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Te odio...amor por Rukkiaa

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Notas del capitulo:

Un poco corto, pero necesario XD.

El Ejército de Dumbledore

A la mañana siguiente, Harry no podía, ni quería disimular lo que sentía. Era como si sus pies andasen sobre esponjosas nubes. Todos y cada uno de los problemas de su vida, habían desaparecido por completo de su mente. Ni Voldemort. Ni los extraños sueños que tenía últimamente. Ni pensar dónde y cómo estaría Hagrid. Ni que Dumbledore no le mirase ni le hablase. Ni que Seamus se hubiera ido del dormitorio antes de que él se hubiera puesto los calcetines.

Todo eran nimiedades comparado con lo que había vivido esa noche. Lo más maravilloso que hubiese experimentado jamás.

Aún sentía el tacto de la piel de Draco sobre la suya. Su aliento. Su olor.

Tampoco le preocupaba que los demás alumnos de la escuela cuchichearan y se apartasen de él a su paso. Cosa que descubrió de camino al Gran Comedor para desayunar.

-¿Qué te ocurre Harry?-Hermione aprovechando un momento de descuido de Ron, que hablaba con los gemelos sobre sus artículos de broma, interrogó a su misterioso amigo, aunque por la cara que traía, podía sospechar de que se trataba-¿ha pasado algo con Malfoy?¿seguís con vuestras...cosas?

El moreno asintió con la cabeza, como hipnotizado, mientras no apartaba la vista del rubio, que charlaba con Blaise y Crabbe, unas mesas más allá.

La pelicastaña se giró para ver al Slytherin también-¿qué pasó?-volviendo la vista a su amigo otra vez.

Y Harry la miró. La chica no sabía que esperarse, pues parecía muy entusiasmado.

-Pues...-se inclinó algo más hacia delante y ella hizo lo mismo-hicimos el amor...

Hermione abrió los ojos desmesuradamente. Las mejillas del ojiverde estaban igual de sonrosadas que las suyas.

-Pero...Harry ¿cómo...?-por primera vez en su vida, no sabía que decir.

-Él pensó que debíamos dar un paso más, y es Draco, Hermione, no podía negarme...fue inexplicable lo que sentí...

-No puedo creerlo, Malfoy y tú ¿te ama él también Harry?-a ella le parecía un paso muy importante el que habían dado, y el rubio debía sentir algo por su amigo, estaba convencida, uno no se une de esa forma a alguien que odia ¿verdad?.

-Me parece que no...pero sé que lo hará Hermione, se entregó a mi...yo haré que no piense en nadie más, que no exista nadie más para él, que sólo tenga ojos para mi que lo amo con locura-el moreno estaba completamente seguro de que conseguiría ser correspondido con la misma intensidad, después de lo vivido, no le cabía duda-tuve que hacer esfuerzos sobrehumanos anoche para no confesarle abiertamente mis sentimientos...

-Lo hará Harry- la chica le sonreía con complicidad- sé que te amará, es imposible no quererte-y alzó su copa de zumo, con la que brindó con el moreno.

Unas horas después, Harry descubrió, que Cho Chang, la buscadora de Ravenclaw, parecía estar muy interesada en él. Algo que no le importó en lo más mínimo. Él no era segundo plato de nadie, y sabía que la chica era la novia de Cedric Diggory el curso anterior.

En clase de Snape, éste les presionó con los TIMO, que serían a finales de ese curso, y que con las notas que sacaran, podrían estudiar una futura carrera, pero al parecer, la nota que pedía el profesor de Pociones, era la más alta. Y a Potter no le iba nada bien ya desde el principio, puesto que les había hecho hacer un Filtro de Paz, que por culpa de que se le olvidó un ingrediente, le salió de pena y recibió un cero.

Después de Adivinación, tuvieron Defensa Contra las Artes Oscuras, con la profesora Umbridge, que no iba a enseñarles nada de práctica, sólo leer el libro, ya que, según ella, no necesitaban aprender más porque Voldemort no había vuelto. Algo que enfadó a Harry, que se enfrentó a ella y acabó siendo castigado toda la semana, teniendo que ir al despacho de la espeluznante mujer cara de sapo todas las tardes a las cinco.

Esto molestó mucho a Angelina, la nueva capitana del equipo de Gryffindor, puesto que su buscador estrella no podría asistir a los entrenamientos, y debían encontrar además un nuevo guardián, dado que Oliver Wood ya no estaba en la escuela. A Ron y a Harry se les acumulaban los deberes a un nivel alarmante y el castigo con Umbridge consistía en escribir 'No debo decir mentiras', con una pluma especial de la profesora, que a la vez que escribía, marcaba la piel del moreno con la misma frase, provocándole un insoportable dolor. Así duró toda la semana, y las palabras quedaron completamente marcadas en su mano. Ron se había presentado a las pruebas de guardián y las había pasado, aunque no por propios méritos. Y los encuentros del Slytherin y el Gryffindor habían quedado aplazados, ya que por los castigos, al moreno no le daba tiempo de asistir porque siempre salía a horas tardías.

Hermione se pasaba las noches tejiendo gorros y bufandas de lana para los elfos domésticos. Por otra discusión con Dolores en clase de Defensa Contra las Artes Oscuras, Harry recibió otra semana de castigo, padeciendo de un dolor ya insufrible en la mano. Durante una de las noches, mantuvieron una conversación con Sirius a través de la chimenea, hablando de las molestias que sentía el moreno en la cicatriz y que Fudge piensa que los alumnos están formando un ejército para Dumbledore, por eso no les enseñan Defensa Contra las Artes Oscuras como debería ser.

Al día siguiente, en la portada de El Profeta se anunciaba que Umbridge había sido nombrada Suma Inquisidora de Hogwarts, teniendo casi pleno poder sobre la escuela y llevando a cabo supervisiones en todas las asignaturas.

Los días pasaban, y apenas podía compartir apasionadas noches con Draco, porque era tal la cantidad de deberes que les mandaban, que siempre que se encontraban en el aula vacía, aprovechaban para hacer las tareas. Y se sumó a otra semana de castigo, ya que era obvio que la profesora amante del color rosa, odiaba a Harry con todas sus fuerzas y la mano derecha del moreno empeoraba más cada vez.

Pero gracias a las injusticias y la presión a la que les sometía Umbridge, Hermione tuvo la brillante idea de crear un grupo, con los que quisieran aprender a defenderse y sí creyeran que Voldemort había vuelto. Siendo Harry el que les enseñara, pero éste no estaba muy seguro.

Esa noche, más tarde, se escapó a su habitación preferida y puso al día a Malfoy de los planes de su amiga.

-Quiere que aprendamos Defensa Contra las Artes Oscuras nosotros solos-no estaba nada convencido-y que yo sea el profesor que los enseñe.

-Pues me parece buena idea-ambos estaban sentados en la manta y rodeados de pergaminos y libros varios.

-¿Qué? yo no sirvo para enseñar a nadie Malfoy- Harry mantenía su mano derecha metida dentro de un cuenco, lleno de una sustancia amarilla llamada murtlap, que el rubio le había dado para aliviar el dolor de las sangrantes heridas del castigo.

-Discrepo San Potter, todos los años has realizado actos memorables ¿te los enumero?-Draco le lanzó una mirada crítica que le hizo sentirse minúsculo.

-Siempre fue por pura suerte o porque recibía ayuda, no por mi mismo...

-Lo que tu digas, pero hazlo, esa Dolores no nos enseña nada útil, me pone de los nervios, si no fuera porque mi padre es amigo del ministro...

-¿Te unirás a nosotros si lo hacemos?-la alegría había aparecido en la voz del moreno, con Malfoy la idea cobraba una nueva perspectiva.

-¿Estás loco?, si mi padre descubriera que estoy con vosotros me asesina...es una lástima-y volvió a dirigir la mirada a sus deberes-pero si enseñas a otros, me puedes ayudar a mi también aquí ¿no?

-¿Quieres que te enseñe en privado?-dijo Harry en tono pícaro.

-Bueno...me haría ilusión aprender a invocar un patronus por ejemplo- Malfoy estaba perdiendo la concentración, ya que el moreno había empezado a besarle el cuello.

Durante la siguiente excursión a Hogsmeade, tuvo lugar la primera reunión de los alumnos de Harry, que se llevó a cabo en un pub llamado Cabeza de Puerco y aunque el moreno no tenía muchas esperanzas de que aparecieran más de dos o tres personas, fue una gran sorpresa. Se presentaron: Neville, Dean, Lavender, Parvati y Padma, Cho Chang y una amiga suya llamada Marietta, Luna, Katie Bell, Alicia Spinnet y Angelina, Colin y Dennis Creevey, Ernie Macmillan, Justin Finch-Fletchley, Hannah Abbott, una chica de Hufflepuff, tres chicos de Ravenclaw, uno de ellos novio de Ginny, que también hizo acto de presencia, y finalmente Fred y George.

Algunos, al principio, no parecían muy por la labor, pero al terminar, todos se habían apuntado en una lista que había hecho Hermione comprometiéndose a la causa. Solo les quedaba encontrar un sitio donde poder reunirse todos a practicar, y éste lo encontraron gracias a Dobby, por lo que la Sala de los Menesteres sería el lugar para el aprendizaje.

Aunque las cosas en la escuela se habían complicado un poco más. Tras la reunión secreta en Hogsmeade, la Suma Inquisidora, había hecho público un decreto en el que disolvía todas las organizaciones y grupos de la escuela, teniendo que pedirle permiso para poder seguir jugando al quidditch. Cosa que enfadó a Draco, porque los de Slytherin podían jugar, pero si no se podía enfrentar a Harry, no tenía gracia. Pero Sirius, orgulloso por lo que estaban haciendo, mantuvo una charla con su ahijado a través de la chimenea, y a punto estuvo de que Dolores lo pillase.

En la primera reunión, dentro de la maravillosa sala, bautizaron su grupo como el Ejército de Dumbledore, conocido en adelante como ED. Harry empezó a enseñar el encantamiento de desarme, Expelliarmus. Siendo todo un éxito. Y hacia la medianoche, había practicado con su rubio.

Dos semanas después, en el ED ya habían perfeccionado embrujos paralizantes y maldiciones reductoras. Llegó el primer partido de quidditch del curso, Gryffindor contra Slytherin, que ganaron los leones afortunadamente, ya que Ron no era demasiado bueno. Hagrid volvió a la escuela, en bastante mal estado, y les contó como había ido a hablar con los gigantes para luchar juntos contra Voldemort, pero había sido en vano. Y en clase de Cuidado de Criaturas Mágicas, Harry descubrió, que los caballos poco agraciados que había visto tirando de los carruajes a principios de curso, se llamaban thestrals, a los que solo los podían ver aquellos que habían visto la muerte de cerca, resultando que a parte del moreno, también los veía Neville.

Diciembre. Muchos deberes. Nieve y más mantas para poder aguantar las noches en el cuarto privado del rubio y el ojiverde. Pero apenas y se podían ver, porque al parecer los prefectos tenían más trabajo que nunca en esas fechas. Hermione tenía pensado irse a esquiar por navidad, con sus padres y Ron y Harry, pasarían las vacaciones en La Madriguera. Tuvieron la última clase del ED del trimestre y Potter les comunicó a todos que tras las vacaciones, empezarían con el patronus. Después de la clase, Harry salió contrariado del lugar, porque Cho Chang había pretendido besarle, algo que no le pareció en absoluto apropiado, pues para colmo se le había echado a llorar delante de las narices. Así que, a partir de entonces, el moreno decidió que mantendría las distancias con la chica, porque no le interesaba de ninguna manera.

Esa misma noche Harry tuvo una pesadilla en la que él era una serpiente y atacaba al señor Weasley, lo que provocó que tanto él, como sus amigos pelirrojos acabasen en el cuartel general de la Orden del Fénix, pasando la navidad en compañía de Sirius. Por fortuna, con Arthur fuera de peligro en San Mungo, el hospital para magos.

Continuará...

Notas finales:

Bueno, sé que no pasa demasiado, pero Hermione tenía que enterarse de todo, como no podía ser menos.

Que alivio me habeis dado con el lemon, no estaba segura de que fuera a gustar.

Saludos y besitos.

Gracias por los comentarios, sigo por vosotr@s.


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