Había una vez una pareja que deseaba mucho tener un bebe. Un día la mujer sintió que su deseo estaba a punto de realizarse. Su castillo tenía una pequeña ventana en la parte de atrás, con un telescopio se podía observar un hermoso jardín lleno de hermosas flores y rosas de todos los tamaños y colores, el pequeño jardín estaba rodeado de una enorme muralla y nadie se atrevía a entrar porque en ese lugar vivía un poderoso brujo. Un día mirando hacia el jardín la reina Rachel se fijo en un hermoso árbol de manzanos que estaba cargadito, y sus manzanas se veían rojitas y sabrosas despertando en la mujer un enorme deseo de comer unas cuantas manzanas, su deseo crecía mas cada día pero al creer que nunca podía comerlas comenzó a perder peso y a debilitarse su marido el rey Vicent preocupado por su mujer decidió complacer sus deseos, haci que en la oscuridad de la noche Vicent cruzo la muralla y recogiendo unas cuantas manzanas se la llevo a su mujer quien las comió rápidamente, pero en vez de calmar sus ansias continuo teniendo deseos de comer de esas manzanas, y para mantenerla satisfecha Vicent decidió ir otra vez al huerto para agarrar mas de las tan deseadas manzanas, pero cuando salto la muralla se encontró frente a frente con el brujo.
-¿eres tu quien se ha estado robando mis manzanas?- pregunto enojado el brujo
Vicent temblando de miedo explico al brujo su situación.
-si es verdad lo que me has dicho permitiré que recojas cuantas manzanas necesites pero a cambio tienes que darme el hijo que tu esposa va a tener, yo seré su padre - sentencio el brujo
Vicent estaba tan aterrorizado que acepto sin medir las consecuencias, pasado el tiempo Rachel tubo un hermoso niño de ojos azules y cabello negro azulado, con una hermosa piel blanca y tan suave como la seda, y los mas importante muy sano, el brujo Claude a enterarse reclamo lo que era suyo.
-solo déjame ponerle un nombre…- decía tristemente Rachel
-está bien…-contesto el brujo… con seriedad
-Ciel…- fue lo que dijo la mujer antes de que le arrebataran a su bebe.
Cuando Ciel cumplió 12 años fue encerrado en una torre en medio del boque la cual solo poseía una ventana… el brujo subía en una escoba… dejando claro que nunca Ciel podría bajar…pero el brujo nunca podría esconder de todo a su preciada joya ya que siempre en el cumpleaños el rey y la reina e incluso todo el pueblo lanzaban una linterna flotante la cual se admiraba desde la torre donde a vitaba el pequeño príncipe el cual miraba con curiosidad las linternas…
Tiempo después:
-estoy muy aburrido…- decía recostado boca abajo el pequeño de ojos azules…-
-eso te hará daño…- Ciel se sobresalto de inmediato a escuchar la voz de su “padre”… y rápidamente se reincorporo en la cama… viendo al pelinegro sentado en la ventana…
-¿sabías que te podría llegar la sangre a la cabeza y tal vez matarte?- decía con un rostro de preocupación…
-por favor padre…- decía Ciel mientras se sentaba en la cama…- no seas tan drama…- Ciel fue interrumpido por la mano de su padre que sin que Ciel se diera cuenta se poso atrás del menor mientras le susurraba en la oreja al menor una palabras.
-no sabes qué haría si te perdiera mi niño…- dijo Claude mientras abrazaba al menor…
-padre… ya estoy grande no entiendo porque tengo que estar encerrado aquí…- decía tristemente Ciel
-mi Ciel…- decía seriamente Claude mientras se levantaba de la cama… dispuesto a irse…
-¡padre…!- grito Ciel llamando la atención del brujo quien volteo a ver al pequeño- mañana es mi cumpleaños número trece y…-fue interrumpido.
-no Ciel tu cumpleaños fue el año pasado…- dijo tratando de engañar al menor…
-no padre es lo bueno de los cumpleaños se repiten cada año…- decía el menor…
-“diablos tendré que dejar de comprarle libros…”- pensaba Claude
-¿y qué quieres…?- pregunto Claude mientras acariciaba los cabellos del menor…
-pues…quiero salir de la torre…- decía susurrando el menor
-¿Qué?... por dios Ciel te he dicho miles de veces que hables bien…- decía frunciendo el seño el mayor…
-que quiero salir de la torre…- decía mientras jugaba con sus dedos y tenía la vista baja…-
-no Ciel…no- decía enojado el mayor
-pero…-fue interrumpido nuevamente…
-nada y no quiero hablar más del tema no podrías cuidarte tu solo de las personas haya afuera tienes que estar conmigo y listo no quiero hablar más de esto…-decía enojado el brujo mientras se iba
-¡diablos!- grito Ciel mientras se tapaba la cara y de sus hermosos ojos escurrían lagrimas… cuando siente que algo lo acaricia y a bajar la vista estaba un pequeño gatito de pelaje negro y ojos azules…
-no funciono Alois…- dijo mientras lo acariciaba…
-nya…- dijo maulló el gatito… “lo siento”…pensó el neko…