Correspondencia
Otro fastidioso verano le esperaba en casa de sus infames tíos. Sumado a la preocupación por la vuelta de Voldemort y los posibles desastres que éste podría generar.
Su primo Dudley ahora se dedicaba al boxeo juvenil y pasaba todas las tardes con sus amigotes haciendo travesuras por ahí. Vernon y Petunia no habían cambiado en lo más mínimo, ya que seguían siendo igual de insoportables.
La primera semana de las vacaciones en Privet Drive, Harry se sorprendió gratamente, cuando entró por la ventana de su dormitorio una lechuza de color negro y ojos amarillos, con una carta dirigida a él. Al abrirla, la sorpresa fue mayor.
Hola Potter:
¿Cómo estás?¿tus tíos te han recibido como de costumbre?
Ahora comprenderás por qué te pregunté si pasabas
el verano con ellos. Yo me estoy aburriendo un poco.
Papá anda muy ocupado últimamente...y mamá, también
con sus cosas. ¿No odias no poder hacer magia fuera de
la escuela?. Me parece un rollo. Uso a algunos elfos
para que jueguen conmigo al quidditch, pero son peor
que los de tu equipo, así que me paso el tiempo volando
solo por los jardines. Incluso me he sentido tentado de
entrar en la cocina y echar mano a los fogones.
Casi tengo todos los deberes hechos. Invité a mi amigo
Blaise a quedarse unos días, espero que venga y así
entretenerme. Bueno, hasta otra.
P.D: mi lechuza se llama Elle, si no le das una
golosina te picará en los dedos.
D.M.
Una tonta e inevitable sonrisa se posó en los labios de Harry. Su adorado Draco le había escrito, a él. Y eso que pensaba que ese verano iba a ser espantoso a más no poder. Le alegraba haberse equivocado. Cogió a Elle, le dio una golosina de las que tenía para Hedwig y la metió junto a ésta en la jaula. Fue a su escritorio y sacó un pergamino.
Querido....
No...mejor no.
Hola Malfoy:
Estoy mejor ¿y tú?. Sí, mis tíos no conocen otra
forma de tratarme, pero ya estoy acostumbrado.
Me conformo con que mi primo y sus amigos
me dejen en paz. Tienes razón, sería genial usar
magia. Mis tíos alucinarían. ¿Cocinas Malfoy?
No te imagino con un delantal. Quidditch...
yo no puedo ni tocar mi Saeta de Fuego sin que
salten las alarmas. Te recuerdo que mi equipo
ganó la copa de quidditch la última vez. No he
empezado a hacer deberes, pero ahora me siento
culpable. Que suerte, ojalá yo pudiera invitar a
Ron y Hermione, aunque en esta casa no lo
pasarían demasiado bien.
He de confesar que me sorprendió mucho tu
carta, no me la esperaba. Supongo que nadie
sabe que me la has enviado ¿me equivoco?
H.P.
Harry se levantó y fue directo a por Elle, que estaba acurrucada en la jaula, pero Hedwig lanzó al moreno una mirada de reproche, y le ató finalmente el pergamino en la pata a su lechuza. Así tendría él la de Draco y Hedwig no se enfadaría por no haberla utilizado a ella.
Llegó el día del cumpleaños de Harry, quince años ya, y estaba bastante molesto. Había recibido un par de cartas de Ron y Hermione, pero apenas le decían nada sobre nada, solo que estaban muy ocupados y poco más. Estaba tan enfadado con ellos, que tiró a la basura las dos cajas de chocolatinas de Honeydukes que ambos le habían regalado. Se sentía muy mal cuando pensaba que sus amigos se estaban divirtiendo juntos, en La Madriguera, mientras él pasaba el tiempo pendiente de las noticias y recogiendo periódicos de las basuras para enterarse de cualquier acontecimiento relacionado con Voldemort. Para colmo, no había recibido aún respuesta de Draco y le molestaba pensar que estaría muy entretenido con Blaise Zabini.
Pero a la mañana siguiente, Hedwig hizo acto de presencia y se posó sobre su cama, con un paquete en el pico, despertándolo. Se puso las gafas que reposaban en la mesita de noche y miró a su lechuza. Primero cogió el pergamino que ésta tenía en su pata y lo leyó.
Hola Potter:
¿Qué tal?. Yo estupendamente. Blaise se quedó
un par de días y nos divertimos mucho. Tus tíos
deben ser los más horribles muggles que existan
¿no?. Si no fuese muy extraño te invitaría a mi
casa para que pudieras usar tu escoba. Sería
un buen entrenamiento ¿no crees?. Blaise casi
se da cuenta de que tenía tu lechuza, que por
cierto, se porta muy bien. ¿Y Elle? ¿te ha picado
mucho?. Es algo desconfiado al principio.
No me puse delantal Potter, ¿quién te piensas que
soy?, pero ayer me aburrí mucho, estaba solo en
casa y me puse a enredar en la cocina. No se me da
mal. Y para que no te rías y lo compruebes tu
mismo te envío unas magdalenas que he hecho.
¿Sorprendido?. Es normal. Soy demasiado bueno.
¿Como van esos deberes?. Creo que mañana viene
a verme Pansy...me comentó algo en su última carta.
Me he planteado perdirle a Hagrid un escreguto
para criarlo y así tener algo que hacer. ¿Me lo
daría?. Lo hicimos bien con Fobos. Hasta un
gusarajo me haría feliz. Lo que sea menos un
hipogrifo.
D.M.
A Harry le gustó mucho la carta del rubio, salvo el imaginarse a Pansy en su casa, a solas. Estaba seguro de que esa estúpida no desperdiciaría una oportunidad así con Draco. Pero, estaba contento. Seguía manteniendo el contacto con el Slytherin, más incluso que con sus mejores amigos, y además le había cocinado algo con sus lindas manitas.
Abrió rápidamente el paquete y se encontró con una caja blanca, que destapó. Estaba a rebosar de magdalenas, recubiertas, de diferentes colores. Cogió una de la superficie, cubierta de chocolate y la mordió. Sabía que el rubio era arrogante, pero como siempre, estaba justificado. Era la magdalena más sabrosa que Harry había probado jamás. Era de delicioso chocolate con leche por fuera, y estaba rellena de crema pastelera. No pudo evitar coger otra apenas se hubo tragado la anterior, y ésta estaba cubierta de lo que parecía nata, pero al morderla, resultó ser crema de coco, y estaba rellena de sirope de caramelo. Malfoy era todo un chef.
Las escondió bajo su cama, en su escondite secreto debajo de la madera del suelo. Porque estaba seguro de que si Dudley las veía, se las comería todas sin miramientos.
Con el estómago lleno se sentó en el escritorio y sacó otro pergamino. Tenía que agradecer al rubio lo que había hecho para él.
Hola Malfoy:
Deliciosas las magdalenas. Te felicito. Gracias
por enviármelas. No esperaba algo así. Me alegra
que te divirtieras con tu amigo. Yo apenas sé de
los míos. Siento que me ocultan algo. Y me
molesta que ellos estén juntos y yo aquí solo
¿es eso egoísta?. Supongo que sí. Pero saben
lo mucho que odio esta casa.
Sí Malfoy, son los peores muggles del universo,
no te quepa duda, sobretodo el tío Vernon. Estoy
tan mal, que suena bien lo de tu casa, pero tienes
razón, seria muy extraño. Además seguimos siendo
rivales ¿no?
Elle se porta estupendamente. No me ha picado
ni una sola vez y me ha dejado acariciarle. Siento
que te hayas visto en un apuro con tu amigo por
culpa de Hedwig, pero quería ser ella la que
llevase la carta.
Empecé los deberes, pero no tengo la cabeza para
eso ahora mismo. ¿Pansy eh? Se me hacía raro
que no hubiera ido desde el principio a tu casa.
¿Sigue interesada en ti, no?. Estará ansiosa por
verte.
¿No te dije? En la prueba del laberinto vi a Fobos,
me atacó, pero creo que estaba asustado por la
situación. Lo mismo Hagrid te lo envía a casa. No
temas a los hipogrifos Malfoy, tu te lo buscaste.
Necesito pedirte un favor. ¿Podrías informarme si
pasa algo referente a Voldemort?. Me mata no tener
información del mundo mágico. Siento que me
protegen demasiado.
P.D: Si te sobran más magdalenas no dudes en
enviarlas...u otra cosa. Nos leemos.
H.P.
Esta vez mandó a Elle con el pergamino. Y un par de días después recibió la contestación.
Hola Potter:
Te escribo ahora que Pansy duerme y no
hay peligro de que me pille. Sí, está por mi
¿qué tiene de malo? No puedes llevarte tú
todas las chicas Potter, aunque te pese.
Tengo pensado hacer una tarta de melaza,
¿querrás?. No sé como saldrá. Si no enveneno
a mi madre te enviaré una.
No eres egoísta. Pero comprende, ellos
al ser pareja deben pasar más tiempo a solas,
sin ti de sujeta velas. Cálmate. Fuera paranoias.
Seguimos siendo rivales Potter. Eternamente.
Gracias por reenviar a Elle. Me puse muy
contento cuando lo vi.
No temo a los hipogrifos. No temo nada. No
seas absurdo.
¡No escribas su nombre!...No sale nada a
cerca de él. En El Profeta sólo dicen cosas de
ti. Nadie te cree. Y te ponen de vuelta y media.
Te insultan más que yo y eso es decir. Fudge
mantiene que todo es un invento tuyo y de
Dumbledore. De todos modos, si cambia
algo te escribiré.
Centrate en otra cosa. Haz deberes, lee algo
o pasea por ahí. Distraete. No te obsesiones con
Quién-ya-sabes.
D.M.
Harry respondió en el acto.
Hola Malfoy:
Me has dicho más que mis 'amigos' y te lo
agradezco. Por cierto, Ron y Hermione, no
son pareja. Y no sujeto ninguna vela.
Puedes hacer con Pansy o con cualquiera
lo que te de la gana Malfoy, no te critico.
Ni quiero a todas las chicas para mi solo.
Me encanta la tarta de melaza. Sería genial
probar la tuya, si está buena claro.
Te enviaré a Hedwig. Elle está cansado del
viaje y duerme en la jaula.
¿Tampoco se le puede nombrar por escrito?
Vaya..no me sorprende que no me crean.
¿Pero ni al director? Estoy preocupado. Ya
debería haber hecho daño a alguien. Quizá
lo estén ocultando a la opinión pública.
Intentaré hacer deberes, no prometo nada.
No dejo de recordar lo ocurrido en el
cementerio, y a Cedric. La culpa me carcome.
¿Me estaré volviendo loco?
H.P.
Cogió a Hedwig y ésta salió volando por la ventana con el mensaje. Decidió hacer caso a lo que Draco le había dicho. Distraerse. Miró los libros en la superficie del baúl abierto, pero no le apetecía coger ninguno. Así que salió a la calle a tomar algo de aire.
Pensaba en Ron, Hermione y Sirius. Ni de Hagrid tenía noticias. Era como si se hubieran olvidado de él. Aquellos a los que él quería y pensaba que le correspondían de igual modo. Sentía que sobraba en sus vidas, que ya no lo querían cerca. Irónico, aquel de quien estaba seguro que no le tenía afecto alguno, era la única persona que mostraba interés en él. Y se lo agradecía. De no ser por Draco y sus cartas, sería el ser más desdichado de la tierra.
Anduvo distraído hasta el parque y cuando volvió a casa, con su primo Dudley, de camino se toparon con dos dementores, que atacaron a ambos y a Harry no le quedó más remedio que invocar a su patronus. Descubriendo después, que su vecina, la señora Figg y un tal Mundungus, lo vigilaban por orden de Dumbledore.
Las consecuencias de ese acto fueron que, al llegar al número cuatro de Privet Drive, con su primo muy afectado, le llegasen muchas lechuzas. Del ministerio, que le expulsaban de Hogwarts por usar magia delante de un muggle y tendría un juicio. De Arthur Weasley, dándole instrucciones. De Sirius, para que no saliera de casa. Y un vociferador para tía Petunia, que evitó que Vernon echase a Harry de su vivienda.
Y como en los viejos tiempos, le mantuvieron encerrado en su dormitorio, sin más compañía que Elle, que intentaba consolarlo, acurrucándose junto a el. A la mañana siguiente, por suerte, recibió carta de Draco.
Hola Potter:
Todo sigue igual por el mundo mágico.
Y aún no he hecho la tarta, porque Pansy
sigue aquí y podría pensar cosas raras.
¿Weasley y Granger no son pareja? Eso
me cuesta creerlo. Pero si tú lo dices.
Es lógico que no confíen en Dumbledore. Fudge
cree que le quiere quitar el puesto y lo detesta.
No te estás volviendo loco Potter, ya lo estás del
todo.
Lo de Diggory no tenía nada que ver contigo,
no te culpes. El destino de cada uno está escrito
y era lo que debía ocurrir. No le des más vueltas.
Las cosas pasan por algo.
D.M.
Se apresuró a por varios pergaminos y en tres escribió a sus amigos y a Sirius, contándoles lo que le había pasado y preguntando cuando podría salir de esa casa. Envió a Hedwig y escribió a Draco.
Hola Malfoy:
Las cosas se han puesto muy mal. Ayer
salí a dar un paseo y al volver a casa
dos dementores nos atacaron a mi primo
y a mi. Me vi obligado a usar un patronus
y el ministerio me quiere expulsar de
Hogwarts. Es posible que lo hagan. Tengo
un juicio el 12 de agosto. Estoy muy
preocupado. Y no puedo salir de esta casa.
Nadie me dice nada y encima descubrí,
que Dumbledore tenía gente vigilandome.
Me siento un completo estúpido.
Si me expulsan de la escuela perderé
el único sitio que considero mi hogar.
Estoy muy furioso, en especial con mis
supuestos amigos.
Creo que tienes razón. Estoy completamente
loco.
H.P.
Elle se perdió rápidamente en el cielo y Harry se tumbó desperanzado en la cama.
Dos días después, la lechuza negra volvió a hacer acto de presencia. A diferencia de Hedwig que comenzaba a preocupar al ojiverde.
Potter:
¿Cómo es posible?¿qué hacían dos dementores
por ahí? Eso huele muy mal. ¿Crees que sea
cosa de...ya sabes?
No pueden expulsarte Potter. Si está en peligro
la vida de un menor de edad, puede usar magia
para defenderse. Si te expulsan, a ver con quien
me peleo yo. ¡No dejes que lo hagan!
Te envío la tarta de melaza para que te animes.
Está deliciosa. A mamá le gustó mucho.
Es culpa mía. No debí decirte que pasearas.
Si es que siempre te pasan cosas malas Potter.
¿Te sorprende que te vigilen? Me extrañaría
que no lo hicieran después del fin de curso
que tuviste.¿No recuerdas que quiere matarte?
No salgas. Fuera te podrás meter en más líos.
Los atraes como la luz a las polillas.
D.M.
Harry observó la tarta. Tenía una pinta estupenda. Se sintió mejor sabiendo que su rubio se preocupaba por el. Que quería que volviese a la escuela, aunque fuera para reñir. Y los ojos se le llenaron de lágrimas. Si no regresaba a Hogwarts no podría volver a verlo. No podría volver a tenerlo cerca.
Continuará...