TRAIDOR por Ayume46

Pasé la noche en vela como otras tantas, sentado en cubierta mirando como poco a poco el sol comenzaba a salir. Pronto llegariamos a otra isla y esa maldita fecha se acercaba... El tiempo seguía corriendo, pero para mi se paro en el mismo instante que llegamos a esa maldita base. Ni si quiera pude verle, ni siquiera se donde esta...
-Otra noche sin dormir, espadachin-san?
La morena aparecio tras de mí, con esa sonrisa calmante que mostraba en su rostro cada mañana que me encontraba en la misma posición.
-Y las que me quedan... Después de todo esto sucedió por mi culpa.
-No puedes culparte eternamente, fue su decisión protegernos.
-Despues de lo que dijimos de él, después de como lo trate... Aún asi hizo todo por nosotros... Como pude dudar de él?
-Espadachin-san... Se que no es de mi incumbencia, pero si no lo digo yo parece que no te daras cuenta.
-Como?
-Aquel día... Por que estabas tan enfadado?
-Pues por que va ser por que...
-Piensalo bien, fue por su supuesta traicion como nakama o por traicionarte a tí?
Esa misma pregunta llevaba rondando en mi mente desde hacía meses. Por mucho que pensara en ello siempre llegaba a la misma conclusión...
-No lo sé... Además poco importa ahora, cierto?
-Debes aclararlo, es la única forma de que puedas seguir adelante de una vez.
Las voces de los demas se escuchaban en cubierta, era hora del desayuno. Ahora era Nami la que se ocupaba de hacerlo, no habiamos sido capaces de incluir a otro cocinero en la tripulación, apesar de que había pasado casi un año. Todo cambio en el barco cuando desaparecio de nuestras vidas, incluso los desayunos se hacían en un rotundo silencio, como esperando que volviera a aparecer con sus gritos habituales.
-Chicos, terminar rápido que estamos a punto de desembarcar.
-De acuerdo.
-Luffy te lo digo a ti sobretodo. Tened cuidado en esta isla, hace mucho que no nos topamos con ningun grupo de marines, es demasiado raro.
-Entendido!!!
-Y tu Zoro, será lo mismo de siempre verdad? Tienes cinco dias...
Solo asentí y salí de la cocina sin terminar si quiera el desayuno. Seguían siendo mis nakamas, seguía confiando en ellos... Pero esa maldita culpabilidad me hacía imposible volver a ser como siempre. En cuanto tocabamos tierra en alguna isla desaparecía durante días, de bar en bar, maldiciendome y bebiendo hasta perder el norte. Era mi manera de castigarme, de intentar pasar el tiempo... que cada día parecía pasar más lento.

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El sonido del den-den mushi lleno la pequeña habitación, hasta que fue descolgado.
-Si?
-Teniente, el objetivo a llegado a la isla como habiamos planeado.
-Entendido señor. Mis dos hombres de confianza y yo estamos prepados para llevar a cabo la misión.
-Tenga cuidado, ese hombre es muy peligroso...
-Lo sé, señor.
-De acuerdo. Espero noticas suyas en 4 dias. Hasta entonces... buena suerte.
-Muchas gracias, señor.

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Por fin habiamos desembarcado y, como de costumbre, me encontraba en una taberna de mala muerte con mi sexta botella de sake. Para mi desgracia a unos pocos metros de mi una tripulación entera celebraba alegremente la llegada de un nuevo compañero.
-Brindemos por el nuevo chicos!!!!!
-Juntos llegaremos hasta el One Piece!!!
-Por los nakamas!!!!!
-Por los nakamas!!!
Esas frases... Cogí la botella medio llena que aun me quedaba y salí de allí de inmediato. Cuantas veces brindamos de esa manera, quizas hasta con las mismas palabras? Iba perdido en mis pensamientos y el alcohol tampoco ayudaba, cuando choque con alguien cayendo de bruces al suelo. Ese pobre chico no tendría ninguna culpa, pero era un imbecil cabreado y borracho... iba a pagarla con alguien, y esta vez le había tocado al pobre chico.
-Sabes con quien tratas imbecil!!!! Pienso partirte en pedazos por empujarme de esa...
Las palabras se quedaron agarrotadas en mi garganta. No podía estar viendo lo que veía. Tenía que ser una visión, una alucinación, el alcohol.... Tenía que haber una explicación lógica, no podía estar delante de mis ojos.
-Tú...
Antes de poder decir nada más salió a toda velocidad huyendo de mí. Dejé la botella derramada en el suelo, poco me importaba ahora, y salí en su busca. Podía verle a una cierta distancia, evitando perderle. Mi cuerpo no estaba en las mejores condiciones, o eso creía, por que encuanto lo tube frente a mí todo el sake que había tomado desaparecio de mi sangre, quedando totalmente despejado. Las calles iban quedando cada vez más desiertas, parecía que nos acercabamos a las afueras. Aceleré un poco más, quedando tan cerca de él que podía casi rozarle...
-Sanji!!! Sanji!!!
Creí que no contestaría que perseguía a un fantasma, cuando se paró en seco y se volvió hacía mí.
-Zoro....
Estaba delante de mí... Era él!!! Ese pelo rubio, esas cejas raras que tantos insultos habían provocado... Incluso esa forma en la que se paró ante mí, con las manos en los bolsillos.
-No puede ser... Yo... Nos dijeron que tú...
Avanzaba lentamente hacía mí, con una sonrisa. Esa sensación en el pecho por fin desaparecía, por fin había vuelto.... Estaba vivo!!!
-Es placer Roronoa Zoro... Aunque creo que solo para mí.
Sentí un fuerte golpe en la cabeza y todo se oscureció. Lo último que se quedó grabado en mi mente eran las risas del rubio, mientras yo caía inconsciente a sus pies. No entedía su reacción ni sus palabras, pero solo una cosa venía a mi mente, una y otra vez. "Sanji... Dime que eres tú..."