Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Especial Navideño por Kai_Kaede

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Te observe durante tanto tiempo, mi pequeño, desde aquel frio inverno en el que por primera vez nos encontramos, aun lo recuerdo como si fuera ayer, aquel 25 de diciembre, en la noche, dormías tan plácidamente en tu cuna, acogido por tus hermosas sabanas celestes adornadas con pequeños ositos que también dormían.
Una sonrisa se dibujaba en tu rostro, la sonrisa más hermosa que jamás había visto.
Al año siguiente otra vez, pero tu cuna había sido reemplazada por una cama, y ya no solo pase a mirarte, en ese entonces, te deje un encargado regalo, y pude ver, desde otro lugar, tu sonrisa nuevamente cuando lo abriste. Y allí recuerdo, cuando empezaste a hablar, y cuando cumpliste 5 años… y me viste, tuve que hacerlo, tuve que hacerme presente.



Me encontraba colgado en la ventana de su cuarto, con las piernas en el techo y los brazos cruzados, esperando que se hicieran las doce de la noche, sonriendo, entusiasmado, por fin volvería a verlo después de todo un año de esperar, con el regalo preparado para darle una grata sorpresa cuando se levantara al otro día y ver su preciosa carita disfrutándolo. Pero… nunca se había demorado tanto en irse a dormir, todo esto revoloteaba en mi cabeza cuando un golpe me sorprendió y me hizo resbalar un poco pero me sostuve con un brazo.



-¡Kai! No seas niño, ¡tienes que entender!-



-¡¡¡No!!! ¡¿Por qué se tiene que ir papa?! ¡¡¡¿Por qué TÚ echaste a papa?!!!-



-¡Yo no lo eché! El prefirió irse, ¡ese hijo de puta prefirió irse con todas esas zorras que quedarse con su familia!-



Al parecer esta navidad no será una noche de paz precisamente, pensé. Y mi pequeño entro llorando desconsoladamente a su habitación dando un portazo, se tiro en su cama y ahogaba sus lágrimas en la almohada repitiéndose una y otra vez, ¿por qué? Y diciendo cosas como que su vida era injusta y al ver a un niño de cinco años, MI niño diciendo esas cosas, no me pude reprimir y entre a tu habitación haciéndome visible.



-¿Por qué lloras pequeño?-




- ¿Qui…quien dijo eso?- Dijo tallándose los ojos asustado y con una vocecita infantil muy tierna.


-Uhm, yo, voltéate- Sonreí y vi como movía su cabecita de cabellos negros hacia atrás y se sentaba en su cama.


-¿Eres un hada?- Dijo sorprendido.



-Oh , hahaha, claro que no, bueno… soy algo parecido,¡ soy un elfo de navidad!-



-¿No que los elfos eran enanos y hombres?- Miro con decepcion.



-Uhm? No, no,¡ eso es un mito! Aunque soy hombre, pero algunos elfos son altos, otros bajos, hay elfos mujeres también…- Dije sentándome frente a el en la camita- Pero lo que si es cierto es que somos mágicos.- Guiñe un ojo y el me miro con los ojos enormemente sorprendidos.



-Wow, ¡yo sabía que existían! Mi primo decía que no, - Hizo una cara de tristeza para cambiarla en un segundo por esa magnífica sonrisita que tanto amaba –¡Pero yo sabía que si! ¡Estaba seguro!-



-Pues tenias razón pequeñín, mira lo que te traje aquí- Chasquee los dedos y un enorme regalo envuelto, apareció ante sus ojos. Oh, de verdad que era enorme para ser un regalo,



-Wooh!- Su boca se abrió de asombro. -¿Trabajas para Santa Claus?-



Reí un poco por la inocencia de mi pequeño – Hahaha, ¿que si trabajo? Mira te explicare- Me aclare la voz – Todos los elfos tenemos una familia a quien seguir, hasta que cada niño pierde su inocencia, cuando nacemos, crecemos y nos independizamos, se nos asigna una por el resto de nuestras vidas.-



-Osea… que tu fuiste el elfo de navidad de mi padre?- Asenti.



-¿Y el te vio aluna vez?-



-Mmm, no, claro que no, solo… me aparecí ante ti… porque llorabas… ¿qué te sucede pequeño?- Acaricie sus cabellos y el hizo un puchero.



-Mi mama echó a mi papa, y…-sus ojos se llenaron de lagrimas –y… no lo volveré a ver nunca más!- Se hecho sobre mi llorando desconsoladamente y lo rodee con mis brazos como pude, ya que mi rostro estaba en shock, nunca nadie me había abrazado… jamás.



–Ya… ya pequeño… claro que lo volverás a ver!- Tome su carita entre mis manos y seque sus lagrimas con mis pulgares.



-E…estas seguro?- Frunció su naricita dejando de llorar de a poco y controlando su respiración.



-Claro que sí, ya lo veras… lo prometo-



-Gracias – Dijo aun hipeando – ¿Cómo te llamas?-



-¡Lo siento! Olvide decir mi nombre, que idiota soy, golpe para mí – Dije estúpidamente golpeando mi rostro para hacerlo reír y funciono.
-Soy Uruha- Sonreí amablemente.



-Uruha-san yo soy Kai- Estiro su manito haciéndose el grande, parado en la cama, no media más que un poco más de medio metro.



Nos quedamos hablando durante toda la noche, se rió de mis 350 años y me llamo viejo, nos hicimos amigos, buenos amigos, casi podría decir que los mejores. Me conto toda su vida, bueno, lo que recordaba, y había cosas que yo le contaba que él no recordaba, me la conocía de arriba abajo y de izquierda a derecha, pero era un placer oírle hablar, y hablarme a mí, distraerlo de su malestar y darle a mi pequeño todo el amor que le había guardado desde que nació.






“Siempre te cuide mi bebe y siempre te cuidare”




Esa noche nos despedimos.


-¿Te vere el próximo año Uruha-san?- Dijo sonriendo.



-Pues claro que si! Adios mi pequeño y feliz navidad!-



Y así fue, durante todos estos años hasta hoy, siete años después… Kai durante este año se había convertido en un pequeño joven, y ya no quería jugar con los juguetes que yo le traia, nos quedábamos hablando de su colegio, aun así toda la noche, pero hoy sería el ultimo día, había perdido su inocencia a la mitad de ese año, donde, si bien el ya sabía cómo se hacían los bebes y todo eso, lo tenía bien claro, ese año había sido el primero en el que se había masturbado, eso indicaba la pérdida de su inocencia.

Y… era normal, estaba bien, solo que ya no volvería a su habitación, lo iba a poder observar, claro, pero no volver a hablar con él ni aparecerme en su habitación de la misma manera jamás.
Esa tristeza estaba consumiendo poco a poco mi corazón, lo amaba, el era mi pequeño. Lo mejor iba a ser decirle la verdad y como eran las cosas.



Lo espere como siempre a que cerrara la puerta de su habitación y se sentara en la cama. Y ahí aparecí.



-¿Qué onda Uruha-san? ¿Cómo estuvo tu año? ¿Hicieron muchos regalos?- Lo mire con tristeza…



-U…Uruha-san que te sucede? No te ves bien!- Sonrei tristemente.



-Lo siento Kai-chan, esta es nuestra última noche y eso no me pone muy contento-



-¿Qué?! Pero por… por qué!-



-Es solo que has perdido tu inocencia y ya no puedo venir…-



-Uruha… yo… no podre soportar no volver a verte…-



-Kai-chan… tampoco yo pero así son las reglas-



-Oh por favor!, Esas reglas de mierda! Me cago en esas reglas!-



-¿Lo ves? Es por eso que ya no puedo venir, hace unos años jamás hubieras hablado así, ¿y esto? ¿Qué se supone que es esto? – Tome un mechón de su cabello que estaba teñido de morado y sus mejillas se sonrojaron.



-Es que… solo, quería verme genial para ti.-



-Kai… te veías genial como estabas, ¡¡te veías genial cuando naciste y solo tenias tres pelos negros en tu cabeza durmiendo en tu cuna con mantita celeste!!! ¡¡Te viste genial toda tu vida para mí!! – Las lágrimas llenaron mis ojos. – ¿Es que no lo entiendes?- Sus ojos también se llenaron de lagrimas y éstas comenzaron a rodar por sus mejillas rosadas.



-¡¡¡Es que TÚ no lo entiendes!!! ¡Me enamore de ti Uruha!- Un silencio invadió la sala y mis ojos volvieron a estar en shock después de tanto tiempo. Pero si creía que no podrían abrirse más, estaba equivocado, al ver mi estado estático, mi pequeño se lanzo sobre mí, besando mis labios y no pude hacer otra cosa que corresponder, cerré los ojos y sin pensar me lancé encima de él, besándolo frenéticamente, nuestras lenguas se entrelazaron, acariciándose, y mezclando nuestra saliva, sus mejillas estaban rosadas, no era solo sexo, era un acto de amor, y a pesar de los tantos años que yo tenía, nunca había tenido contacto con nadie, y por supuesto, él tampoco, pero yo había visto mucha gente hacerlo en todo el tiempo que llevaba dando vueltas por las casas.




-Mi pequeño, te amo, te amo, te amo – Dije entre cada beso. –Te ame siempre por dios, te amo-



-También te amo Uruha-san-



Me acosté sobre él y acaricie sus hermosos cabellos negros y toda su carita, él solo me abrazaba fuerte, bese su cuello y lo lamí con cuidado, por nada del mundo quería lastimarlo, solo quería que nuestra última noche juntos fuera especial, el jadeo un poco, estaba asustado.



-¿Quieres que me detenga pequeño? ¿Te da miedo esto?-



-¡No! Si te detienes te odiare el resto de mi vida, y eso sería horrible puesto que te estoy entregando mi corazón ahora mismo-



-Y yo el mío mi bebe- Cole mis manos por debajo de su pijama y se lo saque, bese su estomago y él jadeo a un mas. Me sorprendió al igual que sentí temor cuando descubrí su erección contra mi estomago.



-Oh por dios eres tan hermoso, jamás existirá alguien como tú.- Baje y él se bajo el pantalón junto a su ropa interior, todo junto. Lo mire y el asintió, todo estaba entendido, no había nada de qué dudar pero aun así temía por lastimar a mi pequeño. Tome su miembro despacio y lo lamí con lentitud.



-¡Aghhhhhhh Uruha-san!- Sus mejillas estaban encendidas, debía sentir mucha vergüenza. Su cuerpecito comenzó a arquearse y lo metí todo en mi boca acelerando el ritmo.



-Ahhh Uruha voy a… aghhhh… ¡voy a acabar!- Cerro los ojos y mi mano se lleno de su esencia, me acosté a su lado.



-¿Y tú? ¿No vas a entregarme tu corazón?- Miro desanimado.



-Mi amor, mi corazón es todo tuyo-



-Entonces déjame calmarte eso que debe dolerte- Señalo mi erección.



-¡No! ¡¿Qué haces?! Ahhh…- Comenzó simplemente a masturbarme pero sabiendo que era SU mano, que era mi pequeño quien lo hacia, y que lo hacia con todo su amor para que le diera mi corazón de alguna manera simbolica, cuando realmente siempre le había pertenecido.
Acelero el ritmo.

-Ahhhhhh… te… te amooo - Fue lo único que pude decir y mis fluidos mancharon sus manos.




Se acosto a mi lado y lo bese, nos besamos, y hablamos, nos besamos y nos reimos, y jugamos como lo habíamos hecho siempre, hasta que lo arrope.



-Buenas noches mi pequeño-



-Buenas noches Uruha-san, te amo y te amare siempre-



-Yo también- Espere a que se durmiera y salí por la ventana.



-Feliz navidad mi amor-











*********************************************************************


Dicen por ahí, que unos quince años después, un pequeño con el mismo apellido que Kai, había nacido… ¿podría ser?



Uruha se asomo a la ventana del niño del que debía encargarse nuevamente, este estaba dormido, y un hombre alto, pelinegro de unos treinta años se asomo a la cuna del niño, lo arropo y miro la ventana.



-Feliz navidad Uruha-san- sonrió y el aludido apareció, - ¿Y ahora quien es el viejo?- Sonrió también. –Feliz navidad Kai-chan, dejare esto en el árbol del niño y me voy- Se besaron y una mirada cómplice invadió la sala.



-Hasta el año entrante mi pequeño, aun te amo-



-Hasta el año entrante, y yo también-…





Fin.



Notas finales: Espero que les haya gustado!!! Espero reviews!! n_n

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).