Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Yuuri y Shori por Ciel Phantom

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

quien se siente Dios, deberia estar en el manicomio, quien se siente una insignificancia, deberia estar en un manicomio, quien se siente Narciso, igualmente deberia ir a un manicomio, entonces si eres lo tres? yo diria que estoy cuerdo, si muy cuerdo.

jajajaja

Notas del capitulo:

saben, se le esta haciendo costumbre a esta chica asustarme. si hoy volvi a verla, y para no perder la costumbre, solo senti el tremendo grito de:

Shieeeeeruuuuuuuu....

sera que hay una escuela especial que les enseña como rompernos los timpanos?

en fin aqui les dejo otro fic mas nacido de mis desvarios, consecuencia directa de viajar en colectivo y no en auto particular, deberian escuchar toda la gama de canciones que  he llegado a escuchar....

doy gracias de seguir cuerdo.

Atte: Ciel Phantomhive

 

Yuuri y Shori

 

 

 

La dulce infancia se extiende, inunda tus sentidos y te llena por completo, es de un suave color rosa que te envuelve con calidez y ternura, los brazos de tus padres te brindan un refugio suave, en donde escondes la cabeza y esperas paciente a que aquello que te causa miedo se vaya, se aparte, luego vuelves tu mirada al lado, y contemplas esa ternura viva que es tu hermanito menor, aquel que entre el refugio de sus; madre o padre; te observa de igual manera, sonriéndote.

 

 

 

Delicado, pequeño, frágil, así es Yuuri.

 

 

 

Pedro y Pablo eran hermanos

 

y amigos inseparables

 

 

 

Cuando el uniformado llamo a la puerta esa noche, algo en mi interior lo supo, nada en nuestra vida volvería ser como antes, Yuuri se aferraba a mí con miedo. Aun desubicado lo aparte un momento, el policía nos miro con lastima, inmediatamente después nos informo, con la mayor delicadeza que la situación se lo permitía, todo acerca del  accidente que acaban de sufrir nuestros progenitores, terminado con aquella fatal oración: — “Lo siento, ambos murieron” —

 

 

 

Esa noche ninguno de los dos durmió. Pero me jure que jamás abandonaría  a Yuuri, ni permitiría que nos separaran.

 

 

 

quedaron abandonados

 

cuando murieron sus padres

 

Pedro el mayor se decía

 

que a Pablo nada le falte

 

 

 

El sol salió como muchas veces desde que tengo memoria, y sin embargo, nunca lo vi tan pálido y frio. Nuestros pasos resonaban en las estancias ahora solas y gélidas.  Yuuri me miraba suplicante, yo solo podía abrazarlo, pegarlo a mí y susurrarle un, — “Todo estará bien” —, quería que sintiera a través de ese gesto que me tenía a mí, que yo protegería de todo y contra todo.

 

 

 

Pedro hablo con entereza,

 

tienes que seguir la escuela

 

tienes muy buena cabeza,

 

yo me voy aunque nos duela

 

yo trabajo y tu estudias,

 

al cabo que el tiempo vuela

 

 

 

Lluvia el día que Shiori salió por la puerta de la casa, y con lagrimas en los ojos di un último abrazo a su pequeño hermano, no importarían lo sacrificios si lograba que Yuuri tuviera un porvenir.  E igual que aquel cielo encapotado, su corazón se iba cubriendo de tinieblas pues su decisión lo alejaba de quienes más  amaba. Una cabellera rubia asomaba entre sus pensamientos, el destello de unos ojos verdes lo mantendrían cerca, a pesar de la distancia.

 

 

 

Pedro se fue para el otro norte

 

y cruzó pa’l otro lado

 

dijo a su novia Leticia

 

ahí te lo dejo encargado

 

y al transcurso de los años

 

Pablo se hizo licenciado

 

 

 

Por las cartas que recibía sabia que su hermanito se esforzaba, y compartían ese sentimiento de añoranza, Yuuri siempre tenía palabras dulces y sucesos chistosos que contarle, y él era feliz, dichoso de que todas esas experiencias tan buenas, algunas no tanto, estuvieran haciendo crecer a su menor. Amaba los días en que podía juntar lo suficiente para llamarlo por teléfono, el escuchar su voz siempre lo alentaba, le hacia sonreír.

 

 

 

Fue una de tantas llamadas, había dos cosas importantes que Yuuri deseaba que supiera. — “Shori, mi examen profesional es pasado mañana.” —Los dos suspiraron, sabían que no podría asistir. — “Hermano ya tengo novia.” — Su voz se quebró un poco. — “aunque no es… bueno… es que no es ella… es… es un chico. Pero te juro que no existe nadie como él, por favor dale una oportunidad, y yo…” 

 

 

 

—¿Él te ama tanto como tú a él?

 

 

 

—Sí. Nos amamos y vamos a casarnos.

 

 

 

—Me estas pidiendo permiso o me estas informando. —dijo juguetón, era un momento mágico e invaluable, su pequeño había crecido.

 

 

 

—Las dos cosas. —se escucho la risita en el otro extremo de la línea.

 

 

 

—Espero poder llegar, para la boda.

 

 

 

—Nos casaremos por el civil y luego, te aviso cuando será la boda por la iglesia, así podrás conocerlo en todo su esplendor, con su traje blanco. —la voz de Yuuri era de total embelesamiento.

 

 

 

—Será como tú quieras. Entonces nos vemos.

 

 

 

—Te espero, hermano.

 

 

 

Pedro que gusto de verte,

 

supe que eras licenciado

 

no sé cómo agradecerte,

 

no me agradezcas hermano

 

quiero decirte una cosa,

 

habla te estoy escuchando

 

conocerás a mi esposa,

 

es lo que estoy esperando

 

 

 

Mientras caminaban de la estación de trenes rumbo a la casa que lo vio nacer, sintió nostalgia, sentimiento que se borro al observar al hombre que caminaba a su lado. Yuuri era un adulto, tenía una brillante carrera y por su sonrisa, a la persona más indicada a su lado. Solo esperaba que ese muchachito, quien quiera que fuese, fuera merecedor del cariño de alguien tan puro como su hermanito menor.

 

 

 

—Gracias señor que has permitido realizar su vida a mi hermano querido, hoy sé que mi esfuerzo no fue en vano, ahora podre vivir feliz con la mujer que tanto amo. —pensó Shori, tenía tantas ganas de verlo, de abrazarlo, se lo imaginaba esbelto e increíblemente bello y sensual, todos esos años separados manteniendo ese amor, siéndole fiel e incluso acrecentando ese cariño por demás eterno.

 

 

 

—Es un chico dulce, bello, e indiscutiblemente consentido, pero el día en que me refleje en aquellos ojos tan verdes como gemas preciosas, sentí que no existía nadie más. —Contaba sin pensarlo, haciendo señas exageradas y denotando su júbilo.  Anhelaba hacerle partícipe de su felicidad, quería que supiera lo dichoso que era gracias a él, el cómo se sentía intentando llegar a tocar la estrella que era para él ese joven de rubios cabellos. —Y no lo creerás pero grite de gusto y felicidad, cuando acepto ser mi esposo. Lo amo, Shori, lo amo con todo mi ser. Jamás lograre pagarte con nada. — El mayor solo le dedico una sonrisa sincera.

 

 

 

Esta es mi esposa Leticia,

 

creo que ya nos conocemos

 

se te borro la sonrisa,

 

es que me vino un recuerdo

 

¿vas a quedarte en la casa?,

 

eso yo nunca podría

 

Pedro que es lo que te pasa?,

 

es que lloro de alegría

 

 

 

El mundo se desmorono, se caía a pedazos justo como aquella noche. Los dos se miraron, Shori con teniendo algo más que desilusión y frustración y Wolfram claramente asombrado, si bien al marcharse el mayor de los hermanos Shibuya, le pidiera velar por su hermano, jamás los presento, nunca supo directamente quien era ese niño a quien su ex novio valoraba tanto para abandonarlo a él. Al momento de conocer a Yuuri, el apellido le trajo amargos recuerdos, pues aquel al que había querido, nunca se digno a mandarle una carta o incluso solo llamarle. Ahora así parados uno frente al otro, sentían que había tanto de que hablar, sin embargo la mueca de felicidad de Yuuri les impedía cualquier palabra o comentario.

 

 

 

—¿De donde se conocen? —Pregunto Yuuri con entusiasmo. Al notar el saludo algo incomodo entre los dos, no era tonto, se notaba a leguas que esa no era la primera vez que se topaban de frente.

 

 

 

—De una clase especial que tuve, sabes que soy malo en las matemáticas. —Wolfram, sonrió de forma forzada.

 

 

 

—Es cierto, Shori era el mejor alumno,  y si no fuera por… ¿Shori, por qué lloras?

 

 

 

— No es nada, Yuuri, me alegra que seas feliz.

 

 

 

No es que pablo fuera malo

 

o que no supo apreciar

 

el sacrificio de hermano,

 

que Pedro supo brindar

 

de Leticia mejor ni hablo,

 

ella si se porto mal

 

 

 

 

 

Nunca le dirían a Yuuri la verdad, y eso sería lo mejor. Wolfram a pesar de sentirse mal por aquellas lagrimas, no podía decir que se arrepintiera, el estaba enamorado del menor de los hermanos y muy a su pesar la distancia y el olvido habían podido con aquel dulce recuerdo que en antaño fue su relación con el mayor.

 

 

 

Mientras caminaba al altar, y observando la mirada oscura, aunque nunca tan negra como la de Yuuri, supo, que el destino era malo, enredaba caminos, le jugaba bromas, y se ensañaba en destruirlos, pero a pesar de todo siempre colocaba las personas en el lugar correcto. Desvió su mirada verde, dirigiéndola hacia el que sería su esposo. Estaba seguro que todo el sacrificio que Shori realizo, seria recompensado, porque Dios era grande y sabio. Con ese pensamiento tomo la mano de Yuuri listo para decir: “acepto.”

 

 

 

Fin.

Notas finales:

espero que tenga al menos un comentario. jajaja y que no sea ofensivo.

Atte: Ciel Phantomhive


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).