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Te Odio.. Pero No Puedo Vivir Sin Ti. por MichaelKiskeSammet

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Notas del capitulo:

Todos los personajes pertenecen a JK Rowling.

 

 

II. Una Mirada...

A la mañana siguiente Snape se despertó más temprano que de costumbre, por la ventana se podía observar un cielo aún oscuro, y no se escuchaba ningún indicio de que Harry se hubiera despertado. Así que se dispuso a vestirse sin hacer ruido, pero al mismo tiempo sentía una extraña sensación de tener a Potter en la habitación contigua. Se vistió distinto a como habitualmente se vestía, se vistió al estilo "muggle". Unos jeans negros con una camisa blanca con dos botones abiertos dejando al descubierto una parte de su torso muy bien ejercitado. Una cadena gruesa de oro, regalo de cumpleaños de Dumbledore, y se recogió el pelo con una cinta, dejando algunos mechones que le cubrieran la cara. Salió de su habitación para toparse con Harry a medio vestir.

-Esto... ehh... ¿Profesor? - dijo Harry avergonzado.

-Potter... le sugiero que si se iba a vestir lo hiciera en el baño.- mencionó Snape sin inmutarse.

Harry se dirigió rápidamente al baño, cerró la puerta detrás de él y se metió a la regadera. Mientras tanto Snape se encontraba tendiendo la cama, al cabo de unos minutos mandó llamar a un elfo doméstico que para ironía de Snape era Dobby.

-Dobby para servirle profesor.- dijo amablemente Dobby haciendo una reverencia.

-Así que tú eres el elfo que siempre ayuda a Potter...- dijo sarcásticamente Snape.

-Si profesor.-

-Entonces debes conocerlo muy bien, hazme el favor de traerme el desayuno favorito de Potter. A mí tráeme solamente un café y unos huevos fritos.-

-Enseguida profesor.-

Acto seguido el elfo desapareció con un pequeño sonido para reaparecer unos segundos después con lo que el profesor le había pedido. Una tostada, un vaso con jugo de calabaza, unos huevos fritos y un café.

-Puedes dejarlos sobre la cama.- dijo Snape señalando la cama donde anteriormente se había dormido Harry.

Pasados unos cuantos minutos Harry salió completamente vestido con unos jeans y solamente una camiseta. No había que dudar que las prácticas de Quidditch le hubieran hecho bien, tenía unos brazos envidiables. Se dirigió hacia el baúl que se encontraba cerca de la cama y sacó una gorra con el escudo de los Chudley Cannons. Se la colocó sobre su pelo azabache mojado y desordenado, dio media vuelta para encontrarse con una sonrisa en la cara de Snape, el cual estaba sentado sobre la cama repartiendo los alimentos.

-¿De qué se ríe?- preguntó Harry desafiante.

Snape levantando la vista -Eres idéntico a tu padre, pero con los ojos de tu madre.-

- ¿Me lo jura? - Dijo Harry con sarcasmo - no deja de recordármelo todo el tiempo.

- Deja de tomarlo como algo malo, simplemente digo toda la verdad. Eres un vivo retrato.-

- Si, y me siento orgulloso de eso. - dijo Harry en tono arrogante.

-Deja de ser arrogante por cinco minutos, será mejor que desayunes. - dijo Snape mientras le señalaba que se sentara a su lado para desayunar.

Harry se sentó desconfiado al lado de Snape. -No muerdo te lo aseguro...-

-No me preocupa eso. - dijo Harry

"Me preocupa esto que siento en el estómago." Pensó Harry.

"¿Qué es esto que empiezo a sentir por Potter cada vez que está cerca de mi?" pensó para sí mismo Snape.

Ambos se dedicaron a desayunar sin intercambiar palabras, pero hubo un momento incómodo en que sus manos se rozaron. Harry retiró rápidamente la mano mientras sentía que sus mejillas se tornaban más rojas que el pelo de Ron.

-¿Sucede algo Potter?-

-N-a-d-d-...da, profesor. - tartamudeó Harry.

- Entonces haga el favor de explicar por qué sus mejillas están más rojas que el pelo de un Weasley, es que... ¿Acaso le gusto o algo por el estilo? - dijo Snape en tono burlón.

- ¡NUNCA!- gritó Harry mientras se paraba rápidamente de la cama.

"Creo que le he dado en su punto débil." Pensó Snape.

-No  grites, no hay nadie más aquí, así que te escucho perfectamente. -

"Diablos! ¿Se habrá dado cuenta?" - pensó Harry angustiado.

- Lo siento profesor.-

-Mejor siéntate y acaba el desayuno. Black no me perdonaría que dejara a su ahijado sin comer. -

Harry al escuchar el nombre de su padrino sintió una punzada en el fondo de su corazón. Logró apoyarse en una de las sillas antes de derrumbarse tapándose la cara con las manos e intentando contener la lluvia de sentimientos que lo invadían.

Snape comprendió que había errado al usar el nombre de Black para hacer que Harry comiera. Se levantó de la cama para dirigirse a donde estaba sentado Harry. Se puso de cunclillas para quedar cara a cara con Harry. Le separó las manos para poder observar esos ojos verdes que le quitaban el aliento aunque en estos momentos estaban rojos, conteniendo las lágrimas. Rodeó con un brazo el cuerpo de Harry, haciendo que este se estremeciera. Después con la otra mano le secó delicadamente las lagrimas que corrían por su cara y se perdían es sus labios. Snape fijó la mirada en los ojos de Harry, simplemente no podía dejar de mirarlos, esos ojos que aparecían diariamente en sus sueños. Harry despegó sus labios para decir algo pero Severus lo calló poniéndole un dedo sobre ellos. Harry se sentía confundido, estaba acostumbrado a que Snape lo tratara igual o peor que una basura, pero en estos momentos se daba cuenta que existía algo detrás de esos ojos negros, una parte de él que muy pocos conocían, y pocos se tomaban la molestia de ver. Harry sintió el impulso de rodear con sus brazos el cuello de Snape. Pero Snape tomó la iniciativa, lentamente posó sus labios sobre la frente del chico. Harry nunca se había sentido tan amado, ni siquiera el beso con Cho se comparaba con la sensación de los cálidos labios de Snape posados en su frente. Snape estaba igual o peor de confundido. Tenía enfrente al vivo retrato de James Potter y a esos ojos de Lily Evans, pero lo único que él podía ver en este momento era a Harry, Harry James Potter, que, aunque le hacía honor al nombre de su padre tenía los mismo valores y el mismo carácter que su madre.

Snape lentamente despegó los labios de la frente y dio media vuelta, sentía que no podía dejarse llevar por esos ojos. Él seguía siendo fiel a Lily aunque ya no estuviera en este mundo. Harry logró levantarse de la silla y siguió a Snape que estaba recargado mirando por la ventana hacia el lago.

-Severus...- susurró Harry posando su cabeza en el hombro del mayor.

-Potter, no te he dado permiso de llamarme por mi nombre. - contestó secamente.

-Yo... lo siento profesor.-

-¿Quieres saber porqué siempre te he dicho que tienes los ojos de tu madre? -

Harry se quedó pensativo, retiró la cabeza del hombro de Severus, se dirigió a la otra parte de la habitación donde se encontraba la puerta decidido a abrirla y dirigirse al piso de arriba sin querer saber la respuesta.

-Harry...- dijo Snape en un susurro apenas audible.

-Yo tampoco le he dado permiso de llamarme por mi nombre. -

-Deja de comportarte como un niño y ven acá.-

Harry dudó por unos segundos pero se dirigió a la ventana, Snape tenía los ojos cerrados meditando si abrirse completamente con ese muchacho o simplemente jugar con él. Pero al ver que el chico estaba dispuesto a escuchar, quiso abrirse completamente con él.

-Bueno Potter... si yo siempre te lo recuerdo es porque esos ojos fueron lo mejor que me ha pasado en la vida. Tu madre era mi mejor amiga, pero yo me fui enamorando de ella, Lily terminó toda amistad conmigo cuando se dio cuenta de que a mí me llamaban la atención las artes oscuras, lo cual no niego. Pero desde ese entonces nunca más me he enamorado de alguien... hasta ahora.

-Yo sé que usted amaba a mi madre, pero también le recuerdo que usted odiaba a mi padre.-

-No pido que me perdones en memoria de tu padre, solo te pido la oportunidad para enmendar los errores que cometí en el pasado, te aseguro que estoy arrepentido.-

Harry no podía quedarse viendo a Snape mientras este derramaba todas las lagrimas que había guardado desde que Lily le puso un punto final a su amistad. Harry se sintió arrepentido de haber juzgado antes de conocer, haber odiado, haber arrastrado peleas del pasado. Por un momento se odió a sí mismo por estar ahí parado sin hacer nada.   Lo que sucedió unos momentos después es algo que no se puede describir con palabras. Snape estaba descuidado intentando secarse las lágrimas, avergonzado de haber derramado todas esas lágrimas con el chico presente. En el fondo lo amaba, lo amaba profundamente, quizás más de lo que alguna vez amo a Lily...

Todo pasó demasiado rápido... Harry se encontraba tan cerca de Snape que podía sentir su aliento en el cuello, hábilmente Harry volteo la cara de Snape para plantarle un beso. Fue un beso tierno pero cargado de todas esas emociones que ambos contenían. Al principio fue tierno y educado pero poco a poco se tornó más rápido y pasional. Snape se resistía al principio pero poco a poco fue cediendo, jugueteando con su lengua para pedir permiso y entrar en la boca de Harry. Harry se resistió, pero finalmente cedió. Snape saboreó el interior de la boca de Harry, sabía a una mezcla entre menta y algo que no lograba distinguir. Un olor embargaba a Harry, el olor que emanaba Severus, una loción irresistible. Pasó sus manos por la espalda de Severus investigando cada rincón de ese cuerpo que lo traía loco desde hace mucho tiempo. Pasaba sus manos también por su pelo, iba lentamente soltando la coleta y haciendo que el pelo negro se soltara cayendo sobre los hombros, Harry se dedicó a acariciarlo sin interrumpir el beso. Mientras tanto Severus se dedicaba a explorar el torso de Harry levantando la playera, acariciando todo ese territorio. Finalmente lo que tanto anhelaba se había hecho realidad pero al mismo tiempo se sentía culpable. Ambos caminaron hacia la cama, Harry tomaba la iniciativa, tumbó a Severus sobre la cama, intentando quitarle los últimos botones de la camisa y así dejar al descubierto su torso. Se subió a horcajadas dando pequeños besos y mordiscos en el cuello de Severus, haciendo estremecer a este...

-Harry, deberíamos parar.-

-Vamos Severus, dime qué quieres detener todo lo que ambos hemos deseado durante tanto tiempo.-

-No es eso, solamente que no creo que sea el momento adecuado.-

-¿Y cuál crees que sea? ¿Qué acaso no me deseas?- dijo Harry haciendo cara de puchero.

-Claro que sí, y tú lo sabes mejor que yo. Pero quiero que cuando en verdad suceda quiero que sea en un momento especial, no en un desenfreno de pasiones.-

-Si tú así lo deseas, te esperaré el tiempo que sea necesario. Porque te amo Severus. ¡TE AMO! No me cansaré de decírtelo nunca, quiero ser la razón de tu sonrisa, la razón por la que te despiertes todos los días. Quiero despertar al lado tuyo. Admirar tu hermoso rostro y darme cuenta de que eres mío. Solamente mío.-

Harry selló esa promesa con un beso, el más apasionado.

-Harry, tu siempre serás lo más importante en mi vida. Siempre estaré allí, nunca lo dudes. Te he amado desde el primer momento en que te vi, pero me negué a creerlo porque creí que nunca te interesarías en un hombre viejo, ex-mortífago, el ex-mejor amigo de tu madre.-

-Severus te hago la promesa más importante de mi vida. Siempre estarás conmigo.-

-Harry, prométemelo.-

-Always <3 Por siempre Severus...-

Ambos pararon su momento de pasión, pero durmieron juntos y no hubo nadie ni nada que los separara.

No hasta ese momento...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Comenten, sus reviews son muy importantes para mejorar mi fic. En el proximo capítulo alguien interfiere en estos maravillosos momentos U.U 

Actualizo tal vez la proxima semana si no antes! Saludos!!


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