Va una semana. Sabía que en Valeria iría varios meses y le preocupaba el estado emocional del rubio. Mokona seguía sin recivir ningún mensaje del mago y eso lo ponía intranquilo. Tenía que arriesgarse y pedirle ayuda a Watanuki, sin importar el costo. Esa era su última opción si el rubio no se reportaba.
Llegaron a un extraño lugar; una densa neblina cubría el paso y era difícil ver; el aire olía a azufre y la escasa gente estaba reuniéndose en el castillo que con suerte se divisaba. Mokona no quería ir debido a que aquel sitio le provocaba miedo. Kurogane le dijo que no temiera porque él la protegería. Es más, extrañamente sentía algo familiar en aquel lugar.
Entraron como si nada y pidieron hablar con el rey, lo extraño era que la gente respondía de mala gana si Shaoran o Mokona preguntaban, distinto del moreno al que trataban como si fuera uno de ellos. Eso los tenía más extrañados aún.
- Acercate hermano y presentate que no recuerdo haberte visto antes. - dijo un sujeto alto de cabellos oscuros y que vestía una armadura de escamas negras, Kurogane por su experiencia de niño podía distinguir que eran escamas de dragón.
- Somos viajeros, y hemos llegado hasta acá. Necesitamos quedarnos unos días.
- ¿Viajeros? No recuerdo ningún hermano que fuera de viaje sin mi aviso. Pero en definitiva tienes nuestra sangre, la sangre de dragones.
En ese instante recordó lo que el mago le dijo cuándo despertará casi al ser desangrado por el rubio. Este le había dado sangre de dragón para salvarle. Ahora que haría el rey al saber que el no era un hermano dragón de nacimiento, pero mentir no iba con él, fue entonces que sin más se lo dijo.
- No nací aquí. Me dieron de beber sangre de dragón hace un tiempo, es por eso que sientes que llevó la misma sangre.
Un minuto de silencio los rodeó esperando lo peor.
- ¿Así que eres aquel al que trataban de salvar? Tu amigo me pidió ayuda esa vez y se la di. - tomó un pequeño frasco y se lo enseñó al moreno, tenía sangre - A cambio recibí un poco de sangre de vampiro, gracias a ello puedo viajar a otros lugares lejos de la niebla, es la niebla lo que nos mantiene a todos con vida. Es por eso que me parecía raro que fueras un viajero. - Sé puso de pie, era un hombre muy alto, más que el mismísimo guerrero. - Tú y tus amigos pueden quedarse, pero quisiera que me contarán de sus viajes. Aquí nadie a salido salvo este servidor y quiero que mis hombres sepan dr sepan de lo que hay en otros mundos.
Una gran celebración llena de comida, risas y música. El moreno estaba al lado del rey comentandole sobre su misión.
- Quiero que me digas algo, ¿has visto al vampiro?
- Hace un tiempo que no le veo.
- Necesito más de su sangre, tendré que pedirle al dueño de esa tienda que me contacte con él.
- Ya tienes su sangre. Para que más.
-¿No te lo dijo? El precio por la sangre que recibiste, era su sangre, cada vez que la desee y hasta el día de mi muerte.
En ese instante, el moreno vió algo más que simple ambición en él.