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Divinidad Eterna por TokiitaNaruLoveBK

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Notas del capitulo:

Bueno para ser el 1er. capitulo es un poco violento ._. Pero primero va el infierno y luego le dara turno al cielo, disfruten el capitulo queridos! :3

Divinidad Eterna
UchihaNaru

 

“Buscare las respuestas, buscare la verdad y luchare contra todo solo por estar junto a ti”

 

1.- Mi mundo es un infierno

 

Sorprendente, era difícil de creer pero… el Rey estaba arto de vivir entre la escoria del mundo, y no es que no quisieras al mundo oscuro, le gustaba gobernar ese imperio; era solo que estaba arto de ver las mismas caras con sed de sangre día tras día.

 

Deidara, el hijo mayor del Rey, era un ser adorable que demostraba su cariño fraternal solo cuando estaban a solas; era fuerte y ágil, era un demonio digno de admirar, por eso era el líder, el dirigente de su ejército infernal, ante todos Deidara era un demonio al que temer, no podías faltarle el respeto o hacer algo que le enojara porque estarías dando tu propia condena. Su cabello largo y rubio era la envidia de muchos y sus ojos azules que se volvían rojos a la hora de pelear eran su arma especial para dejar a todos helados de miedo.

 

Naruto, el hijo menor del Rey, era aquel que siempre deseo ver entre ese mundo de fuego, Naruto a pesar de ser un demonio con gran potencial y de gran fortaleza tenía un cuerpo aparentemente frágil, con brillantes cabellos rubios y ojos extrañamente de un hermoso color zafiro, su piel era morena y para sorpresa del Rey en sus mejillas tenía la marca… La marca del poder “Kyuubi”.

 

Muchos de los habitantes del pueblo sabían lo que significaba aquellas marcas, sin embargo el odio que le tenían a Naruto era descomunal; Naruto tenía una sonrisa adorable, el no era un demonio… Era un ángel con disfraz de demonio; su actitud convaleciente, incapaz de pelear con alguien o provocar el mal, les enfermaba a los habitantes del infierno, pero Minato no, su hijo era diferente, y eso le gustaba, cuando estaba con él podía demostrar que él no era solo un diablo sin corazón, sino también un padre que podía dar amor a sus hijos, Deidara apreciaba mucho a su hermano y ante todos los defendía… Pero había ocasiones en las que no podían estar juntos ¿Verdad?

 

-¡Tu no perteneces aquí! ¡Deberías morir! – Piedras eran lanzadas a su cuerpo, jóvenes tal vez de unos 3 años mayores que él lo rodeaban, quería escapar pero era incapaz de hacerlo, su hermano estaba en una lucha en ese momento y el estaba solo. Eran los del sonido, Tayuya, Jiroubou, Kidoumaru y  Sakon-Ukon eran los que estaban a su alrededor tapando todas sus vías de escape, sus sonrisas siniestras eran su pesadilla.

 

-¡Basta! – La voz de su líder, del líder de los cinco hizo que pararan de tirarle piedras, Kimimaro, que hasta el momento simplemente se había mantenido lejos observando aquella escena se hizo paso entre sus compañeros y se hinco frente a Naruto, el menor temblaba de miedo, la sangre corría por todo su cuerpo, su rostro estaba repleto de sangre y en lo único que podía hacer era mantenerse callado y quieto –Eres tan adorable-Una sonrisa siniestra se dibujo en el rostro de Kimimaro, Naruto abrió los ojos en grande al sentir la mano asquerosa de aquel peli blanco sobre su mejilla haciéndose camino hasta sus labios, los cuales acaricio y después bruscamente metió sus dedos dentro de su boca – Es una lástima que tu hermano no pueda ayudarte… de nuevo ¿No crees? –

 

Era su condena, los cinco comenzaron a reírse, y por su mente lo único que podía aparecer era “No de nuevo… por favor… no de nuevo” Las lagrimas volvieron a caer por su rostro y rápidamente se vio solo con Kimimaro en ese callejón en donde minutos atrás había estado solo jugando con un neko cuando fue entonces que se vio rodeado de aquellos maleantes. Kimimaro lo tomo del cuello de sus ropas y lo atrajo hacía el, sus caras estaban tan cerca que Naruto podía sentir el aliento del otro justo en su cara.

 

-Recuerdas ¿La última vez que hicimos esto? –Kimimaro se acerco a su oído y beso la parte trasera de la oreja del menor, haciendo que este llorara más y se estremeciera bajo aquel contacto inadecuado –Tus gritos y gemidos, el cómo te retorcías debajo de mí. Deberías sentirte honrado de que alguien como yo se fije en una basura como tu – Kimimaro comenzó a recorrer con sus manos el cuerpo de Naruto, el pequeño no podía hacer nada, solo cerrar los ojos…. Y dejar que terminara –Eso es… así me gusta Kitzune… -

 

 

 

Deidara había regresado con buenos resultados, la lucha había sido en la tierra y por lo tanto el ejército creció y aunque también el del cielo esta vez ellos ganaron la batalla, pero no la guerra, justo en ese momento Minato hablaba con Deidara sobre el tema cuando escucharon a lo lejos como una puerta se abría lentamente y se cerraba con cuidado, el rechinido de esta fue la que delato a la persona que trataba de pasar desapercibida.

 

-¿Na-Naruto? –El pequeño abrió los ojos en grande, no pensó que su padre estaría en la estancia principal de la mansión infernal y mucho con su hermano, no, el no quería que lo vieran así, ya había pasado unas horas desde que Kimimaro lo había dejado botado en aquel callejón con la ropa desgarrada, con heridas abiertas y con sangre combinado con algún liquido blanquecino corriendo por sus piernas, aquella sustancia aun seguía en el, toda aquella sangre no se había quitado y el pretendía corre a su habitación en cuanto cruzara la sala… Pero nunca se espero encontrarse a su familia.

 

Su padre hizo el ademan de acercarse, no veía muy bien puesto que la mitad del cuerpo de Naruto se escondía entre las penumbras, pero podía ver claramente que estaba herido; cuando Naruto miro a su padre acercarse dio un paso hacia atrás y se escondió entre la oscuridad, Deidara miro a su padre y este estaba en shock.

 

-¿Quién? ¡¿QUIÉN HIZO ESTO?! –Un estruendoso rayo se escucho en el inframundo… El Rey estaba enojado y eso solo provoco que Naruto temblara aun más, no, no podía, no podía decirle lo que había ocurrido, Kimimaro volvería hacerle daño y esta vez no sabía si lo dejaría con vida…

 

-Naruto… ¿Quién fue? – La voz gruesa de su hermano hizo que quisiera huir, pero estaba acorralado, miro al piso y pudo ver que la sangre estaba haciendo un charco y su vista se estaba nublando ante tal pérdida de líquido, necesitaba irse ya. -¡NARUTO! ¡RESPONDE!

 

-¡NO QUIERO!–Naruto salió corriendo tan rápido como pudo, su hermano extendió sus alas negras y Naruto corría en las escaleras tan rápido como podía, miro hacia atrás y su padre lo había acorralado, quiso subir pero su hermano ya estaba delante de él. La mirada de su padre estaba en sus piernas, y pudo adivinar que era aquello blanco que recorría sus piernas…

 

-Eso es… -Minato hizo sus manos puños, los truenos se escucharon fuertes y peligrosos, realmente estaba fuera de sí –Mírame… -Naruto volvió a llorar y bajo la mirada, no quería ver a su padre, no en ese estado tan deplorable, no después de 3 años aguantando lo mismo cada día de su vida -¡MIRAME! –Deidara se acerco a Naruto y lo tomo de los hombros, su hermano de apenas 12 años no podía dejarse vencer, el tenía 15 y se había prometido protegerlo ¿Cómo es que había pasado eso entonces?

 

-Naruto… Mira a papá y dinos ¿Quién fue y  desde cuando hace esto? –Naruto miro a su padre y este espero la respuesta, un tenue y casi inaudible “No puedo…” salió de los labios de Naruto, Deidara lo rodeo con sus brazos por detrás, manchando sus ropas con más sangre, porque recuerden que acababa de llegar de una lucha. –Ven conmigo –Deidara miro a su padre y se llevo a Naruto tomándolo de la mano a su habitación, al estar ahí cerró la puerta y prendió la llave de la regadera, ordeno a Naruto que se desvistiera y se metiera a bañar, luego tendrían que hablar, mientras el menor se bañaba, Deidara salió del cuarto y fue con su padre, quien nuevamente estaba sentado en uno de los sillones de la sala, estaba en silencio y los truenos eran lo único que interrumpía aquellas penumbras.

 

-Quien haya sido, yo mismo lo matare – Deidara camino hasta su padre y se sentó frente a él, este solo mantenía la mirada en el suelo.

 

-Ahora que lo pienso… Naruto siempre tenía parches y heridas por todo el cuerpo desde que cumplió los 9 años, decía que era torpe cuando jugaba con los chicos – Deidara puso sus codos sobre sus piernas y sobre sus manos recargo su barbilla – Tal vez ellos sepan algo –Minato miro en ese instante a su hijo, si, tal vez tenía razón, Gaara era su mejor amigo, tal vez el podía saber algo –Iré por Gaara, Naruto se estaba bañando, bajara en unos minutos.

 

 

 

Cuando salió del baño tomo de sus cajones unas jeringas, vendas, curitas, parches y entre más cosas, se miro al espejo y comenzó a curarse el mismo, habían heridas grandes, otras profundas, y otras que eran simples rasguños, miro una herida al costado de su abdomen y tomo la anestesia  y la jeringa para inyectarse en aquella parte, fueron 4 puntadas las que tuvo que hacerse así mismo, cuando termino hizo que sus alas aparecieran, y los cuernos al igual que la cola salieron de su cuerpo, miro su armadura y luego su armario.

 

-Algún día –Dijo sonriendo mientras miraba la armadura, él quería salir, pelear, luchar junto a su hermano, recordaba haber usado esa armadura solo una vez y solo para mirarse al espejo con ella, tomo de su armario una camisa de manga corta negra y sobre esta un suéter del mismo color con cuello de tortuga y manga larga para ocultar sus heridas, para esto tuvo que ocultar de nuevo sus alas, pero una vez puesta volvió a abrirlas, se puso un pantalón ajustado que tenía el respectivo huequito para su colita de diablo, se puso unos tenis negros y se miro al espejo, en su cara se podía ver un parche en su mejilla izquierda y dos puntadas de una herida hecha con una piedra en su frente del lado izquierdo, suspiro, era algo que no podía tapar con nada, ni siquiera su flequillo tapaba aquella marca.

 

Sin más que ver o decir bajo las escaleras de nuevo saliendo de su habitación, su padre lo esperaba, ya estaba más tranquilo, pero el viento aun estaba inquieto, lo que quería decir que aun estaba perturbado, camino hasta él y no se sentó, se mantuvo parado con las alas hacia abajo con pena, su cola se menaba de lado a lado de lo nervioso que estaba, y la puerta principal abriéndose hizo que se asustara.

 

-Naruto, dijiste que habían parado ya –El susodicho aparto la mirada al ver quién era, Gaara lo miraba enojado, su hermano estaba detrás de él, los dos escondieron su apariencia y dejaron que los cuernos y la cola desaparecieran al caminar hasta Minato, quien también ya había cambiado minutos atrás –Naruto, no quería delatarte, dijiste que habían parado, prometiste decirle a tu padre – Minato miro como Gaara y Deidara se ponían a sus lados y Naruto solo apretaba los puños a los lados de su cuerpo, no lloraría, no más.

 

-Tenía miedo, dijeron que si decía algo irían contra ti Gaara, yo no quería ponerte en peligro, tampoco quería traer problemas… Soy diferente, el infierno entero me odia por eso ¿Qué podía hacer? Si no eran ellos, serían otros – Minato suspiro con pesadez y Deidara y Gaara solo miraban atentos a Naruto  -Los cinco han estado…. Molestando desde que cumplí 9 años  y yo… No podía hacer nada, tenía miedo – Deidara salió al instante, habría una masacre…

 

-Gaara retírate –El susodicho asintió, dio una reverencia a su alteza infernal y salió por donde entro con Deidara –Hijo, se que eres diferente, pero eso te hace especial, tienes 12 años, ocultas un gran poder dentro de ti, tenías que a verme dicho desde hace mucho lo que ocurría, pero ahora ya no hay más que hacer, ellos pagaran lo que te han hecho con muerte – Naruto ante la señal de su padre camino hasta él y escondió su real apariencia, las alas desaparecieron al igual que los cuernos y la cola, Naruto fue acurrucado entre los brazos del maléfico Rey del infierno y las manos de este acariciaron los cabellos rubios para que las lagrimas que comenzaron de nuevo a salir se calmaran hasta desvanecer –Eres diferente porque eres especial y este maldito infierno no entiende eso, la gente con sed de sangre que viene día con día a este mundo no sabe lo que puede pasarles si te retan, tú tienes el poder del Kyuubi, ellos se tienen que doblegar ante ti, y desde hoy comenzaras tu entrenamiento para demostrarles a todos que tu eres el príncipe del mundo infernal, su amo y señor – Naruto por un momento creyó mirar a todos arrodillados ante él con miedo mientras les sonreía de manera cínica sobre un zorro de nueve colas, sus ojos eran rojos, las marcas en sus mejillas eran más gruesas y su padre y hermano estaban junto a él.

 

Ese era el poder Kyuubi, el era el portador, y le tenía miedo a ese poder, sin embargo su padre tenía razón, ya era hora de tomar su lugar, de ser respetado, de ser el príncipe del infierno, de pelear y luchar por su mundo, era su turno de mirar a todos desde arriba mientras suplicaban por perdón… Ahora era su turno de brillar.

 

Continuara…

Notas finales:

Espero haya sido  de su agrado : D


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