- ¿Dónde estoy? – pregunte. No veía nada, una venda tapaba mis ojos y mi visión, el miedo me invadía, no sé donde estoy, intento mover mis brazos, pero me doy cuenta que están amarrados ambos a mi espalda, intento levantarme pero pierdo el equilibrio fácilmente. Mi cuerpo se encuentra débil y no logro recordar nada antes de que apareciera aquí.
Escucho pasos acercarse, estaba en lo correcto el piso es de madera.
No me muevo fingiendo estar dormido – Los problemas que nos causaste – dijo algún hombre acercándose a mí, creo que siento su mano recorrer mi cara hasta que me da suaves cachetadas –despierta –
Finjo que despierto, me asusto, intento soltarme, una actuación muy realista de mi parte –relájate, por ahora no te hare nada- vuelvo a escucharlo sin aun saber su identidad, es el momento para saber donde estoy y porque
- ¿Quién eres? – pregunte esperando una respuesta que no recibí, volví a preguntar aún más molesto, sentí como algo recorría mi cabello, al parecer eran sus manos que me despeinaban – dime ¿Quién eres? –
- tu cara es de pura nena – respondió algo que no había preguntado – soy Yuu, te cuidare unos días, así que no te preocupes-
- ¿Yuu?…bien, quítame la venda – ordene pero no me hizo caso. Odio este lugar, ¿cómo fue que llegue hasta aquí? – Yuu ¿para qué me quieres aquí?-
- Yo no, mi jefe - ¿jefe? – no me preguntes porque, solo soy el encargado de vigilarte –
Es difícil de creer que alguien me odiara tanto como para secuestrarme, solamente soy un adolecente de 19 años, acabo de terminar mis estudios, mañana tenía una reunión con mi padre…mi padre, claro el dejo en ruina a varias familias, supongo que una de ellas tenía que tomar venganza pero ¿¡porqué conmigo!? Nunca estuve de acuerdo con mi padre aún así estoy obligado a seguir con esto.
- ¿Ya sabes por qué?- lo escuche de nuevo, odio tener que responder a alguien que no conozco y menos si no lo veo, pero por ahora deberé confiar en él.
-¿eh? Creo que sí pero no estoy seguro- respondí.
-debes estar cansado, párate - intente pero sin ayuda de mis brazos no puedo, perdí el equilibrio más de una vez, escuche como se reía de mis intentos, me gustaría verlo intentar pararse en la posición en la que me encuentro yo – te ayudare- sentí como detrás de mí agarraba mis brazos y me ayudaba, fueron más o menos los tres intentos que hicimos hasta que la cuarta por fin logramos que me parara sin caerme – eres alto – dijo desatando mis manos, no saben la libertad que sentí al poder mover mis brazos y manos con libertad, mi felicidad era indescriptible, toque mi cabeza en busca del nudito que tenía mis ojos aprisionados, lo encontré parecía difícil desamarrar esto, pero lo hare. De repente sentí alguien sujetarme mis muñecas separándolas, tenía demasiada fuerza a comparación mío – no debes desamarrarte la vendita, ¿me escuchaste? –
- pero ¿Por qué? – pregunte confundido
- no debes saber donde estas ¿nunca has visto películas de secuestros? – Negué moviendo mi cabeza – si ves el lugar nada me garantiza que cuando salgas libre, si es que lo logras, le cuentes a la policía –
- no lo hare – realmente no tengo interés de contarle a la policía nada, simplemente quiero ver la luz del sol de nuevo –lo prometo-
- no confió en ti, así que si no quieres quedar inmóvil otra vez más vale que no te quites la vendita ¿oíste? – era un sentimiento horrible, como persona estoy acostumbrado a depender de mis sentidos, sin mi vista mi cuerpo se vuelve inseguro, sin saber que hacer. –no te hare nada si obedeces- asentí tímido ¿qué piensa hacerme? -¿Cómo te llamas? –
-¿eres mi secuestrador y no conoces mi nombre?-
-ya te lo dije, solo estoy para asegurarme de que no te escapes – siento que por ahora estoy seguro con él, nada sabe de mi, así que nada tiene en contra mío.
- Kouyou –
-¿solo Kouyou? – Preguntó – me llamo Yuu Shiroyama –
- Eh… Kouyou Takashima, Takashima Kouyou – Es más de lo que debería decirle a un desconocido – ¿tienes algún lugar donde pueda sentarme?-
- ven – dijo, intente caminar pero choque con algún tipo de pared, escuche como se reia, odio que se burlen de mi – perdón olvide que no puedes ver nada- sujeto una de mis manos y me guio hasta la silla que era completamente incomoda, dura y fría
– Exactamente ¿Dónde estoy? –
- Sabes que no te lo puedo decir –
- si lo sé pero a lo que me refiero es que si es la sala de alguna casa o algo parecido – no podía evitar mover mi cabeza para intentar ver algo aunque obviamente todo era del mismo color…negro.
- Es…una cabaña – susurro – así que estamos solamente tú y yo, el resto es bosque, montañas, ríos, es un largo camino a la ciudad-
- Entonces será un largo tiempo que conviviremos los dos ¿no?- no respondió, supuse que era un sí. Para mí me encontraba solo, en un horrible sueño donde solamente tengo la compañía de una voz, estoy en la nada sin poder buscar salida, eso me asusta y demasiado.
Escuche de nuevo los pasos, de vez en cuando se alejaban lo demasiado, lo suficiente para que no alcanzara a escucharlos, pero a los segundos regresaban - ¿Yuu?- le llame para asegurarme que solamente era el pero no recibí respuesta, odio esa maldita manía de el de no responderme.
- Kouyou, traje algo de comer, realmente me muero de hambre y no encontré más que pan y atún –
- Gracias – este hombre es realmente amable, tengo curiosidad de su aspecto físico.
Comencé a utilizar la técnica para ver de los ciegos, confié en mis manos para decirme donde estaba, busque la comida que Yuu había traído, al lado mío había una mesa no tan grande pero lo suficiente para colocar varias cosas en el, con mi mano recorrí casi toda la mesa hasta por fin encontrar algo suave, mi mano curiosa lo tocaba, era algo suave y cálido – …eh…Kouyou…esa es mi mano – al escuchar eso lo solté como si de una rata se tratara…ok si le tengo miedo a las ratas, son feas y sucias
- Perdón – sentí como mis mejillas empezaban a calentarse, espero que el no me este viendo.
- Mira aquí está la comida - acerco un plato, accidentalmente metí mi mano allí…en el atún, ahora olería a atún todo el día, Yuu simplemente reía de todo lo que hacía, busque el tenedor y empecé a comer lo que me habían dado, me hubiera gustado comer algo como pasta o alguna sopa, no se algo que me nutra bien.
Terminamos de comer, fue difícil para mí, de vez en cuando no sentía para donde iba mi mano y terminaba ensuciándome mi mejilla de atún, claro, mientras Yuu simplemente reía, me fastidia.
Fue bastante el tiempo que me quede aquí sentado sin hacer nada, simplemente soñando despierto, o tal vez ni siquiera estaba despierto, tal vez estaba durmiendo y esperaba que al abrir los ojos me encontrara en el paraíso, un lugar donde las plantas dominen y muestren su belleza con ayuda del sol quien ilumina el camino a donde debo ir.
- Kouyou ¿estás dormido?- Yuu empezó a hablarme, reconozco su voz, no llevo ni un día aquí…¿cuánto tiempo llevo aquí?
-¿Cuánto tiempo estoy aquí? – comencé a dar vueltas mi rostro intentando ver a alguien, abro mis ojos lo más que puedo, y recuerdo, esta maldita venda que roba mi visión, mis ojos se humedecen y una lágrima se escapa pero antes de que ella viera la luz se disuelve en la tela que ni siquiera deja escarpar mis lagrimas. –Yuu responde ¿Cuánto tiempo llevo encerrado en este lugar?-
- Dos días- dos días aquí, se sentía horrible, saber que podrías estar semanas, meses o hasta tal vez años sin que nadie te busque.
- ¿puedo quitarme esta venda? –
- ¡No! – Gritó – ¡no puedes! Tienes que quedarte así hasta que me digan lo contrario –
- Yuu ¿Cuántos años tienes? – pregunte, tengo que afirmar que este es apenas un niño, un joven de mi edad – ¿puedes decirme?-
- Tengo…22 años – es mayor que yo pero aún así sigue siendo alguien no seguro de lo que hará conmigo, lo enredaron en esta situación, un secuestro, debe estar nervioso de que lo encuentren.
- Gracias – sonreí, no sé si me vio, ni siquiera sé si lo estoy viendo – gracias por confiar en mí, me has confiado tu nombre y tu edad, te prometo que no hare nada para acusarte con la policía, aunque no puedo, pero si salgo libre no pienso acusarte, no te preocupes-