Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El poder para destruirlo era él por draco_potter

[Reviews - 110]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

PERDÓOOOOOOON!!! Se me paso que la semana pasada era puente y recién volví ayer!! De veras lo sientoo!!! 

Bueno aquí esta el nuevo capítulo, a partir de ahora serán algo más cortitos porque sino tardo más en subrilos. Bien, pues espero que les guste el nuevo cap!! Muchas gracias por lo comentarios, se agradecen :3

_________________________________________________________

La historia se situa en el sexto libro, por lo que habrá algunos spoilers.
Disclaimer: todos los personajes y lugares le pertenecen a J.K. Rowling, yo solo los uso porque tengo demasiado tiempo libre.
Parejas: la principal sera Harry/Draco. Lucius/Narcissa; Blaise/Pansy; Severus/Remus; Ron/Hermione
Aclaraciones: - diálogo; -"pársel"; -Hechizos ; -#pensamientos#.

 

Capítulo 5

El ojiverde volvió su rostro a la ventana y se acomodó en su asiento, consciente de lo largo que era el viaje. Sabía que con lo que había dicho acababa de poner en riesgo su anonimato, pero también sabía que eso le daría qué pensar al rubio durante un buen rato, y de paso podría volver a armar la distancia entre ellos que había ido desapareciendo a lo largo del trayecto. No le gustaba la facilidad con la que el rubio había conectado con él, ni como él mismo había reaccionado a esa extraña comodidad que se había asentado en el ambiente. Había aceptado ir con Draco para evitar el interrogatorio al que, estaba seguro, le iban  a someter los Gryffindors. Además, veía en Draco un ejemplo a seguir, ya que él había convivido desde pequeño con lo que Harry había tenido que aprender en tan poco tiempo. El rubio era un Malfoy, y desde que lo conocía, siempre había derrochado ese aire aristocrático y elegante que Harry había estado buscando ese verano.

Estaban cada uno perdido en su mundo cuando sintieron las puertas abrirse. Ambos se giraron para ver quién era el intruso y vieron a Pansy y Blaise mirándolos como si les hubiesen salido dos cabezas. Sus ojos iban de Draco a Harry y volvían a Draco y luego otra vez a Harry.

- ¿Quiénes sois vosotros y qué habéis hecho con Draco y Potter?- preguntó Blaise con el asombro pintado en su rostro.

- Ja, ja. Qué gracioso. – dijo Harry con sarcasmo mientras se estiraba cuan largo era en su asiento y empezaba a leer el libro que había sacado de su baúl para distraerse durante el viaje.

- Hombre, no sé tú, Potter, pero el año pasado no podías estar a 1 metro de distancia sin lanzaros, como mínimo, un comentario de lo más mordaz. Y ahora llegamos y parecéis amigos y todo. – Mientras iba hablando, él y la chica se habían sentado junto a Draco.- ¿Por qué compartís compartimento?¿Por qué no has venido con nosotros como siempre?-preguntó al rubio, pero como respuesta solo obtuvo un encogimiento de hombros. Draco giró su vista hacia la ventana, apoyó el codo en el alfeizar y la cabeza en su mano. -¿Os hemos cortado el royo o qué?- increpó Blaise, que empezaba a estar molesto por la actitud pasota de su amigo.

No obtuvo respuesta y eso le molestó aún más, pero antes que dijese algo ofensivo, Pansy le dio un golpe para callarle. Enfadado, se dejó caer contra el respaldo y se dedicó a observar al chico frente a él. El cambio en Potter era observable a distancia: sus ropas habían dejado de ser holgadas y viejas convirtiéndose en unas ropas nuevas y buenas que definían a la perfección su cuerpo musculoso; esos lentes destartalados habían desaparecido revelando unos hermosos ojos verdes, aún así opacos y fríos; el nido de pájaros que adornaba su cabeza había pasado a ser un cabello lacio  y brillante que, aunque conservaba su desorden, ahora parecía estar domado. Suspiró resignado e intentó sacar un tema de conversación para romper ese aburrido silencio.

- ¿Qué lees?

- Sueño de una noche de verano.

- Mmm, es un buen libro. Yo también me lo estoy leyendo. ¿Por dónde vas? – Harry se incorporó y se sentó con las piernas cruzadas a lo indio sobre el asiento.

- Por la parte en que Puck ha hecho que Demetrio y Lisandro estén enamorados ambos de Helena.- Blaise se levantó emocionado y se sentó junto al Gryffindor.

- Yo también estoy por esa parte, un poco más adelante. Aunque no pude leer mucho, ¡me da una rabia! Está muy interesante. Entonces, ¿te gusta leer?- Harry cerró el libro, dándose cuenta que no podría seguir leyendo.

- Pues depende, si el libro es bueno y me gusta, enseguida me engancho. Si no es bueno o el argumento no me engancha mucho, se me hace bastante pesado.

- ¿Has leído alguna otra obra de Shakespeare?

- Sí, bastantes, aunque, ¿no es lectura muggle?- preguntó confundido por el hecho que un sangre pura como Zabini lo hubiese leído.

- Sí, pero te habrás dado cuenta que no hay muchas novelas en el mundo mágico. Además casi todas tratan de lo mismo: de Aurores que deben perseguir a un asesino muy escurridizo; de un Hombre Lobo, Vampiro, Dragón, o cualquier criatura maligna que se te ocurra que acecha un pueblo; las románticas de Veelas… Las muggles son como un soplo de aire fresco. Es interesante ver como algunas obras muestran hechos que creen ficticios y que en realidad pertenecen a nuestro mundo.

Harry pensó en lo que el italiano le decía y recordó  que en la Biblioteca Black, entre las muchas novelas de magos oscuros que destruían la población muggle había visto algunas de origen muggle. Supuso que el chico tenía razón en ese aspecto.

- Pues la verdad es que he leído casi todas las obras de Shakespeare.

Y con eso ambos jóvenes se enfrascaron en una conversación sobre autores y novelas mágicas y muggles, mientras Pansy y Draco hablaban sobre lo que habían hecho ese verano. Al cabo de un rato pasó la mujer del carrito, y aunque ninguno quiso nada, eso cortó las conversaciones que estaban teniendo.

-Vaya, da gusto poder hablar con alguien que entiende del tema. – suspiró con una sonrisa el Slytherin moreno. – A esos dos no les gusta mucho leer.

- No es que no nos guste- replicó la chica- es que tu eres un come libros.

- Pues ni tanto, que Potter ha leído casi tantos libros como yo.

-Entonces será que él también es un come libros, ¿no?

- ¡Oye!- se quejó en broma el ojiverde. – Saciar la curiosidad no es un pecado.

- Ya, pero es que vosotros no leéis para saciar la curiosidad.- dijo divertido el rubio.

- La verdad es que parece que queráis más a los libros que a las personas.

- Mujeres…- suspiraron los dos a la vez, pero Harry siguió- a lo mejor es porque los libros no te atan, cometen errores, no son débiles. Las personas puedes llegar a ser un estorbo. –En cuanto lo dijo desvió la mirada e hizo como si no se percatase de las miradas que le lanzaban los otros chicos. Se dio cuenta que ya estaba oscureciendo, señal que pronto llegarían a Hogwarts.- Deberíamos ponernos ya los uniformes, no queda mucho.

Eso sacó del asombro a los Slytherins. La verdad es que era chocante oír decir al supuesto salvador del mundo que las personas no valían mucho. Pansy fue a cambiarse al baño y los chicos se cambiaron en el compartimento. Draco y Blaise se cambiaron de espaldas a Harry, que hizo lo mismo. Blaise vio la marca en el brazo del rubio y lo miró, interrogante, pero éste le hizo una señal para indicarle que ahora no era el momento. El moreno se dio cuenta de la tristeza en los ojos de su amigo y aceptó hablarlo más tarde.

Harry se cambió rápido pero no se pudo ni la corbata ni la túnbica, de momento. Hacia calor en el vagón, así que con el suéter sobre la camisa tenía suficiente. Se dejó los dos primeros botones de la camisa  sin abrochar y el cuello algo abierto, pero no se pudo abrochar.

Cuando Pansy entró no pudo evitar soltar una risita ante la vista que la recibió. A un lado, Draco y Blaise con sus uniformes verdes perfectamente puestos y hablando con un Gryyfindor frente a ellos que tenía la corbata y la túnica a un lado y en una pose más relajada que los otros. Avanzó y se sentó junto a Harry.

-¿De qué hablan?

- De quidditch.

-Como no…

- Le decíamos a Potter que este año Gryffindor no tendrá tanta suerte.

-Si Slytherin pierde, es porque su buscador no me llega ni a la suela del zapato. – dijo Harry divertido.

- Nah, Potter, más quisieras.- dijo Draco con una sonrisa en su cara.

- Más quisieras tú ganarme alguna vez- Pansy y Blaise aplaudieron a Harry.

- ¡Oigan, qué amigos son!- se quejó el rubio con falso enfado.

De repente alguien tocó a la puerta y la abrió rompiendo el ambiente. Ron y Hermione estaban al otro lado, ya con sus uniformes, y una cara de cordero degollado que molestó mucho a Harry, el cual giró la cara para no verlos. Pansy y Blaise, que no habían visto antes la discusión del trío, se sorprendieron ante la reacción del ojiverde.

-Em… esto, Harry… - Granger parecía nerviosa- ¿Podemos… podemos hablar un momento, por favor?

-¿Para qué?- contestó brusco

- Pues para hablar- dijo Ron exasperado.

-Que elocuente- dijo con sarcasmo el chico, pero igualmente se levantó y se fue hacia la puerta. -¿Queréis hablar aquí o vais a moveros para dejarme pasar? – Los Slytherin se sorprendieron por la frialdad con la que les hablaba a sus mejores amigos.

Cuando los Gryffindors abandonaron el compartimento, los Slytherins vieron su oportunidad de hablar.

-¿Qué ha pasado con Potter?- preguntó Pansy. Draco puso un hechizo silenciador en la puerta para poder hablar tranquilamente.

- No lo sé, cuando llegué empecé a hablar con él por ese plan pero-

- ¿Qué plan?- le cortó su amigo

-Oh, cierto, que no lo sabéis. Bueno creo que este no es el mejor lugar, ya esta noche lo hablaremos seguros en las mazmorras. La cuestión es que Potter parecía molesto con todos sus amigos, y se vino conmigo. La verdad es que no es tan idiota como pensaba.

- Yo lo encontré muy simpático, y muy guapo.

-Eso lo dices solo porqué lee tanto como tú- le replicó su chica.

- Mm, ¿estás celosa? – dijo insinuante

- Basta, ahora no es el momento para que os pongáis a coquetear, que estoy delante. – dijo el rubio haciendo un puchero.

De repente la puerta se abrió para dejar paso a un Harry cuya mirada hizo estremecer a los chicos. Caminó con la furia contenida en sus ojos, cogió sus cosas, las redujo, tomó su túnica y su corbata y se dirigió a la salida.

-¡Oye!- gritó el rubio- ¿Dónde vas?

Harry clavó sus brillantes esmeraldas en esos ojos fríos de color tormenta, haciendo que el otro quedara si aliento y sorprendido. Aunque al principio los años de insultos y peleas habían creado un muro entre ellos, cuando se habían cogido confianza se lo habían pasado muy bien, en seguida habían congeniado. No quería irse, pero debía hacerlo, se dijo mentalmente.

- Es que no pueden vivir sin mi- dijo poniendo una sonrisa de fría burla y superioridad.

Y con eso salió dando un portazo y dejando a Draco con la sensación que estaba perdiendo algo.

-¿Queréis hablar aquí o vas a molestaros en dejarme pasar?- Ron y Hermione se sintieron destrozados por el trato del que había sido su mejor amigo. Se apartaron y empezaron a andar por el pasillo hasta llegar a un sitio más ancho.

-Harry, queríamos hablar contigo porque no sabemos lo que te hemos hecho pero lo sentimos, y si nos lo cuentas evitaremos repetirlo. – casi suplicó la única chica.

-Pues entonces desapareced de mi vista y seré la persona más feliz del mundo- contestó con una fría alegría.

-Pero, ¿qué te pasa?- dijo Ron exasperado.- Sé que lo de Sirius fue duro para ti, y sé que no habrá sido el mejor verano de tu vida, pero nosotros somos tus mejores amigos, sabes que puedes contar con nosotros cuando quieras, siempre hemos estado a tu lado. ¡Nosotros! ¡No Malfoy!- terminó gritando.

-Lo que Ron quiere decir es que queremos que cuentes con nosotros si te sientes mal o solo. – la chica tomó la mano de Harry, pero éste se deshizo bruscamente y tiró hacia atrás.

-No me toques, sangre sucia- esa voz fría e impersonal no se parecía nada a la del Harry que ellos conocieron. Ron se enfureció, pero más por la decepción y el dolor que sentía que por enojo.

-¿Qué pasa?¿Ahora vas del lado de Quién-tu-sabes?- ironizó el pelirrojo.

En ese momento tenía un conflicto interno. Por un lado quería gritarle y dejarle claro que sí que Voldemort le había ofrecido mucho más que cualquier otro, que ahora se sentía bien. Pero no podía hacerlo, su Señor le había dicho que de momento lo guardase en secreto, y sabía que tenía razón. Además su misión era poder traer información del bando de la luz, debía seguir teniendo su confianza, nadie debía sospechar. Se resignó, tampoco debía llamar tanto la atención. Durante toda esa lucha interior su rostro no reflejó nada, pero ahora debía poner un poco de dramatismo, así que puso su mejor cara de perrito abandonado.

- Lo siento, es que necesito tiempo para pensar. Voy a buscar mis cosas para ir a vuestro compartimento. ¿Dónde estáis?

-En el de siempre. –Harry asintió y se volvió para ir a buscar sus cosas.

Entro donde estaban los Slytherins con furia contenida y tomó sus cosas de mala gana. No quería irse, pero debía hacerlo.

-¡Oye!-oyó gritar a Draco -¿Dónde vas?

Harry clavó sus brillantes esmeraldas en esos ojos fríos de color tormenta, haciendo que el otro quedara si aliento y sorprendido. Aunque al principio los años de insultos y peleas habían creado un muro entre ellos, cuando se habían cogido confianza se lo habían pasado muy bien, en seguida habían congeniado. No quería irse, pero debía hacerlo, se dijo mentalmente.

- Es que no pueden vivir sin mi- dijo poniendo una sonrisa de fría burla y superioridad. Y con eso salió dando un portazo y sintiendo que se dejaba algo dentro del compartimento.

Siguió andando con paso firme. No le sorprendió encontrar a Ginny, Luna y Neville con Ron y Hermione. Pasó y dejó su equipaje, se sentó junto a la ventana y se dispuso a ignorarlos durante el resto del viaje a sus acompañantes.

Se quedó viendo fijamente la puerta por donde había salido el moreno. Se sentía raro. Siempre había pensado lo peor de Potter, y si se había acercado a él había sido solamente por el plan de Severus. Pero se lo había pasado bien con él, incluso le había contado su secreto con Snape, cosa que no sabían ni sus mejores amigos. Ahora que lo pensaba, ellos también habían congeniado rápido con Harry, nunca había visto a Blaise hablar tan apasionadamente con alguien, ni a Pansy cogerle confianza tan rápido, pero allí habían estado hacía nada los cuatro riendo como si fuesen amigos de toda la vida. Pansy y Blaise nunca se mostraban abiertamente frente a alguien que no fuera él y sus familias ni él tampoco, pero con Potter se habían mostrado totalmente libres, y eso le preocupaba. Ese era el plan principal, ganarse su confianza, pero el Potter que había visto con sus amigos (Ron y Hermione) no era el que él quería.

 

No pasó mucho rato cuando llegaron por fin a Hogwarts. Cuando llegaron al vestíbulo, quedaron retenidas mientras los profesores intentaban poner orden en ese caos de alumnos. Se había vuelto a separar de sus amigos y estaba apoyado contra la pared, alejado de la muchedumbre. Tenía la vista perdida en algún punto cunado sintió que alguien le cubría los ojos. Eran unas manos finas y delicadas, frías, de chica.

-¿Ya te has olvidado de mí?- siseó una voz cerca de su oído.

-¿Acaso es eso posible, Pansy?- su vista se descubrió y se giró para mirar a la chica, sonriendo. Esta le devolvió una igual.

-¿Qué haces aquí apartado?¿Por qué no estás como todos los leones en medio del tumulto armando follón? – Harry se fijó en aquél montón de chicos, todos apelotonados, y justo en el medio el grupito que armaba más escándalo, los Gryffindors.

-Porque me queda algo de dignidad que me impide revolcarme como si fuese un vulgar animal. – y arrugó la nariz para enfatizar el desprecio que sentía.

- Vaya pues eso no es muy de tu casa, ¿sabes?- dijo Zabini, entrando en la conversación.

- Juju, es mi lado oscuro- dijo con sorna, causando unas suaves risitas a sus acompañantes.

-¿Quién me iba a decir a mí que acabaría charlando amigablemente con el mismísimo Harry Potter?- dijo Draco. Harry se encogió de hombros.

- Cosas de la vida.

La fila de alumnos fue avanzando y la masa de jóvenes se fue disolviendo. Draco no entendía por qué Potter se mostraba tan bien con ellos, parecía que realmente disfrutaba.

Ron y Hermione se acercaron al cuarteto que había despertado la curiosidad de los estudiantes. Al momento, el cuerpo de Harry se tensó y su rostro se ensombreció, cosa que no pasó inadvertida por las astutas serpientes.

-Em, ¿entramos, Harry?- dijo Hermione, intentando sonar como siempre.

Harry le sonrió a la chica, que suspiró con alivio. Pero era una sonrisa falsa, usada para esconder lo que realmente sentía. Draco se preguntó si Harry realmente siempre había sido así.

- Claro, descuida. – se giró hacia los Slytherins y su sonrisa se volvió más sincera.- Ya nos veremos. –les saludó con la mano mientras se alejaba.

-Hasta mañana- se despidió Pansy. Harry se giró, aún andando, y le guiñó un ojo.

-Bueno-dijo Draco- vamos allá.- Y el otro trío entró en el comedor y se fue hacia su mesa.

Harry se levantó temprano, ya por la costumbre adquirida del verano. Se fue al baño, se aseó, se vistió, se miró en el espejo y, tras darse el visto bueno, salió de la habitación. Bajó a la sala común, vacía por lo temprano de la hora. Como aún no tenía su horario no sabía que clase tenía, por lo que no podía prepararse la clase, así que decidió salir a dar una vuelta. Estaba cerca de la puerta cuando oyó que le llamaban.

-Ey, Harry- el moreno se giró.

-Buenos días, Draco.- dijo cuando el otro joven llegó junto a él.

-Qué haces tan temprano por aquí? Pensaba que a los leones os gustaba apurar hasta el último momento de sueño. Habían empezado a caminar y se dirigían hacia el jardín.

-Mmm, parece mentira que aún no te hayas dado cuenta que no tengo no mucho de león.

-Vaya, y ¿cuál sería tu casa ideal, entonces?- preguntó con sorna.

-Pues según el sombrero seleccionador, Slytherin.- dijo, encogiéndose de hombro , como si fuese lo más normal que el chico de oro estuviese destinado a estar en la casa más oscura de Hogwarts.

Después de esa confesión que trajo unos momentos de silencio, empezaron a hablar de cosas como las clases que tendrían, el quidditch…

-Pues yo pensé que tú serías el capitán.- dijo Draco

- Lo mismo yo de ti, pero parece que Dumbledore tiene mejores planes para nosotros.

Otro silencio se formó al ver Draco el tono despectivo que había usado Potter.

-¿Qué te ha pasado este verano?

-¿Qué quieres decir?

-Lo sabes de sobra- le dijo con mirada inquisitiva.

-No, no sé de qué me hablas- dijo Harry, evitando los ojos del rubio.

-Pues de cómo tratas a tus amigos, de cómo de repente te llevas bien conmigo y mis amigos cuando antes nos pegábamos todo el día, de esa mirada fría, esa máscara que pones frente a todos-

-Bueno ya, yo no te pregunto. Todo el mundo tiene secretos.

-Yo le cuento todo a mis amigos-

-¿Seguro?- rió burlón Harry, acercando su rostro al rubio a modo de confidencia- ¿Ya les has dicho que antes de ayer te volviste mortífago?

Draco puso cara de sorpresa y luego, el pánico se apoderó de él al ver la sonrisa triunfal en la cara de su acompañante. Entonces el moreno sonrió y le miró con lo que al rubio le pareció ser comprensión.

-Sí, supongo que sí, a ti te obligaron a tomar la marca – el asombro de Draco aumentó más y Harry le sonrió- no te preocupes, no se lo diré a nadie, sé respetar la vida privada de los demás. – se formó otro silencio entre ellos mientras Harry le daba tiempo al rubio para calmarse y Draco intentaba asimilar el hecho que Harry Potter no le hubiese frito a hechizos al saber que era un Death Eather.  – Bueno, ¿vamos? Tengo hambre.

Draco asintió y juntos entratron hablando tranquilamente al comedor, sorprendiendo a todos los que ya estaban allí. Cada uno se fue a su mesa, Harry se sentó frente a Ron y Hermione y Draco junto a Pansy y frente a Blaise. El shock que había causado ver a los dos mayores rivales de Hogwarts juntos había sumido el comedor en un tenso silencio. Un silencio que solo se rompió cuando los más dormilones llegaron a desayunar y los chicos salían de su ensoñación para contarles el primer cotilleo del curso.

- Buenos días, Harry.

- Buenos días, Granger.

- ¿Qué tal dormiste? Ron me dijo que no estabas ya en la cama cuando se despertó.

- No, salí a pasear. Es que me he acostumbrado a levantarme temprano durante el verano.

 -Oh.

El ambiente entre los tres chicos quedó tenso, no sabían de qué hablar con Harry, pues su actitud no animaba a conversar. Fue McGonagall la que rompió la situación al empezar a repartir los horarios, al igual que el resto de jefes de casas. Fue pasando alumno por alumno hasta llegar al trío.

- Bien, señorita Granger, déjeme ver sus notas. – la chica se las tendió y la profesora las tomó mirándolas. – Puede cursar todas las asignaturas que pidió. – Y le devolvió las notas con su horario. 

Hizo lo mismo con Harry, que tomó bastantes asignaturas reduciendo mucho su tiempo libre; y con Ron, el cual se sorprendió cuando le dijeron que podía seguir tomando pociones. Al principio había sido una sorpresa para los alumnos el cambio en los profesores de DCAO y pociones, no así para Draco y Harry que ya lo sabían. Pero ahora Ron acababa de encontrarle el lado bueno, pues él no era tan malo en DCAO y Snape no podría suspenderle porque sí.

- Potter y Granger- dijo la bruja antes de irse- el profesor Dumbledore quiere hablar con ustedes antes de las clases.

Harry le respondió con un asentimiento de cabeza, se guardó el horario y se dispuso a ir a ver que quería el director.

- Granger, desayuna tranquila, estoy seguro que al profesor no le molestará que vaya yo solo y te pase el recado. – y sin darle tiempo a decir nada se fue.

Se sorprendió cuando, ya en el pasillo, vio a Draco tras él, así que lo esperó.

-Ey, ¿a dónde vas?- le preguntó.

- Dumbledore quería hablar conmigo y con Pansy. He dejado que ella se quede para atender a los de primero y yo voy a ver qué quiere. ¿Y tú?

- Pues lo mismo.

- Se me va a indigestar el desayuno si me dan malas noticias tan temprano.

- No te apures, seguro que Dumbledore tiene algún caramelito de limón para pasarte el mal sabor de boca- dijo con sorna.

Ambos compartieron una sonrisita cínica y se fueron hacia el despacho, guiados por Harry que ya se sabía el camino de memoria.

Cuando entraron en el comedor las miradas se clavaron en ellos, pero él no les dio importancia. Se despidió de Harry i se fue a su mesa, sentándose junto a Pansy. Al verlos, recordó lo que acababa de hablar con Harry, y a su mente vino el recuerdo de la noche anterior cuando les reveló el nuevo giro que había tomado su futuro.

Flash Back

Cuando acabó la cena los alumnos se retiraron a sus habitaciones. Se sorprendieron al darse cuenta que no había prefectos ese año, pero los premios anuales asignaron unos alumnos de séptimo para que se hiciesen cargo de los más pequeños.

Draco se sintió de maravilla cuando por fin estuvo en sus mazmorras, entre las frías pero elegantes paredes. Las habitaciones eran dobles, y su compañero era Blaise. Cada uno fue a su cuarto y acomodó sus cosas. A la media hora, Pansy ya estaba allí para hablar con ellos, como ya era tradición.

- Bueno, Draco – empezó el moreno – creo que tienes algo que contarnos.

- sí, cierto, ¿qué hacías con Potter?

- Yo no me refería a eso- dijo el chico clavando los ojos en Draco, que se removió incómodo.- Sabes que puedes contar con nosotros para lo que sea.

Suspirando, Draco les contó todo: el plan, la reunión, como se sintió cuando le marcaron, les habló del nuevo chico misterioso, del porque habló con Harry y de cómo este había reaccionado con sus amigos, y les confesó lo extraño que se había sentido con Potter. Cuando hubo acabado, Pansy y Blaise estaban sin palabras, pero reaccionaron pronto.

- te ayudaremos en todo lo que necesites, Draco, aunque tengamos que marcarnos – dijo la chica con una seriedad en la voz que pocas veces usaba.

- ¡No digas burradas! – le espetó Draco- Lo único que me consuela es el hecho que vosotros no estéis pasando esto conmigo. Me basta con poder contar con vosotros aquí.

SE hizo un silencio entre los tres, pero no era tenso, era un silencio reposado, Draco se sentía bien por haberles contado todo a sus amigos y que estos no le hubiesen rechazado.

- Bueno, y ¿cómo va con Potter?

- Es raro. Lo planeamos todo porque sabíamos que Potter tenía ese afán de protección con los demás. Pero vosotros habéis visto como trata a Weasley y Granger, y su forma de ser, tan fría, distante, con ese aire de superioridad. Además me parece que lo sabe, lo que soy. En el tren me ha lanzado una indirecta, pero preferí no darme por aludido. Me da escalofríos este Potter, siempre tan calmado, como si nada le importase o afectase.

-sí, al principio estaba un poco distante, pero cuando empezamos a hablar se abrió más y parecía más relajado.

-Eso es lo que más me sorprende, nosotros siempre le hemos hecho la vida imposible, ¿por qué parece más a gusto con nosotros?- se preguntó el rubio, algo molesto.

- No sé, Draco. Intenta acercarte a él. Tal vez si confía en ti te cuente lo que le pasa.- opinó la chica. –Pero ahora, todos a la cama, que mañana hay que levantarse temprano.

- Bien, buenas noches Pansy- despidió el rubio dándole un beso en la mejilla y se fue hacia su cama.

- Draco, recuerda que nosotros haremos lo que sea por ti. – le dijo la chica después de despedirse de su novio con un suave beso en los labios.

- Verdad que mi novia vale millones?- dijo Blaise metiéndose en la cama.

Draco sólo sonrió en la oscuridad mientras se abandonaba al sueño.

End Flash Back

- Buenos días- les saludó con una cálida sonrisa que fue rápidamente correspondida.

- Buenos días, ahora nos repartirán los horarios. Argh, ahora no tengo nada de ganas de hacer clase la verdad. – dijo el otro chico escondiendo un bostezo.

Snape fue hacia su mesa e hizo lo mismo que McGonagall con cada alumno. Cuando llegó a Draco estuvo un poco más.

- Señorita Parkinson, Señor Malfoy, el profesor Dumbledore quiere hablar con ustedes en su despacho.

-Sí señor.

- Y por la tarde, al acabar las clases, ven a mi despacho.-dijo esto último refiriéndose solo a Draco.

- Muy bien. – dijo tomando el horario. Vio que Pansy aún tenía comida en el plato, mas él no era de desayunar mucho así que le dijo:- Oye Pansy, estoy seguro que al director no le molestará si solo voy yo y luego te paso el recado. Desayuna tranquila, vale?

Se paró y salió del comedor hacia el despacho en cuestión que, la verdad, no sabía exactamente donde quedaba. En el pasillo vio que por delante de él iba Harry, aceleró un poco el paso para atraparlo y el moreno al verlo frenó para esperarlo.

-Ey, ¿a dónde vas?- le preguntó.

- Dumbledore quería hablar conmigo y con Pansy. He dejado que ella se quede para atender a los de primero y yo voy a ver qué quiere. ¿Y tú?

- Pues lo mismo.

- Se me va a indigestar el desayuno si me dan malas noticias tan temprano.

- No te apures, seguro que Dumbledore tiene algún caramelito de limón para pasarte el mal sabor de boca- dijo con sorna.

Ambos compartieron una sonrisa cínica y se dirigieron hacia el despacho guiados por Harry, que ya se sabía el camino de memoria. 

 

Notas finales:

Bien pues aquí está!! Espero que les haya gustado!! Espero sus comentarios que son lo que me anima a seguir escribiendo! ;) Nos vemos el viernes o el sábado!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).