Lo siente, cuando la vida deja a Hyrule, puede oír los gritos resonando en los bosques y los desiertos, reverberaciones rebotando a través de las montañas, como pequeños inquietos niños. Huele el humo de los pueblos, el olor a carne quemada que se hace paso a través de Hyrule sólo para llegar a los oídos de su aspirante héroe, burlándose de él por su fracaso, incluso en la muerte.
Lo siente, cuando Ganon se aburre de su nuevo juguete y priva de aire los pulmones de la princesa.
No está muy seguro de cómo se siente acerca de esto. Hyrule esperaba que los salvase, las Diosas esperaban retribución por todas las veces en que le ayudaron en su viaje, los sabios esperaban que fuera un buen héroe de pacotilla y hacer lo que dijeran, poniéndose en peligro por un mundo del que él nunca había sido parte. Había una especie de amarga diversión al escuchar sus oraciones, al escuchar sus llamadas hacia ÉL en sus últimos momentos de vida en vez de pedir perdón por sus pecados a Aquellos que gobernaran después.
Los niños pequeños simplemente no duermen durante siete años y tienen expectativas impuestas sobre ellos al despertar. Porque incluso si el cuerpo había crecido, la mente había dormido. Y uno con la mentalidad de un niño de diez años simplemente no toma una espada al ser adulto. Las cosas que se había visto obligado a soportar eran suficientemente bizarras para incluso un adulto no comprender en su totalidad. Las criaturas que había matado, la sangre con la que se había bañado eran suficientes para romper la mente de cualquiera.
Sus expectativas habían superado sus habilidadades, su vida había sido gastada esperando algún tipo de milagro salvador que viniera y los protegiera a todos. Su llamado salvador era un niño que había pasado la mayor parte de su infancia reprendido por sus pares por no ser normal. No había tenido la oportunidad de crecer a la edad adulta, meramente había sido forzado a hacerlo en un abrir y cerrar de ojos.
¿Cómo es posible que ellos esperaran que él les salvara cuando le habían ignorado durante años, jugando con su destino, pero ignorando al propio niño? Quizá creían que el muchacho en cuestión estaría tan desesperado por algo de aceptación que seguiría su cada pedido, sin duda.
Salta, salta, salta! Más alto, mi niño, no llegas todavía!
Había jugado su juego durante años. Cuando era un niño que había recuperado sus cristales, su inocencia infantil destruida y desaparecida para siempre en el momento que enfrentó a su primer monstruo, aterrorizado y gritando por ayuda con sólo una espada, una resortera, y un hada pequeña que le asistía. Ni una sola persona había venido a su ayuda, ni una sola persona lo había rescatado entonces.
Creció entonces, luchando con monstruos y salvando a Hylianos, Gorons, y Zoras antes de siquiera saber lo que eran. Fue recompensado con el compañerismo de las tres tribus, colocado en un pedestal el cual nadie podía alcanzar. Era un icono, un trofeo, algo que todo Hyrule quería tener. No querían conocer al propio niño, solo deseaban su protección. Y cuando abrió el Templo del Tiempo, sacó la Espada Maestra de su pedestal, y durmió durante siete años ellos lo maldijeron por no estar allí para salvarlos.
Como adulto que se le había reconocido sólo después de que los había librado de sus problemas, maldiciendo su falta un minuto y colocándolo nuevamente en su pedestal el siguiente. Su vida era una gran pesadilla. Todo un mundo de personas y sólo un niño tuvo el coraje de luchar por ellos. Tal vez eso le había dado un complejo. Nadie podía vencerlo, nadie podía ser mejor que él, se esforzaría y lucharía hasta superar a las Diosas mismas.
Sería un Dios entre hombres. Un héroe entre cobardes. Una sola alma buena entre los perversos.
Pero, ¿qué es malo y que no? ¿Qué consideran las Diosas como buena y que consideran malvado? ¿Qué acciones van más allá de la "justicia" antes de cruzar en el reino de la injusticia? ¿Qué era la maldad? Que era la bondad? Zelda era malvada por pedirle tomar su espada y luchar por Hyrule? Eran los monstruos malvados que sacrificaba, torturaba y mutilaba, malvados? ¿O eran sólo víctimas de Ganon como todos los demás en el mundo?
Dark había puesto estas incógnitas en su cabeza. Su oscuro, extravagante, y poderoso gemelo oscuro lo había hecho hacerse estas preguntas.
Link, Link, querido Link. Solo, ¿que es la maldad, mi amor? Uno no sabe la oscuridad que habita dentro de otro. ¿Soy tan oscuro y malvado que debes apuñalarme con esa hoja de acero sagrado? O soy bueno? ¿Qué tal mi corazón y alma? ¿Son malvados? Más negro que la noche que nunca he visto? ¿O son puros y dorados como los tuyos? ¿Que tan malvado eres, Link? ¿Qué tan manchado estás, de toda la sangre que has derramado, y el odio? ¿Eres tú el héroe inocente que el mundo espera que seas? ¿O eres tan malicioso, y ‘malvado’ como yo?
Hubo un cierto placer sádico que sintió al ver a una mujer arrastrarse hacia él, sus piernas azotadas con llamas rojas y una mano sobre su pecho, tratando de mantener sus entrañas de derramarse.
Sus ojos se arrastraron junto a ella, admirando la aldea en llamas y observando a la figura alejarse por la salida. Dark le sonrió, y luego a la mujer moribunda, sus ojos brillando con una alegría malvada que casi le hizo reír a Link en voz alta. Un fantasma homicida como Dark nunca debería tener alegría infantil cruzar sus rasgos.
La mujer llora lastimosamente, llegando a frotar con sangre sus botas.
¡Por favor, ayúdame! ¡Héroe! ¡Ayúdeme!
Ríe cuando Dark dirige su espada a través de la parte posterior del cráneo de la mujer, salpicando aún más sus botas con espesa sangre y otras osas cosas. Dark ríe y ríe mientras el cadáver de la mujer arde, su pequeña, linda falda en llamas. Dark se vuelve hacia él, sus ojos rojos encendidos con locura, agarrándolo por el cuello de su túnica y besándolo con fuerza.
Dark sabe al fuego y la sangre. Sus manos son bruscas, mientras que con un puñado de su cabello, tira de él más y más hasta que estar presionados uno contra otro y prácticamente devorándose entre ellos.
¿Qué es el mal?
Manos oscuras se arrastran por sus costados para desabrochar la hebilla de su túnica, buscando a tientas el cinturón con los dedos manchados de sangre.
¿Qué es pecado?
Da un quejido en la boca oscura cuando su gemelo deshace su hebilla, deslizando una mano dentro de su túnica y jugando con las mallas restringiendo su erección.
¿Qué es sacrilegio?
Dark ríe al gemido que se derrama de su boca del otro cuando por fin agarra su erección, moviendo un solo dígito a lo largo de la cabeza con reverencia, devorando la boca de su gemelo de cabellos dorados hasta que el chico está gritando su placer por encima de las diosas.
Link podría considerar estas cosas por toda la eternidad, saqueando todo el mundo y sus despojos al igual que cualquier Gerudo de clase baja. Pero él prefería vivir en el momento. Tener las manos manchadas de sangre, y su espada cortando hueso, sus labios sonriendo y riendo su triunfo ante el mundo. Él era su propia persona ahora. No le pertenecía a nadie. No a la princesa, no a los Zora, no a los Goron, ni a las Gerudo, y ciertamente no a Ganon.
No, la única persona a la que ahora le pertenecía era el mismo.