-¡Teme! ¡Regrésame a Minako!- gritaba el rubio mientras cerraba los ojos poco a poco- Regrésame a mi bebe- murmuro el rubio para caer dormido.
Mientras que el moreno estaba pegado a la pared mientras lloraba en silencio y veía al rubio con dolor.
Al dormirse el rubio las enfermeras y el doctor se fueron dándole instrucciones al moreno de que dejara descansar al rubio.
Cuando vio que estaba solo nuevamente con su esposo se acercó a este para acariciarle los rubios cabellos.
-hace tiempo que no te veía así Dobe- decía este mientras lagrimas salían de sus ojos-Sabes que es mi debilidad…verte en este estado-
Flash Back
Se veían a dos niños de unos ocho años jugando en un parque de la cuidad mientras sus madres conversaban entre ellas. Siempre las familias habían sido unidas ya sea por los negocios o que habían estudiado en la misma escuela.
-Sasu…Te quiero mucho- decía uno de los niños a su moreno amigo quien estaba sonrojado por la inocente confesión de este.
-Yo también te quiero Naru- dijo el moreno con una sonrisa sincera haciendo que sus madres lo miraran con cariño.
-Sasu-chan vengo ahora- dijo el rubio aprovechando que sus madres estaban hablando entre ellas.
-No te tardes Dobe- dijo viendo al rubio como se perdía en el parque.
Este le estaba buscando una hermosa flor que vio hace unos minutos atrás pero que estaba algo lejos así que aprovecho que su madre no lo miraba y se fue hacia donde estaba la flor para regalársela a su mejor amigo.
Pero nunca se esperó que un hombre con aspecto viperino de unos treinta años con ojos color amarillo lo cogiera por la espalda y comenzara a correr.
-¡Suélteme! ¡Mama! ¡Sasuke!- gritaba el pequeño rubio mientras forcejeaba con el hombre pero ninguno de sus débiles movimientos le hacía algo.
El moreno vio que el rubio se estaba tardando y miro hacia donde este, hay vio cuando un hombre cogió al rubio y comenzó a correr mientras el rubio gritaba su nombre.
-¡Naruto!- grito el moreno llamando la atención de las madres que vieron a la dirección que el pequeño estaba mirando.
-Dios mío- dijeron ambas al ver al rubio en manos de lo que parecía ser un Pedófilo
-¡Naruto!- grito Kushina y Mikoto a la vez
El pequeño Sasuke no podía ver como un desconocido se llevaba a su mejor amigo y comenzó a correr hacia donde estaban haciendo que las mujeres gritaran más y lo persiguieran llamando la atención de los que estaban allí.
Inmediatamente algunos policías que pasaban por allí se detuvieron y comenzaron con la persecución.
Fugaku y Minato quienes estaban con Itachi estaban en dirección al parque a buscar a las mujeres y los pequeños pero nunca se esperaron que casi llegando al lugar vieran un desconocido con el pequeño rubio en brazos.
Inmediatamente Fugaku quien era el que estaba manejando detuvo el auto no importándole que estuvieran en medio de la avenida.
El rubio mayor salió rápidamente del auto para perseguir al pedófilo que corría con su hijo en brazos.
-¡Detente ahí!- gritaba enojado minato al ver a un hombre corriendo con su pequeño hijo en brazos.- ¡Maldita sea!- corría con todo lo que le daba sus piernas pero parecía que no era suficiente.
Miro hacia atrás y vio como los policías también estaban corriendo muy cerca del junto con el pequeño Sasuke que estaba algo lejos de ellos por sus cortas piernas.
Mientras tanto el hombre tocaba y manoseaba al rubio mientras corría. El pequeño solo lloraba en los brazos del hombre ya que este lo había agarrado tan fuertemente que le había fracturado uno de sus frágiles brazos.
Minato estaba lleno de coraje veía como ese hombre manoseaba a su pequeño Hijo, se sentía impotente por no llegar hasta donde estaba el desconocido. Cada vez que se acercaba parecía alejarse cada vez más de este.
Vio como la camisa que tenía el pequeño era tirada a la calle.
-Mal Nacido…! Te juro! Que si le haces algo a mi hijo ¡Te mato! Oistes ¡Te Mato!- gritaba minato.
El desconocido estaba escuchando las palabras de rubio mayor que no se dio cuenta que entro a un callejón sin salida. Sabía que había llegado su fin pero esos pequeños segundo que había manoseado al rubio lo habían llevado a la gloria.
Desde que lo vio en el parque riendo junto a un morenito no dudo en querer tocarlo como lo había hecho y quién sabe si hasta algo más pero sus planes se habían interrumpido por mucha gente.
-¡Maldito!- dijo el rubio mayor mientras le quitaba a su hijo de los brazos al Pedófilo
-Naru ¿Estas bien?- decía el rubio desesperado viendo a su hijo en todas partes.
-¡To-San!- grito el pequeño al sentirse en unos brazos conocidos mientras lloraba y se
aferraba al pecho de su padre.
-Ya…Ya todo paso…to-san está aquí- decía el rubio llorando al ver a su hijo allí.
Mientras tanto el hombre solo sonreía al ver al pequeño así llorando eso lo excitaba, sintió como era esposado y llevado por los guardias pero en ningún momento le despego la vista al pequeño.
-Naru- grito un moreno quien estaba agitado por la carrera que había echo, nunca en su poca vida había corrido tanto.-¿Estas bien?- pregunto al ver llorando a su amigo.
-sasu-chan-hablaba el rubio sin despegarse del pecho de su padre- Quería regalarte algo-murmuraba el pequeño- Pero ese hombre vino y no pude dártelo como era- dijo mientras abría una de sus manos donde tenía una hermosa flor color violeta pero esta estaba rota- si
no hubiera pasado eso estuviera completa- dijo bajando la mirada.
-Dobe- sonrió el pequeño-Así igual esta bonita-
-¡Sasu-chan!- dijo el rubio con una sonrisa de las suyas aparentando que todo estaba normal.
Pero los mayores sabían que las cosas jamás serian iguales desde ese día. Poco tiempo después el rubio comenzó a tener pesadillas y ataques de pánico. Lo llevaron a un psiquiatra y a un sicólogo para que se desahogara pero este no quiera hablar de nada, solo les decía que estaba bien y que nada malo le estaba pasando.
La relación con el moreno se volvió más íntima desde aquella vez igual sus padres, nunca lo dejaban solo y lo sobreprotegían.
Tiempo después cuando las cosas parecían mejorar el rubio tenia más ataques pero esta vez no recordaba nada de lo que le pasaba. No había ni un recuerdo de que era lo que hacía o decía cuando estaba así.
Sasuke por su parte no importaba lo que la gente dijera sobre el por estar con un ‘’loco’’ como llamaban al rubio en la intermedia. Siempre permanecía arlado de su ‘’amigo’’ sin separarse ni unos instantes.
Cuando llegaron a la secundaria el rubio parecía ser el mismo de antes, era amable y sociable, nadie sabía que era lo que lo atormentaba y le pasaba parecía completamente normal. Pero cuando llegaba a su casa las cosas no mejoraban para nada. Se encerraba en su cuarto y comenzaba a tirar las cosas contra la pared y romper todo lo que había.
Ya la familia había tenido que recurrir a contratar a una enfermera privada para los casos como estos. También trabajaba de sirvienta por eso el rubio nunca supo que era su enfermera. Cuando le daban los ataques esta siempre llegaba y le ponía un calmante haciendo que este se durmiera rápidamente y como siempre pasaba cuando se despertaba nunca recordaba nada.
Fin Flash Back
El moreno cogió su celular y marco un número que se sabía de memoria.
-Me podría comunicar con Namikaze Minato- dijo el moreno a la persona que le había contestado el teléfono-Dígale que Sasuke Uchiha lo llama- dijo para esperar a lo que el rubio contestaba.
-¿Hola?- dijo el hombre al otro lado de la línea- Que sucede Uchiha-san- dijo este frio como
últimamente trataba al moreno.
-A Naruto le dio otro ataque- dijo el moreno sorprendiendo al hombre que estaba en la otra línea.
-¿Pero cómo? Hace tiempo que no le daba uno- decía alterado el rubio mientras se levantaba de su asiento y salía de la oficina en la que estaba.
-No sé qué paso- dijo el moreno angustiado- pero eso no es todo…Ahí algo peor- dijo haciendo que el otro hombre se pusiera nervioso.
-¿Qué más le paso a mi hijo?-
-Se recordó de Minako- murmuro el moreno
-Voy para allá inmediatamente…Sasuke no dejes solo a mi hijo en ningún momento- dijo para colgar.
-¿Por qué ahora Dobe?- se preguntaba el moreno- Porque ahora te recuerdas de nuestra Hija-