CORAZÓN HELADO por Ayume46

Escuché atentamente toda la historia, y en cuanto terminó, el sello de mi boca comenzó deshacerse como si nada. Esa niña había sufrido mucho, fue rechazada por todos, incluso por su propio padre, llevandola a ser lo que ahora mismo se presentaba ante mí. Incluso cuando intentó ser feliz, cuando creyo que por fin había encontrado alguien que realmente se quedaría a su lado pasara lo que pasara.... La tracionó. Lo que había pasdo esa misma mañana con la arqueologa volvió a mi mente de repente... Por que Zoro no me dijo nada? Por que prefirió a Robin? "No confias en mi.... Después de todo lo que pasó..." Una lágrima escapó de mi, rodando por mi mejilla...
-Traidor...
"Un momento.. En que demonios estoy pensando? Zoro me ama!" No sabía que estaba ocurriendo era como si sus sentimientos estubieran penetrando en mí....
-Lo sientes quemandote... igual que yo....

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Corrí todo lo que pude, no había tiempo que perder... Maldecí mil y una veces a esa maldita bruja, aunque tubiera razón. No pude confiar en él.. tenía miedo. Llevaba dos meses con él, dos increibles meses... Pero cada noche, cuando después de estar juntos se tumbaba a mi lado y acababa dormido, volvían esas malditas pesadillas. Podía verle temblar y llorar... gritar mi nombre mil y una veces, suplicando que parara... Golpeé uno de los árboles cercanos, descargando parte de la rabia que llevaba dentro. No había dicho ni una palabra y él no parecía recordar nada de lo sucedido cuando despertaba. No podía permitir que le afectara más, prometí en su momento protegerle... e iba a cumplirlo. Corrí todo lo que mis piernas dieron de sí, llegando ante una gran muralla medio derruida.
-Aqui estas....
Me introduje en la fortaleza, que se mantenía en un sepulcral silencio. "No hay nadie? Es imposible que no hayas llegado aun..." Continue siguiendo el sendero, hasta llegar a la puerta principal. La miré dirante unos segundos... Estaba abierta, aunque era lo único que parecía mantenerse intacto en el exterior. La abrí lentamente, empezando a buscarle con la mirada.
-Cocinero!!!! Contesta!!!!
Ni un solo ruido. Continue por aquellos enormes pasillos, comprobando que lo que habia a mi alrededor me confirmaba la historia que me contó Masamune. Aun quedaban rastros de sangre seca por todo el lugar, como si una guerra hubiera tenido lugar entre sus paredes... más bien una masacre...
-Cejas de sushi!!! Deja de jugar y sal de una jodida vez!!!
La poca tranquilidad que tenía se iba escapando con cada nuevo paso que daba internandome aun más. Unas grandes escaleras se erguían ante mí, como invitandome a subirlas. Continue a paso rapido, registrando cada lugar y habitación que quedaba en mi camino. Quiza si vino... quiza no encontró nada y decidió darse media vuelta....
-AHHHHHHH!!!!!!!
Mi cuerpo temblo ante ese grito desgarrado, esa voz... No había duda....Era él!
-Sanji!!!!
Corrí por todo el pasillo, hasta encontrarme ante una enorme puerta dorada. Empujé con todas mis fuerzas y no conseguí moverla ni un centimetro.
-Contestame!!! Estoy aquí!! Hablame joder!!!!
-Zo...ro.... NOOOOOOOOOO!!!!!
Me preparé para partir esa maldita puerta en mil pedazos con mis katanas cuando sentí una brisa helada que abrió la puerta de par en par. En cuanto la brisa despareció y pude volver a moverme, entre corriendo sin perder un solo segundo, buscando con la mirada sin encontrarle.
-Donde estas cocine....
Ni siquiera pude termianr mi frase. Lo encontré en una de las paredes, atado por unas cadenas. Espera.... eso era... hielo?
-Asi que sigues viva, cierto?
Volví mi vista, encontrandome de nuevo con esa maldita niña, comodamente sentada en su trono.
-Maldita desgraciada!!! Vas a pagarmelas... Mas te vale que este bien o...
Escuché movimientos tras de mí, encontrandome con el rubio levantando lentamente su cabeza.
-Tranquilo, estoy aqui.... No debiste salir por mí...
-Mi... amor...
Le abracé, mientras seguía con la vista puesta en esa sádica. Ni siquiera había hecho un movimiento, seguía estática en su lugar como si nada. Noté sus brazos intentando acercarme a él. Fui yo quien se agachó, dejando que se apoyara en mi y me susurrara.
-Ma...tala...
-Como?
No podía creer lo que oía! Aun seguía intentando asimilar que el rubio me pidiera algo como eso... Comprendía que la odiara, después de todo sabía mejor que nadie lo que había sufrido todo este tiempo...
-Esta.. debil... uso toda... su fuerza...
Lo miré de arriba a abajo, comprobando  las heridas y cortes en su cuerpo. Solo pensar como lo había tratado hizo que me hirviera la sangre, cegandome por completo. Corté las cadena que le ataban sin apenas esfuerzo, agarrandolo antes de que cayera y recostandolo contra la pared que antes le retenía.
-No volverá ha hacerte daño... te lo prometí....