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Una esposa para Papá por The Original Sasuke Uchiha

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Notas del capitulo:

Lean al final de cada capítulo, les tengo regalos. Esto promete ponerse bueno más adelante.

Capítulo Cuatro

 

Tu Mirada

 

 

Charles Lagarde se encontraba recogiendo algunas cosas en su escritorio mientras hablaba por teléfono. Pese a los acontecimientos recientes mantenía su porte estoico e inalterable, cosa que lograba despertar admiración en la mayoría de sus compañeros o mejor dicho excompañeros. Días atrás y luego de que lograra una entrevista privada en casa de Lance, había sido llamada a las oficinas de su superior y este con mucho parloteo le había comunicado la noticia; había sido relevada de su puesto por supuesta confabulación con sospechosos. El haber dejado libre a aquel castaño y dar pases al rubio no fueron las verdaderas razones de su degradación sino que fue la copa que derramó el vaso; había estado realizando investigaciones dentro del mismo departamento y al parecer “había tocado una fibra sensible”, pero de lo que sí estaba segura era que dentro de muy pronto las máscaras caerían y nadie querría estar en los zapatos de las víctimas, después de todo el lobo se viste de oveja para cazar. No les dio la satisfacción y presentó su renuncia, después de todo ¿quién quería permanecer en un lugar donde te degradaban y relacionaban con terroristas? A penas se salvó de ir al tribunal de justicia por aquellas sospechas y solo gracias a que obtuvo un voto de confianza más el beneficio de la duda de varias personas, unas influyentes y otras no, pero lo importante era que no se sintió abandonada gracias a su apoyo. Luego de su salida de aquel lugar y aún cuando era pública su supuesta condición, varias personas al frente de distintos organismos iniciaron contacto con su persona, pero Charly decidió tomar un tiempo de descanso, bueno eso hizo creer pues en realidad iba a realizar sus investigaciones en el extranjero. Sabía que no se trataba de su jurisdicción, sin embargo estaba dispuesta a arriesgarse y gracias a algunas informaciones con las que logró dar tenía grandes posibilidades de conseguir su meta; la posterior discusión con el empresario le había provisto de nuevas pistas y, aunque ahora tenía más preocupaciones, se sentía excitada. Aparte necesitaba un respiro antes de tener que lanzarse por su objetivo; solo debía ser cuidadosa para no levantar sospechas y otras infamias.

 

Terminó de recoger todo o eso creyó, mas cuando se dispuso a partir escuchó el ruido de un cristal al romperse. Al girar descubrió con nostalgia la foto que días antes apartara de su escritorio; estaba en el suelo, al lado de una maceta que nunca regaba y lo más probable fuese que la hubiese dejado allí sin darse cuenta.

 

— Simplemente pertenecemos a mundos distintos ¿No es así? — salvó aquella foto y la guardó en el interior de su chaqueta mientras tornaba a su anterior actividad, recogiendo sus cosas y salía de aquel despacho. Fuera de este algunos agentes estaban en filas, franqueando a cada lado, en solemne acto de despedida; le tocó el paso estilo monárquico*.

 

— Se le extrañará por aquí, Lagarde. Esperamos no sea la última vez que nos veamos — emitió quien antes fuera su compañera y amante, Sara Spencer.

 

— Seguiremos en contacto. — esa noche meditó en todo lo que haría de allí en adelante. ¿Qué tenía ella en Los Angeles? Nada ¿Y en New York? Lo mismo. ¿Acaso tenía algo a que aferrarse en aquel país, que no fuese su obsesión por el trabajo? Miró por la ventana de su habitación y frunció el ceño al no poder divisar nada más que paredes. — Muero por ver vegetación una vez más. — sonrió bajo la almohada en la cual había escondido su cabeza; después de todo le tocaba empezar de cero y tenía la libertad de elegir. Recuerdos tortuosos de un pasado desquiciante le abordaron y cerró sus ojos fuertemente mientras encendía su Ipod, para lograr disipar los molestos fantasmas con algo de música y quizás lograr el tan anhelado sueño, que no llegaba por culpa de la ansiedad que las disyuntivas del inicio de una nueva vida despertaba.  

 

Por otro lado, un rubio de exóticos ojos dorados intentaba conciliar el sueño, mas las molestas imágenes no dejaban de abordarle, sin embargo tan pronto se presentaban se esfumaban; quería que terminara todo aquello. Se incorporó y leyó un mensaje en su escritorio, era una pequeña nota y se preguntó quién sería el autor. Estaba elaborada sobre una hoja satinada en color violeta, del tono más pálido; tanto que solo de cerca podía distinguirse y estaba escrita con caracteres que aparentaban ser grabados en plata líquida Siempre recibía una nota similar cada fin de semana y no descifraba el remitente pues solo dejaba las iniciales de un nombre que la duda a veces le picaba por averiguar, sin embargo él se consideraba un hombre seguro de sí mismo, pese a que su pérdida de memoria a cualquiera pudiese bajarle incluso el autoestima estando en sus zapatos. Simplemente recordaba haber despertado en una camilla de hospital, con tubos por todas partes, conectado a una bomba de oxígeno y sin ningún recuerdo en su mente. Los médicos solo le habían confirmado su estado y comunicado que había sido llevado allí por un desconocido y el mismo se había esfumado, inmediatamente el personal médico priorizó su atención. Sin embargo, a partir de aquel día, no pasaba uno sin que llegara un ramo de flores a su habitación con una que otra nota vacía, sin nada más que las iniciales de aquel nombre en ella. Luego de su salida del centro médico la misiva fue disminuyendo y solo recibía una por semana. Siempre se preguntó sobre el remitente, estaba seguro de que aquella persona sabía sobre su pasado, pero por nada del mundo se dejaba ver. No sabía como pero aquella persona nunca había sido descubierta y realizaba sus entregas sorprendentemente sin ser vista. Luego de aquello Lance había conseguido ayuda de algunos compañeros de sala en la clínica donde fue atendido y logró conseguir un trabajo, claro que tuvo que pasar por mucho pues un desmemoriado al fin de cuentas desconoce sus propias habilidades y solo puede usar las innatas. Eso fue lo que le ayudó; al parecer tenía buen oído y podía trabajar, en cuanto a música se refiere, con todo. Así fue como logró escalar, rápidamente gracias a sus excelentes habilidades que a él mismo sorprendían cada día y logró ascender al puesto de gerente en una empresa disquera. Algunas personas le ayudaron ofreciéndole la oportunidad de hacerse de un nombre y título sin muchas complicaciones, cosa que aprovechó, no obstante a la hora de escoger el nombre dudó y optó por un pseudónimo temporal hasta que la idea llegó en una de esas notas; su nombre estaba escrito allí y no supo si fue confianza o ingenuidad pero no lo pensó dos veces. Sin embargo, pese a sus éxitos, no era feliz; aquella nota, cada vez que llegaba una nueva, le hacía recordar su falta, más  aún cuando veía la ausencia de escrito en ella. Por eso le extrañó la nueva nota; esta no solo llevaba las misteriosas iniciales sino que, bien legible y en elegante letra cursiva, una frase resaltaba.

 

— “El tiempo del despertar está cerca, en al país del sol naciente una nueva oportunidad se abrirá para ti. No temas al alnzarte; yo iré a ti”. — sonaba loco y bizarro, pero estaba desesperado por saber sobre su pasado; llevaba poco menos de seis meses sin más memorias que las acumuladas en ese lapso de tiempo. — El que no arriesga no vive. — no supo cómo pero las palabras habían salido de sus labios; quizás sí tenía esperanzas de recordar, pese a que los médicos señalaron su estado como irreversible. Tomó un sortija que descansaba a un lado de la nota, el único objeto que conservaba de su antigua vida y que muy claramente representaba una alianza matrimonial, pero ni siquiera podía recordar tal acontecimiento; estaba privado de tantas cosas…lo puso sobre la almohada, en el lado izquierdo de la cama y dejó escapar un suspiro anhelante mientras deslizaba las yemas de su dedo índice alrededor de aquel significativo objeto. — Quien quiera que seas te encontraré. — estaba seguro de sus palabras y ansiaba con locura poder encontrarse con aquella persona.

 

En otro lugar, un sujeto se las ingeniaba para despistar a su perseguidor. Abriéndose paso entre la multitud de gente que transitaba de un lado a otro de la avenida, logró perder a aquel sujeto; sabía que le estaban persiguiendo y para despistarle tuvo que usar una entrada alternativa; le haría creer que se hospedaba en un hotel. Al parecer el sujeto solo quería dar con su residencia y viéndose libre de miradas sospechosas se dirigió directamente a su objetivo haciendo uso de un antifaz. Sus cortas hebras cubiertas ya por vestigios de la edad las llevaba ocultas bajo una gorra con el logo de los Red Sox, unos pantalones azules de mezclilla y una chaqueta negra de largas mangas rojas, lentes negros de sol y unos tenis común y corrientes. En una de sus manos llevaba una bolsa, donde guardaba el vestuario que minutos antes usaba y que volvería a ocupar inmediatamente lograra hacerse espacio en algún vestidor. Optó por lo más prudente y se encaminó directamente hacia un peculiar edificio que fungía como multicentro y, tras pedir a uno de los encargados del lugar que le facilitara un vestidor, caminó confiado hasta el lugar señalado; nadie le había detenido en la entrada gracias a que mostró una tarjeta especial y por ello estaba siendo guiado a un “vestidor especial”. En realidad se trataba de una de las puertas de entrada al nivel inferior del edificio.

 

— Quiero nombres, fecha, datos geográficos y demográficos; todo. — cómo un simple cambio de ropa podía resultar en antifaz, era la primera vez que Laccus McGray tenía que recurrir a aquello, pero valía la pena; llevaba tiempo de retraso en sus investigaciones y si había algo que conocía era el valor del tiempo. Ahora revelaba en toda su altivez la figura de un hombre elegante, no muy mayor de cabellos cubiertos de canas por donde se dejaban entrever una que otra hebra dorada, evidenciando la tonalidad de lo que antes fuesen unos sedosos cabellos rubios dorados; con porte y andar estoicos, vestido elegantemente y con una mirada que inspiraba respeto en cualquiera. Esta persona se paseaba por los pasillos entre un sinnúmero de cubículos, en dirección a la oficina central de aquella institución; Flowers Gems fungía como una sucursal de tiendas multicentro, pero en realidad ocultaba en lo más profundo de sus cimientos: áreas, laboratorios y oficinas de investigación, privadas y ajenas a cualquier organización secreta del gobierno. Todo bajo el mando de un ente anónimo que bien podría pasearse entre ellos sin que nadie se diese cuenta. Por supuesto que a veces trabajaban de la mano dela CIAy el FBI sin que estos se diesen por enterado tampoco; siempre usaban una tapadera para dar con su objetivo, si era necesario usando a otros como instrumentos.

 

— Señor McGray, hemos recibido información de Käiser, Caster y Lancer. Dicen que tienen información sobre el posible paradero de Pireli. ¿Accedemos a sus peticiones o esperamos por los resultados de las investigaciones? — Hamano, Inspector del área de homicidios, se acercó a su interlocutor; era un hombre mayor al igual que él, de unos cuarenta y siete años, rasgos asiáticos y estatura promedio, bajo perfil y una terrible adicción por el chocolate; una persona a la que no le terminaba de gustar según la opinión de su interlocutor.

 

— Dame esos datos. — tomó los archivos y los ojeó, para acto luego fruncir el ceño y reanudar su caminar. — ¿Dónde se efectuaron los penúltimos embarques? —  

 

— Isla Tortuga, luego Tierra del fuego y por último Hong Kong, señor. — el otro asintió; algo olía mal allí. Con prisa se internó en la oficina y sacó a los ocupantes de esta, incluyendo su asistente.

 

— Es como si estuviese efectuando una búsqueda al azar, pero con intervalos de tiempo tan vastos que ha logrado pasar desapercibido ¿dónde será su próximo punto de ataque? — miró algunos recortes de periódicos e informes donde revelaban varios acontecimientos, todos sobre frívolos y macabros atentados; el primer caso descubierto fue sobre una pareja de esposos y las siguientes poseían las mismas características: cabello rubio platinado en el hombre y rubio dorado en la mujer. Luego se incluyó una variedad y amplia gamma de opciones; el autor no era solo un maniático, era muy sagaz y metódico en su proceder aunque parecía apasionarse con los experimentos y el canibalismo; los cuerpos normalmente aparecían desmembrados y, cuando no, carecían de órganos internos. Usaba el camuflaje para infiltrarse así que pasaba desapercibido pero de qué manera; actuaba a través de sus marionetas que le proveían de los fondos necesarios a través del intercambio de mercancías, dígase drogas o armamento y mantenía un bajo perfil. ¿Qué hacía con sus ganancias? Ni idea. Por lo menos ya tenía un nombre y por ahora le tocaba trabajar con eso, pero podría ser una pantalla. Suspiró frustrado y pasó una mano por su rostro en actitud cansina; tanto trabajo le agotaba, estaba considerando tomar los consejos de su yerno, sin embargo debía finalizar ese caso antes y ya tenía en mente a qué se dedicaría luego. Miró una foto en su escritorio donde un bebé de poco menos de cuatro meses salía, jugando solo en un parque y se sintió culpable en cierta medida; aquella criatura se había criado lejos de sus padres los primeros meses de su vida y ahora que uno de ellos había decidido reducir la distancia le era tan difícil adaptarse. Verdaderamente conocía los miedos de su sobrino pero estaba seguro que si este se dedicaba y dejaba a un lado los fantasmas del pasado podrían volver a vivir como antes, él estaba dispuesto a poner de su parte y por ello había decidido formar aquella organización en secreto de sus hijos.   

 

Mientras, en otro lugar; específicamente en la casa de cierto pelinegro, un revuelo se efectuaba a manos de unos pequeños revoltosos. A la pequeña banda de diablillos, conformada por los sobrinos de Henry, se sumaba un nuevo participante; apenas era un bebé pero cuando se emocionaba rendía por dos. Henry parecía envejecer momentáneamente mientras los veía jugar en el interior de la mansión donde vivían él y el pelinegro, y es que este tenía varias vasijas y objetos decorativos invaluables para su dueño, no tan solo por su precio sino el valor sentimental de ellos; eran las reliquias de la familia, coleccionadas y protegidas por generaciones, con más de seis cientos años de antigüedad.

 

— Vamos, chicos. Alguien vino a visitarles. — para alivio de los mayores, Bryan había llegado con el pequeño Ryan quien gustaba de jugar en el patio, revolcándose sobre la hierba y a los hermanos les gustaba jugar con niños menores que ellos. El más emocionado era Rihma, el menor de los tres, quien poseía unos hermosos ojos plateados que al azabache le recordaban a cierta persona, eso y otras características; como sus rasgos faciales. Fue Antalon quien le sacó de su duda diciéndole que era hijo de Marshall.

 

— Creí que ya lo sabías. —

 

— Bueno sí sabía que tenía un hijo pero hasta ahora no tuve la oportunidad de verle. ¿Y qué pasa con la madre del pequeño? — Antalon, Henry y su pareja se miraron entre sí, entonces la pareja optó por lo más prudente; callar, sin embargo el rubio mayor se vio acusado por la mirada del azabache y maldijo por lo bajo.

 

— Marshall se divorció de su esposa antes de que supiera sobre su existencia y esa mujer luego volvió exigiéndole hacerse cargo de su responsabilidad. Abandonó al pequeño, aunque fue mejor para nosotros y desde entonces ha estado a nuestro cargo. — Bryan sintió simpatía por el pequeño y al escuchar aquello el corazón le dio un vuelco, pero los que se sintieron mal fueron los rubios y el mismo Brawn; estaba mal mentir y la pareja había participado pues el que calla otorga y ellos así lo prefirieron ya que no tenían derecho a hablar de aquello cuando el principal implicado no parecía interesado. Por su parte, Antalon no había tenido otra opción, para evitarle problemas a su primo, por lo que se había instalado una molesta  atmósfera en el lugar, sin embargo el azabache creyó que se trataba de algún malestar por recuerdos amargos y cuan acertado estaba en ello; su único error era que confundía las cosas por su ignorancia..

 

— Nosotros no escogemos a nuestros padres. — el rubio mayor asintió.

 

— Muchas mujeres que conocen el estatus de Marshall no dudarían en armarse hasta los dientes por conseguirlo si se diesen cuenta que anda en búsqueda, ya de por sí no le dejan en paz aún ignorando el hecho, pero lo cierto es que Marshall debe contraer matrimonio o conseguir una relación estable para asegurar la custodia del bebé. — Bryan se sintió mal por aquello; entonces con él tenía menos oportunidad, no podía arruinarles la vida a Marshall y a su hijo, no se lo perdonaría si por su causa ocurría algo malo o que afectara a esos dos, además se trataba de algo que repercutiría en la vida de un niño, podría marcarlo de por vida. Se dio la vuelta con la intención de irse, aunque primero debía hablar con su amigo avisándole que dejaría a Ryan; era su día social con sus padrinos. Sin embargo un fuerte agarre en sus piernas le impidió moverse; no lo vio venir pero en un instante sintió que algo se asía contra él y, como si de pinzas se tratase, se aferró a sus piernas. Unos ojos plateados de mirada intensa e inocente le recibieron.

 

— Mam-má — Antalon no quiso reírse, a la verdad, pero aquello les había tomado por sorpresa; Henry casi se ahoga con su bebida mientras su pareja le auxiliaba, por su parte Bryan estaba en shock, intentando procesar. Fue así Charles les encontró.

 

— ¿Me he perdido de algo? — inquirió interesado el pelinegro recién llegado mientras Antalon alzaba al bebé en brazos. Bryan observó intentando disimular su interés sobre aquel sujeto, a quien no terminaba de asimilar totalmente y era que el sujeto en cuestión permanecía más hermético que el propio Brawn; todo él era un  misterio.

 

— Rihma acaba de decir su primera palabra y mira con quien. Marshall y yo que intentamos por semanas hacerle hablar… — emitió dramático el de ojos esmeraldas, los otros solo hicieron un “Ohhh…” colectivo y miraron al azabache quien intentaba alejar su mirada totalmente ruborizado, mas le era imposible cuando ellos estaban dispersos en la cocina y él en el centro de la misma por lo que decidió salir de allí; una linda forma de decir que huyó.

 

— Tienes muy buenos gustos, campeón. Seguro que tu padre opina lo mismo. — esa mirada pícara en Henry solo causó más gracia en Antalon quien rompió en carcajadas mientras los pelinegros miraban la escena incrédulos. Charles optó por abandonar la estancia en busca de los “enanos” y alegando que tendría trabajo luego; con aquello decía que no estaría disponible para nadie; por lo menos era un avance y ya se sabía algo sobre él.

 

— Oigan ¿porqué no vamos de paseo por la ciudad ahora que Charly está de vuelta? — inquirió el mayor de los rubios y el pelinegro miró a su pareja, quien asintió.

 

— Aunque él no participe yo celebraré las mías. Mientras él esté aquí podemos dejar a los más pequeños por lo menos; hay que aprovecharlo, las vacaciones de Charly no son cosas que todos los años. ¿Crees poder convencer a Bryan? Yo me encargo de Marshall. — el pelinegro solo encogió sus hombros mientras el de ojos esmeraldas miraba resignado a su hermano, quien a su vez observaba con una expresión al bebé en sus brazos; empezaba a temer por su salud mental.

 

Media hora después todos estaban en Tokio; la idea de un paseo a la ciudad principal de Japón se había convertido en todo un tours, muy agotador por cierto gracias a las horas de viaje desde Hokkaido. Había mucha gente por lo que era un poco afanoso mantener controlados a los chicos; Antalon estaba tan preocupado por la posibilidad de extraviarlos que apenas podía disfrutar el paseo y se maldijo por haber pensado en la salud mental de su amigo antes que en sí mismo; por lo menos los enanos eran menos traviesos con la presencia de Charles, el rubio no solo lo pensaba por egoísmo. Por su parte, los que no tenían responsabilidad o padecían el mismo temor de Antalon decidieron un punto de encuentro y cada quien tomó su camino tras terminar el tours. Algunos de ellos porque necesitaban comprar algunas cosas y otros, como en el caso de Bryan, para mostrarle a su pequeño hijo algunas imágenes que se exhibían en pantalla gigante; sí, aún Brawn no pudo hacer que el azabache dejara a su hijo en casa y él como buen amigo y padrino pagó por ambos. Fue allí cuando Bryan lo vio, era una versión Men in Black de Marshall, solo que aún más imponente; cabellos plateados cortados en capas, lisos y sedosos, hasta su nuca; lentes negros de sol, gabardina y traje de cuero negro, hombros anchos y figura esbelta. Estaba de pie y apoyado de espaldas a la pared de uno de los edificios comerciales, con pose despreocupada y sus manos ocultas en los bolsillos de su pantalón. Advirtió entonces que no estaba solo, de su lado un chico se acercaba y parecía susurrarle algo al oído.

 

— ¡Papi! ¡Aquí! ¡Mira! — desvió su atención a Ryan, quien señalaba una de las pantallas gigantes, donde transmitían un video en español de un chico rubio interpretando una canción titulada “Tu Mirada”. Tan solo pasaron milésimas de segundos antes de que volviera su atención hacia aquel sujeto, que para su desconcierto descubrió su mirada; aquellos ojos hipnotizantes le hechizaron por un momento, hasta que vio como se incorporaba y era seguido por su compañero; su andar era acompasado y en ningún momento giró su cuerpo, perdiéndose entre la multitud de gente que cruzaba la plaza central. El azabache parpadeó confuso al sentir como un sentimiento de desazón se instalaba en su pecho y desde entonces no supo si los ojos que cada noche aparecían en sus sueños pertenecían a Marshall o a ese sujeto.

 

 

*S&T*A&R*L&I*G&H*&To be continue*S&T*A&R*L&I*G&H*T

 

 

1: Imagínense cuando al rey o la reina le tocaba caminar al interior del castillo o viceversa; cientos de soldados alzaban sus sables, arcabuz, etc., dispuestos verticalmente a ambos lados del pasillo.

 

2: Yakuzza: mafia japonesa.

 

 

 

Notas finales:

Para este capítulo usé el título de una canción de Reik que me gustó, se las recomiendo. No olviden que cada detalle en esta historia es importante así que los “rellenos” tienen su razón de ser. Puede que la historia parezca tomar un estilo flash back porque es necesario contar algunas cosas.

 

Una aclaración: en amor yaoi y slasheaven uso cuentas con diferentes nombres así que si encuentran alguna de mis historias que no estén bajo uno de esos nicks por favor avisad: Starlight en slasheaven y The Original Sasuke Uchiha en amor yaoi. Se les agradece su atención

 

Ahora quiero iniciar en la promo de PUBLICIDAD DESCARADA así que el que quiere dar publicidad a su historia anúnciese en un review, revisaré si me gusta y la lanzaré.  A los que les gustan buenos fics soy algo fanático de las buenas historias así que no dejen de leer al final de cada capítulo y allí encontrarán historias dignas de leer. Por supuesto que me abro a posibilidades y les doy el permiso de usar mis historias si también quieren incursionar en la promo. Esta idea la tomé de algunas autoras así que la idea originalmente no es mía. ¡Hagamos circular la promo de buenas historias y unámonos a la campaña de fic con calidad!

 

Primero mencionaré algunas historias de mi colección de favoritos que ya están concluidas.

 

Akiko_y_Shizuka con sus originales, esas chicas le dan rápido y siempre están a tiempo con sus actualizaciones. Les recomiendo Irca, Morgals, Pakhupra… toda la serie.

 

Mi amada RAMSIN, quien me incursionó con sus primeras historias de Saint Seiya. Ya saben; ella es la culpable de que me gusten las historias yaois. Tiene una excelente trama con todo un poco en el paquete, titulada Todo queda en Familia, una historia de Bleach, es una de los top 10 en mi lista y ni siquiera imaginan su asignación. Ustedes lo dirán al leerla.

 

mReloaded me atrapó con  su historia En verdad te necesito, a los amantes del drama, angst, etc., se los recomiendo; es un excelente original.

 

Ahora las historias en proceso:

 

aurora_la_maga ha subido un nuevo capítulo de Los ojos de un amor prohibido, a los amantes del Sasu/Gaara se lo recomiendo. Contiene mpreg. Aún no ha actualizado Por culpa de tu amor (KSB) pero espero suba el siguiente capítulo, les recomiendo esta historia también.

 

Y por último no podían faltar mis propias historias; de la serie Cazadores está Cazadores I, me falta el último capítulo, Cazadores - II - Entrega de vida por sangre estoy intentando retomar la historia pues mi musa me abandonó con esta serie luego de que se me perdiera mi memoria usb donde tenía la historia completa, Vuelvo a Nacer retornó como el fénix, esa es mi única historia no original, es decir perteneciente a algún fandom y en este caso Harry Potter. Aquí termina, si quieren darme una mano con etas historias se los agradeceré; no le doy promo a mis propias invenciones por popularidad o aumentar ranking, etc., sino porque necesito un empuje para termnarlas ya que a veces los autores nos quedamos estancados.

  

Por ahora así va la lista. Luego agrego los que han quedado en pausa a ver si con algún review de ustedes las autoras deciden subir un capítulo antes de primavera, incluyéndome a mí. Porque a la verdad que ¡amo leer fic!  E imagino que mis lectores también. Así que mis queridas autoras, si pasan por aquí y ven su nombre ¡no me hagan esperar más y denme mi porción de sus historias antes de que me de abstinencia! Yo, por mi parte, veré si hago lo mismo.

 

Por cierto les regalo a las que no lo usan el guión largo — No sé las teclas en el teclado o funciones en el mismo para sacarlo, pero intento que mis historias posean calidad a lo menos y doy copy/paste; hagan lo mismo y apoyen la campaña de fic con calidad. Porque así yo puedo promocionar sus historias con confianza de no recibir un tomatazo por ustedes.

¿Esperaban algo más? XD

 

Ok, muchos besos y abrazos. Cuídense y no olviden dejarme mi regalo de San Valentín; con un review de dos párrafos me conformo. XP


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