when we used to smile
when we used not be afraid of the sea
when the days felt longer
and we just wanted to feel everything
Tus manos recorren mi piel.
- Te amo. – susurras sobre mí.
Resuenan nuestros quejidos, formando una melodía de placer.
- ¿Está esto bien? – temó por nosotros.
Tus brazos me acogen, me proteges de lo incierto.
- Aunque no lo este, no me imagino mi vida de otra forma.
Siento como la marea de tu sudor perla mi dermis. Tus manos no tiene pudor, tus labios tampoco. Tu hombría despierta por el calor de nuestro amor. Poco a poco me quitas la inseguridad, me demuestras que somos uno, en alma... en cuerpo. Incluso si está mal, incluso si es lo correcto, incluso si el mundo se acaba en este instante... somos uno, en este tibio atardecer. Y así, juntos formamos un cuerpo.
and you swim and your fears
and you killed all your ghost
and you feel that is not
that is not enough
Reita y yo nos conocimos en un atardecer a mitad del verano hace dos años. Nuestros padres, ambos divorciados, se acababan de unir en un nuevo matrimonio. Reita era mi nuevo hermanastro... yo solo tenía 15 años, y sentí curiosidad por el chico de la mirada desdeñosa. ¿Reita? El tenía 18.
- ¿Te ayudo, H-e-r-m-a-n-o?
- No, gracias, enano.
- ¡Hey! ¿Cómo que enano? Ni que fueras muy alto.
- Soy más alto, y más viejo. Así que... aléjate pulga.
Me sentía frustrado de no poder acercarme a ti. Pero te seguí observando de lejos, y poco a poco fui conociéndote más, en secreto.
Te gusta escuchar rock pesado, practicas el bajo todas las noches, no te gusta el estudio, tus amigos te dicen Reita,... y... tienes novia. Conversas con ella de noche, no sé su nombre, pero llegue a entender que la quieres mucho.
- Te amo, pronto nos veremos de nuevo.
Eras tan cálido con ella, o al menos eso escuchaba. Sentía que... harías de todo por ella. Y me frustraba de nuevo.
¿Yo? Seguía siendo el enano. El hijo de la nueva esposa de tu padre, el hermanastro. Quería que tú me conocieras a mí, pero no te esforzaste en lo más mínimo, o... eso pensaba yo.
- Enano, ¿estás libre el sábado?
Me sorprendí de sobremanera al escucharte decir eso... ¿una cita?! ... Oh, no. Yo ya andaba alucinando cosas.
- Si, ¿Porqué, iguana?
- Já! No te pases de la raya, bicho. Quieres ir conmigo al Centro Comercial. Te quiero comprar ropa.
- ¿Ehhhhhhhhhhhhhh? … ¿No serás….?
- ¡Quiero ser buen hermanastro! ¿Qué tiene de malo?
- Ehh, está bien.
- A las 2pm ¿ok?
- De acuerdo.
Fueron cinco días de angustia, pensando en el porqué de tu invitación, y si tal vez... estabas sintiendo lo mismo que yo por ti.
Cuando llego el día, me encontré varado en un desierto, sin saber ha donde dirigir mis acciones. Pero supiste ser gentil, ... con los minutos, deje mi inseguridad, mi timidez... me divertí tanto. Se sentía como una cita... hasta que...
- Enano, tengo que pedirte un favor.
- Dime, iguana.
- Mira, el próximo viernes, voy a salir, necesito que digas que salimos juntos, así como hoy, porque mi padre no puede enterarse a donde voy.
- ¿Quieres hacer la finta que estas saliendo conmigo, cuando en realidad vas a ir a otro lado?
- Exacto, inteligente el bicho.
- No.
- ¿EHH porqué?! ¡Te compre un polo y unas Bermudas! ¡TE COMPRE UNAS ZAPATILLAS NIKE!
- ¿Osea me estabas COMPRANDO?
- No, no quise decir eso... Enano, es importante por favor. Tengo que salir ese día...
- Emm. Está bien, pero tengo dos condiciones.
- ...?
- La primera... deja de decirme ENANO – ahí fue cuando te di un golpe en el hombro haha – y la segunda... salgamos el siguiente sábado.
La sorpresa cruzó tu rostro un segundo, pero aceptaste. Luego de ese día, fuimos más unidos. Descubriste que yo tenía una guitarra, y comenzamos a practicar juntos; veíamos televisión, salíamos de compras, en fin, muchas cosas. Nuestros padres estaban contentos de que hiciéramos más cosas de hermanos juntos. Pero yo aun tenía miedo de cuales fueran tus sentimientos hacia mi, porque yo aún no estaba seguro de los míos. Te quería demasiado, y disfrutaba tu compañía, ya no se sentía como amor de hermano, ni siquiera el de amigos... se sentía más profundo.
Pasaron las dos semanas desde ese día, y, me pregunte si te acordarías de nuestro acuerdo. Quise evitar a toda costa deprimirme al darme cuenta que no te acordabas, así que me había auto obligado a olvidarme de ella (de la cita) yo mismo.
Mi sorpresa fue descubrir que si te acordaste, e incluso me obligaste a salir de mi cuarto. Dijiste que tenía que pagar por mis actos y ahora merecía una recompensa. A veces hablabas de una forma tan ambigua, o quizás yo era el que imaginaba cosas. (o///o)
Fue la salida más silenciosa que hayamos tenido, y es que en mi mente resonaba una pregunta: ¿Desde cuando significas tanto para mí? Comencé a creer en el amor a primera vista. Sería tonto negar que no me llamaste la atención desde el momento en que te vi, y.. ¿de donde nació ese ímpetu por conocerte? ... aunque no puedo contestarme con certeza estas preguntas, algo que si se es que... Me gustas. Me gustan tus palabras, me gustan tus acciones, incluso, me gustan tus sentimientos para aquella chica, sé que fue a ella a la que viste ese día... te escuche hablando luego con ella, diciendo lo mucho que la habías extrañado... lo mucho que querías volver a verla... Sentí la rabia, los celos, el enojo. Todo combinado recorriendo mis venas...
- ¿Te pasa algo, Ruki? Estas muy callado...
- ¿Tienes novia, verdad?
Mi pregunta descuadro tu rostro, pero yo necesitaba saberlo. Necesitaba matar toda ilusión en mí, tal vez así el enojo se iría.
- No te entiendo...
- Te pregunte, si tienes novia.
- Pues yo, no, no la tengo.
- ¡MIENTES!
La ira se apoderaba de mi, y veía a tu lado el fantasma de una chica a la que yo no conocía. La de las llamadas, la de la última salida, era un fantasma que me atormentaba. Una fémina sin rostros destruía mis sueños contigo y los convertía en pesadillas.
- ¿Qué te pasa?!
- ¿Yo? Nada… perdón.
- A tí te pasa algo.
- NO
- ¡Mírame Ruki!
Tómaste mi mentón y alzaste mi rostro. Mis ojos escapaban de tus orbes. Tengo miedo de ver la realidad en ellos.
- No tengo novia.
- ...
Te creí. Pero la sombra de aquella chica seguía atormentándome, el pensar que había un alguien para ti. Entonces...
- Ruki.
Por inercia, mis ojos se fijaron en los tuyos y fue ahí nuestro primer beso. Tus labios degustaban los míos, me exigían que los abriera para ti... sin embargo... yo aún tenía miedo.
- ¡Idiota! –te grité.
- Aush. ¡Hey! Ruki, regresa…
Corrí lejos. No solo huía de ti, huía de mi mismo, de mis miedos, de mis dudas. No podía aceptar el hecho que me gustarás como lo hacías, pero tampoco aceptaba el hecho que yo pudiera gustarte a ti, no era algo que pudiera creer tan rápido.
El atardecer ya había pasado, y la lluvia no se hizo esperar. Mis lagrimas se combinaban con las del cielo, y se perdían en mi rostro.
Volví solo a casa, y donde había una visita inesperada...
- ¡Ruki! Volviste, estuve preocupado por ti... te quiero presentar a alguien.
Alce mi rostro y me encontré con una sonrisa tuya y la de una chica...
- Ella es Anna, mi hermana.
Debí verme ridículo con los ojos muy abiertos y la entonación incrédula.
- ¿Tu hermana?
- Si, mi hermana. Ya sabes, la hija de mi papá y mi mamá.
- Hey! No lo molestes, Aki-chan. - ¿Aki-chan?! Me asombraba la familiaridad con la que te hablaba, y es que... no creía del todo sus palabras- Akira me contó lo que hiciste el sábado pasado. Muchas gracias por cubrirlo, la verdad es que...
Pero no pude terminar de escuchar sus palabras, porque en ese instante nuestros padres cruzaron el umbral de la entrada y... el lío se armo.
- ¡Tú que haces acá?! – grito el padre de Reita.
- Papá! No le grites! –dijo Reita.
- ¿Tú la invitaste?! Fuiste tú verdad?!
- ¿Y qué si lo hice!? Es mi hermana, no creo...
- Vete, Anna.
- ¡Papá! – volvió a decir Reita.
- Vete, Anna. Te lo digo por última vez.
- Gracias, ¿Ruki, cierto? Es una pena que veas esto... Adios, Akira. Adios, papá.
Reita subió furioso las escaleras con dirección a su dormitorio, tímidamente lo seguí. ... Cuando entre... Reita estaba llorando.
- Reita...
- ¡Lárgat..... oh perdón, Ruki creí que eras…
- ... –Supongo que mi mirada fue suficiente respuesta.
- Luego que mis padres se separaran, se inicio el juicio por la custodia de Anna y la mía. En ese tiempo yo tenía 14 años y Anna 19. El juicio duro 1 año, y en todo ese tiempo, Anna y yo vivíamos con nuestra madre, pero claro papá nos visitaba cada fin de semana. Cuando la sentencia fue que ambos fuéramos como papá, Anna se opuso. Dijo que alguien tenía que estar con mamá y cuidarla, y como ella era mayor... decidió quedarse con mi madre. Mi padre no le perdonó eso.
Entonces me di cuenta, si era cierto lo de su hermana, por eso la quería tanto y por eso la extrañaba... Me sentí un tonto, un completo estúpido.
- Perdón...
- No. Tú perdóname a mi. No debí ponerme así, yo… yo.. yo no tenía razón alguna para estar celoso de a... a... alguien que no conocía – mi corazón comenzó a latir, fuerte y más fuerte... Si yo no me hubiera puesto así... tú no la hubieras traído y.. esto no hubiera pasado....
Y por segunda vez, sentí tus labios tocar los míos. ¿Porqué? No entendía ... pero se sentía tan cálido. Mi mano se coló en tu pecho y sentí tus latidos, armonizando con los míos. Sentía que no había a que tener miedo, si tu estabas ahí para mí. Me recostaste en tu cama, y lentamente te posicionaste sobre mi, sin separar tus labios de los míos. Me sentí protegido, pero entonces... te separaste y me miraste a los ojos.
- Me gustas, bicho.
¿Yo ... te gusto?....
- ¿Cómo...? Digo... ¿Por qué…?
- Emm. Buena preguntas. ¿Yo te gusto?
- …. – me tomaste de improviso con algo como eso…
- Sé sincero. –Sonreíste y juntaste nuestras frentes.
- Si.. – estoy seguro que me sonrojo.
- ¿Por qué?
- Pues... yo… eh… - escondí mi rostro entre mis manos, era demasiado vergonzoso. No podia decirle que lo había estado espiando, me quede en silencio.
- Empezaré yo. Cuando llegué a esta casa, vi a un bicho intentando ser amable, me sorprendí ya que lo que menos esperaba es que mi nuevo hermano se mostrará amable conmigo. Luego te espié. - ¡ehhhhh? El me espió... ¿A MÍ? Mis ojos debieron salirse de sus cuencos ante la sorprensa, y de alguna forma eso te sacó una carcajada. – Hahaha, si lo hice, enano. Y descubrí a un joven que ama mucho a los animales, le gusta la música, intenta hacerse el rudo, pero sigues siendo muy inseguro. Pero sabes... yo creo mucho en este bicho. Y con el tiempo, no pude evitar caer ante tus encantos... – Te abalanzaste sobre mi.
- ¡Ahhh!
Me tomaste entre tus brazos y no me soltaste, sonreíamos mucho y decías una y otra vez, que me querías. Sentí que... si estoy contigo no tengo nada de porque preocuparme. Incluso... de lo que dirían nuestros padres.
Ese día dormimos juntos... ¡No hicimos nada! Solo estuvimos recostados, uno junto al otro. Nos bastaba eso.
Aunque estábamos juntos y éramos felices, había algo que me intrigaba. ¿Qué dirían nuestro padres? ... y si estaba bien no haberles dicho...
Con los meses, no me fue suficiente el haber matado mis miedos e inseguridades. Necesitaba pensar que esto podía ser más real. Necesitaba que nuestros padres lo supieran.
give me reasons to fly
to feel part of the storm
give me reasons to dance
like i did the first time
Quería sentir que esto estaba bien. Quería aceptación. En ese entonces no entendía que para ser felices, no necesitabas la aceptación, solo nos necesitábamos a ambos.
Te explique una y otra vez, que teníamos que contarle a nuestro padres. Me dijiste que no era necesario, que incluso era peligroso. Pero yo lo necesitaba...
- ¿Acaso te avergüenzas de nosotros?
- No, pero... el mundo puedo ser muy intolerante... Ruki, yo no quiero que nadie de aleje de mi.
- Son nuestros padres, creo que nos entenderían...
- Yo, no estaría tan seguro del mío... pero... si tú lo necesitas...
- Lo necesito, necesito saber que esto está bien.
- No se trata de eso Ruki... pero, podemos planearlo y decírselos... pronto...
- ¡Gracias, Aki-chan! – me abalance sobre ti y te besé. Tu forma de comprenderme, me podía meloso, me sentía una niña enamorada de su príncipe...
Los días pasaban y me emocionaba, de decirle a nuestros padres. Me ilusioné pensando que estarían felices por nosotros. La verdad es que era demasiado inocente. No veía la realidad, estaba enfrascado en una burbuja de fantasía. No esta mal que nos amaramos, pero no podía esperar la aceptación de todos...yo aún no compredía eso, y esa era la cuna de mis inseguridades.
Hasta que llegó el día... donde todo salió mal.
- ¿Qué pasa hijos?
- Padre, Madre. Nosotros queremos decirles algo –empecé.
- ... – Miré a Reita y lo tomé de la mano, se la apreté fuerte, para que supiera que estaba listo... – Takanori y yo somos pareja. Yo, lo amo, cómo nunca pensé hacerlo. Y quiero cuidar de él...
Me sorprendí, eso no fue lo que planeamos, y … nunca creí escuchar de sus labios: Te amo. Era la primera vez, me puse muy content de tenerlo a mi lado, Pero no todos estaban tan felices como yo.
- ¿Qué tonterías son esas, AH?
- Hijos, esto es una mala broma...
- ¡No es una broma! Yo amo a Akira.
-
Esa fue la gota que rebalsó la paciencia de nuestro padre...
- Akira, no puedo creer que tú... ¡Tú hagas algo así! Cómo pensaste, como se te ocurrió... – comenzó a dar pasos amenazantes hacia nosotros... me asuste mucho, pero Akira se puso frente a mi y dijo..
- Si alguien tiene que recibir castigo, debo ser yo. Pegame todo lo que quieras, grítame, pero no le hagan o digan algo a Takanori...
- Oh, bueno lo acepto. – Fue tan rápido, cuando reaccioné Akira estaba en el piso recibiendo los golpes de su padre... Yo había metido la pata de nuevo, y de nuevo era Akira el que se llevaba toda la culpa...
- ¡Basta! – no quería ver como lastimaban a la persona que me había dando tanto en este tiempo...
Mi madre se había quedado viendo la escena mientras lloraba, aunque no dijo nada, su mirada reprobatoria decía suficiente. Ambos se retiraron de nuestro hogar, no sin antes decirle a Akira que tenía un día para irse...
¡Perdoname Akira! Nunca quisé que esto te pasará... no a ti... Tan seguro me encontraba que nuestros padres entenderían.. no sé que pensaba. No estaba ni pensando, no veía la realidad de las cosas. Yo tenía la culpa, yo había cometido el error de…
- No tienes la culpa de nada, Ruki. – dijiste como leyendo mis pensamientos.
- ...
- Era mejor que lo supieran. Ahora sabes que no todos te darán su aprobación, ni siquiera nuestros padres.
- Yo... lo siento tanto.
- ¿Me amas, de verdad?..
- ... te amo demasiado, no quiero que te alejen de mi, - me abalance a tus brazos y te bese.
- Entonces vámonos.
- ¿Ah dónde?...
- ¿Que te parece, a ver el atardecer? Y ya luego vemos donde caernos de noche.
Sentados los dos frente al atardecer, con el caer del sol, y el caer de la lluvia junto al sonido de la tormenta que se avecina, voy también sintiendo la tormenta que se avecina a nuestras vidas. Todo este tiempo estuve buscando aceptación, quería que tu me aceptarás, quería que nuestros padres nos aprobarán. ... Me sentía inseguro, necesitaba de ese apoyo, para sentir que iba por el camino correcto. Pero no hay un camino correcto que todos acepten. No puedo seguir buscando la aprobación general. Pero, incluso si todos se oponen, yo estoy a tu lado, eres una razón para continuar aunque haya tormenta.
give me reasons to stay
outside of this world
this world will not change
and we still being the same
Han pasado 5 años desde que nos fuimos de casa, nunca olvidó ese día... fue el día en que lo hicimos por primera vez. Yo aún tenía miedo de nuestro futuro, pero uno a uno mis temores se fueron disipando a cada roce tuyo, con cada beso... con cada embestida. Me sentí tan vulnerable ante ti, pero no tuve duda alguna que quería ser tuyo. No tuve dudas que desde ese día quería despertar y ver tu rostro al lado del mio, no tuve dudas que era feliz a tu lado.
Hoy, frente al atardecer, contigo al lado, ya no necesito aceptación y ya no temo al mundo. El mundo no va a cambiar, y nosotros seguiremos siendo los mismos. No porque nos amemos, el resto lo va a entender, y no por que no lo acepten vamos a dejar de amarnos. Aunque la intolerancia será una desazón en nuestros días, cuando estoy a tu lado, me liberó del mundo. No hay tiempo, no hay lugar. Solo los dos y este atardecer.