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True Love por YumeLove

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Notas del fanfic:

Bueno, yo de nuevo, espero que lo lean y ya saben que me dejen sus comentarios (rewiews) o como se escriba, jeje, esta historia ira un poco lento, pero intentare subir capi lo mas rapido que pueda, pues a veces el tiempo no me alcanza je. En fin aqui veremos a los personajesde ambas series interactuar, por lo que espero que les guste. Saludos y sin mas que agregar por ahora...a leer se ha dicho...

Notas del capitulo:

Pues este es el primer capi, espero les guste y por ahora no hay mas comentarios sino preguntas en si jeje...saludos y lean, ya saben expresense con sus comentarios y eso...saludos.

 

1

La llegada del invierno

“Finalmente mi sueño se ha realizado. Aunque él siga siendo alguien tan…tan…

En realidad no tengo palabras que puedan describirlo, sin embargo esas emociones, tales sentimientos no han cambiado.

Cada vez que escucho su voz, aquella frase resuena en mi mente

«Te amo»

Es lo que dice siempre. Y sin más he de sucumbir ante esa mirada, ante ese susurrante murmullo…”

 

 

La terraza era un lugar tranquilo, desde donde se podía apreciar un maravilloso paisaje. El de una ciudad que comenzaba a darle la bienvenida a los meses fríos de invierno. No obstante ese día el clima era agradable para permanecer fuera.

En ella estaba una persona sentada a la mesa, disfrutando de una calida taza con café, la primera de esa mañana mientras terminaba de fumar. Sostenía en la mano una hoja de papel, como cavilando. En el cenicero por lo menos había dos o tres colillas más. Su rostro meditabundo paseo la mirada por cada línea. Aquella calma no podía ser tan perfecta y fue interrumpida súbitamente.

Un hombre de cabello negro y ojos ambarinos, tirandole a avellana se aproximo a grandes zancadas hasta donde estaba el otro sentado.

-¡¡¿Dónde esta?!! -exigió apenas llego enfrente del escritor de cabellera plateada que únicamente le dedico una adusta mirada.

El enfurecido, postro las manos sobre la mesa de un golpe haciendo cimbrar los platos y vasos sobre la mesa; provocando que el café contenido en la taza emitiera cortas ondas que se dispersaron rápidamente.

-Noto que te han enseñado buenos modales -dijo con ironía el hombre sentado en la silla sin siquiera inmutarse por aquella persona.

-Esto no es un chiste Akihiko-sensei -farfulló en respuesta el de cabellera negra- ¿Dónde esta? -volvió a repetir con repentina molestia.

-Donde esta ¿Quién? -Usami se hizo el desentendido completamente  para devolverle una mirada de soslayo. Había irrumpido con esa actitud tan altanera, provocando que el escritor dejara su desayuno a medias. Estaba apunto de ponerle un alto a esa exasperación tan fastidiosa. Pusó la hoja en la superficie redonda apunto de levantarse, pero se detuvo apenas vio quien venia apresurado por detrás del otro.

-¡¡Takano-san!! ¿Qué hace aquí? -la voz del chico apenas salio a relucir, pues su rostro tomo una coloración azulosa, como si estuviera a punto de desmayarse o algo así, por encontrar al editor ahí mismo. Y más cuando se percato que Usami-sensei fue quien lo recibió.

Masamune se dio la vuelta apenas escucho el reclamo del castaño.

-Como que qué hago aquí. No es obvio. Vine a buscarte. Llevas un día y medio sin regresar a casa -comenzó por decir- Te marque al celular, pero no contestabas ninguna de mis llamadas, tampoco los mensajes que deje. Luego subí al departamento de literatura, para ver si estabas en tu oficina, pero tu asistente me dijo que no había llegado, ni tampoco avisado que llegarías tarde. Después marque al departamento para ver si habías vuelto, pero la contestadora era la que entraba en su lugar. Así qué tuve que comunicarme con la única persona que podía saber donde te habías metido y me dijo que estabas aquí. -Explico ligeramente enfadado Takano para que no hubiera ninguna duda.

-Estoy trabajando -fue la defensa de Ritsu quien centro la mirada en Takano.

-Pues que despistado eres -resoplo Masamune dando un paso al frente para quedar mas cerca de Ritsu- Era evidente que estaría preocupado -añadió ahora haciendo un gesto cariñoso al alborotarle el cabello a Ritsu, con aquella larga extremidad que era su mano.

Onodera se sonrojo sin poder evitar esa reacción al sentir el tacto del editor sobre su frente, olvidando por un instante la presencia de Usami Akihiko.

Por su parte, el afamado escritor se mantuvo en silencio por un rato. Sin hacer ningún ruido observando detenidamente la actitud de su editor y el "dibujillos" mientras hablaban. Una tenue sonrisa le surcó el rostro cuando se percato con claridad lo que sucedía entre ambos.

Inmediatamente capto la relación que tenían Ritsu y Takano. Debía ser por que logro ver reflejado en el rostro de Takano la misma expresión que el solía poner cuando Misaki se hallaba lejos y por consiguiente la reacción de Onodera hacia Masamune, una vez que se encontraron, con esos gestos apenados, pero manteniendo todo el tiempo esa sutil negación para aparentar algo que no era.

Esa atmosfera de incomodidad se disipo brevemente al momento en que otro muchacho hizo su aparición por la puerta de cristal.

No podía ver por donde iba pues llevaba cargando un montón de cajas apiladas que le impedían ver al frente.

Camino hasta llegar afuera, todo el tiempo quejándose de lo pesada que era su carga.

-A quien se le ocurre comprar treinta cajas de galletas de erizo -rechistó pasando por un lado de Takano y Onodera.

Apenas pudo deshacerse de aquel molesto bulto. Permaneció inmóvil.

-¡Takahashi-kun! -Hablo primero Onodera para romper el silencio que se produjo cuando vio al chico.

-Onodera-sempai -pronuncio Misaki en respuesta, pues reconoció enseguida a Ritsu.

Desde su lugar Takano y Usami intercambiaron miradas de sospecha.

-¿Cómo es que...

-...ustedes se conocen?

Inicio por plantear Masamune, pero quien acabo la frase fue Akihiko, tal como si hubiera leído lo que iba a formular preguntar el editor de Emerald.

Con caras de aludidos. Misaki y Ritsu callaron en una pausa, pues ese encuentro se había vuelto sumamente extraño y confuso.

De pronto el pánico de Misaki y los nervios de Ritsu fluyeron. Ambos empezaron a hablar con rapidez, sin que ninguno de los otros dos les entendiera.

-Misaki -la voz profunda, calmada de Akihiko llamo la atención del chico, que apenas podía consigo mismo- tranquilo -Usami uso la misma táctica que minutos antes había empleado Takano con Ritsu y, en lugar de hacerlo relajarse; lo puso aun mas tenso, pues se atrevió a hacer aquello delante del sempai y el que ahora era su actual jefe. Aun así Misaki no le aparto la mano, en su lugar exhalo profundamente y prosiguió a hablar articulando cada palabra para que pudieran entenderle.

-Conocí a Onodera-sempai un día en el metro (tren). Se me hizo fácil comenzar a corregir uno de los storyboard a mi cargo en ese lugar, para adelantar algo de trabajo, pero, después de un rato me bloqué y no sabia que más aportar, entonces, amablemente la persona que venia junto a mi, me interrumpió dando algunas sugerencias, una cosa llevó a la otra. Desde entonces sus consejos han sido bastante útiles. Además tiempo después resulto que sempai también es tu editor, después de la transferencia de Aikawa-san. Onodera-sempai me contó lo que había sucedido y de quien estaba a cargo, fue una casualidad que todo tuviera un vinculo.

-¿Eso es cierto Onodera? -quiso saber Takano, esperando respuesta.

-Si -afirmo sin mucho lió Ritsu.

-Ya entiendo -el editor de manga se cruzo de brazos-. ¡Hey tu chico! porque andas corrigiendo en ese lugar las historias, que no ves que cualquier cosa les puede pasar, el subterráneo no es el sitio adecuado para trabajar de ese modo -le reprendió Takano a Misaki, una mala idea pues estaba presente Akihiko.

-Lo...lo siento -dijo Misaki apenado en un hilito de voz, disculpándose,  ante el editor, lo cual no fue buena idea pues únicamente hizo que Usami se molestara aun mas con Takano. Una de las cosas que Misaki solía hacer sin pensar era ser un poco suave con los demás, menos con Usagi-san.

-¿Quién te crees para hablarle así? -la paciencia que le quedaba a Usami se esfumo enseguida cuando vio lo que pasaba.

-Eh...esto...Usami-san esta bien, esta bien, no debí hacer eso. Takano-san tiene razón je, el metro no es lugar para trabajar. -Rió nerviosamente Misaki quien sabía muy bien lo que el escritor estaba a punto de hacer.

Misaki no quería saber lo que le esperaría al día siguiente en el trabajo, cuando su jefe recordara aquel encuentro. -De...deberías terminar tu trabajo -resolvió rápidamente Misaki en un momento de lucidez una vez que recupero su semblante tranquilo.

-Hablando de eso -sin mayor esfuerzo Usami enseguida recobro la compostura. Solo por que su adorado se lo pidió - Ritsu-san, es todo por hoy. He terminado el manuscrito con esta última página -señaló el papel que estaba en la mesa. Acto seguido se dirigió hacia Misaki -Nos vamos -dijo Usami tomando de la mano al castaño para llevárselo casi jalando.

-O...oye Usagi-san de...detente -alcanzo a decir el chico, pero le fue peor, pues ahora Usami lo cargo como a un costal, mientras Misaki le golpeaba la espalda para intentar que lo pusiera de vuelta en el suelo- Nos están viendo tu per...-gritaba el castaño.

-No importa -añadió en seco Usami- en este caso son como nosotros ¿no? -ladeo la cabeza para ver de reojo a Takano y luego saltar la vista a Ritsu que se quedo con cara de no entender eso ultimo-. Te veré mañana Onodera. En cuanto a ti, finalmente se que clase de persona eres.  -Usami normalmente se despidió de Ritsu, pero no paso por alto echarle una última mirada de reojo a Takano haciéndole ver que aquello era una clase de personal advertencia.

 

Onodera y Takano se quedaron en silencio luego de ver partir a Usami con Misaki en brazos.

El joven editor se quedo aun desconcertado, pensando a que quería referirse el escritor con "son como nosotros", pero por mas que le dio vueltas al asunto, todas sus teorías llegaban al mismo punto: Usami Akihiko se había dado cuenta de la relación que existía entre ellos y, por ello había mencionado eso ultimo.

Ritsu sacudió la cabeza, para quitarse esa idea de la mente, después de todo, el nunca había mencionado nada sobre su vida privada. Aunque sí sobre Takano, pues algunas veces Usami le pedía alguna referencia sobre el comportamiento del editor, para poder ayudar así a Misaki de algún modo. Sin embargo aquello pasaba a segundo plano cuando ambos se sumergían de lleno en el trabajo.

Luego de recobrar la claridad, se le hizo raro que en todo ese tiempo que estuvieron allí Takano-san, únicamente se dedicara a observarle desde la distancia. Sin abalanzársele encima. Onodera estaba seguro que después de día y medio de no ponerse en contacto con él, seguramente la primera reacción que tomaría Takano en cuanto no hubiera nadie alredor, seria la de lanzársele, tocarlo o apretujarlo entre sus brazos. Pero no hubo nada de eso, sino todo lo contrario. Cuando Takano estuvo seguro de que Usami y Misaki estaban lo suficientemente alejados como para no verlos, paso de largo a Ritsu, con una especie de desaire disimulado que apenas percibió el chico.

Sin pronunciar ninguna palabra, la mente de Ritsu comenzó a tejer una maraña de pensamientos. Pues esa costumbre era una de las pocas cosas que quedaron igual luego de mas de 10 años.

-¿Nani? ¿Por qué no ha hecho nada? -Se cuestiono para si, en un intento por descubrir que traía entre manos el de cabello negro.- Espera...n...no es como si quisiera que reaccionara diferente. ¿O si? No, no, no, por supuesto que no. Esto es absurdo, si tiene algo que decirme pues que lo haga. Siempre es tan ruidoso, apareciendo inesperadamente. Y ahora se queda callado como si nada.  ¿Cuál es su problema? Es posible que este celoso, pero es Takano-san, siempre se pone así cuando alguien mas esta cerca de mi. Y luego me sujeta de la mano y me lleva casi a rastras y ahora...-Ritsu cavilo las posibles respuestas, pero en verdad se le hacia extraño que Takano se estuviera limitando.

-¡¿Vienes?! -la voz del editor lo regreso a tierra, aunque el tono fue seco y sin ningún otro motivo.

-Hai -asintió Ritsu, tomando rápidamente la hoja de papel sobre la mesa, doblándola en cuatro partes y guardándola en uno de los bolsillos del abrigo color terracota que llevaba puesto.

 

Cuando llegaron al estacionamiento del edificio, el silencio continúo. En el pasado, antes de que Ritsu aceptara sus sentimientos por Takano nuevamente, solían quedarse por un rato sin decir nada, debido a que el castaño no sabía por donde empezar. Pero ahora, después de todo lo sucedido anteriormente, ya no era así. Cuando conversaban lo hacían de todo, desde el trabajo hasta cosas simples, mundanas. Por ello Ritsu siguió inquieto. Takano le abrió la puerta del coche y luego él entro en el asiento del conductor. Ritsu hizo lo mismo. El cerrar la puerta fue lo único que interrumpió aquella incomoda pausa. Masamune coloco la llave en el volante para encender el vehiculo, pero antes de girarla Ritsu le interrumpió.

-¿Qué te sucede Ta...Masamune? -Soltó de pronto Ritsu entre frustrado y confuso por esa actitud- Si hay algo que te molesta, dímelo y ya. Estas muy raro. Además no tenias que venir a buscarme hasta este lugar. Ya te lo he dicho, estaba trabajando. No vi el pasar de las horas, así que ya deja de ser tan...-no termino la frase porque enseguida Takano le planto un beso que lo dejo sin aliento por un rato, pero Ritsu lo empujo hacia delante para que separaran quedando peor de lo que estaba antes. -Que fue eso. Primero pareces disgustado por no encontrarme, luego te quedas como una tumba con ese silencio sepulcral y ahora esto.

Takano lo contemplo con una mirada perdida. Ritsu se reflejo en los ojos avellana, buscando algún otro indicio de claridad, pero no encontró nada mas que una especie de profunda angustia en ellos, sin saber cual era el motivo de ello, Onodera guardo silencio y dejo que Takano lo aferrara entre sus brazos de tal forma que le dio la impresión de que el editor jamás lo dejaría ir otra vez.

 

 

Aquel lujosos penhouse al inicio estaba tan silencioso, pero penas entraron, los refunfuños del chico se escuchaban desde el corredor hasta invadir por completo el apartamento.

-Ba...bájame Usagi-san -chillo Misaki bastante enfadado como si lo que acababa de hacer Usami-san fuera una cosa que no se podía perdonar.

Haciendo caso omiso de aquellos alaridos. Usami-sensei subió las escaleras tan aprisa que llego casi de un salto al segundo nivel, donde se hallaba su habitación por supuesto la de Misaki. El escritor abrió la puerta de una de ellas y entonces Usami-san tumbo en la cama a Misaki, con tantas ganas que el muchacho reboto un poco en el colchón. Usami-sensei se posiciono encima de él, y con la cara entre disgustada y displiciente abrazo al chico para ocultar su rostro.

-Que...que rayos te pasa Usagi -quiso saber el joven preocupado por aquella actitud  lastimera, dando la impresion de estar herido en algun lugar.

-Me molesta que estés al lado de ese tipo -soltó finalmente Usagi, sin que Misaki pudiera verle, aun así, el chico escucho en un susurro apagado aquellas palabras en un sonido medio lastimero.

-Otra vez con eso -musito Misaki un poco crispado- entiende Usagi-san él nada mas es mi jefe -pareció comprender el chico a que se estaba refiriendo luego de aquel extraño encuentro entre Takano-san, Onodera-sempai y ellos dos; todos en el mismo lugar.

-Eso ya lo sé, pero tiene una forma de tratarte que no me gusta en nada -se defendió Usagi aun con la cara escondida entre Misaki y el almohadón-.

-Estas haciendo una tormenta en un vaso de agua Usagi-san. Takano-san es así con todo el mundo, es un gruñitos ante todos, si vieras como es en el trabajo entenderías mucho mejor. No hay nada de especial en que me regañe siempre que puede. Así que me pregunto, ahora de donde nacen esos celos tuyos...-el muchacho con la cara enrojecida aprecio el tibio calor que desprendía el cuerpo de Usami sobre el suyo, el mismo que tanto añoraba sentir. Pues desde hace un día y medio que no había visto a Usami.

-Misaki -se incorporo ligeramente el novelista para verlo por fin- eres demasiado amable con todos, ya te lo había dicho antes, deberías dejar ese trabajo. No te das cuenta de las cosas hasta que ya es demasiado tarde -explico.

-¡Ehhhh! -Misaki tomo aquello como un regaño sin fundamentos, pues ya llevaban mas de cuatro años viviendo juntos, y aun Usagi-san pensaba que era ingenuo, despistado y completamente distraído, tanto como para  creer que debía de estarlo cuidando de todo a su alrededor o de cada persona que se le acercara. Era demasiado, hace tiempo, Misaki estaba seguro que aquella falta de confianza había quedado en el olvido, pero, de nuevo allí estaba, presente, confundiéndolo mas y haciendo acto de presencia para provocar ciertas dudas en él. -¡Si tanto te preocupa que alguien mas, aparte de ti, se me abalance enzima entonces deberías contratarme un guardaespaldas que te informe todo el tiempo lo que hago, a lo mejor y así estas satisfecho y dejas de andar pensando tonterías Usagi-baka! -Misaki lo empujo al frente con ambas manos para hacerlo a un lado, de verdad se sintió incomodo con tal actitud, aunque no comprendió al instante porque, sin embargo no quería seguir adelante con lo que pasaría después -Voy a preparar la cena -dijo levantándose.

-Misaki -lo llamo otra vez Usami, esta vez sosteniéndolo por el antebrazo. El muchacho sintió el tiron, no fue brusco, pero aun así le impidió dar otro paso- Esta vez tengo una razón por la cual te digo todo esto. Por favor, hazme caso y ten cuidado con ese editor -la voz del novelista sonó pausada, profunda, tan penetrante que hizo temblar a Misaki, quien ya había escuchado ese tono varias veces antes, cuando Usami realmente pensaba demasiado en algo que le estuviera atormentando. Era la misma que empleaba cuando se sentía intranquilo por algo- Además...-añadió con una especie de sonido lacónico en esa frase- si continuas en ese lugar tienes mayor oportunidad de encontrarte con ese sujeto -esta vez no hablaba de Takano-, sabes que ha decidido probar con otros géneros de manga. Y ahora piensa publicar uno del tipo shoujo.

-Mira Usagi-san, no sé cuanta gente piensas que anda tras de mi y menos de quien hablas, pero da igual si sigues así de paranoico seguramente vivirás menos -dijo Misaki en un tono entre nervioso y bromista, para aligerar esa tensión que se filtraba por su cuerpo.

-Pensé que  ya sabias que le han ofrecido un nuevo proyecto a Ijuuin-sensei -agrego sin soltarlo.

Finalmente Misaki supo de donde venia tanta inquietud.

-Pues aunque te sorprenda. He estado demasiado ocupado estas semanas que no me entere de nada. Así que ya puedes estar tranquilo -resoplo Misaki para intentar calmar de algún modo al escritor- Ahora podrías soltarme tengo cosas que hacer.

Usami-san estaba apunto de hacerle perder el equilibrio y devolverlo a su lecho para externar de alguna forma esos pensamientos de inseguridad, pero, debido a la falta de sueño, el desvelo y una fuerte resaca, dejo pasar esa oportunidad al menos por ese día, y soltó a Misaki sin decir ninguna otra palabra. Misaki se encamino hasta la puerta, pero antes de volverla a cerrar hecho un último vistazo al interior y pudo apreciar con claridad lo cansado que estaba Usami, era evidente que aun tenia un pesar, que, si bien trato de hacérselo saber a Misaki, no lo expuso del todo. Con deje de afligido Misaki cerro la puerta para dejarlo descansar, las piernas por fin lo dejaron caer, algo mareado, para sentarse en el piso.  

-Estuvo cerca -murmuro abatido, cualquier cosa que hiciera Usami-san le afectaba de sobremanera a tal grado de dejarlo aturdido-. Usagi-san no debería complicarse tanto. Pero, desde aquella vez que tuvo esa reunión con Ijuuin-sensei, se ha comportado ligeramente distinto, cree que no me doy cuenta, pero ya no soy el mismo mozalbete de antes -se llevó las manos a la cabeza y se alboroto el cabello en señal de análisis -ahhg, porque es tan difícil tratar con este hombre -puso los ojos entornados y una vez que se tranquilizo miro al techo. Tal vez debería de dejar de ser tan indeciso y decirle por una vez que Lo Amo...eso lo calmaría definitivamente ¿cierto? -balbuceo con las mejillas que adquirieron un color rojizo, suspiro, y finalmente tomo fuerzas para incorporarse, bajo las escaleras, mirando atrás para ver si Usami no le había escuchado, afortunadamente para él, no sabia que el escritor se quedo de pie apoyando su peso detrás de la puerta cerrada, sin salir para ponerlo tenso.

Misaki termino de bajar los peldaños y se dispuso a cocinar.

 

Sin siquiera darse cuenta tanto Misaki como Onodera, ambos chicos sumergidos en sus propios pensamientos, omitieron un pequeño detalle que comenzó a suscitarse en el exterior. Habia llegado en verdad el invierno y los primeros copos de nieve cayeron lentamente sobre la superficie de la ciudad, cubriendo lentamente todo a su paso con un manto blanquecino.

Aquello era solo el augurio de lo que pronto vendría, algo mas que una helada en un corazón que puede derretirse con apenas una tenue flama.

 

Continuara...

Notas finales:

Bueno, aqui dejo algunas cuestiones...

A que se debe la actitud tan extraña, tanto de Takano-san como la de Usami-san, con sus respectivos ukecitos.

Acaso les ocultan algo que no quieren que descubran.

Cuales son sus motivos de tal comportamiento, pues todo esto y mas en el siguiente capitulo.


Saludos y por ahora es todo.


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