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Estúpido Obstinado por Ddai

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Notas del capitulo:

Contesto RR apenas tengo tiempo lo juro, muchas gracias por dejar sus valiosos comentarios ^^ ya saben si quieren saber o pedir algo adelante, haré todo lo posible, pero no prometo nada XD…

Ahhh e incluye una ese tierna adivinen cual XDD [esta facilísima]

Pareja: Agon x Hiruma [Porque es mi favorita de Eyeshield 21 ¿Hace falta decir más?]

Resumen: El comportamiento de Agon había sido un poco incompresible para Hiruma ¿Porqué alguien como Kongo Agon, que podría aplastarlo si quería, dejaría la oportunidad de humillarlo de esa manera y optaría por algo menos dañino? Aunque en ese momento no tenía importancia, lo único que quiere ahora es Venganza.

 

 =Estúpido Obstinado=

“No hay peor siego que el que no quiere ver dentro de sí mismo

 

 

Ultima Advertencia

.

Podría haberse quedado en vela toda la noche y nada hubiera cambiado, ese tipo no lo había soltado hasta que amaneció, simplemente había salido de su casa, con una sonrisa confiada y un “Nos vemos, basura”…

Hiruma estaba de muy mal humor, estaba asistiendo a la escuela solo porque tenía que hacerlo, habían unas cosas que tenía que arreglar, tenía que ver que esos mocosos  estrenaran, porque Kutita y Musashi se lo habían pedido y, por si eso no bastara, tenía que actualizar su lista de esclavos, localizar a unos cuantos y… Pensar en su venganza perfecta para ese maldito, llenarlo de agujeros nuevos no le parecía ni remotamente adecuado para hacerle pagar lo último que le hiso, pero podía esperar unas horas, cuando hubiese terminado lo pendiente, ese imbécil no podía estar por encima de sus prioridades.

Durante las clases muchos notaron el moretón en su cuello, que no se tomó la molestia de cubrir, pero estaba seguro de que nadie le preguntaría… O casi nadie, porque durante el receso sus dos amigos lo buscaron para saber si estaba bien, eran muy pocas y raras las ocasiones que había llegado a tener algún moretón fuera de un partido o del entrenamiento…

Claro que ni muerto les diría lo que pasó, bueno tal vez a Musashi, si algún día se hallaba de humor, pero a nadie más… Además no quería causar un pleito de ellos contra Agon, porque era claro como el agua quien tenía la ventaja…

—¿Te peleaste con alguien ayer?—preguntó Musashi con cautela, sabiendo que eso no era un golpe, pero así mismo sabía que el rubio no mantenía contacto con personas de forma estrecha por lo que… Bueno, también sabía que con diecisiete años un chico tenía necesidades, pero…

—No es de tu incumbencia…—dijo tajante, si le mentía lo sabría, mejor cortaba eso de tajo, mirando su ordenador notó que ya había liberado a más de veinte esclavos en ese mes… Vaya, era hora de ir por unos pocos más, no porque los necesitara, simplemente odiaba hacer algunas cosas, como el lavado de la ropa, el pulido de sus zapatos y cosas así…

—…Hiruma…—Kurita también le habló con cautela, temiendo tocar algún tema delicado, sabía que lo podía hacer enojar más, pero en verdad estaba un poco preocupado por el rubio—¿Te molesta mucho no poder jugar este año?—él también sabía que ese moretón no era por un golpe, pero n quería preguntarle de frente o lo balearía con todo lo que tenía…

—Mmm ¿Qué no tienen nada mejor que hacer?—dijo ya cabreado, solo no les había disparado porque los consideraba sus mejores amigos y, joder, además de que ellos no eran los causantes de su mal humor…

—Lo siento—susurró Kurita antes de comenzar a comer su almuerzo, bajando la vista, entendía que  si el rubio no quería hablar no lo haría y punto, lo único que quería era la razón de su mal humor, para saber si había algo que pudiese hacer para alegrarle el día…

—…Hiruma—Musashi miró al rubio con seriedad, no pretendía regañarlo ni nada parecido, solo era que, bueno, ese chico podía ser tan insensible a veces…—Si no te gusta que te muerdan deberías decírselo a esa chica…—murmuró para que nadie más pudiera oírlo, poniendo a prueba su suerte…

Se ganó una mirada asesina, que solo duró unos instantes, antes de que nadie pudiera agregar nada Anezaki Mamori entró estrepitosamente al aula, parecía agitada y muy, pero muy, angustiada…

—¡Hiruma Kun!—dijo ella, acercándose a él a paso rápido—¡Te está buscando por todos lados!—dijo casi sin aliento, recargándose en el escritorio el rubio para tomar un poco de aire—¡Esta amenazando a todos con matarlos!—eso sonó ligeramente acusador, pero ella suponía que el rubio había hecho algo para enfurecer a ese tipo

—¿De quién estás hablando?—fue el pateador quien preguntó, Kurita estaba arrogando el entrecejo en claro signo de preocupación por el rubio, habían muchas personas que querían lastimarlo realmente, en el caso del ex quarterback no hubo necesidad de preguntar, ya se lo podía imaginar.

—¡Kongo Agon!—ella miró nuevamente al rubio, el cual parecía estar muy tranquilo…—Hiruma kun…—

—No tienes que decir nada—él parecía estar tranquilo, pero el hecho de que no estuviera riendo como siempre era una mala señal—¡Ese jodido rastas!—masculló antes de salir del salón, sería mejor confrontarlo antes de que ese idiota acabara por romper algo o a alguien…

—…Parece que las cosas no se van a calmar pronto…—Musashi simplemente suspiró pesadamente y salió a ver qué ocurriría, en caso de ser necesario tendría que proteger al rubio, él sabía que algo había pasado entre esos dos, años atrás, porque un día, de la nada, Hiruma le dijo que lo acompañara a ver unos pendientes y desde entonces lo llevaba con él cuando tenía que verse con el de Shinryuji, no conocía los detalles pero sospechaba la razón, después de todo él también sabía que a Hiruma le gustaban los chicos, el cómo se había enterado era algo que no valía la pena recordar ahora…

Afuera, Agon estaba andando sin rumbo, ya había ido al club de Amefuto, ya había pasado por la cafetería, ya había amenazado de muerte a casi una cuarta parte de la escuela, nadie quería decirle dónde estaba el rubio o quizás en verdad no sabían por donde andaría… ¿Porqué estaba ahí? Bueno simplemente tenía ganas de molestarlo un poco, quería saber qué cara pondría si lo perturbaba en su instituto, justo entre clases,  pero nada tenía que ver con el hecho de que quería verlo, en lo absoluto… Eso jamás…

Hiruma caminó por el patio de la escuela, vio a Agon justo delante de él, la vena de su frente palpitó al recordar lo de la noche pasada y ese moretón en su cuello le recordaba que no había sido un sueño, bueno, sonrió en ese momento, si ese idiota no lo había visto…

Los sonidos de balazos hicieron a todos irse corriendo, Agon había caído al piso, inconsciente, Hiruma sonrió satisfecho, sabía que esos dardos con anestésicos servirían de algo… El resto del día estaría calmado, por su parte el resto de los jugadores  solo miraron aterrados lo ocurrido, cuando Agon despertara iban a estar muy, pero muy, lejos de él…

—Kekekekekekekekeke—Hiruma sacó su celular, tomándole un par de fotos al caído, después de haberle pintado unas cosas en la cara desde luego—Vamos a ver que dice tu hermano de esto, maldito bastardo—todo lo que los demás vieron fue esa aura negra y purpura de su QB creciendo y creciendo…

Cuando las clases comenzaron Hiruma había desaparecido al igual que Kurita y Musashi, los profesores no quisieron preguntar, nadie quería meterse con ese demonio rubio…

Hiruma se bahía asegurado de que Agon no despertaría al darle otra dosis de dos horas de sueño, mientras sonreía, se iba a desquitar por todo lo que le había hecho, no era que lo odiara pero, la ultima vez de verdad que lo había humillado y eso no se lo iba a perdonar con facilidad…

—¿Estás seguro de esto, Hiruma?—Kurita dejó a Agon sobre la cama, tal como el rubio había dicho—¿Agon kun estará bien?—aunque sabía que fue Agon el que les dio problemas antes él jamás lo odió ni nada, su buen corazón hablaba por él.

—Ese jodido rastas es un imbécil, Butaman, pero estará bien cuando despierte Kekekekekeke—sus ojos parecieron quedar blancos y su voz se volvió más sombría, miró a Kurita en ese momento, dándole a entender que si decía algo de lo que sabía de Agon y él lo mataría…—Son solo cosas pendientes que tenemos…—

—Está bien…—aceptó, sabiendo que a Hiruma le había gustado Agon hace tiempo, cuando se reunieron por primera vez, pero…—¿Y qué hago con tus cosas?—Hiruma ya había empacado todo, lo poco que siempre cargaba de todos modos.

—Te llevaras una parte y la otra es para Musashi…—estalló una de sus bombas de chicle por primera vez en un rato…

—¿Pasó algo entre ustedes, Hiruma?—pidió por primera vez, él solo había estado observando en silencio, le daba la impresión de que eso en el cuello del rubio tenía algo que ver con Kongo Agon y no le estaba gustando para nada…

—Nada, viejo, solo creo que será divertido joderle la vida un poco a este estúpido…—se dio suavemente en el hombro con su rifle, sabía que no lo engañaba pero no iba a contarle…—Vete de una vez butaman, créeme, es mejor si no sabes nada…—el guarda línea solo bajó la cabeza preocupado, saliendo con una débil despedida, pensando en lo mal que eso podía ir, pero no dijo nada.

—Sé que algo está pasando, voy a respetar que no quieras decirlo, pero ten cuidado con lo que haces… Agon no se va a quedar cruzado de brazos cruzados…—él salió el lugar, llevándose la maleta que Hiruma le había confiado a llevarse, si el rubio iba a cambiarse de residencia por causa del de rastas era algo serio…

Finalmente quedaron solos, la sonrisa del rubio se borró de su rostro, aún tenía cerca de hora y media para hacer lo que tenía que hacer, Agon iba a enterarse de que con él no se jugaba…

.

Había poca luz en el lugar, posiblemente nadie había corrido las cortinas, pero… Esperen… ¿En dónde estaba? Conocía ese lugar, esa la “casa” de Hiruma ¿Qué hacía ahí? Lo último que recordaba era que lo había ido a ver a su escuela… ¿Cuándo habían llegado ahí?... Y… ¿Estaba amarrado?

—Dormiste bien jodido rastas?—el rubio se veía muy sonriente, feliz con su obra maestra, Kongo Agon, amarrado desde las piernas hasta los brazos, sin olvidar el cuello, de la manera más artística que se le ocurrió, sus piernas estaban aseguradas, pero no juntas,  las cuerdas del torso no lo cubrían todo, dejaban ver sus grandes y perfectas tetillas, un poco más abajo, las amarras dejaban ver su hombría de una manera tentadora, además de que en su cuello la soga pasaba como si fuera un nudo para ahorcarlo, y sus brazos… Sus fuertes brazos estaban amarrados hacia arriba, dejando descubierto esa área tan sensible de las axilas y los antebrazos… Oh sí, vaya que iba a disfrutar de esto…

Agon no podía hablar, su boca estaba amordazada, con… ¿Una corbata? No, no era una corbata, la sonrisa de Hiruma le decía que no lo era…

—Sabes, pensé en más de veinte maneras de matarte por lo de ayer, pero…—esa maldita sonrisa burlona de nuevo—Decidí que mejor no Kekekekekekeke—se acercó al otro despacio, dejando que lo mirara, tenía puesto un pantalón ajustado y una camisa oscura de mangas largas, se le veía muy, muy bien—Ahora, creo que es momento de devolverte el favor…—se inclinó hacia él, lamiendo la piel de su cuello, comenzando a succionar despacio, para luego morderlo, disfrutando de los sonidos guturales que salía de la boca del otro…

Aquella lengua tibia y venenosa se paseó por su piel, aquellos afilados dientes lo mordieron con ganas y Agon sentía como la sangre corría por sus venas, más y más ardiente, ese rubio le dejaría una marca, justo como la que él le había dejado…

Después pasó a lamer su antebrazo derecho, mordiendo la blanda piel con suavidad, mientras sus delgados dedos acariciaban lenta y deliciosamente su otro brazo, bajando desde su codo hasta su pecho, acariciando sus tetillas con círculos alrededor del botón endurecido…

—Vamos a ver cuando aguantas…—susurró sobre su oreja, lamiendo toda la orilla, pegando su cuerpo más al suyo, dejándolo sentir su anatomía por completo, en las partes que la soga no cubría, a través de la tela de sus ropas, después de todo no se había puesto prendas de seda negra solo porque sí—Yo también sé jugar mis cartas…—bajó por su garganta, mordiendo sus clavículas, lamiendo su tetilla izquierda, succionando ávidamente, bajando sus manos por ese torso tan bien formado, pasando por su espalda, dejando que el roce de sus dedos lo estremeciera…

Agon cerró los ojos un momento, su respiración se agitó ligeramente, por los dioses, no creyó que ese rubio pudiera hacerlo sentir así, aquella boca de dientes filosos era dulce y peligrosa, tan entrenada… Un gemido ahogado salió de su garganta, Hiruma estaba lamiendo la piel alrededor de su ombligo, mientras sus manos bajaban por sus piernas, rozando su virilidad, que a esas alturas ya estaba como una roca…

Pero el demonio se levantó, poniéndose atrás de él, acariciando su espalda, mordiéndola, cada centímetro de su piel expuesta pudo sentir aquellos dientes perforándola,  bajando hasta llegar a sus nalgas, las cuales amasó sin vergüenza, bajando hasta tocar la parte interna de sus muslos, los cuales también sintieron esos feroces dientes  sobre ellos. Agon no podía dejar de gemir, queriendo soltarse para poder poseer a ese maldito demonio…

—Pensaba hacer muchas cosas—se puso frente a Agon de nuevo, tomando su rostro entre sus manos, mientras sonreía, de una manera diferente, con toda la maldad que podía, solo para intimidarlo, no funcionaría pero al menos se daría el gusto de hacerlo—Pero puedo pretender que lo de ayer no pasó, si no vuelves a acercarte a mí…—lo soltó, comenzando a alejarse de él, se estaba haciendo tarde y tenía cosas que hacer ese día, como hallar un nuevo lugar para quedarse…

Agon bufó, furioso, ese maldito rubio lo estaba dejando ahí, desnudo, amarrado y excitado… ¡Cuando se soltara definitivamente iba a…!

Antes de que sus pensamientos se concluyeran vio un rostro muy familiar frente a él… Su gemelo, Unsui… Hiruma lo había llamado para que fuese a buscar al otro, el gemelo mayor había estado esperando cinco minutos, hasta que vio al rubio salir y hacerle una señal para que pasara…

—Agon…—su hermano lucía muy preocupado—Si él te gusta, tal vez lo primero que deberías de hacer es decírselo…—el menor frunció el seño, deseando estar libre para matar a su hermano…

Unsui simplemente miraba a su hermanito, ya tenía un tiempo que él sabía que a Agon le gustaba Hiruma, desde el partido que perdieron, después del cual comenzó a asistir a los entrenamientos, luego se volvió peor, cuando estuvieron en partido contra Estados Unidos, después de su regreso Agon parecía simplemente otro, en las nubes, saliendo con mas chicas de lo normal, todas ellas rubias, la mayoría delgadas de curvas poco pronunciadas, además de que Agon miraba las grabaciones que tenían de Deimon, prestando especial interés cuando se trataba del QB rubio… En ese momento no le dio importancia, pero, luego de ese partido en el que Hiruma no había estado finalmente estalló, yéndose todo el día y no volvió hasta el siguiente, con una sonrisa estúpida… Luego se iba de la escuela, para que después el propio Hiruma le marcara al celular para que fuera por su hermano menor, el cual había estado acosándolo las últimas veinticuatro horas y que si no lo controlaba no se haría responsable de lo que pasara.

Unsui sabía que Agon era perfectamente capaz de cuidarse solo, pero también que era un idiota impulsivo y que el rubio era capaz de de cumplir su amenaza de matarlo…

—Invitarlo a salir te daría más resultado que tratar de violarlo…—lo había dicho como un ejemplo, pero la mirada endurecida del menor le dijo algo que no quería saber—¡Por Dios Agon! ¿Te atreviste a hacerlo?—no sabía si debía de estar sorprendido de ese hecho o de que su hermano aún estuviera con vida—No puedo creerlo…—se cubrió la cara con una de sus manos, eso era tan frustrante—Cualquiera podría pensar que tu experiencia con las mujeres te serviría de algo con un chico…—en ese momento ni siquiera iba a preguntar cuando es que Agon decidió que quería ser gay, él sabía que un tipo como Hiruma llamaba la atención, provocando la atracción entre las más diversas personas, algunos de su equipo incluidos…

Agon tenía ganas de matar a su hermano por ser un imbécil ¡Hiruma no le gustaba! ¡Solo…! Bueno, ni el mismo podía responder a eso…

El rubio caminó a paso veloz a casa de uno de sus amigos, si quería estar a salvo de ese estúpido de rastas más le valía llegar pronto a donde sea. Ingresó sin pedir permiso, como hacía siempre, después de todo Kurita nunca se molestaba con él, por mucho esfuerzo que pudiese poner el rubio en tratar de incordiar a su amigo…

Kurita lo recibió sonriente, sirviéndole la cena, su padre estaba haciendo un servicio por lo que no habría problemas, bueno aunque su padre hubiera estado él ya conocía a Hiruma. Después de cenar el rubio se fue a dormir casi de inmediato, el guarda línea se le quedó mirando, preocupado, por unos momentos, no sabiendo que decirle, él era el único que sabía lo que había pasado entre el rubio y el de rastas, el propio Hiruma se lo había contado, o algo parecido, pero también le ordenó que hiciera como si no lo supiera, después de todo eso era entre Agon y él, nadie más. Kurita, como buen chico obedeció tal como el rubio se lo había indicando…

El demonio estaba acostado en un futon, dándole la espalda a su gran amigo, no se sentía como si pudiera mirarlo mientras vaciaba todo lo que sentía…

—Hiruma…—su voz fue un poco suave, transparentando toda su angustia por su mejor amigo, al que quería como si fuera su hermano mayor, aquel chico que había hecho posible lo imposible, hacer su sueño de ir a la Christmas Bowl una realidad, sin él definitivamente ese sueño nunca se hubiera podido cumplir.

—Fue ayer a mi cuarto—dijo refiriéndose a Agon—Justo como que aquella vez, pero el muy maldito sólo estaba jugando conmigo—su voz era casi un susurro, con ese toque entre la ira y la vergüenza, tragó saliva con dificultad—No me lastimó, pero estuvo cerca de… Vio…—no podía decir aquella palabra, era humillante, en especial para un chico cuya vida giraba en torno a chantajear y manipular a todos a su alrededor…

—Está bien—Kurita sonrió comprensivamente, no era muy inteligente, pero entendía lo que el rubio quería decir—Puedes quedarte el tiempo que quieras, pero… ¿Qué vas a hacer?—pese a todo lo que había pasado él no odiaba a Agon, de hecho creía que él y el rubio podían llegar a llevarse muy bien, después de todo ambos eran parecidos, pero lo que había pasado cambiaba las cosas, Kurita no iba a permitir que nadie lastimara a su mejor amigo.

—No tienes de que preocuparte—la sonrisa de Hiruma fue suave, el simple hecho de habérselo dicho lo había tranquilizado un poco—Puedo manejarlo, simplemente tú no sabes nada sobre esto, si ese jodido idiota vuelve a intentarlo es hombre muerto…—la seriedad con lo que lo dijo asustó un poco al LineMan—Duérmete, que iremos a correr temprano…—se acomodó para dormir, mientras sujetaba su rifle y una pistola entre las sábanas, jamás dormía sin un arma y ahora menos que nunca iba a renunciar a ese hábito…

—Que descanses—el otro sonrió, sintiéndose mejor, puede que el rubio no lo haya dicho, pero Kurita sabía que si Hiruma estuviera en verdadero peligro se lo habría dicho y aunque no lo hiciera, si Agon lo lastimaba, olvidaría toda su bondad y lo aplastaría con toda su fuerza

Agon estaba en su cuarto, furioso, las palabras de su hermano estaban girando en su cabeza… ¿Por qué su estúpido gemelo podía tener la razón cuando no debería tenerla? ¿Acaso sería cierto que Hiruma le gus…? Ught… Solo pensarlo era horrible, a él no le podía gustar esa basura ¡Era imposible!

Unsui estaba preparando algo pare cenar, deseando que su hermano menor no saliera de la casa y fuera a buscar al rubio, sabía que el ex QB de Deimon era un tipo peligroso que podía hundirlos si eso era lo que quería, quizás no lo había hecho porque le gustaba Agon, lo cual sería una verdadera estupidez había que ser francos, de todas formas Unsui no podía dejar de preocuparse, cuando el Demonio rubio le había llamado se imaginó lo peor, todo lo que le había dicho fue “Ven a recoger a tu jodido hermanito o vas a tener que ir a buscar su cadáver en algún sitio de Shinryuji”, después de eso le colgó…

Después lo halló amarrado, de aquella forma, estaba seguro de que eso había sido algún juego sexual muy macabro entre esos dos y lo más seguro que no había sido precisamente consensual. Luego las revelaciones implícitas de que era posible que su hermano hubiese agredido sexualmente a Hiruma…

—Oh Dios… —susurró mientras servía dos platos de arroz—Solo pido que no corra la sangre…—dijo con total preocupación, esperaba que esa plática con su hermano le hiciera pensar bien las cosas y recapacitara, aunque solo fuese un poco, sus acciones. Otra cosa que lo tenía así era el pensar que el rubio pudiese llegar a ser su cuñado… A esas alturas no sabía que podía ser peor…—¡La cena está lista, Agon!—gritó por el pasillo, esperando que al menos le contestara algo…

Para su sorpresa su hermano menor salió de su cuarto, con el seño fruncido se veía muy, muy, pero MUY enojado, seguramente todo lo que le dijo había estado en su mente, raro de él que no solía escuchar nada de lo que le dijeran.

Comieron en silencio, después de eso el menor regresó a encerrarse en su cuarto, mientras el mayor limpiaba la mesa y pensaba en alguna excusa para la falta de su hermano menor, era casi un hecho que no iría al instituto el día siguiente…

 

 

Notas finales:

Esto sería todo creo XD


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