Una figura corría por la calle, intentando escapar de aquellos que le perseguían. A la luz de las farolas se podía ver que se trataba de un muchacho de cabellos rubios y ojos azules.
El joven decidió ir por el parque, dejando atrás a sus perseguidores pero cuando creyó que los había dejado atrás una mano le tapó la boca mientras un brazo le rodeaba la cintura, atrayéndolo hacia esa figura y escondiéndolo entre un árbol y su cuerpo, dejándole fuera de la vista de sus perseguidores.
-Creo que se ha ido por ahí.
-Vamos.
Cuando ambos muchachos tuvieron la certeza de que se habían ido, el mayor soltó al castaño.
-¿algún dia me dirás por qué siempre te metes en lios, Luce?
-N… no lo hago adrede, Dark.
El mayor suspiró, eran amigos desde hace casi cinco años y aun asi el menor seguía siendo el blanco de todos los matones, más desde que él había terminado el instituto.
-Venga, te acompaño a casa.
El menor asintió con una sonrisa y ambos empezaron a caminar por entre los arboles.
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En otro lugar, en otro mundo, un joven vestido totalmente de blanco dibujaba un pentagrama en el suelo mientras recitaba unas palabras.
Filius Luna (hijo de la luna)
Filius Nocte (hijo de la noche)
Exaudi preces (escuchad mis plegarias)
Venit meun mundi (venid a mi mundo)
Libra nos a chaos (libradnos del caos)
Ostendam rex (mostrad al rey)
Un estruendo le interrumpió y el joven, sabiendo que no le quedaba casi tiempo, terminó el hechizo.
Aperire porta (que se abra el portal)
Ego quod (que os lleve a él)
Templum tempus (al templo del tiempo)
En cuanto terminó el conjuro las puertas se abrieron, dando paso al caballero oscuro, la mano derecha del gran lord.
Antes de que el joven pudiera evitarlo, uno de los Koers del caballero le pegó un puñetazo en el estómago, quitándole el báculo y haciéndole caer de rodillas.
-Valla, valla. Si es un pequeño sacerdote. Sabes, hace cinco años pude notar tu olor en uno de los templos y pensé que era demasiado extraño que un viejo decrepito tuviera ese olor tan dulce. Ahora lo entiendo.
El Caballero cogió el mentón del menor y le obligó a mirarle a los ojos.
-¡¿Qué has hecho?! ¡¿A dónde les has mandado?!
-A un lugar donde no sufrinan ningún daño.-dijo el sacerdote con una sonrisa de triunfo mezclada con una mueca de dolor.
El caballero oscuro entrecero los ojos y le pegó una bofetada, dejándolo insconsciente al momento.
-Llevenselo, ya nos lo dira después.
En la tierra, mientras, tanto Luce como Dark se encontraban caminado por la calle de un barrio de clase media-baja cuando un tirón extraño les hizo detenerse.
Ambos se miraron pero antes de poder decir nada todo empezó a dar vueltas, mezclando colores y sonidos.
Solo un hombre medio borracho vio como los dos chicos desaparecían en mitad de la calle, miró la botella que llevaba en la mano y, encogiéndose de hombros, continuo bebiendo.