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Te odio...amor por Rukkiaa

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Notas del capitulo:

Bueno, no se si está gustando o no...pero por ahora, sigo XD

El Bosque Prohibido

Las vacaciones de Navidad terminaron y todos los alumnos volvieron a la escuela.  Pronto habría otro partido de quidditch, Gryffindor contra Hufflepuff y en cuanto a puntos, los leones iban a alcanzar a las serpientes por primera vez en siete años. Lo malo es que el próximo encuentro sería arbitrado por Snape, así que lo daban por perdido a no ser que atrapasen la snitch antes de que el antipático profesor les perjudicase en demasía.

Mientras Harry contaba esa desgraciada noticia a Ron y a Hermione en la sala común, llegó Neville con el Maleficio de las Piernas Unidas, dando saltitos por culpa de Malfoy que le había atacado al salir de la biblioteca, por lo que el pelirrojo le instó a que la próxima vez se defendiera.

Y Harry secundó la moción diciéndole-tú vales por doce Malfoys- aunque cuando lo dijo inevitablemente recordó la imagen del espejo, pero era algo común desde entonces y con facilidad desechó el pensamiento. Sus palabras parecían haber hecho mella en Neville.

Y como nunca había tiempo para el aburrimiento en el trío de oro, Hermione descubrió gracias a un cromo de Harry quién era Nicolás Flamel y supusieron que lo que guardaba el perro era la famosa piedra filosofal.

Llegó el día del partido y Harry estaba con los nervios a flor de piel. Ron, Hermione y Neville habían ido a animar a su amigo ojiverde, pero justo cuando los jugadores salieron al campo, Malfoy golpeó al pelirrojo detrás de la cabeza.

-Oh, perdón, Weasley, no te había visto-dijo falsamente el rubio, aguantando una risotada-me pregunto cuánto tiempo durará Potter en su escoba esta vez ¿alguien quiere apostar?¿qué me dices Weasley?...ah no, tú no tienes ni un mísero knut con el que poder hacerlo-Ron decidió ignorarlo y observaba atento a Snape, así que el ojigris continuó pinchando a ver si saltaba-¿sabéis por qué creo que eligen a la gente para la casa de Gryffindor?, es gente a la que le tienen lástima, por ejemplo está Potter, que no tiene padres, luego los Weasley, que no tienen dinero...y tú Longbottom, que no tienes cerebro.

Neville se enrojeció y encaró a la serpiente-yo valgo por doce como tú Malfoy- Draco y los suyos comenzaron a reírse efusivamente, como si fuera lo más gracioso que hubiesen oído nunca.

Pero el príncipe de las serpientes contraatacó- Longbottom, si tu cerebro fuera de oro serías más pobre que Weasley- y sonrió satisfecho.

Ron estalló y se le echó encima, tirándolo al suelo, mientras Neville se encaró a Crabbe y Goyle él solo.

El partido finalizó apenas a los cinco minutos de haber comenzado, gracias a que Harry había cogido la snitch, cosa que enfureció a Snape. Y la pelea había terminado con una hemorragia nasal para Ron, un ojo morado para Malfoy y Neville inconsciente en la enfermería, como no. Además Harry hizo un descubrimiento, Snape quería la piedra filosofal.

Faltaban diez semanas para los exámenes y Hermione estaba de los nervios. Pillaron a Hagrid ocultando un huevo de dragón y éste les invitó a su nacimiento, del que Malfoy, espiando, también fue testigo. Y durante una semana pareció ondear la espada de Damocles sobre el trío ya que esperaban que en cualquier momento, la rastrera serpiente les delatara. En esa semana el dragón, bautizado Norberto, había triplicado su tamaño y los tres intentaban convencer a Hagrid de que se deshiciera de el o se metería en problemas. Sin éxito claro.

Decidieron escribir a Charlie, el hermano de Ron que estaba en Rumanía, para que se hiciera cargo del pequeño Norberto y después de otra larga semana éste les contestó afirmativamente, pero debían esperar otra semana más para que unos amigos suyos lo buscasen en la torre de Astronomía. Harry lo planeó todo usando la capa invisible para evitar castigos. Pero esa semana no fue buena para Ron, que acabó herido de gravedad en la mano por una mordedura del dragón y en la enfermería.

Harry y Hermione fueron a verlo y Ron les contó que Malfoy, para colmo, había ido a visitarlo excusando que quería un libro y se estuvo riendo de él. El pelirrojo sabe que Malfoy quiere venganza por haberle golpeado en el partido. Y para añadir más problemas, la carta de su hermano Charlie se la había llevado Draco en el libro que tuvo que prestarle, así que encima, sabría sus planes con Norberto. De mal en peor. El as en la manga de Harry era la capa y eso le tranquilizaba.

Evidentemente y como esperaban, cuando llegó la noche, Malfoy le había ido con el cuento a la profesora McGonagall que por fortuna no le creyó, restó veinte puntos a Slytherin y dio a Draco un buen tirón de orejas por vagar por el colegio de noche y un castigo. Pero tras ver como los amigos de Charlie se llevaban al dragón enjaulado, se sintieron tan libres Harry y Hermione que olvidaron la capa y Filch los pilló, por lo que McGonagall les restó cincuenta puntos a cada uno, sumados a otros cincuenta del pobre Neville que había ido en busca de Potter para advertirle sobre Malfoy.

Resultado, ciento cincuenta puntos menos para Gryffindor en una sola noche, y el evidente odio de todos los leones hacia Harry y en menor medida hacia Hermione y Neville, a la mañana siguiente.

Una semana antes de los exámenes todo seguía igual, tenso. Y Harry, Hermione y Neville recibieron una nota de McGonagall informándoles de que a las once de la noche sería su castigo, y Filch los esperaría en el vestíbulo.

Cuando llegó la hora, todos fueron a dicho lugar donde ya estaban Filch y...Malfoy. El castigo sería en el Bosque Prohibido y tanto Neville como Draco estaban asustados a más no poder. El conserje se fue y los dejó con Hagrid y su enorme perro jabalinero Fang.

-No iré a ese bosque-dijo Malfoy y Harry pudo notar miedo en su voz.

-Lo harás si quieres quedarte en Hogwarts- dijo el gigante-hicisteis algo mal y ahora lo vais a pagar.

-Pero eso es para los empleados, no para los alumnos, hay toda clase de cosas en el bosque...dicen que hay hombres lobo- Neville sujetó la manga de la túnica de Harry al oír eso-yo pensé que nos harían escribir unas lineas o algo así, si mi padre supiera que hago esto él...

-Te dirá que es así como se hacen las cosas en Hogwarts...¡escribir unas lineas! ¿y a quién le serviría eso? haréis algo que sea útil o si no os iréis, si crees que tu padre prefiere que te expulsen, entonces vuelve al castillo-espetó Hagrid.

Malfoy ni se movió, miró enfadado al gigante y después bajó la mirada, tenía miedo. Mucho.

El castigo consistía en buscar a un unicornio que podría estar herido, por culpa de un despiadado ser que estaba matando esas criaturas. Hagrid los dividió en grupos, él mismo, con Hermione y Neville y al pobre Harry con Malfoy y Fang.

Se adentraron en el oscuro bosque y Harry no sabía si estaba más nervioso por si se encontraban con el asesino de unicornios, o porqué estaba a solas con Malfoy.

Mientras caminaban no podía evitar echarle miradas de soslayo y pensar en la versión del rubio que había en el espejo. Ambos eran igual de hermosos, sí, pero Malfoy tenía una personalidad cruel, que no aparentaba el del cristal, tal vez, pensó, eso era lo que profundamente deseaba su propio corazón, que el ojiplata fuera dulce, al menos con él. Se sonrojó, sabía que no era buena idea desde que Hagrid le había juntado en el equipo con Draco, esos pensamientos extraños comenzaban a invadirle, por fortuna, el rubio platinado estaba andando junto a Fang, sosteniendo una lamparilla que temblaba al igual que sus propias manos y ni se inmutó. A veces escuchaban crujidos o sonidos que bien podían haber sido producidos por el viento, y el altivo Malfoy olvidaba todas las rencillas entre ambos y se sujetaba de la ropa que cubría el hombro de Harry como si la vida le fuese en ello, cosa que hacía gracia al ojiverde y además le agradaba, no sabía por qué, seguramente era su parte protectora tan Gryffindor que había en él y a eso se lo atribuyó.

Anduvieron como una media hora, y solo habían visto algunas manchas plateadas de sangre por las raíces de los árboles, además, el sendero se hacía más peliagudo ya que los troncos eran más gruesos y el ramaje más espeso. Los ojos de Malfoy permanecían abiertos cual lechuza y Harry contemplaba el suelo sin parpadear apenas no se le fuera a escapar algo.

A través de las ramas de un viejo roble pudieron ver un claro, donde se podía apreciar algo de un color blanco brillante y se acercaron. Era el unicornio y estaba muerto, algo que a Harry le pareció hermoso y triste a la vez. Dio un paso para acercarse al animal cuando oyó el sonido de algo que se deslizaba y lo hizo paralizarse. Un arbusto se agitó y de las sombras surgió una figura encapuchada que se acercó a ellos gateando. Harry seguía inmóvil, parecía que estuviese viendo todo a cámara lenta y su cuerpo no le respondía. Hasta que sintió una mano posarse sobre la suya, fría, temblorosa. Miró de quien se trataba y vio a Malfoy que tiraba de él con lágrimas incipientes en sus ojos. Eso le hizo reaccionar. Draco había arrojado la lamparita al suelo, no había ni rastro de Fang y el rubio con la mano libre estaba lanzando chispas rojas hacía el cielo con su varita, tal y como les había dicho Hagrid que hicieran si tenían problemas. No supo cuánto tiempo pasó, pero oyeron ruidos de pisadas apresuradas y la espeluznante figura, que había estado a escasos centímetros de ellos, desapareció en la espesura.

Un hombre, mitad humano, mitad caballo, se apareció ante ambos chicos. Malfoy hipaba sin descanso y Harry intentaba reconfortarlo pasando su mano por el hombro del otro a modo de caricia, el rubio se cubría el rostro con la mano derecha como intentando parar las lágrimas y con la izquierda seguía sujetando la del moreno, que tampoco la soltaba.

El centauro resultó que se llamaba Firenze y los acompañó hacia donde estaba Hagrid, con el que se encontraron a medio camino, ya que iba rumbo a ellos gracias a que vio las chispas rojas de la varita de Malfoy, que ya estaba más calmado. Tras una charla de la criatura híbrida, Harry llegó a la conclusión de que el que mataba unicornios era Voldemort. Y sintió gran pesar cuando Draco dejó de darle la mano y tuvieron que volver a sus respectivas casas.

Cuando llegaron, Ron estaba dormido en la sala común. Lo despertaron y Harry les contó a el y a Hermione que Snape seguro quería la piedra filosofal para el mismísimo Quien-tú-sabes. Pero Granger estaba tranquila puesto que con Albus Dumbledore en el castillo, no habría peligro alguno.

Continuara...

Notas finales:

Hasta el siguiente. Saludos


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