaba sentado en la cama con las piernas cruzadas. Me miraba, sin que esa sonrisa desapareciera de sus labios.
- Ruki es malo, verdad? ¿Qué te ha dicho? O mejor, ¿qué no te ha dicho?
- No me ha dicho nada.- intenté decir, desviando la mirada. Definitivamente no sé mentir.
- Idiota, mientes fatal. ¿Por qué has venido?
- Por nada, ya me voy.- Me giré y abrí un poco la puerta para salir, pero alguien la cerró con fuerza desde detrás mío. Y ese mismo alguien sacó una llave de algún sitio y cerró. Ahora no podría salir si él no me abría, y eso no me gustaba. La situación me gustaba aun menos, ya que el chico me había acorralado entre la puerta y su cuerpo. Acerco sus labios a mi oreja, podía sentir su cálida respiración.
-No huirás...
Esa voz sonaba demasiado cerca. El chico del pelo negro me rodeó la cintura con sus brazos y me acercó aun más a él.
-Responde... qué querías cuando viniste aquí? Ruki si te dijo... Aquí ibas a encontrar alguien con quien tener sexo... un puta... yo...
-ah... - no podía responder. Sentía que mi cara debía estar toda sonrojada. La cercanía y las palabras de aquel chico habían conseguido que me quedase paralizado.
A partir de ahí la situación se me fue de las manos.

******

El chico del pelo negro vió como las palabras hacian que aquel lindo castaño se sonrojase al extremo. Con esa carita... Era más que violable...
Aun sus pensamientos, se controló. Él era la puta ahí, no el cliente, y no podía hacer nada sin el permiso de aquel chico al que Ruki había llamado Uruha.
Pero estaba empezando a perder la paciencia. A aquel ritmo no iban a llegar a ningún sitio. Y decidió tomar la iniciativa. Intentando ser suave y dulce, ya que se veía de lejos que Uruha no tenía ninguna experiencia en ese tipo de... asuntos.
El pelinegro le estaba abrazando la cintura con un brazo, mientras con el otro empezó a acariciarle la mejilla.
Cuando se fijó en la cara del chico, este estaba a punto de llorar. ¿Llorar? Uruha ya se había olvidado de asesinar a Ruki hacía rato. Ahora estaba realmente nervioso, y tenía hasta miedo. No sabía lo que le esperaba allí. Y entonces sintió que tenía los ojos húmedos, lo que lo hizo sonrojar más. No quería llorar delante de aquel hombre... Entonces sintió que le acariciaban suavemente le mejilla.
-hey... No llores...
Uruha vio que el chico lo cogía de la mano y lo conducía, casi arrastrándolo, hacia algun sitio. Lo había llevado... a la cama.
Por sorpresa del castaño, aquel chico no le hizo nada raro al estilo de intentar violarlo o tocarlo. Simplemente hizo que se sentase en la cama. Y después se puso de cuclillas delante de él, para poder ver la cara escondida detrás de los mechones de pelo castaño.
-No llores...- repitió el del pelo negro, con voz suave.- Yo no te obligaré a nada... No te preocupes... Vale que soy una perra barata, pero tampoco no soy un cabrón de esa magnitud. Ruki no me ha pagado para que te viole, sino para que te entretenga con sexo.- Vio como Uruha se estremecía al oír la palabra "sexo". Pero siguió hablando después de una pausa.- Así que cálmate, si? No te haré nada si no quieres, ok? 
El chico se sentó al lado de Uruha, sin dejar de mirarlo.
Pudo ver como el castaño trataba de calmarse. Poco a poco su respiración volvió a la normalidad, sus ojos y la punta de su nariz seguían un poco rojos, pero estaba mejor.
Por sorpresa del pelinegro, Uruha se acercó a él y apoyó su cabeza en su hombro.
-¿Estás mejor?
-S...sí.- dijo el castaño a poco a poco- Sí, estoy mejor... Gracias.
El chico no pudo evitar abrir mucho los ojos al oir aquel "gracias". No sabía cuanto tiempo hacía que alguien le había agradecido algo.
-No... no tienes por qué agradecérmelo, fue culpa mía...
-Eeh... no, no... Aunque no lo creas me has ayudado mucho... Y fue Ruki quien me metió en esta situación, no tú.- El pelinegro soltó una risita con las últimas palabras del castaño.
-Ruki es malo a veces... Es un poco raro.
-Ni te digo... ¿De qué le conoces?
-No sé si el enano querrá que te lo diga, pero el es un cliente habitual mío desde mis... inicios en la profesión.
-Así que Ruki es gay... Nos lo tenía escondidito, el maldito... - el del pelo negro rió de nuevo, y después siguió hablando.
- Nos conocemos desde hace unos dos años. Él me trata bien y bueno, es un poco raro, pero nos hicimos... amigos, o cómo se pueda llamar a nuestra relación. Nos gusta el mismo tipo de música, así que hablamos sobre ello. No sé mucho de él... Sólo hablamos de música, nunca de nosotros y nuestras vidas, así que no creo que se pueda decir que lo "conozca". ¿Y tú de qué conoces al pequeño?
- ¡Tenemos una banda de rock!- respondió Uruha animadamente. Se notaba que le gustaba hablar de ello y parecía feliz hablando de ello. El pelinegro sonrió y lo animó a hablar.
- ¿Sí?- dijo, abriendo mucho los ojos.- ¡Cuenta más! Ah... perdona... sólo si quieres...- Se había animado demasiado. No debía hablar de temas personales con los clientes.
- Yo... realmente creo que eres un buen chico... Claro que quiero... Está bien hablar contigo. Aunque... según Ruki deberíamos estar haciendo... otras cosas.
-¿Quieres hacerlo?- preguntó el chico.
- No... no lo sé...
- Quieres... intentarlo? Puedo ir lento y si quieres paro...
- Así Ruki dejaría de joderme y perseguirme...- el castaño miraba el suelo con cara reflexiva. El pelinegro rió de nuevo. Encontraba a ese Uruha realmente gracioso, a veces.- ok, se puede intentar, supongo. -Dijo levantando la mirada para mirar al chico del pelo negro, sonriendo.
Este último se encontraba en una de las situaciones más raras que había estado nunca. Pero obedeció al castaño. Era hora de trabar.

Notas finales:

Pues eso.
¿Qué tal ha estado?
Espero que no se considere un plagio. He leído muchos fics antes y no puedo evitar ser influenciada.
Bueno, si decidís dejar un review dadme vuestra opinión~ ¿Hay algo que no os guste? ¿Algo que puedo mejorar?
Así conseguiré mejores resultados >.<

¡Gracias por leer!


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