Si el mundo aun no conoce
la melodía de tus talentos;
si todavía no has comprendido
que formas parte del universo.
Si no creíste, ni te atreviste
o por temor no lo intentaste,
si evitaste cambiar el rumbo
por juzgar que ya era tarde,
nada tiene que ver tu suerte;
no es el destino el culpable.
¿Por qué buscar una excusa
o inventar un responsable?
Llevas intacta la magia.
Deja que vuele ya…
El futuro no está sellado
¡aun puedes cambiar!
Bastara con atreverte,
el fuego está en tu interior.
Ya no pierdas más el tiempo:
tú serás el triunfador.
No es como si unas simples palabras alcanzaran a cambiar una vida, pero luego de haber leído aquel poema sentí una predisposición a cambiar. Me propuse que mejoraría como persona día a día, y al cabo de un tiempo lo logré.
Aun así continúe leyendo aquella pequeña libreta y encontrándome cosas como “Contagiar optimismo es una manera de curar” cuánta razón tenían aquellas palabras, poco a poco me logre convertir en un sanador de palabra, por contagiarle optimismo y simpatía a aquellos que me rodeaban.
Los años pasaron pero a pesar de eso yo nunca deje de buscar con la mirada en la calle a un chico con boina beige, y cada vez que veía a uno mi corazón se aceleraba, y volvía a la normalidad al darme cuenta de que no era el…
Un día como cualquier otro recibí una llamada de mi amigo Uruha, el mismo que me había mandado el mail para la conferencia, me dijo que hace un tiempo conoció a un chico que quería formar una banda, que él ya había aceptado y que solo necesitaban un bajista ¿Les mencione que uno de mis grandes pasatiempos era tocar el bajo? Gustoso acepte, formar una banda era uno de mis grandes sueños. Me preguntó si podía reunirme con ellos ese mismo día en una cafetería.
Llegué al lugar acordado y pude divisar la cabeza castaña de Shima a lo lejos, estaban sentados en una mesa bastante apartada del resto, supongo que para poder conversar mejor, me acerque a ellos con calma y me presente.
- Mi nombre es Akira Suzuki, pero pueden decirme Reita -
Todos se presentaron, hasta que llego el turno de él…
- Mi nombre es Takanori Matsumoto – se levanto del lugar y estrecho mi mano – Pero prefiero que me digan Ruki – sonrió con amabilidad
En ese momento mi mente quedo en blanco ¿podría ser? Tal vez no llevaba su boina, pero esa voz…
De inmediato saque la libretita negra de mi bolsillo, si, solía llevarla conmigo a todos lados. Al verla el quedo sorprendido.
- ¿Puede que esto sea suyo? – le pregunte mirando la libreta con cariño. El simplemente asintió levemente y con un claro sonrojo en sus mejillas.
No pude evitar abrazarlo y estrecharlo contra mi pecho ¿raro? Tal vez, pero el cambio mi vida. Tampoco pude evitar derramar algunas lágrimas mientras le susurraba al oído que le agradecía todo lo que había hecho por mí, a pesar de que hubiera sido sin intención.
Entre los cinco, Uruha, Aoi, Kai, Ruki y yo logramos formar una gran banda llamada The GazzettE, fue duro al principio, pero nunca nos rendimos, aun recuerdo cuando casi nadie iba a nuestros conciertos, pero nunca nos dimos por vencido, y ahora me siento orgulloso de poder decir que somos reconocidos a nivel mundial y que somos inseparables.
Más que a nadie le agradezco a mi pequeño Takanori por hacerme mejorar como persona, por haberme hecho abrir los ojos y hacerme entender que los ángeles existen.
Porque los ángeles están entre nosotros, tal vez no tengan alas, porque ellos se disfrazan u ocultan bajo la apariencia de amigos, familiares, niños y pasan inadvertidos. Tienen una apariencia común y corriente.
Gracias por hacerme entender que un ángel puede hacer cualquier cosa para brindarte su ayuda, hasta escribir un poema, y en ocasiones usar una boina color beige…
Gracias Takanori, por ser mi ángel, gracias Takanori, por ser mi amigo, gracias Takanori, por aceptar compartir el resto de tu vida conmigo, gracias Takanori, por ser mi novio.
Akira Suzuki.