- Shiroyama-kun… - dije con apenas un hilo de voz al estar frente a él
- ¿Mh? – él y su amigo dejaron de garabatear su libreta, siempre se la pasaban hablando en clase y eso había provocado que la mitad de los maestros les hayan llamado la atención al menos una vez
- Te llama el profesor – les desvié la mirada, no podía creer que me pusiera tan nervioso, iba en la misma clase que yo pero… ni siquiera le hablaba, y aun así me había comenzado a gustar, lo peor es que no tengo idea de por qué
- Ah, sí – miró riendo a su amigo y se puso de pié, yo casi salgo disparado a mi lugar para guardar mis cosas, estaba justo enfrente del escritorio del profesor, así que no pude evitar escuchar para que le había llamado
- Shiroyama… - canturreó mirando su computadora – ya me entregaste todos tus trabajos ¿cierto?
- Sip – de reojo vi cómo se asomaba a la pantalla para ver sus calificaciones, o al menos eso supuse, yo había hecho lo mismo
- Entonces ya puedes entrar al laboratorio a hacer la parte práctica, no sé por qué sus compañeros tardan tanto en entregarme un simple reporte – rió, pero en ese momento dejé caer mi celular por el nerviosismo que se apoderó de mi al escuchar eso, sentí la mirada de mis compañeros sobre mí y podría jurar que me estoy poniendo rojo, siempre tenía que pasarme lo mismo cuando estaba en el mismo espacio que él… estúpido celular.
- Toma – me sonrió su amigo, Takashima si no mal recuerdo, extendiendo mi celular en su mano, como dije, siempre tenía que tirar algo cuando estaba cerca de él, y al mismo tiempo siempre caía cerca de ellos. Tenía el presentimiento de que su amigo pensaba que me gustaba, no Shiroyama, si no ¡EL! El me sorprendía cuando sin querer los miraba, cuando agachaba a cabeza cuando los tenía cerca, ¡cuando… TODO!
- Gracias – torpemente lo tomé y lo metí a mi mochila y la cerré, acompañando la acción con un suspiro, mi amigo Akira contuvo su risa sin dejar de ver su celular, tal parece que hoy tampoco tiene ganas de estar en clase, saqué un pañuelo y lo coloqué en mi pantalón para entrar a hacer mi foto1 e irme lo más pronto posible de ahí
- Uke ¿podrías enseñarle a Shiroyama como se hacen las pruebas de luz2?
. . .
¡Arg! Eso era lo único que me molestaba a veces del profesor, si mis compañeros se atrasaban o adelantaban (como yo) debía enseñarles lo que debían hacer, si se atrasaban, porque ya había terminado todo y no tenía nada que hacer, si se adelantaban, así podríamos avanzar al mismo ritmo, el punto era tenerme de maestro para alguien, lo mismo me hizo el año pasado, y ahora me imagino que es mi castigo por haber sido el único en ESTA clase, que cursó ESTA actividad artística, con ESTE profesor… respiré, conté hasta 10 y lo volteé a ver con una sonrisa nerviosa
- ¡Claro!
- Bien, ya pueden pasar si gustan – se dirigió al laboratorio y nos abrió la puerta, prendiendo la luz del interior – pongan todo en su lugar y después pueden empezar a trabajar, ¡Ah! Y aquí están sus negativos – sacó las tiras del bolsillo de su camisa y como si nada salió cerrando la puerta tras de sí, mientras yo miraba estupefacto la puerta, debí imaginármelo, también quería que pusiéramos todo porque seríamos los primeros en usar los materiales y como siempre, no lo hacía él.
La última vez que estuve aquí el curso pasado, vine solo por diversión y me dejó solo con un estudiante de otra escuela que había venido a visitarlo, comenzamos a platicar mientras revelábamos nuestras fotos, pero como siempre estuvimos a oscuras no podía distinguirlo bien. Al final estábamos 4 personas dentro y al salir no sabíamos quiénes éramos, el punto es que los otros dos eran de su clase y se fueron, y nos dejó guardando los químicos, fue entonces que nos reconocimos, fue muy cómico, me llenó de químico las manos porque no podía vaciarlos en su botella, seguimos platicando y riendo todo el rato y hasta lo acompañé a la salida de la escuela, aunque me dio la impresión de que le había gustado, y eso me hizo sentir… raro, nunca lo volví a ver, a duras penas recuerdo que se llamaba… Toshimasa… o algo así era.
- ¿Tú ya estuviste en Fotografía el año pasado no? – salí bruscamente de mis pensamientos al escucharlo muy cerca de mí, solo atiné a asentir – amm… ¿dónde están las cosas? Disculpa, yo antes entraba al otro laboratorio3
Sentí mis mejillas arder, pero me controlé, yo ya sabía eso, aunque lo había mencionado de manera muy superficial a la clase cuando nos preguntaron quienes habían tomado foto antes, a mí no se me había olvidado, y por ello cuando el profesor preguntaba algo y nadie sabía la respuesta nos miraba a nosotros, que “se suponía” eran cosas que ya sabíamos.
- Aquí – señalé las puertas debajo del área de revelado, me dirigí a ellas y las abrí, encontrándome con botellas llenas de líquido, distinguidas con una etiqueta con el nombre del químico que contenían.
Me ayudó a sacarlas y a preparar las bandejas con los químicos y las pinzas que usaríamos para manipular el papel fotográfico, guardamos las botellas vacías nuevamente en su lugar y me tensé al sentir como su mano había rozado con la mía en el acto.
- Apagaré la luz – dije poniéndome de pié rápidamente, al apagar el interruptor prendió una tenue luz roja.
No podría hacer nada encerrado con él en una habitación de 4x4 metros y, para terminar, a oscuras, me hubiera gustado estar solo o tan siquiera con alguien más de la clase aquí dentro. Suspiré.
- ¿Sucede algo? – de nuevo sentí su cercanía y me dirigí como rayo a mi área de trabajo
- No – recordé por qué tuve que entrar con él – amm… ¿crees poder hacer la prueba solo? – no era porque no quisiera seguir las instrucciones del profesor y enseñarle pero… la verdad no quería hacerlo, me ponía de nervios siquiera su presencia, y ahora que en 5 minutos me había dirigido más palabras que en todo el tiempo desde que iniciamos el curso estaba mucho peor.
- Eso creo… - susurró, sentí eso extraño…
Intenté mirarle la cara pero aún mis ojos no se acostumbraban a la oscuridad, decidí dejarlo por la paz y hacer lo que tenía planeado desde el principio: terminar rápido e irme con mis amigos un rato.
Nos mantuvimos en silencio, solo se escuchaba como acomodábamos nuestro papel en la superficie y el prender y apagar de las luces de las ampliadoras4.
Cuando terminé me dirigí al otro lado de la habitación, donde estaban las bandejas con los químicos5, y metí mi papel a la primera bandeja, miré el reloj bajo el foco y empecé a tomar el tiempo, una vez más suspiré, por más rápido que me quisiera ir, no podía acelerar los procesos, segundos eran segundos. Podría decir que fueron los 60 segundos más largos de mi vida, juraría que justo cuando el reloj marcó el minuto un escalofrío recorrió mi cuerpo al sentir a mi compañero demasiado cerca de mí a mis espaldas, para olvidar esa sensación moví torpemente mi papel en el químico con las pinzas y no dejaba de mirar el segundero que parecía se detenía para hacerme sufrir, cuando pasé a la segunda bandeja pude notar que el otro me miraba curioso mientras metía su papel en la primera bandeja.
- Te adelantaste…
- ¿Ah?
- Te faltaron 10 segundos, tu prueba saldrá algo clara
“Ya lo sé” pensé. Estaba muy distraído, incluso creí que me había pasado hasta que volví a mirar el reloj y me di cuenta de que no era así, solo estaba haciendo el ridículo
- Sí… todavía no me acostumbro a la oscuridad y no me fijé bien – reí nervioso, encogiéndome de hombros
- Es mejor si haces esto – se paró junto a mí y tomó la bandeja alzándola un poco – así se riega más uniformemente el químico6 – su brazo chocó con el mío en uno de esos movimientos y yo me alejé por inercia hasta quedar un poco más lejos de él.
Así pasamos las 5 bandejas, terminé antes que él y salí inmediatamente. Le mostré la prueba al profesor y me dijo que ya podía hacer la fotografía final, asentí y me dirigía de nuevo al laboratorio cuando me volvió a llamar para ver algo de mis calificaciones, de nuevo se le había perdido un trabajo mío y nos pusimos a buscarlo entre los motones de hojas sobre su escritorio hasta que lo encontramos… en el montón que correspondía a mi clase, ya no sabía si era más distraído yo o mi profesor, en fin, al entrar al laboratorio me encontré con la luz (normal) encendida, y busqué con la mirada a mi compañero.
- ¿Para qué prendiste-…?
- Terminé – me interrumpió ondeando su foto para que se secara
- Pero… debes mostrarle al profesor la prueba, es una calificación – con la otra mano levantó la foto con líneas de diferentes tonos plasmadas en ella, resoplé - ¿tanto me tardé? – me dije a mi mismo
- Algo – rió mi compañero, caminó hacia mí y apagó la luz, para después salir y dejarme solo
- Bueno, al menos ya se irá y yo podré trabajar tranquilo~ - canturreé con una sonrisa
Estaba dispuesto a empezar cuando se abrió la puerta… era él… de nuevo…
- ¿Se te olvidó algo? – le pregunté intentando no sonar exasperado
- No, solo le entregué la prueba y en un rato le entrego la foto – se recargó junto a la puerta, mirándome
- ¿Y por qué no le entregaste ambas de una vez? Ya te podrías haber ido – prendí mi ampliadora unos segundos y ahora ya solo faltaba revelar la foto
- Quería tener un rato de tranquilidad, siempre pensé que este lugar me relajaba mucho, el silencio, la oscuridad…
- Te entiendo – sonreí, y me pasé al revelado. Eso mismo pensaba yo, por ello a pesar de tener horas muertas por que no venía algún profesor o algo, venía aquí.
- ¿Quieres matar tiempo? – preguntó después de unos momentos en que nadie dijo nada
- Claro, por qué no – bromeé
- Cada que pases a una bandeja te haré una pregunta y deberás responderme ¿ok? – me congelé unos momentos ¿Era enserio?
- Bueno – dije no muy convencido, esos jueguitos no eran para personas que apenas llevaban minutos de apenas haber tenido una “conversación” decente desde que se conocieron
- ¿Cómo te llamas?
- Uke…
- Me refiero a… tu primer nombre – eso último lo dijo más bajo
- Yutaka – respondí después de unos segundos
- ¿Tienes novia? – esa pregunta me sacó de contexto, pero aun así respondí
- Nop – mi corazón comenzaba a latir más rápido, y ni yo sabía cómo estaba respondiéndole con tanta naturalidad
- ¿Te gusta alguien de nuestra clase? – me quedé callado al menos la mitad de tiempo que duraría en esa bandeja… que eran 3 interminables minutos
- Sí – me di un golpe mental !Iba a responder que no!
- Espero no te incomode pero… quería preguntarte… – lo miré curioso ¿incomodarme? Sentí que sudaba frío… ¿Y si ya se había dado cuenta? Metí el papel al siguiente químico
- Dime – movía la bandeja ligeramente, no quería quitar la mirada de ella, o más bien, no quería tener ningún pretexto para voltearlo a ver
- ¿Te gus-…? - ya me jodí… si lo sabe - ¿Te gusta Kouyou?
Mi cara demostró asombro cuando escuché eso, mi corazón, que había comenzado a latir a mil, ahora aminoraba su paso, y mi cara de vergüenza ahora era de confusión… ¿Kouyou? Me suena… espera… Kouyou es…
- ¡Para nada, claro que no! – solté sin poder evitar comenzar a reír después, no sé por qué me río ¡pero no puedo evitarlo!
- Tienes una linda sonrisa – callé de golpe cuando dijo eso… ¿me… me había elogiado?
- Ah… G-Gracias… - última bandeja7, y casi se me cae la foto a medio camino por mi pulso de… telégrafo (?)
- Última pregunta – escuché sus pasos acercándose mí, cuando me di cuenta me tenía acorralado contra la pequeña barra que me separaba de las bandejas, intenté girarme para separarlo de mí pero terminé con las manos entre nuestros pechos, mirando sus ojos que lucían centelleantes ante la luz roja que iluminaba la habitación, me había quedado atónito, no podía romper nuestro encuentro de miradas, simplemente esto no podía estar pasando, debe ser un sueño, no puede ser real…
- Yuu… - suspiré su nombre inconscientemente al sentir como nuestras respiraciones chocaban, más obvio no pude haberme visto, el en ningún momento me había dicho su nombre… espera… chocaban… ¡¿Tan cerca estábamos?!
- Kouyou se dio cuenta de cómo te comportabas cuando nos tenías cerca, y entonces sospechó que gustabas de él – apenas procesaba la información, hablaba muy cerca de mis labios… - pero yo… no quería creer eso, yo te miraba… te miraba desde mucho antes, no sabía… sigo sin saber qué es lo que tienes que me hace sentir así – tomó mi mano y la puso sobre su pecho, sentí sus latidos que estaban igual o incluso más acelerados que los míos - como si fuera un niño a quien le gusta la chica más bonita de su clase y se niega a aceptarlo, pero a mí me gustas tú, y créeme que lo tengo más que asimilado… No me importa si no soy yo la persona que te gusta de la clase, solo quiero saber si… te gusto… aunque sea un poco – aún no separaba mi mano de su pecho, incluso había apretado el agarre cuando me preguntó si me gustaba
- Yo-… - me interrumpió juntando sus labios con los míos, tan solo juntándolos, había cerrado los ojos fuertemente y yo, al contrario, los tenía más que abiertos por la sorpresa, ya no sabía si dudar sobre si era real o no, en este momento no me importaba, quería sentir esos carnosos labios sobre los míos, al igual que él, cerré mis ojos para percibirlo más.
Fui yo quien empezó un ligero movimiento, él con una mano tomó mi cintura mientras que con la otra seguía apoyado en la barra, yo con la mano que tenía libre de su agarre, acaricié suavemente su hombro, subiendo lentamente hasta su cuello, apenas tocándolo con la yema de los dedos. Ya me hacía falta el aire, a pesar de que no era un beso del todo apasionado, más bien era… dulce.
Perdí la noción del tiempo, no me importó si alguien entraba, fuera alguno de nuestros compañeros o incluso el profesor, no me importó nada más que sentir sus labios atrapando los míos, mientras me abrazaba con poco a poco más fuerza, la mano con la que sostenía la mía sobre su pecho fue bajando, hasta entrelazar sus dedos con los míos, se sentía tan cálido…
- Sé… - se separó un poco de mí, hablando aún muy cerca de mis labios, abrí mis ojos encontrándome con su mirada fija en los míos – que no nos conocemos muy bien, pero – apoyó su frente contra la mía y al parecer ambos fijamos la mirada en los labios del otro – en serio me gustaría conocerte más
- A mí también me gustaría – susurré con una sonrisa
Ésta vez fui yo quien lo besó, apenas si fue por unos momentos, y ensanché mi sonrisa al ver su cara sorprendida por mi acto, a ambos nos favorecía la luz roja en este momento. Reí.
- Será mejor que vayamos a revisarnos esto – solté suavemente su mano y saqué mis fotografía del agua
- Tienes razón, ya casi termina la clase – logré ver como sonreía antes de tomar sus cosas
Ambos salimos y sentí que me deslumbraba la luz blanca del salón, ya no había nadie, incluso su amigo y Akira se había ido, fuimos con el profesor, que se encontraba viendo algo en su computadora, para después percatarse de nuestra presencia
- ¿Y bien? – nos miró como preguntándose que queríamos y yo le dirigí una sonrisa nerviosa, de nuevo se le había olvidado que nos dejó en el laboratorio
- El revelado – le recordamos al unísono, provocándome un ligero sonrojo
- Oh, sí, muéstrenmelo – se puso sus anteojos y ambos le extendimos nuestras fotos en su escritorio, sonreímos al ver la foto del otro. El profesor la vio por un momento y nos regresó la mirada un tanto curioso - ¿Ustedes son amigos?
- Sip~ – respondió animado Yuu, con ese tono inocente con el que en ocasiones hablaba
Sobre el escritorio estaban las dos fotografías en blanco y negro:
En la mía se veía parte de las canchas de la escuela, y a un chico sentado en una banca con su celular en la mano, siendo el motivo de la foto… Era Yuu.
En la de él se veían las áreas verdes de la escuela, curiosamente vacías, debió haberla tomado en hora de clase, y un chico recargado en el mudo del edificio junto a dichas áreas, mirando hacia el cielo con una leve sonrisa en su rostro… Era yo.
Salimos juntos del salón, el profesor se quedó con nuestros trabajos, diciendo que estarían en la exposición de nuestra clase ya que eran muy buenas fotos. Afuera nos encontramos a nuestros amigos platicando despreocupadamente sentados en el piso.
- No sabía que se llevaran tan bien – reí, provocando que Yuu también lo hiciera, llamando la atención de los otros dos, que solo nos miraron sin entender de que nos reíamos
- Creo que no solo somos nosotros – me respondió en voz baja
- ¿Y ustedes desde cuando se secretean? – soltó Akira lanzándome una mirada pícara
- Vamos~ ¿Qué tanto hicieron allá adentro? – Takashima nos miró alternadamente, y creo que ambos se dieron cuenta de nuestro sonrojo por la sonrisa burlona que apareció en ambos
- ¡Y tú! – Yuu señaló a su amigo - ¿Cuándo le dirás?
- ¡N-no sé de qué me hablas! – se puso de pié como un rayo, dándole la espalda a Akira
- ¿De qué hablan? – Akira nos miró a los tres alternadamente, aun trayendo ese trapo sobre su nariz, noté sus mejillas arder, solo se estaba haciendo el tonto como de costumbre. Nos echamos a reír sin importarnos la mirada asesina de Takashima y la apenada de Akira.
Y este, fue el comienzo de no una estrecha amistad que se formó entre nosotros cuatro… Solo el tiempo diría si se quedaría en eso…