Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El poder para destruirlo era él por draco_potter

[Reviews - 110]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

FELIZ NAVIDAD!!! 
Perdón por el retraso, es que aquí he estado de fiesta desde el 22 hasta hoy!
Espero que disfruten del capítulo, y gracias por sus comentarios!!

_________________________________________________________

La historia se situa en el sexto libro, por lo que habrá algunos spoilers.
Disclaimer: todos los personajes y lugares le pertenecen a J.K. Rowling, yo solo los uso porque tengo demasiado tiempo libre.
Parejas: la principal sera Harry/Draco. Lucius/Narcissa; Blaise/Pansy; Severus/Remus; Ron/Hermione
Aclaraciones: - diálogo; -"pársel"; - Hechizos; -#pensamientos#.

Capítulo 7

Se levantó igual de temprano que la mañana anterior pese a lo tarde que se acostó. Siguiendo la misma rutina de cada día, se levantó, se aseó, se vistió y se fue a dar un paseo por los jardines. Se llevó con él el libro de pociones, quería ojearlo y confirmar sus sospechas. Fue hasta el árbol donde la noche anterior había estado con Draco, y se sentó apoyando la espalda en el ancho tronco.

Estaba leyendo una poción del capítulo de pociones que afectaban a los estados de ánimos, cuando sintió que alguien se sentaba junto a él. No necesito levantar la mirada para saber de quién se trataba.

- Bueno días, Draco.

- Buenos días. La verdad no esperaba encontrarte aquí. Pensé que lo de ayer fue solo casualidad.

- Na, que va. Ya me he acostumbrado. Este verano me levantaba cada día a las 7.00 y mi cuerpo ya funciona como un reloj biológico. – le explicó el pelinegro, dejando el libro para prestarle atención a su acompañante.

-¿Y por qué te levantabas tan pronto?- pero como lo único que obtuvo como respuesta fue una sonrisa maliciosa.- ¿Hablaste con Granger y Weasley?

No necesitaba especificar, Harry sabía que se refería a lo que pasó ayer por la noche.

- No- fue su brusca respuesta- sería una pérdida de tiempo. Es mejor hacer como si nada hubiese pasado.

-¡Pero sí que pasó!- Draco estaba indignado por la indiferencia que mostraba el pelinegro respecto a lo sucedido la noche anterior. – Bueno, pero puedes contar conmigo para lo que necesites, ¿vale?

-¿Cuándo dejaste de ser el niño rica insoportable que para lo único que vivía era para joderme?-preguntó con una sonrisa burlona. – No se olvida tan rápido, Draco. Me gusta guardar las distancias con las personas, y si tuviera que romperlas, no creo que lo hiciese con la persona que se regodeaba en mis desgracias, por muy bien que me caigas ahora. – Draco estaba sorprendido por lo que le había dicho Harry, y también algo avergonzado, pues sabía que era verdad.

- Bueno, yo…

-¿Qué quieres?

- ¿A qué te refieres?- preguntó Draco sorprendido.

- Pues a que tu y yo, el año pasado, no tuvimos el mejor final de curso. – Respondió recordando la discusión por el encierro de Lucius en Azkaban.- El que tu vinieras a hablarme como si nada y me ofrecieses quedarme contigo, el que fuese amable y lo sigas siendo pese a tener la suficiente información como para humillarme; solo demuestra que quieres algo de mí, y, para conseguirlo, necesitas ganarte mi confianza. – Se volteó para encarar al rubio y sonreírle de manera triunfal- y bien, ¿qué quieres de mí?

Draco estaba en shock. Eso no podía estar pasándole en serio. No entendía como Harry podía -haber deducido todo eso, pero estaba en juego la vida de su familia, y no era ese el Harry en el que debía confiar. Sabía que lo primero era encontrar al antigua Harry, pero temía que cuando el héroe del mundo mágico volviese, su relación volviese a ser tan tormentosa como antes y el acercamiento que había ganado no le sirviese para nada.

Además, al principio pensó que le costaría llevarse bien con Harry, pero ahora había descubierto que le caía realmente bien. Y desde la noche anterior no había podido dejar de pensar en lo que el pelinegro le había dicho, y la tristeza y soledad que había visto en sus ojos.

- No sé de que me hablas. Si empezamos a hablar fue porque tu cambiaste y por fin entendiste con quien te conviene estar. Te has ganado mi confianza, al igual que la de Pansy y la Blaise.

- Muy bien, si no me lo quieres decir. No te preocupes, no te juzgo. Todo el mundo hace lo que sea para el beneficio, verdad? – dijo levantándose y tomando la mochila. La verdad es que sentía un poco herido por saber que Draco solo hablaba con él para conseguir algo. Pero ya había descubierto que así eran las personas, y no pensaba dejar entre ver cómo le habían sentado esas palabras. El rubio se había acercado demasiado a él, y eso no debía permitirlo- ¿Vamos a desayunar? Hoy tenemos pociones a primera hora. Me pregunto cómo será el nuevo profesor – comentó mientras emepzaban a andar.

-Seguro que no son mejores que las de mi padrino – le respondió el rubio, orgulloso.

- Como si eso fuese muy difícil- dijo con burla Harry.

- ¡Oye, no te pases!

- Lo que sea. Me voy a mi mesa, saluda a esos dos de mi parte.

- Seguro.

 

Una vez acabaron de desayunar se dirigieron hacia el aula de pociones. Por el camino se encontraron con el trío de Gryffindor, pero prefirieron quedarse atrás para observar como interactuaban. Aunque los únicos que hablaban eran Granger y Weasley, que iban muy animados. Harry estaba algo separado e iba leyendo un libro, ignorando a los otros dos.

- ¿Harry, tú qué crees que harán los de la Orden?- preguntó Hermione intentando integrar a su amigo en la conversación.

- Creo que no deberíais hablar de esto por aquí, donde cualquiera podría oíros. – respondió sin levantar la vista de su libro.

Ambos chicos enrojecieron por su descuido. Las serpientes observaban la tensión que había entre los tres chicos. Se notaba a la legua que Ron y Hermione querían relacionarse más con el moreno que, por su parte, parecía querer simular que ambos no existían y los ignoraba todo lo políticamente posible. Aceleraron el paso para cubrir la distancia que los separaba y Pansy le dio un suave coscorrón en la cabeza del león.

- Auch. Pansy…

- Benos días- dijo dándole un beso en la mejilla e ignorando la mirada molesta del chico.

- Buenos días, Harry – saludaron los otros dos.

- Buenos días, chicos. Qué tal descansaron?

Harry, rodeado ahora de esos tres chicos, se relajó y abandonó su lectura. Con Pansy a su derecha tomada de la mano de Blaise, y Draco a su izquierda, retomó el camino hacia el aula ignorando a los otros dos chicos que les siguieron con la vista fija en Harry.

Al entrar en el aula, Pansy y Blaise se sentaron juntos frente a Draco y Harry, que también se sentaron juntos. Pronto se llenó todo la clase y apareció el profesor.

- Bienvenidos a este nuevo curso. Bien, he preparado unas cuantas pociones para que las miréis y veáis si las conocéis. Es algo que deberíais ser capaces de hacer cuando acabéis los N.E.W.T.’s. Seguramente habréis oído hablar de ellas alguna vez aunque no las hayais preparado nunca. ¿Alguien podría decirme cuál es esta? – preguntó señalando una marmita en concreto.

Toda la clase se giró instintivamente hacia Hermione esperando que levantara la mano, mas esta tenía su mirada fija en la mesa donde Harry y Draco hablaban en susurros. Slughorn también los vio.

- Señor Potter, puede usted?- el susodicho se volteó para encarar al profesor y luego miró la marmita.

-Sí, profesor.- Slughorn le hizo un gesto para que se acercase y Harry se levantó, algo a regañadientes. Una vez frente al caldero puedo ver mejor los contenidos y confirmar lo que ya pensaba.- Es veritaserum, una poción incolora e inodora que obliga a todo aquel que la bebe a decir la verdad.

- Correcto! Podrías decirme cuáles son las otras dos que hay en los otros calderos?

- Esa es poción multijugos- dijo señalando un caldero que contenía una poción de ebullición lenta y que parecía barro. – Y esa de ahí es amortentia, el elixir de amor más potente que se conoce. Es fácilmente reconocible por las espirales que hace el vapor al salir y por su olor, diferente para cada persona que la huele. Y por último, ese caldero negro contiene Felix Felicis, una poción que te hace tener suerte.

- Vaya- dijo asombrado el profesor. La clase estaba en silencio debido a la gran cantidad de conocimientos que había demostrado tener Harry. – parece que alguien miró sus libros antes de venir. 10 puntos para Gryffindor. Puede volver a su sitio – finalizó con una sonrisa.

Volvió a su sitio y fulminó con la mirada a Draco, que le sonreía con burla.

- Oh, qué buen alumno eres. Me siento abrumado de estar sentado con alguien como tu – dijo el rubio, con tono agudo y dando falsos saltitos en su asiento. Dicha actuación le hizo ganarse una colleja de parte del moreno.

-Cállate, Draco. 

Harry fingió enfadarse, pero obviamente no resultó, ya que el rubio siguió chinchándolo en broma.

- Atención, clase.- reprendió el profesor. – Vamos a empezar. Abrid vuestro libros por la página 10. Nos queda poco más que una hora de clase, así que tendréis tiempo suficiente para intentar hacer con calma la poción de la muerte en vida. Sé que es difícil, y no cuento con que ninguno haga una poción perfecta. Pero el alumno que prepare la mejor poción, ganará una botellita de  Felix Felicis. ¡Adelante!

Enseguida, todos empezaron a preparar dicha poción. Harry fue haciendo la suya hasta que llegó a un punto en el que el antiguo propietario del libro había escrito una anotación en el margen. Durante el verano había intentado preparar esa poción, preparándose para el curso, y nunca había conseguido el resultado requerido pese a haberlo intentado varias veces. Estaba dudando, sus instintos le decían que las indicaciones eran lo que le faltaba para conseguir el brebaje perfecto, pero este le había fallado ya algunas veces.

- Oye, Draco- dijo girándose hacia su compañero -  ¿has preparado esta poción antes?

- Sí, claro – respondió sin levantar la vista de su caldero.

- ¿Siguiendo las indicaciones de este libro, te salía bien?

Esta vez, Draco sí que se giro.

- ¿Qué quieres decir? A mí me la enseñó Severus y no miro el libro, pero yo sí la hago bien.

Decidiéndose, siguió los consejos anotados por el propietario en lugar de las del autor. Al final de la clase, el profesor les dijo que comenzasen a recoger mientras la poción terminaba de reposar en el fuego.

Harry vio que el contenido de su poción había adquirido el tono y textura que se suponía debía tener, y que era igual que el de Draco.

Ambos empezaron a recoger su material y compartieron una sonrisa de complicidad al percatarse que eran los únicos que habían conseguido el resultado deseado. Los que más cerca habían quedado de conseguirlo habían sido Granger, Pansy y Blaise. Harry vio que ese era el resultado que él había conseguido durante todo el verano, y supuso que se debía a que las instrucciones eran realmente erróneas.

- Vaya señor Potter, señor Malfoy, por qué no me sorprende que sus pociones sean las mejores?  Es normal si tenemos en cuenta sus antecedentes. Bien, pues lo prometido es deuda. 15 puntos para cada uno y ahora llenaré otra botellita con la poción para dárosla.  Pueden ir saliendo – dijo dirigiéndose a toda la clase.

Hermione terminó de recoger sus cosas y se fue hacia donde esperaba Harry junto los Slytherins. Ron la siguió para evitar que las serpientes la lastimaran. Al verlos llegar, Draco se enojó por el recuerdo de la noche anterior.

- Harry, ¡¿Cómo lo hiciste?!- preguntó la chica sorprendida.

- ¿A qué te refieres?

- Pues a la poción. ¿Cómo hiciste para que te saliese bien?- dijo, como si fuese lo más normal del mundo.

- Simplemente hice lo que ponía en el libro.

- Pero, ¿te ayudó Malfoy? Digo, para que te saliese perfecta…

- No, Granger – dijo Draco, dando un paso amenazadoramente hacia delante. Ninguno se había percatado de la presencia del profesor Snape que hablaba con Slughorn y ambos les miraban atentamente. – Harry hizo la poción él solito porque es mucho más listo que tú, y el único problema que había tenido hasta ahora era que la mala compañía le atontaba el cerebro.

Dicho eso, tomó sus cosas y se llevó a Harry, que no podía ocultar su sorpresa, a rastras. Pansy y Blaise les siguieron, ignorando a los otros leones.

- Draco, ¿a qué vino eso? – el rubio parecía seguir molesto, y Harry le miraba con una ceja alzada.

- Eso, ¿a qué vino? No que me importe mucho lo que les digas, pero no soy ninguna damisela en peligro, puedo cuidarme solito.

- Sí, bueno, lo que sea. Vámonos a clase que no quiero llegar tarde.

Y con eso los cuatro anduvieron por los pasillos. Cuando llegaron al aula, aún estaba cerrada, pero no tuvieron que esperar más que un minuto hasta que el profesor llegó y la abrió.

Snape observaba desde su escritorio como los alumnos iban entrando y se iban sentando. Se fijó  en Potter. Andaba con paso seguro y decidido junto con Draco. La verdad es que, años atrás, poner a esos dos uno al lado del otro era una humillación al aspecto del chiquillo. Pero ahora, pocos se atreverían a negar que Potter fue criado con todo lujo y como un próximo heredero, aunque fuese falso. Siempre había sido consciente que Potter no había sido criado de la mejor manera, pero era tan parecido a James que no podía evitar odiarlo. Aunque ahora, sin esas horribles gafas, con el pelo domado y vestido correctamente, ya no se parecía tanto a ese merodeador.

Vio como su ahijado y Harry bromeaban juntos, riéndose con los mejores amigos del rubio. Potter parecía en su salsa, aunque había como un muro invisible que le aislaba de ellos. Observó como la chica Granger se acercaba a ellos y se levantó con la escusa de mandarla a su sitio para oír la conversación.

- Tened – dijo la Gryffindor, tendiéndoles los frasquitos de poción, - me la dio el profesor Slughorn, os las olvidasteis en las mazmorras.

- ¿Quieres algo más? – preguntó Pansy.

- Emm, Harry, siento lo de antes, yo no quería decir que tú-

- Pero lo hiciste – dijo Harry sonriendo, aunque los Slytherins eran conscientes que esa sonrisa era totalmente falsa. – Tranquila Granger, te conozco desde los  11 años, sé que no puedes pensar las cosas antes de decirlas, ni en como afectaran a las personas, esas cosas no las enseñan en los libros, ¿eh?

El silencio que quedó en la sala era tenso. La sonrisa de Harry era de superioridad y miraba a Hermione de forma triunfal. Draco sonreía maliciosamente al ver como los ojos de la castaña se humedecían por las lágrimas contenidas. Sabía que las palabras eran también una pequeña venganza por lo de la noche anterior. Snape, como la mayoría de los alumnos, estaban asombrados al oír al héroe del mundo mágico hablarle así a su mejor amiga.

- Está bien – dijo Snape – todos a sus sitios si no quieren estrenarse en detenciones.

A partir de allí la clase siguió normal. Ese año iban a estudiar las maldiciones y contramaldiciones no verbales e iban a aprender la teoría de la oclumancia. En todas las asignaturas que requerían uso de varita estaban aprendiendo a usarla no verbalmente.

Severus vio con asombro que el nivel de Potter era bastante alto. Había pensado que Draco había tenido algo que ver con su premio en pociones, pero ahora, viendo como se desenvolvía e, incluso, ayudaba a alguno de sus compañeros, empezaba a pensar que tal vez Potter sí que era capaz de hacer una poción como Merlín manda.

Las clases siguieron con sus pausas para comer. A la hora de cenar Harry tuvo que volver a disculparse con Ron y Hermione, aunque esta vez la chica no fue tan entusiasta, temiendo que el chico volviese a enojarse.

Pronto eso se volvió una rutina: Harry se enojaba o ignoraba a los leones durante el día, y por la noche, a la hora de la cena, les pedía disculpas. Disculpas que los chicos aceptaban, cegados por la amistad y el cariño que tenían por el chico.

Había transcurrido el primer mes y medio de clase. Durante este tiempo, la relación de Harry con las serpientes se había estrechado, sobre todo con Draco.  No habían vuelto a hablar acerca del por qué Draco se había acercado a él, o de cómo Harry trataba a sus amigos. Remus se había presentado un día en Hogwarts. Al principio, Harry lo había esquivado, no queriendo hablar con él. Pero Draco lo había convencido para darle una oportunidad.

- Ese hombre es lo único que te une con tus padres y tu padrino, lo normal sería que quisieras conservar la relación. Y seguro que él quiere hablar contigo, Harry. Se nota que te quiere.

Harry había accedido, y se había encontrado con el licántropo en el salón de los menesteres.

- Bueno, cachorro, qué tal estas? – preguntó, algo incómodo.

- Bien. – su respuesta fue seca. - ¿Quería verme por algo en concreto?

- No, sólo para ver como estabas – dijo, sonriendo cálidamente.

Harry se tensó al acto, quería hablar de Sirius. Querría echarle en cara todo. Harry lo había estado esperando desde hacía tiempo. Al fin y al cabo, Remus había tenido a sus 3 amigos (James, Sirius y Lili), y habían sido todos muy felices. Hasta que él había llegado. En cuanto Harry había nacido, James y Lili habían muerto para protegerlo, y Sirius había acabado en prisión, dejando a Remus solo. Luego, lo había recuperado, pero, otra vez protegiéndolo, había muerto. Lupin había perdido a sus mejores amigos protegiéndolo a él, así que era obvio que lo odiase y le guardase rencor.

Remus notó como Harry se tensaba, se imaginaba lo que preocupaba al chico. Le sonrió:

- Harry, escúchame: en la guerra, hay muertes. Es algo que ocurre, aunque nos duela, y ocurre en los dos lado. Sirius murió, y me dolió, pero lo hizo protegiéndote, justo como habría querido hacerlo, y luchando. – el chico se echó hacia atrás, intentando irse. Remus lo tomó suavemente de la mano, obligándolo a mirarle. -  No tenemos que hablar de esto si no quieres Harry, pero quiero que sepas que, si en algún momento lo necesitas, puedes hablar conmigo de lo que sea.

Harry se mostraba realmente sorprendido, parecía haberse esperado cualquier cosa menos eso.  Asintió torpemente y se fue corriendo.

Eso había pasado hacia medio mes aproximadamente, y desde entonces no lo había vuelto a ver, pero había hablado con Draco sobre lo que le había dicho. El rubio le había dicho que era obvio que el castaño le quería, y que debería abrirse un poco más con él.

Ahora, Harry se dirigía hacia el despacho del director. Desde principio de curso ni Dumbledore ni él no habían vuelto a estar a solas. Cuando llegó a la puerta llamó y esperó que le diesen permiso para pasar. Cuando entró vio que dentro había varios miembros de la orden, incluidos Ron y Hermione. Se quedó apartado en un rincón con los brazos cruzados.

- Bien, pues ahora que ya estamos todos, podemos empezar. Hemos decidido Harry, que tu y los señoritos Weasley y Granger ya están listos para formar parte de la Orden. Al menos, estar presentes en las reuniones.

- Yo sigo sin estar de acuerdo.

- Molly, por favor. Bien, pues empecemos. Como ya debéis saber, Severus es el espía que nos informa de las novedades en las filas de Voldemort. – estremecimientos por parte de algunos presentes. – Severus me ha informado de un espía en nuestras filas. Al parecer, el día antes de empezar las clases unos jóvenes fueron marcados. Según Severus, hubo un joven cuya identidad Tom se negó a revelar, pero por lo visto es alguien que puede conseguir mucha información, con muy buenas fuentes.

- A lo mejor solo ha exagerado -  propuso Ron.

- Me parece que ningún alumno de 15 años puede mentir a Tom, señor Weasley. – dijo Dumbledore, afable.

- ¿Por qué decís que es un alumno? – intervino Harry.

- Es que no escuchas, Potter. Se inició este año con todos los otros novatos. – respondió brusco, Snape.

- Ya pero – dijo entrando en el circulo, y andando mientras hablaba. – piénsenlo. Si realmente es alguien tan importante, él haría lo que fuese por proteger esa información. Seguramente ya sospecha que tiene un espía en sus filas. Además no creo que el Lord  crea que un crío pueda ser tan útil.

- ¿Y qué propones tú, entonces?- le preguntó Kingsley.

-¿ Realmente creéis que un alumno puede proporcionarle tanta información? Los únicos que tenemos acceso a la orden somos nosotros tres, ¿no? Y nosotros, no somos. ¿No se os ocurre una alternativa? – ninguno parecía ver hacia donde iba sus pensamientos excepto Snape.

- ¿Cómo podrías hacerlo?¿Con poción multijugos?

- O tal vez un hechizo rejuvenecedor…

- Eso es magia oscura – dijo Arthur.

- Estamos hablando de Voldemort – dijo Harry.

- Yo sigo sin entender.- dijo Ron.

- Pues que seguro es un adulto. El Lord seguramente pensó que, al ser alguien de tanta confianza, debía protegerlo como fuese. Tenía que engañar al que filtraba la información, para que nos diese pistas falsas y así empezar a buscar por el lado equivocado, y dejando vía libre al verdadero topo. Un plan perfecto, ¿no creéis?

- Sí, muy astuto – dijo el pocionista, clavando su oscura mirada en el joven – y usted se ha dado cuenta muy rápido, como si llevase pensando mucho en ello.

- Ya, bueno, a los mortífagos novatos es fácil soltarles la lengua – dijo Harry, retadoramente.

Todos observaban la discusión, la verdad es que, aunque sabían que había un doble sentido en todas esas palabras, no lograban hallarlo.

Snape sabía que algo no encajaba. Esa astucia en Potter no era normal. Pero las últimas palabras lo habían dejado helado. ¿Había insinuado Potter que trataba de sonsacarle información a Draco? ¡Eso podrías constarle la vida a su ahijado!

- Bien, Harry, creo que debemos considerar tu idea, pero aún así, sería mejor que siguierais vigilando a los alumnos para ver si sacáis información.

- Ves, Harry, a lo mejor podemos sacarle provecho y todo a tu amistad con las viborillas esas. Seguro que Malfoy es una muy buena fuente de información. – las miradas de Harry y Snape se clavaron en el cuerpo del pelirrojo.

La reunión terminó y todos fueron abandonando el despacho. Harry se despidió con un gesto de cabeza de Remus, pero no se acercó, aún no estaba listo. Severus iba ya por un pasillo hacia las mazmorras, cuando sintió que lo llamaban.

- ¡Profesor Snape!

Draco iba andando por un pasillo oscuro. Hoy su padrino había tenido reunión con la orden, peor quería hablar con él. Quería saber si habían averiguado algo del chico misterioso y saber si debía guardarse las espaldas. Justo al girar lo vio y fue a llamarlo cuando sintió que alguien al otro lado lo hacía.

- ¡Profesor Snape!- se acercó un poco, escondido en las sombras para poder oír.

- ¿Qué quiere?

- Sólo aclararle algo. Sé lo de Draco, pero no voy a delatarlo ni a usarle como fuente de información. Nunca hablamos de eso, y no sé por qué deberíamos hacerlo. Yo sé que él no quería entrar en las filas, así que no me preocupa. Solo quería decírselo, porque en el despacho le he dicho eso para que dejase de insinuar esas cosas, pero no quiero que ahora vaya a Draco y le cuente algo falso sobre mi.

El profesor estuvo un rato en silencio, observando al chico. Parecía sincero, y estaba tranquilo.

- ¿Cómo lo supo?

- ¿El qué?

- Que Draco era mortífago, aunque no quería.

- Cuando le dije que los novatos hablan fácil iba en serio – dijo con una sonrisa maliciosa. – Aprecio a Draco y sé que si trato de sacarle información pongo su vida en peligro, algo que no quiero. Pero los otros idiotas me resbalan – aclaró como si nada – Supe que Draco fue alistado, pero solo hace falta mirarle para saber que no es lo que desea.

El silencio volvió a caer en el lugar.

- Parece que este verano empezó a usar la cabeza, Potter.

- Y que lo diga -  dijo con una risilla misteriosa – Por cierto, yo que usted me cuidaría las espaldas, quién sea el chivato no creo que si se entera que usted es el traídos se quede callado. Buenas noches. – y girando elegantemente, se fue dejando plantado a un inquieto Severus.

- Sal de ahí, Draco – se dirigió hacia el rubio. –No te han dicho que es de mala eduación escuchar conversaciones ajenas? – le preguntó mientras se dirigían a su despacho.

- Sí, padrino, pero ya sabes que la curiosidad me puede.

Cuando llegaron a su habitación, Draco se dejó caer en el sofá y Snape le siguió, sentándose frente a él.

- ¿Qué te preocupa?

- Harry

- Sí, creo que tenías razón. Hay algo en él que no está bien.- dijo el mayor. - ¿Cuándo supo que eras un mortífago?

- Pues… yo diría que en el tren ya lo sabía, pero claramente me lo dijo la mañana después de llegar a Hogwarts.

- Y en la estación estuvo desde el principio contigo, ¿no?

-ajá.

- En Hogwarts fue muy corto el lapso de tiempo como para andar husmeando. Y si dices que en el tren ya sospechaba, nos lleva a que se enteró antes. ¿Pero cómo, si os marcaron la noches antes de entrar a Hogwarts? – Severus realmente parecía desesperado.

- No te apures Sev, no me hará nada.

- ¿Confías en él? – preguntó escéptico.

- Bueno, lo que ha dicho en el pasillo es cierto, solo una vez hablamos y fue para dejarme claro que no le importaba si yo era mortífago y no ha intentado nada.

- Está bien, pero mantente atento.

- Ok – dijo con un bostezo el rubio. Se estaba quedando dormido cuando Severus volvió a hablar.

- Draco, pronto serás llamado para la prueba – esas palabras bastaron para despejar al chico.

- ¿Qué? ¿Por qué? ¡Es muy pronto!

-Tranquilo Draco, estamos pensando como ayudarte.

Severus le abrazó, y justo cuando Draco empezaba a calmarse, sintió su marca arder. Eso hizo que se derrumbara totalmente. Miró a su padrino con una súplica muda, pero lo único que vio en los otros ojos, era impotencia al no poder hacer nada.

Reuniendo el poco valor que tenía en esos momentos, y echando a un lado el cansancio se paró y suspiró tristemente.

- Prepárate, debes esperar aquí a tu pareja para ir juntos.

Draco querías salir corriendo, o morirse ahí mismo, quería gritar lo desesperado que estaba, o llorar. Pero como buen Malfoy, puso su máscara y se dispuso a esperar a su pareja.

Llevaban ya unos minutos esperando, cuando un elfo apareció.

- Señor Snape, señorito Malfoy, el Lord quiere que vayan los dos a su casa. – y volvió a desaparecer.

Ambos se extrañaron, pero fueron a la chimenea y dijeron la dirección. Estaba hechizada, así que, por vía Flu, solo podían llegar a la mansión Riddle los que llevaban la marca.

Una vez ahí, recorrieron los pasillos hasta llegar a la sala principal. Llamaron y entraron.

La imagen que encontraron dentro era algo desconcertante. El Lord estaba en su silla, como siempre, sentado imponentemente, y a su lado, un muchacho todo vestido con túnicas negras estaba sentado en el piso y jugaba con una rata. El Lord miraba con una sonrisa cínica la imagen.

- Mi Señor – llamó Snape su atención, mientras él y Draco se inclinaban.

- Oh, Severus, Draco, qué bueno que ya llegaron. Acercaos.

Ambos Slytherins hicieron lo que les dijo y quedaron enfrente de los otros ocupantes.

- Veréis, he pensado mucho está situación. Peor finalmente creo que es la mejor opción, no por nada, Draco, eres hijo y ahijado de dos de mis mejores mortífagos. – el rubio fingió una mueca de orgullo ante esas palabras. – Además mi muchacho me ha pedido expresamente ser tu pareja, y, dado lo bien que me ha servido, creo que se merece ese premio. Sólo vosotros conoceréis la identidad de mi espía, pero antes debéis jurarme que nunca revelaréis quién es. – tanto Severus como Draco sintieron una extraña emoción al saber que serían los únicos que sabrían del nuevo aliado del Lord: mezcla de curiosidad, miedo y sorpresa. Ambos hicieron lo que el Lord les había pedido y se dispusieron a esperar -  Draco, él será tu compañero de aventuras y tú, Severus, serás el encargado de facilitarle las cosas y cubrirle la espalda a mi muchacho. Al principio lo he puesto a prueba para ver si era capaz de cumplir mis misiones sin delatarse, pero como ha superado mi examen, creo que se merece este voto de confianza. – Snape estaba ansioso, no sabía por qué pero empezaba a pensar que la teoría de Potter no era tan buena. – Me ha costado mucho conseguir que se una a mis filas. Toda su familia se había negado a unírseme, pero parece que él, al menos, se ha dado cuenta de ese error  - una sonrisa maliciosa se plantó en el rostro de serpiente – no es así, Harry?

 

 

 

 

 

Notas finales:

¿Qué les pareció? En el próximo capítulo veremos la reacción de los slytherins y la primera misión de Draco!! Se agradecen los comentarios, que animan a seguir publicando!! 
Feliz Navidad y prospero año 2012!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).