Perdón por hacerte tanto daño. Me duele tanto verte así pero no puedo hacer nada…
Estás de nuevo triste mirando al suelo ¿Hace cuanto no sonríes? El siempre tratando de animarte pero tú no le haces caso. Cada vez que río, tu cara parece tan desolada ¿Es porque me río cuando tienes el corazón roto? Te lastimé tanto y lo siento pero ya no te amaba… Me gustaría que comprendieras que yo no podía seguir así, solo nos hacíamos daño, ya no confiábamos en nosotros.
Recuerdo esa vez cuando él me dijo lo que sentía por mí, tú te habías ido temprano porque te sentías mal, quizás antes yo hubiera ido contigo, pero las cosas entre nosotros desde hace mucho no eran lo mismo que en un principio, así que los demás nos quedamos en ese bar a pasar el rato.
-¿Por qué se fue?– Me preguntó Yuu algo preocupado
-Dijo que se sentía mal- Contesté sin darle mucha importancia.
-Lo noto algo raro últimamente, ¿Está enfermo de algo grave?- Preguntó el batero. Siempre preocupándose de más.
-No, no tiene nada, sólo que está muy cansado por otras cosas que está resolviendo- Me molestaba que siempre me interrogaban sobre ti, ya que en realidad había muchas cosas que simplemente yo no sabía, pero ellos siempre querían que yo lo supiera todo.
Al contrario de ellos él sólo observaba callado la plática, aunque era tu amigo a él no le gustaba estar preguntando sobre ti, le dolía vernos juntos, no sé porque no me daba cuenta.
Seguimos tomando y Yuu no estaba en buen estado después de haber bebido, Uke se ofreció a llevarle hasta su casa y yo a Reita, ya que no había llevado su auto.
En el camino estaba tranquilo solo observándome.
-¿Cómo vas con Shima?- Preguntó mirándome fijamente, disfrutaba estar con él ¿Porqué tenía que recordarme lo que en esos momentos yo trataba de ignorar?
-Bien…- Notó que era mentira, él me conocía mejor que nadie, incluso mejor que tú.
-No mientas Taka, ¿Están enojados? Se ven distantes-
-Sólo estamos cansados ya verás que después estaremos bien...- Le sonreí falsamente.
-Está bien… Si no quieres decirme lo comprendo- Me dolió su comentario, tenía ganas de gritarle que ya no te amaba, que lo amaba a él pero… ¿Qué podía hacer?
-No es eso Aki...- Tenía ganas de llorar por la impotencia de no poder decirle nada. Sentí como mis ojos se ponían vidriosos, el lo notó pero no dijo nada.
No aguantaba más la presión, el sólo me miraba mientras yo veía al frente.
-Taka…- dijo dulcemente
-Dime-
-No es bueno guardarse los problemas, si necesitas hablar con alguien te escuchare todo lo que necesites, recuerda que siempre estaré contigo- Se acercó un poco a acariciar mi mejilla. Sentía que estas ardían.
-Aki…- Una lagrima escapo de mis ojos.
Llegamos a su casa y él me miró unos segundos
-¿Quisieras quedarte a platicar? No tengo nada de sueño, me aburriré mucho solo. Claro si no estás cansado ya-
-Está bien- Respondí un poco nervioso.
Bajamos del auto y entramos a su casa, hace mucho que no iba, antes de salir contigo iba seguido a jugar o simplemente a platicar con él.
-Siéntate, ¿Quieres algo de tomar?- Me preguntó
-No, gracias-
-Bien, ahora vuelvo- Fue a la cocina por agua para él.
Yo lo esperaba en la sala mientras pensaba en nuestros problemas y si era adecuado contarle la verdad, necesitaba hablar con alguien, él tenia razón ya no podía con esto.
-Listo- Sonrió un poco y se sentó a mi lado -¿Me contarás?- Tomó mi mano entre las suyas y me miró, su mirada era tan dulce, tan comprensible.
-Aki… yo…- Hice una gran pausa, él sólo me miraba esperando que siguiera -Yo… yo ya no amo a Shima...- Me miró sorprendido ¿Quién no se sorprendería de saber que después de tanto tiempo de estar juntos vengo y digo que ya no te amo de la nada, no? –Él ya no confía en mí, siempre piensa que estuve con alguien pero yo jamás lo engañé. Me siento mal por no poder seguir amándolo, pero esto me hace daño, no es sano estar con alguien por lastima, ni para él ni para mí-
-Taka necesitas hablar con él-
-Lo sé pero lo lastimare. Él me quiere mucho- Comenzaron a caer pequeñas lágrimas de mis ojos mientras él limpiaba todas delicadamente. Me sentía tan protegido a su lado.
-Debes de pensar también en ti, si dejas pasar más tiempo podría ser peor Taka...-
En ese momento recibí un mensaje tuyo “¿A qué hora llegaras, Taka?” Me puse muy nervioso y él lo notó.
-Calma, ¿Quieres quedarte aquí?- Mas que una pregunta parecía una súplica. ¿Cómo negarme? Me sentía tan mal, no quería ir a casa.
-Si no te molesta- Respondí mirando mi celular.
-Claro que no. ¿Le responderás algo?- Negué con la cabeza y apague mi celular –Ya verás que lo resolverás- Me acerco a él y me abrazó tiernamente.
-Gracias por estar conmigo, Aki...-
-Para eso están los amigos- Dijo en mi oído. Nos separamos y él me miró, parecía que quería preguntarme algo.
-¿Qué sucede?-
-¿A… A quién amas?- Me dijo avergonzado.
¡A ti! Quería gritárselo pero no podía, tal vez no me creería.
-Yo amo a alguien, pero… ¿Tú crees que no soy una porquería, amando a alguien más mientras yo ya tengo a quien me ama?- Dije triste. Todo esto me lastimaba tanto, me sentía la peor persona del universo.
-No Taka. Tú no tienes la culpa de tener sentimientos, las cosas cambian a veces los sentimientos no son para siempre aunque así lo quisiéramos-
-Tienes razón- Me hacía sentir tan bien con sus palabras. –Akira ¿Tú amas a alguien?- Necesitaba saberlo aunque me doliera, tal vez le gustaba alguna chica, el tan solo pensarlo dolía.
-Sí..- Dijo mirando hacia otro lado.
-¿Quién es?, si es que puedo saber o la conozco- Sonrió
-Claro que sí, pero no me gusta una chica en realidad- Dijo apenado –Tú lo conoces muy bien desde hace mucho que lo quiero pero nunca se fijara en mí- Bajó la mirada.
-¿Quién?- Pregunte curioso. Necesitaba escuchar de una vez quien era esa persona dueña de los sentimientos de Akira.
-Tú…- No sabía que decir yo también lo amaba.
-Akira yo…- No pude terminar porque él habló.
-No importa, no tienes que decir nada, sé que no me amas, solo permíteme estar cerca de ti. Te prometo que no tratare de hacer nada porque…- Dijo triste
-¡Akira, yo también te amo!- No quería seguir escuchando eso. Dolía pensar en más sufrimiento
-No tienes que hacerlo por compasión-
-No es compasión, tú eres la persona que amo y por la que dejare a Shima y dejaría cualquier cosa. No sabía si me correspondías por eso no había dicho nada-
-Te quiero Taka…-
Al siguiente día fui a hablar contigo, estaba muy nervioso y tenía ganas de llorar, no quería lastimarte. Llegué temprano a casa, tú estabas en el sofá dormido.
-Shima despierta...- Te moví un poco para que te levantaras. Abriste los ojos y me miraste.
-Taka ¿Por qué no llegaste anoche?- Te veías enojado. Mis ganas de llorar regresaron.
-Shima… Necesito hablar contigo-
-¿Qué sucede?- Preguntaste molesto mientras te sentabas bien en el sofá, yo me quede parado frente a ti mirándote fijamente.
-Shima hace tiempo que las cosas entre nosotros no son lo mismo- Sólo me mirabas tristemente, tú sabías lo que vendría –Shima yo…-
-Taka, lo podemos solucionar- Dijiste preocupado
-Ya no puedo...-
-Por favor Taka, por favor- Suplicabas. Me dolía tanto verte así.
-Lo siento Shima- Intentabas encontrar las palabras correctas desesperadamente porque pensabas que éste era el único lugar para ti.
-Taka yo te amo- Comenzaste a llorar. Cada vez que tú dices que me quieres mis sentimientos se han marchado lejos.
-Lo siento…- Por favor, no solloces una y otra vez porque no puedo amarte.Salí de casa y fui con Akira.
Me llamaste todo el día y yo no contesté, estaba con él. Recuerdo lo cruel e imperdonable que fui para ti.
Una y otra vez, me encuentro a mí mismo deseando que no me quieras nunca más, quiero que sientas resentimiento hacia mí sólo bórrame de tus recuerdos, quiero que me olvides…
Te lastime más cuando supiste lo de Akira ¿Cierto?, Pero no dijiste nada. Hice tus heridas más profundas cuando te despojé de tu lugar.
Cada vez que suspiras por mí, mi corazón se ha marchado lejos. Todavía estás confuso, pero la cadena que nos une ya se ha roto.
-¿No te diste cuenta?-Te pregunté
-No es eso…-
-Hacías como que no te dabas cuenta-
-Sólo estaba intentando evitarte- Dijiste mientras mirabas la rosa que te había dado
Esa fue la última flor que te di, también como el final de nuestro amor. Esa fue la última vez que hablamos sobre eso.
Más que nada, en este momento, me doy cuenta de lo cruel que soy en realidad.