Cap 1 -Personalidades Opuestas-
-- Japón --
Siempre era lo mismo en casa, su padre nunca le hacía caso, su madre la mitad del tiempo se encontraba fuera trabajando y cuando regresaba era eso, mas trabajo; además de una hermana que no soltaba el teléfono en todo el día y cuando estaban todos en casa todo era ruido; discusiones, pleitos, risas, gritos; por eso mismo prefería descansar en su preciada escuela Namimori, donde todo era silencio y tranquilidad y si alguien se atrevía a molestarlo solo debía morderlo hasta la muerte; pero no ese día.
Un chico pelinegro de 17 años estaba acostado en su cama, estaba aburrido y que mejor para entretenerse que kami korosear a todo aquel que pareciera fuerte que se le atravesara en el camino; pero estaba vez le era imposible se había lastimado un pie, culpa del peliblanco come malvaviscos, líder de la escuela enemiga; tuvieron un enfrentamiento pues el chico parecía no querer guardar silencio y se atrevió a retarlo destruyendo parte de la inmobiliaria de la escuela, provocando a Hibari, claro que él había vencido pero Byakuran había logrado lastimarlo; y aunque odiaba admitirlo apenas podía mantenerse en pie y cuando lo hacía, su pie lo lastimaba lo suficiente como para regresarlo a donde sea que hubiera intentado levantarse.
Hibari era un chico Solitario, odia el compañerismo y suele cambiar su lealtad en poco tiempo si alguien le puede asegurar un contrincante más interesante. Le gusta pelear con quien merece la pena y es muy vengativo y rencoroso si se le molesta o pierde un combate. Raramente demuestra que está feliz, pero si demuestra preocupación por quien le importa si esta en problemas. Cuando alguien va contra las reglas o va a combatir contra él, suele mirar fijamente a los ojos diciendo la frase "Te morderé hasta la muerte"
Cuando salió de sus cavilaciones cayó en cuenta que su hermana estaba parada en el umbral de la puerta.
-Te he dicho que no entres a mi cuarto – gruño.
La chica lo ignoro.
-Mama dijo que te diera esto, para que no te aburrieras – y tiro unas revistas sobre su cama antes de volver a salir.
-Hnn, como si eso fuera posible.
Después de discutir consigo mismo lidiando si al menos merecía la pena echarle un ojo a las revistas, se sentó sobre la cama y las haló hacia sí; como había previsto la mayoría era de chismes de la farándula, unas cuantas de moda y una de deportes, todas respecto al gusto de su llamada familia. Se tiro nuevamente en la cama y después de un rato harto por no tener nada que hacer, sin mirar simplemente estiro la mano hacia el montón de revistas.
Farándula. Comenzó a leer los encabezados mas por impulso que por querer, eran noticias sobre novelas, shows, cantantes y después los amorosos en los que
Primero Romances
- Vanessa *** de romance con ¿Enrique ***?
- Brittny *** de romance con Luis ***
Después Engaños
- ¡Cuernos a la vista! Mauro*** le es ¿infiel a Paulina ***?
- Mariah *** ¿intento suicidarse al encontrar a Pedro *** con otra?
Luego problemas
- ¡ALAN *** NOS CUENTA SOBRE CRISIS MATRIMONIAL!
Harto aventó la revista, y si, como lo había sospechado, no se había equivocado solo era más pérdida de tiempo, siempre lo mismo, no lograba comprender a la gente. O esta de verdad era muy tonta o solo se usaban entre ellos.
No es que él nunca hubiera tenido novia, esa vez él se lo había advertido, que solo la lastimaría pero aun así la chica insistió, Hibari accedió pero solo lo hizo con la intención de intentar comprender ese sentimiento de amor y cariño; el resultado… una chica lastimada. Predecible. No le importaba, pero aquella chica le había alegado que no sabía amar y que siempre estaría solo.
Eso era justo lo que quería – sonrió.
Por más que pensaba no comprendía las razones del porque las personas buscaban tan desesperadamente ese llamado “amor” cuando podían ver en todos lados que siempre pasaba lo mismo una y otra vez, parecía que todo el mundo era masoquista, a todos parecia gustabales sufrir o quiza sólo estaban condenados a estarlo.
- Sonrisas y lágrimas son cosas para los débiles – se dijo.
Esa era la principal razón por la que él prefería estar solo, si tenía que escoger algún tipo de sufrimiento elegiría sin duda el que conlleva después de luchar con alguien fuerte.
Así que después de leer aquellos títulos Hibari llego a una conclusión, solo había dos tipos de parejas y que en cualquier caso tarde o temprano terminaba pasando alguna de las dos.
La primera era aquella que estaba junta por interés, mostraba demasiada de esa cursilería y alguno de los dos terminaba hartándose del otro buscando a otra persona para des aburrirse; y la segunda era aquella que estaba junta por interés, no mostraba demasiada de esa cursilería y alguno de los dos terminaba hartándose de que el otro lo ignorara, buscando a otra persona para ver si encontraba lo que fuera que estuviera buscando. En resumen la gente se cansaba de una persona y buscaba otra.
Cansado se giro dándole la espalda a las revistas dispuesto a dormir.
Al otro lado del mundo, quizá no tan lejos (XD)
-- Italia --
Un chico rubio se despertaba ya tarde, tallando sus ojos color chocolate y es que este se había desvelado por cuestiones de trabajo, más específicamente su ex –tutor Reborn le había pedido su ayuda en la batalla contra los Varia, habiéndole relatado todo lo ocurrido, este le había mas amenazado que pedido que fuera el mentor de uno de los guardianes de Tsuna, previniéndole que era difícil de tratar y probablemente le daría problemas, aun así Dino aceptó, pues le era agradable viajar a Japón y ver de nuevo a su hermanito Tsuna.
Dino es un chico que alcanzaba casi los 22 años de edad, carismático, alegre, aparentemente despreocupado y siempre dispuesto a ayudar a los demás; fuerte y protector, aunque también puede llegar a volverse terco cuando quiere algo; es muy despierto y serio cuando la situación lo amerita.
Dio un bostezo y llamo a uno de sus subordinados.
-Romario!, Reborn me necesita.
-Prepara mis cosas para un viaje, vamos a Japón – se levanto de un salto dispuesto a ir directo al aeropuerto.
-Primero debería comer algo boss – regañó Romario
-Sera en el camino, quiero conocer a mi nuevo aprendiz
-A quien engaña, solo está escapando de sus obligaciones como Jefe de la familia Cavallo...
Fue tarde Dino ya había huido del cuarto.
-- En el Avión --
Boss, la Srita Filipa espera a que se consolide su matrimonio, y está esperando que pida su mano en matrimonio
De varias candidatas a futura esposa de Dino Cavallone, quien se había negado profundamente a escoger, fue dispuesto por uno de los consejeros que Filipa seria la prometida ideal, de buena familia, adinerada, con poder, además de ser una chica hermosa.
Aun así Dino se seguía negando.
-Romario, te lo he dicho varias veces, no me casare con una desconocida.
-Pero boss, es su responsabilidad como Jefe de la Familia Cavallone.
-Lo sé, pero he dicho que no! No quiero casarme.
-Pero…– Dino lo interrumpió
- Si llegara hacerlo sería únicamente por cumplir con la familia, pero será sólo a aquella persona a quien yo elija. - respondio remarcando el yo.
- Eso es imposible boss, sabe que debe escoger a una prometida que beneficie a la familia.
- Dije que elegire yo a la persona y será de quien yo realmente este enamorado y quiera y ame más que a nadie. – reiteró.
Dando por terminada la plática, se giro sobre su asiento, asomándose hacia la ventana, contemplando las nubes, esas que tanto le gustaban pero al mismo tiempo envidiaba; quería poder simplemente dejarse llevar y ser libre.
Dino observaba como el viento alejaba las nubes, mientras se preguntaba si realmente encontraría alguna vez a aquella persona, alguien que realmente no lo viera con signos de dólares en los ojos; vaya que si tenía montones de pretendientes, se consideraba una persona atractiva pero siempre era lo mismo, y es que todos solo estaban interesados en su puesto de Jefe de una de las más grandes familias de la mafia.