Capítulo I: Un inesperado comienzo
– Hoy es un gran día para todos. Inauguramos mi gran sueño ¡La universidad de Konoha! Sé que todos son rostros nuevos. Algunos recién titulados, pero sé que lo harán muy bien. ¡Den su cien por ciento!
Tras oír el discurso de inicio de clases, por parte de la rectora, que también ejercía como profesora, los profesores se dirigieron a sus salones para conocer a los sus alumnos. La expectación estaba en el ambiente, hasta se podía respirar ese olor a nuevo que tienen las cosas cuando las sacan se su envoltorio
En un salón, en particular, era muy distinto el ambiente que generaban los alumnos. Para algunos era el día más importante de sus vidas, el inicio de la vida como adultos. No serian tratados más como niños, sino como personas responsables. Mientras que para otros era solo la continuación de la gran tortura, hecha por los padres, para tener ocupados a sus hijos y joderles la vida. Un claro ejemplo del segundo grupo era Naruto.
– ¿Tu tío será uno de nuestros maestros? – pregunto Sai, desde otro banco, junto a Naruto
–Si
Las expectativas del rubio para ese año no eran de las mejores, más aun cuando se le venía a la mente su castidad, la cual, se había hecho eterna durante sus tiempos en la escuela. Por otra parte, su amigo Sai, desde que le conoció hablaba de sus amores furtivos durante la segundaria, hasta con maestros del mismo establecimiento sostuvo relaciones meramente físicas. Tampoco su amigo Sasuke se quedaba atrás, ganó el título de rey del baile en su último año escolar, además de que no eran ocultas las visitas de múltiples chicas al departamento Uchiha. Esto último era uno de los conflictos que tenía el rubio con su amigo, le molestaba rotundamente que coqueteara, en especial si era en presencia de él, con las muchachas tímidas que confesaban sus sentimientos
–Espero que no lo ocupes como escusa para ser más estúpido de lo común – habló Sasuke
Interrumpiendo la conversación de Sai y el rubio, se ubico en el puesto junto al último. Eran amigos desde niños, pero solían discutir por asuntos tan necios, al igual que el primer día que se hablaron. En ese primer dia en el jardín de niños la maestra les obligó a sentarse juntos, porque todos los demás tenían compañeros. Al pedirle Naruto un lápiz de color azul a Sasuke, el de cabellos azabaches se lo negó – No, porque eres un tarado -. Más tarde el destino los uniría como dos files y unidos amigos
–También está tu hermano como maestro ¿No Sasuke?
Una chica de cabellos rosados da la vuelta hacia el banco de Naruto y Sasuke y se integra a la conversación. A esta le gustaba Sasuke, y ya se lo había confesado, pero como también se conocían desde la infancia, nunca llego a ser más que una buena amiga para el galán
–No me lo recuerdes
Todos se sientan en sus puestos, el profesor hizo presencia en el salón. Un moreno con camisa y coleta. Muy joven. Posiblemente un recién titulado. Naruto saca un lápiz y cuaderno para luego apoyar la cabeza en su mano e iniciar una tortura que duraría al menos cinco años. Un pequeño pensamiento de maldad invade la mente de Sasuke. Ese lápiz le hacía encender su instinto malicioso. Involucrar a su amigo en algún acto vergonzoso. Mientras que el maestro escribía su nombre en la pizarra, con intenciones de presentarse a la clase
–Me llamo Iruka Umino y seré su maestro de Literatura, se que… ¡Naruto, bájate de la mesa y toma asiento!
–Es que Sasuke lanzo mi lápiz al techo…
–Naruto, no contradigas al maestro – le reprendió aguantando la risa, el malvado que le había metido otra vez en un problema
–Te asesinare
Amenazó en un susurro. Avergonzado frente toda la clase. Sasuke tenía la cabeza entre sus brazos, los cuales estaban sobre la mesa, riendo suavemente para no ser delatado por las carcajadas que le causaban el regaño, pero por sobre todo, la impulsividad de Naruto ante aquellas situaciones, las mismas que podían ser evitables con aplicar tan solo una pequeña pisca de madurez
El tiempo pasó relativamente rápido. Los tres amigos se dirigieron hacia unas bancas en el campus de la universidad para conversar unos momentos y descansar antes de la siguiente materia
–Tú no puedes evitar hacer el ridículo
–Nada de esto hubiera pasado si pudieras dejar de molestarme
–Hay que admitir que tu tío está bien bueno
El comentario fuera de lugar por parte de Sai molesto a Naruto, aun más que la broma de Sasuke. Se trataba de su tío, que era prácticamente un padre. El moreno que se había presentado hacia unos momentos, y logró llamar la atención, lastimosamente la de un pervertido. Naruto zamarreó por un largo instante, insultando a Sai, - ¡eres asqueroso, el es mi tío!, ¡además es un hombre! -, pero el que observaba la escena tenía un as bajo la manga para contradecir la molestia e ira del ofendido
–Tú no posees gustos muy distintos – sujeta un libro con sus manos – cito: “Hoy me entere de que él ira a la misma universidad que yo, solo espero que…”
El agresor al escuchar esas palabras, que habían salido de sus manos, se detiene en el instante, dejando de lado su ira para con Sai, y le arrebata el libro de las manos escondiéndolo en su mochila nuevamente, justo de donde lo había sacado Sasuke sin autorización. Se avergonzó tanto que ni dio explicaciones. Se cruzó de brazos y fijó su vista en el suelo. El ladrón le pregunto sobre el afortunado que le quitaba tanto la concentración, pero no consiguió una positiva. Al de ojos azules le picaba la lengua, con intenciones de decir, - tu, solo tu - mas la turbación le ganó, recalcando que eso no era escusa para que Sai mirara de esa manera a su tío
A penas llevaba unas horas de inaugurada la universidad, y ya estaban pasando varias cosas interesantes. No solo en los alumnos, sino que en el salón de maestros. Una persona ya hacía algunas indagaciones sobre otro colega, en especial, de alguien. Piel canela y cabellos de chocolate
–Es de literatura, hasta donde sé. Titulado hace unos meses
–Yo que tu apresuraría mis pasos, está haciendo amistad con tu amigo Itachi
Se veía interesante con las aclaraciones de sus padres. Literalmente padres, aunque el biológico solo era el de cabellos similares a él y ultimo en responder. El otro de cabellera lisa y oscura era su pareja, y algo así como un padrastro. Cosa que no le molestaba a Kakashi, pero fue duro que dejaran a su madre por un hombre. Luego de eso, su madre calló en una depresión y nadie nunca supo más de ella, solo conformándose con una que otra historia contada por su padre, Jiraiya
–Te agradecería que omitieras el nombre del Uchiha – habló Kakashi
–Jiraiya, cambiando el tema, ¿Vendrás hoy a visitarme? Si quieres tendré la bañera lista
–Si van a hablar de sus rarezas, mejor me retiro
De disponía a salir del lugar, le molestaba escuchar como su padre paneaba los encuentros sexuales con su novio. Él también disfrutaba de los placeres que se podían brindar los cuerpos, pero imaginarse a su padre desnudo, le daba un rotundo asco, además no era de su agrado ver nuevamente a Itachi cortejar a otro chico que le llamaba la atención a los dos. Algo dentro de sí, impulso a Kakashi para que golpeara con su codo al Uchiha en la cabeza en su intento de escapar del salón de maestros
–Lo siento, no te vi
–Ten más cuidado… perdedor
– ¡Maldito put*! – se devolvió con ganas de discutirse el titulo de campeón
El roce provocó una pésima reacción de ambas partes. Itachi se paró de su asiento con serias intenciones de enfrentar a su oponente, y el otro no dudo en mantener férrea su actitud, por fin le daría la paliza que tantos años estuvo pospuesta. Un tercero se levanta e intervine, separándolos, evitando un con sus manos que se fueran de golpes dentro de la universidad. Itachi que parecía más civilizado que su oponente, tomo sus libros. Se retiro dejando un par de sarcasmos para Kakashi. Pretendía, el ofendido, ir tras de este para enseñarle a golpes algunas cosas, pero alguien sorpresivamente intervino
–Si usted, verdaderamente es un maestro, debería comportarse como tal
La voz que emanaba del bronceado rostro hizo callar al iracundo. Aplacando la furia, y dejándolo en una especie de depresión por el posible rechazo inmediato que causo en el maestro de literatura. Una lástima perder esas caderas que se lograban apreciar a unos centímetros de sus ojos, eran simplemente deliciosas, pero todo se fue por el drenaje a causa del estúpido carácter que poseía
Cuando Sasuke revisó el horario, se percato de que seguía la clase que nunca en la vida escolar habían congeniado con Naruto, historia. Era problema de todos los años para Iruka enseñarle a su sobrino sobre esa materia. El muchacho era tan cabeza dura que en múltiples ocasiones casi le significa la repitencia de un año escolar. Iruka le rogaba al director del colegio y lograba promover a Naruto de grado. Mientras que Sasuke disfrutaba mucho de la materia, era una de sus favoritas. También intentó que su amigo entendiera al menos los conceptos básicos, pero se le creía un caso perdido en esta área
–Mira, ese profesor muestra tanta felicidad, como tu amiguito Gaara
Según las extrañas deducciones de Sasuke, el posible pretendiente del rubio sería un joven de sus mismas edades, que estudiaba psicología. Este se llamaba Gaara. Dueño de un rostro de mapache muerto, el cual, nunca sonreía, o al menos así hablaba Sasuke del personaje, que nada de bien le parecía, si quiera imaginarlo con Naruto. Sobre su cadáver tendría que pasar para tocar a los ojos azules que tenía a su lado desde la primaria, aunque solo fueran amigos
–Lo dice el que siempre está riendo
El Uchiha tampoco era de muchas risas, solo a costa de la dignidad del impulsivo e inocente Naruto lograba demostrar algún gesto humano. En el fondo, Sasuke guardaba varios secretos que eran causa del desvanecimiento de su sonrisa. Cosas que no gustaba hablar con sus amigos, y que ocultaba a tal punto de nunca levantar, si quiera, rumores sobre lo que verdaderamente pasaba en su vida
A Kakashi le costó llegar hasta el mesón. No era que le importara tanto la actitud del moreno hacia él. No, eso jamás. Por su vida ya habían pasado muchas personas, hombres y mujeres, los cuales nunca lograron humanizar su cuerpo, e Iruka no sería la excepción. Ahora un hombre que aparte de su familia, nadie más lo conoce, que no posee un renombre, ni importancia en la universidad, sino que un simple profesor de literatura, le distraía con tan solo un ademán. Posiblemente fue el yogurt de la mañana, debió estar descompuesto
–Hola, mi nombre es… - se quedó mirando un papel que llevaba en las manos con la materia de ese día - …es… - mira a sus alumnos dejando escapar solo una reflexión mental “¡Todo a la mierda!” – pueden hacer lo que quieran
Deja caer su cuerpo sobre la silla y el rostro sobre el escritorio. Maldito yogurt
– ¡Este es mi profesor preferido!
Tras el grito de Naruto todos comenzaron a conversar y a comportarse como si no hubiera alguien con autoridad dentro del salón.
–Yo sigo pensando que mi profesor favorito es Iruka-sensei
Naruto quiso borrarle la sonrisa de un solo golpe a Sai, de verdad no aguantaba que trataran de esa manera a su tío, por muy amigo que fuera de él. Pero alguien junto al rubio se entromete dando una opinión, a sabiendas de la reacción posible de Naruto
–El mío igual Sai
–Tu…
La ira de Naruto llego a su límite, se podía esperar esa reacción del pervertido de Sai, pero de Sasuke no, el era su mejor amigo, pero a la vez le quería como si fueran más que eso. Luego de plasmar la molestia íntegramente en su rostro, da la espalda a su compañero de banco y queda conversando con Sai, ignorando todo intento del Uchiha menor, por buscar la atención del dueño de los ojos azules
–No me digas que te enojaste de verdad Naruto – picándole la espalda con el dedo índice
–Sí, también me gustó eso Sai – sin prestar la más mínima atención a su amigo
Y así se prolongo la actitud de Naruto para con Sasuke durante todo el día. Ni una mirada le brindo. De verdad estaba enojado, y no estaba dispuesto a cambiar eso
Kakashi por su parte estaba igual que en la mañana. No comió. Tendré que comenzar a leer las fechas de vencimiento. Se resistía aun a la idea que estuviera así por Iruka. Pero había algo bueno, ya faltaba poco para retirarse de la universidad. Era solo el primer día y ya deseaba llegar a descansar, ni pensar en salir esa noche, no tenía ánimos para agarrarse a alguien. Se acostaría miraría el cielo de su dormitorio hasta que callera bajo los efectos de Morfeo. Caminando por los pasillos de la universidad, se encuentra con sus padres caminando juntos. Ya se retiraban. Sus horarios ya habían finalizado
–Está en la biblioteca… solo – hablo Orochimaru con una sonrisa en el rostro
– ¿Por qué lo dices? Él no me interesa – se detuvo mientras que la pareja seguía su camino sin parar
– ¡Por supuesto! Y a mí me gustan las chicas – se largaron a reír
Kakashi intento ignorar el sarcasmo y siguió su destino. Cómo era posible que por preguntar por alguien significaba que estaba enamorado. Que yo recuerde eso nunca me ha pasado. Orgulloso como siempre. Maldito yogurt. De la nada había llegado a la biblioteca, la cual tenía un letrero grande sobre su puerta doble, el cual llevaba el nombre del aula. Entró. Era gigante, tenia cientos de estanterías, llenas de libros de todos los tamaños y tipos. Divididos en las variadas secciones que tenía el lugar. Explorando entre los estantes, encuentra una sección cerca de los ventanales, en donde, se encontraban un espacio llenos de mesas, ideales para leer. En esas mesas estaba el moreno detalle del día
–Iruka… ¿Cierto? – se le acercó lentamente
–Sí, dígame – levantó la cabeza. Atento. Con una gran sonrisa, era aun más bello cuando sonreía
–Eh… bueno… quería disculparme por mi actitud de la mañana, usted tiene razón “¡Esperen!... ¿me estoy disculpando?”
–No me diga usted, dígame Iruka – sin dejar de sonreír – y no se preocupe por lo de la mañana, he escuchado muy buenos comentarios sobre usted, y de sus excelentes capacidades educativas
–Dígame… perdón – rascándose la cabeza – dime Kakashi
–Bueno… Kakashi – escampándosele unas suaves carcajadas
Wow… es hermoso. Por unos segundos el cuerpo de Kakashi quedó sin alma, quizá no era tan simple después de todo.
– ¿Está bien? Está un poco colorado
Una debilidad de tener una piel tan clara era la que observaba en estor momentos Iruka. Aunque no recordaba el de tez blanca cuando había sido la última vez que había ocurrido un suceso así
–No, es que… tengo… voy… quiero – muy nervioso – ¡yogur! – A Iruka se le planto un signo interrogativo en el rostro – me tengo que ir, adiós Iruka
–Adiós “que profesor más extraño”
En otro sector de la universidad de Konoha, específicamente en un salón de clases. Un rubio guardaba todos sus libros, queriendo ir a su hogar para descansar de lo estresante que había sido su primer día de clases
– ¡Naruto! ¡Naruto!
Pero no estaba solo, Sasuke seguía en su intento para que le perdonara por su error y le volviera a hablar, no era de su agrado dejar las cosas así. Solo que Naruto no estaba interesado en hablarle, al parecer era un buen castigo, ya que, su amigo no desistía en los ruegos
–Yo quería por las buenas, pero si tiene que ser por las malas…
Sasuke toma en sus manos el rostro de Naruto, evitando que escapara. Admira su rostro por algunos segundos, era tan bello cuando en su faz se fusionaban la inocencia y la sorpresa que guardaba en su interior, además de esos cabellos perdidos que caían sobre su propia semblante, sin perder el olor a rebelde que expedía su cuerpo. Posó su boca sobre los labios pálidos de Naruto, el cual, se deja manipular, sin poner resistencia. No intentó nada mas, solo posó sus labios en los de Naruto. Nunca pensó que ese día llegaría a besar al de los ojos azules que ya varias veces le habían quitado el sueño y la paz, pero logrando disimular muy bien para que no fueran evidentes sus profundos y certeros sentimientos para con su amigo
–Sa-sasuke – sonrojado, muy sonrojado, pero placido por lo cálido de los labios y las manos de Sasuke
–Al parecer fue efectivo. Nos vemos mañana – sonrió, para sorpresa de Naruto, era difícil verlo feliz sin que fuera a costa de las bromas hacia Naruto. Se marcha, dejándolo poner los pies en la tierra y para que Naruto recordara en qué mundo se encontraba
–Me beso… y ¿le gustó? (a juzgar por la sonrisa) y… me gustó