Con Seamus
El rumor continuaba su ascenso imparable, incluso con nuevos detalles añadidos. Algunos decían que Seamus y Draco eran pareja ya desde el verano; otros, que el rubio se había inventado la historia para llamar la atención, como tanto le gustaba. O cosas por el estilo y sin sentido.
Harry se tomaba los comentarios cada vez peor, porque ciertos alumnos, incluso, juraban haberlos visto besándose por los pasillos o llegando mucho más lejos. Ron, estaba encantado de la vida. Y al parecer, el moreno ojiverde no era el único furioso con los acontecimientos.
Por la noche en el dormitorio, varios días después, mientras los dos amigos se preparaban para dormir, un furioso Dean entró dando un portazo.
-¿Pero qué...?-Ron intentaba ponerse rápido la camisa del pijama que le cubría la cabeza, impidiéndole ver quién había aparecido y generado el repentino estruendo.
-¿Qué te pasa Dean?-preguntó Harry, quitándose los calcetines, a la vez que un, al parecer, airado recién llegado, se paseaba de un lado a otro de la habitación.
-¡Es ése idiota!-respondió sin cesar en sus andadas.
-¿De quién hablas?-cuestionó el pelirrojo confundido, ya con la cabeza en su lugar.
-De Seamus ¿de quién sino?
-¿Te hizo algo?-a Harry le estaba doliendo la cabeza de tener que seguir detenidamente los incesantes pasos del otro de acá para allá.
-¡Qué no hizo deberías preguntar!-añadió más ofuscado-¡cada día es peor lo que se dice!¡pero esto es el colmo!-los otros dos se miraron a ver si lograban entender algo-¡se han acostado!¡acostado!¡increíble!-se sentó en su cama y se llevó las manos a la cabeza-creía que soportaría cualquier cosa, pero eso...
-¿Quién se ha acostado con quién?-Ron estaba más que perdido, era como si Dean hablase en clave y solo se pudiese entender a sí mismo.
-¿Quién va a ser?-el chico no alzó la cabeza que seguía oculta bajo sus manos- Seamus...con...-su voz se entrecortaba, debido a que había empezado a llorar-ese Malfoy...-se tapó los ojos y empezó a llorar sonoramente.
-¡Te lo estás inventando!-chilló el ojiverde de pronto y se acercó al chico que lloraba sobre la cama, zarandeándole por los hombros-¡¿acaso tú los viste?!
-Tampoco hay que ponerse así Dean, llorar me parece exagerado, no creo que Malfoy sea tan terrible...-el pelirrojo cogió un paquete de grageas de todos los sabores que tenía en su mesita y se recostó en su cama, hasta que-¡un momento!-se incorporó-¿te gusta Malfoy?
El muchacho negó con la cabeza, mientras Harry aún lo sujetaba por los hombros.
-¿Te gusta Seamus?-la gragea que tenía en la lengua se le cayó sobre la manta.
No hizo falta respuesta.
-¡¿Los viste?!-el de gafas ignoró la obviedad recién descubierta, su corazón latía agitadamente, y su cuerpo parecía estar hirviendo, como el interior de un volcán.
-No, pero todo el mundo lo dice...-respondió por fin a duras penas.
-¡Mienten!-le invadió una imperiosa necesidad de golpear algo, destrozarlo, y todas las papeletas apuntaban al propio Seamus-¡Draco no puede haberse acostado con él!¡jamás!¡es un mestizo!¡es...!-con premura, sacó el mapa del merodeador de su baúl y lo contempló. Las letras Draco Malfoy y Hermione Granger, permanecían juntas e inmóviles en la entrada de la sala común de los leones. Exhaló un profundo suspiro de alivio y se dejó caer sobre su cama, sujetando el mapa en alto.
Ron, que parecía haber estado en alguna luna de saturno durante un rato, volvió a tierra firme-¿acabas de llamar a Malfoy por su nombre, Harry?¿y sin arcadas?¿como estás tan seguro de que no se han acostado? al parecer son algo más que amigos...
-Malfoy está con tu novia-respondió el moreno, sin darle importancia a la primera pregunta de su amigo-y no hay que hacer caso a la gente, siempre se inventan chismes, tranquilízate Dean- el aludido no cesaba en sus sollozos-además, ése, no se acostaría con un sangre no limpia y lo divulgaría, es de los que hacen las cosas que le avergüenzan a escondidas-añadió finalmente.
Dean dejó de taparse el rostro, y pareció estar conforme con la apreciación de su compañero, pasando por alto el detalle de que el de gafas supiera tan bien sobre la vida de la serpiente rubia. Se tumbó y cerró las cortinas de su cama. Harry no dejaba de contemplar el mapa, como si con ello pudiera amansar a la bestia que había despertado en su interior, y el pelirrojo, continuó comiendo grageas y dijo-ya me parecía a mi...era imposible que Malfoy perdiera la virginidad antes que yo.
Finales de octubre. Primera excursión del curso a Hogsmeade. La verdad era que a Harry no le hacía mucha ilusión. Hermione y él no se llevaban y Ron evidentemente estaría con ella. Se planteó más de una vez ir o no, pero al final, Neville y Luna le convencieron para pasar el día con ellos, sonando más apetecible.
Le alegró ver que los gemelos se habían hecho con la tienda de Zonko y disfrutaron de lo lindo mirando sus artículos, aunque Harry ya los tenía en su mayoría. Honeydukes les llenó los estómagos de dulces, encontrándose además con Dean y acabaron los cuatro en Las Tres Escobas.
Esperaban a que la señora Rosmerta les sirviera sus cervezas de mantequilla, cuando, un poco más alejados de ellos, vieron a Seamus compartiendo mesa con Draco, y manteniendo una conversación.
-Parece que es cierto que salen juntos-apreció Neville como si tal cosa.
-Oh...-fue lo único que dijo Luna, mirando a Harry con lástima.
Éste, por más que quería, no podía apartar la vista, y Dean había desviado la suya, triste.
La charla que mantenían el Gryffindor y el Slytherin, giraba en torno al tema de actualidad.
-Todos dan por hecho que tú y yo somos pareja-dijo Seamus, mientras tomaba un poco de su zumo de calabaza-la de cosas que inventan.
Malfoy tenía un leve sonrojo en las mejillas, algo habitual cuando estaba con el chico sin pelos en la lengua-ya lo sé, pero sólo somos amigos.
-Porque tú quieres, ya sabes que yo...
-Yo ya te expliqué el motivo-interrumpió el rubio tajante y un poco molesto.
-Ya, ya, acabas de terminar una relación muy importante, lo sé-respondió el otro a desgana-pero como dicen los muggles, un clavo saca otro clavo.
-No creo que sea lo más indicado-y dio un sorbo a su cerveza de mantequilla.
-Eres demasiado hermoso y encantador-continuó Seamus- es difícil estar a tu lado y no besarte o acariciarte-lo decía con tanta naturalidad, que era imposible no tomárselo enserio-al menos accediste a pasar el día conmigo, ya somos amigos ¿no?¿eso sí?
-Claro-añadió el ojiplata, más sonrojado aún.
Se terminaron sus bebidas y se marcharon de la taberna, sin percatarse de la presencia del cuarteto.
A Harry se le había cerrado el estómago y sentía que si se tomaba la cerveza, ésta saldría por su boca, cual lava. Dean se había ido al lavabo y ya llevaba más de diez minutos allí. Neville estaba tranquilamente observando el lugar, y Luna no había podido evitar sentarse junto al moreno de gafas, ocupando el sitio del chico que faltaba en ese momento.
-No te preocupes Harry- le dijo en tono muy dulce la chica.
El muchacho, que parecía haber descubierto algo muy interesante en el fondo de su vaso, mantenía la vista fija en ese punto-¿por qué me iba a preocupar? yo no quiero estar con él-a pesar de que había dicho esas palabras, deseó tener un giratiempo a mano, para haberlas retirado en el mismo instante en que fueron pronunciadas.
-A mi no es necesario que me mientas Harry- dijo Luna sin pestañear- Draco te quiere a ti, lo sé.
Sonrió de medio lado. La joven siempre parecía especular por cuenta propia.
-No sabes lo que pasó entre nosotros, dudo que me siga queriendo como dices-le dolía, pero era cierto, seguro.
-No lo sé, tienes razón, pero sé que sí te quiere y tú a él, mantengo lo que te dije una vez...lo que no comprendo...-se llevó un par de dedos al mentón-por qué no estáis juntos...tú deberías ocupar el lugar de Seamus, no estar aquí con nosotros tres...
-Él no quería que supieran que estábamos juntos, le avergüenza, soy poca cosa para alguien como Draco Malfoy...-cerró los ojos, mientras el nudo en su garganta aparecía, dificultándole la respiración.
-Yo no veo que se avergüence ahora que todos piensan que está con Seamus Finnigan- espetó ella, y se sentó nuevamente en su sitio, junto a Neville.
Harry la observó durante unos instantes asimilando lo que le acababa de decir. Y tenía bastante lógica, puesto que les habían visto en medio de Las Tres Escobas delante de mucha gente, y aparentemente, ajenos y despreocupados. De nuevo la pregunta de marras ¿se había equivocado?¿debió haber esperado como el rubio le había pedido?¿había perdido lo que más amaba en el mundo por un estúpido sentimiento de inferioridad?
Noviembre pasó como una exhalación y diciembre trajo consigo la navidad. Amarga navidad. Harry, que en su momento había tenido claro que se quedaría en la escuela, ahora estaba ansioso por irse y pasarla en La Madriguera. Desgraciadamente, con el devenir de acontecimientos recientes, Ron se iría a casa de Hermione y de sus padres, con además, Draco.
La navidad más horrible de la historia. Molly se había puesto en extremo sentimental por la falta de su hija. Percy, hasta arriba de trabajo, no aparecía apenas ni para cenar. Bill y Fleur, pasaban la festividad con los padres de la chica. Arthur andaba casi tan ocupado como su hijo y los gemelos ni que decir. Harry se pasaba los días en el jardín, desgnomizándolo, alimentando a las gallinas, ayudando a preparar la comida a la señora Weasley o leyendo novelas románticas que la buena mujer tenía por la casa, lo que empeoraba su estado de ánimo. En resumen, una navidad para olvidar completamente.
Nunca pensó que volver a las clases le alegraría tanto. Ron traía innumerables noticias de sus vacaciones, incluyendo el hecho de que ya, él y su novia, oficialmente, habían dado un paso más en su relación. Asunto que ocupaba la gran mayoría de sus conversaciones, para más disgusto y envidia de Harry.
Continuará...