Era una mañana como cualquier otra, pero la verdad no era un día muy emocionante o prometedor, me encontraba al término de mis largas vacaciones y era el momento de regresar a la universidad. Mi madre como siempre estaba apurándome desde temprano en la mañana, estudiaba en un campus con dormitorios así que no estaría en este lugar a lo largo de un buen tiempo. Lo único que esperaba con ansia de volver a clases era ver a mis amigos, Taemin me había escrito pocos días atrás que sus vacaciones realmente habían sido muy emocionantes, de Jonghyun y Key no supe nada durante unos largos dos meses y Onew…me imagino que había estado largas horas comiendo pollo.
Después de todos los reclamos de mi madre y los fuertes golpes que daba en la puerta de mi habitación decidí abrir los ojos, un haz de luz se filtraba por las pequeñas ranuras de las persianas blancas que cubrían la pequeña ventana al lado de mi cama. Al levantarme, vi la hora y me sobresalté por completo.
7.30 am –Dije fuerte
Te dije que era bastante tarde Minho, apresúrate –Le oí decir a mi madre en su típico tono de molestia, era uno de esos tonos de su voz que no podré olvidar.
Al abrir la puerta fijo sus ojos sobre los míos, no necesitaba decirme nada, su mirada fulminante hablaba por sí sola, si no me apresuraba llegaría demasiado tarde.
Corrí al baño y tomé una ducha rápida, al salir tome la maleta que había alistado el día anterior y baje velozmente las largas y estrechas escaleras de mi casa, tome un poco del jugo servido en la mesa, me despedí de todos y salí a la parada de autobuses.
Por suerte había un autobús que pasaba frente a mi universidad, lo malo era que en ese momento no pasaba ninguno. Miraba fijamente el número de todos los autobuses que pasaban, el 7, el 8, el 22, ¡necesito el 9! Era septiembre pero los visos del otoño hacían que los vientos fueran fuertes y por ende hiciera algo de frío.
Finalmente el bus número 9 se detuvo, otros estudiantes también subieron al mismo autobús, no me es difícil hacer amigos, algunos piensan que soy algo callado pero luego descubren que puedo llegar a hablar demasiado. Hable con algunas de las personas que entraron conmigo, algunos eran nuevos y parecían bastante emocionados de asistir a una universidad con prestigio este año.
Mientras hablaba con ellos vi que el bus se detuvo muy cerca de la universidad, un chico alto de expresión facial inocente y perdida se subió al autobús, durante todo el recorrido y por algún extraño motivo no pude dejar de mirarle, era hermoso en realidad, pero ¿quién era él? .
Le vi bajarse del autobús apenas se detuvo en mi misma estación, pero al parecer se esfumo rápidamente y no le volví a ver, más sin embargo, había despertado una gran curiosidad en aquel chico.
Busque el dormitorio que me correspondía, no me agradaba mucho el edificio que me había tocado este año, era uno de los más antiguos y alejados de los salones, tendría que despertarme muy temprano en la mañana, realmente no me emocionaba mucho la idea.
Subí las escaleras hasta el tercer piso y abrí mi dormitorio, no estaba mal he de decir, tenía una gran ventana, estaba bien iluminado, la vista daba a la zona verde del campus, tenía las paredes recién pintadas; al parecer se habían tomado el trabajo de arreglar un poco las habitaciones de este edificio.
Como siempre tendría que compartir la habitación con alguien más, eso me lo confirmaban las dos camas que se situaban en la habitación, pero yo no tenía problema con ello la verdad.
8.25am –Dije en voz alta para luego salir corriendo hacia mi primer salón, esperaba en el transcurso del día poder encontrarme con Taemin, juro que me había dejado con la intriga acerca de sus vacaciones.
Finalmente encontré el salón 105, entre y encontré allí a mis 4 amigos, ¡que fortuna!
¡Minho! –Dijo Jonghyun al verme, inmediatamente todos voltearon a mirarme
Siempre llegando tarde –Dijo Onew mientras me saludaba
¿Dónde has estado? –Me sonrío Key
Min –Sonrío Tae mientras me recibía con un fuerte abrazo
Estoy muy feliz de verles a los 4, realmente que suerte tenemos de haber quedado en la misma aula esta primera asignatura, espero que al menos quede con uno de ustedes en cada una de las clases que me corresponde –Comente para luego sentarme en uno de los puestos de la parte central trasera al ver al profesor entrar al salón; su aspecto de seriedad y disciplina hizo que temblara un poco.
Fije mi mirada en mi libreta de apuntes y me disponía a escribir la fecha cuando noté que la puerta se abrió nuevamente, levante la mirada y sentí que mi corazón latía con fuerza. Entro sigilosamente, era el mismo chico de autobús, ahora estaba en mi clase.
Uno de los que llega tarde, su nombre –Dijo el profesor con un tono frío y una mirada penetrante a aquel chico que aún conservaba su mirada inocente
Shim Changmin –Dijo en un tono suave, su voz era prácticamente un delirio para mí, sentí que mi piel se crispaba al instante.
Siéntese por favor –dijo el profesor y se dispuso a empezar la clase, Changmin se sentó diagonal a mí y no sé si lo habrá notado pero toda la clase estuve viéndole de reojo, parecía un chico callado y no se interesaba mucho en socializar con las personas, sin embargo, físicamente era bastante atractivo y tenía cierto aire de misterio que hacía que me interesara perdidamente en conocerle.
Seguí con mis clases con normalidad, sin dejar de pensar en aquel chico que nunca antes había visto, su nombre retumbaba en mi cabeza y su voz aún después de las horas lograba crisparme la piel.
Al terminar con la última de mis clases del día, decidí ir directamente a mi habitación. Tae insistió en que le acompañará a una fiesta que organizaban los alumnos de inicio de clases, estaba algo cansado y preferí no asistir.
Caminé con parsimonia hasta el lejano edificio marrón oscuro y subí por las escaleras mientras buscaba las llaves. Abrí la puerta y levante la mirada, quede perplejo ante la imagen que tenía en frente, Changmin, estaba en mi habitación.
Me miró y sonrío levemente –Al parecer eres mi compañero de habitación, soy Shim Changmin
Me hubiese gustado decirle que ya sabía su nombre pero no podría hacerlo
Choi Minho –Dije con algo de nerviosismo notorio en mi voz mientras le daba la mano. Changmin debió haber notado que me encontraba algo estupefacto porque sus expresiones faciales empezaron a cambiar, apenas cerré la puerta me miro de arriba hacia abajo como haciéndome un chequeo o algo así. El silencio consumió la habitación y sentía que mis mejillas empezaban a tornarse de un color rojizo al ver su mirada desplazarse por todo mi cuerpo.
¿Eres nuevo? –Pregunté para romper el incómodo silencio que se había formado en la habitación.
Si –Respondió casi al instante sin dejar de mirarme
¿No irás a la fiesta de bienvenida? –Baje la mirada, sus ojos realmente lograban intimidarme
No me interesa ir a ese tipo de cosas, prefiero quedarme aquí, ¿No irás tú? –Me sorprendió un poco que siguiera con la conversación, sus anteriores respuestas habían sido breves y cortantes.
No, tampoco quise asistir hoy –Dije negando con la cabeza
Volví a encontrarme con su mirada, las luces de la habitación estaban apagadas y la única luz que nos reflejaba era la de la luna en la ventana. Changmin se acercó a mí sin decir nada más y tomándome del mentón posó sus labios sobre los míos con cierta suavidad que me es imposible describir, sus tersos labios se acoplaron a los míos casi al instante mientras él me besaba lentamente. Mientras correspondía su beso muchas preguntas nublaron mi mente con pensamientos ¿Qué hacía? ¿Por qué me besaba? ¿Era Changmin el chico inocente que parecía? Pero la que más me inquietaba era, ¿Por qué no lo detenía?
Parece que tienes gran interés en mí –dijo en un tono de confianza mientras me tomó del brazo y me hizo caer sobre su cama, quedando sobre mí.
¿Qué haces? –Desvíe la mirada mientras sentía mis mejillas arder
No has dicho que no –Soltó una risa enfermiza y empezó a depositar efímeros besos sobre la sensible piel de mi cuello.
¿Crees que no te he visto mirarme todo el día desde el autobús? –Sentí mi corazón latir con fuerza, ¿De verdad lo había notado? Sin duda mi sonrojo se hizo más notorio.
¿Qué haces? –Repetí mientras le veía aun besando mi cuello
Shhh –Hizo tal sonido sobre mi piel para luego tomar mis manos y elevar mis brazos sobre mi cabeza, quede atónito cuando volvió a besarme, esta vez dejo de lado la suavidad del anterior beso y me devoró los labios intensamente, ladeo ligeramente el rostro y abrió sus labios al igual que yo lo hice con los míos. Sentí su húmeda lengua recorrer cada rincón de mi cavidad, pasando a acariciar la mía, apenas con la punta de esta.
Sus besos realmente no se comparaban con ninguno de los que había recibido antes pero aún muchas preguntas rondaban mi cabeza.
Al terminar tal beso, soltó mis manos y se levantó de la cama, fijo su mirada en la mía y sonrío de lado, me asustó un poco el cambio drástico que había tomado la faceta del chico inocente que pensé que era. Finalmente salió sin decir nada de la habitación y yo quedé perplejo y atónito, ¿qué acababa de pasar? ¿Por qué se había ido? ¿Volvería?