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Rencuentro por Solin

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Notas del fanfic:

Los personajes de Naruto pertenecen a Masashi Kishimoto, aun que los secuestre por un tiempo y para ponerlos a trabajar en mi historia.

Pensé que este fic estaría perfecto con los personajes de Naruto, espero les guste.

 

Notas del capitulo:

Los personajes de Naruto pertenecen a Masashi Kishimoto, aun que los secuestre por un tiempo y para ponerlos a trabajar en mi historia.

Pensé que este fic estaría perfecto con los personajes de Naruto, espero les guste.

 

           Los protagonistas 

 

 

 

 

 

 

 

 

        El espejo refregaba a un atractivo joven de tierno rostro enmarcado por una abundante y lacia cabellera negra cuyos mechones caían suavemente sobre su frente dándole un tierno aire angelical. Con una  mirada nerviosa analizaba su figura ataviada con un elegante traje negro que se ajustaba hermosamente a su cuerpo estilizando su figura.

        Esa imagen era muy diferente a la que siempre proyectaba con sus serios y enormes trajes los cuales siempre usaba en el trabajo.

        En un momento  de indecisión pensó en no salir esa noche, pero mentalmente se reprendió ante tal inmaduro pensamiento. Hacía mucho tiempo que no participaba en una reunión social; aun que la de esa noche era en realidad una reunión de negocios, cuyo fin era presentar a un importante cliente con los trabajadores más importantes de la empresa  para la que trabajaba.

        “Estoy listo” murmuro, mientras se volvía hacia la niña que se encontraba sentada en la cama. La frágil figura de la pequeña le hiso volver a pensar en no asistir a la reunión y mejor quedarse en casa.

        -Estas muy hermoso.

        -Gracias- dijo acariciando el hermoso cabello rojo de su hija.

        Mañana, al fin la angustiante espera terminaría. Sería un gran alivio  conocer el motivo por el cual la salud de Aiko* se había deteriorado en los últimos meses. Los diferentes diagnósticos de los médicos, especialistas  y pediatras, así como  los  exámenes a los que la habían sometido habían destruido el ánimo y las finanzas de Lee.

        Se obligo a reprimir la angustia que lo invadía y mostro una dulce sonrisa.

        -Tenten por favor llámame si necesitan algo- tomo la mano de su hija y se dirigieron a la sala.

        No le gustaba deja a Aiko al cuidado de otra persona, pero no le quedaba otra opción. Su trabajo era importante y más en esos momentos, en el que el dinero era indispensable. Tenten era una gran amiga y sabia que cuidaría muy bien de su hija.

        -Ese traje te queda maravilloso

        -No tenias porque comprármelo- dijo apenado

        -Te queda muy bien Papi- dijo la niña- te hace ver diferente…

        -Sexy, pense que se veria perfecto en ti-dijo Tenten con coquetería mientras tomaba un libro de cuentos de la mesa- Aiko y yo tenemos mucho que leer. No te preocupes por nada y diviértete, te lo mereces.

        Estaba agradecido por contar con una amiga tan valiosa como Tenten. Se conocían desde hacía cinco años, cuando se mudo al edificio, dispuesto a iniciar una nueva vida.

        -No me quedare en la reunión mas del tiempo necesario – les aseguro mientras besaba a su hija y salía del departamento.

        Se dirigió en su auto  a la elegante casa de su jefe donde se realizaría la reunión, se bajo de su auto y llamo a la puerta, reprendiéndose a sí mismo por sentirse tan nervioso ¿Qué le sucedía? Tan solo era una reunión con sus compañeros de trabajo.

        Cruzo el amplio salón, observando que todos los invitados, los cueles utilizaban sus mejores galas, tratando de causar una buena impresión.

        Sonrió al ver acercarse a Kaito Kobayashi. Era un hombre muy agradable considerado uno de los mejores ejecutivos de Matsumoto y Asociados, la empresa para la que ambos trabajan.

        -Lee, tu aspecto es sensacional- lo alabo después de recorrerlo con una mirada llena de admiración.

        -Kaito…¿Ya llego nuestro invitado de honor?-Pregunto un tanto turbado por el cumplido.

        -Estas deseando que llegue para poder irte cuanto antes, ¿no es así?-eso es algo que no podía negar y su silencio lo confirmaba- Sin duda vendrá, el señor Matsumoto asegura que a los negocios hay que darles un toque personal.

        -Eso explica el éxito de la compañía.

        -¿Has estado haciendo a la tarea?-le comentó su compañero con una sonrisa.

        -Por supuesto –admitió sin titubear. Por algo había llegado al puesto que tenía.

        -Eres tan dedicado, que pronto te convertirás en el primer doncel en llegar a ser socio de la compañía.

        -Lo dudo mucho.

        -¿Acaso estas pensando en renunciar?- pregunto con asombro

        -No, simplemente creo que Takeshi Matsumoto admite que un doncel trabaje como contador en su empresa, pero no que forme parte de los socios.

        -Puedo ofrecerte algo de beber.

        -Si algo bien frio y sin mucho alcohol.

        Al verlo alejarse Lee se sintió tranquilo, y recordó cuando su más pequeña necesidad era satisfecha por el hombre de su vida. Aun recordaba esos días de amor y alegría, cuando su vida parecía tan burbujeante como el más fino champagne.

        Sumido en sus pensamientos, luchaba contra los recuerdos lo que eran tan vividos que parecían reales. Cinco años no habían sido suficientes para borrar su recuerdo. Por el contrario habían ampliado las cualidades de un hombre imposible de olvidar.

La atracción que los unió fue tan intensa y ardiente como el fuego. Con tan solo 19 años Lee no tuvo defensa alguna contra esa enorme química sexual que los envolvió. Después de solo unas semanas de relación, él le regalo un anillo de compromiso y convenció a su madre para permitir que se casaran.

        Durante los primeros meses de matrimonio fueron muy felices, pero todo empezó a deteriorarse cuando este tomo las riendas de la compañia familiar y los negocios de su esposo comenzaron a interferir con su vida privada. Sus encuentros sexuales eran siempre muy ardientes, así que Lee jamás sospecho que hubiera otra persona en la vida de su esposo.

        Sin embargo comenzaron a surgir rumores que relacionaban a su esposo con Sai Oshima, un doncel hijo de un prominente hombre de negocios.

        Guapo, esbelto y sofisticado, Sai era la viva imagen del éxito, un doncel decidido y poderoso, con los ojos puestos en las oportunidades. Y eso incluía a los hombres… sin tomar en cuenta si eran casados.

        El marido de Lee gozaba de una posición económica privilegiada y era uno de los miembros más destacados de la sociedad en Japón. Tal vez por eso los chismes no demoraron en aparecer, tampoco tardaron en surgir discusiones y enfrentamientos que debilitaron su matrimonio, hasta el punto en el que Lee solo quería escapar.

        Durante su trayecto a Tokyo Lee viajo atemorizado por las maquinaciones de su imaginación. Los primeros días en esa gran ciudad vivió siempre en tensión, aterrorizado de que pudieran descubrir su paradero. Y por si fuera poco descubrió que estaba embarazado.

        El primer año de vida de Aiko fue muy difícil para Lee, ya que además de la responsabilidad de su hija continuo estudiando. Logro salir adelante gracias a la guardería infantil y a la ayuda de su amiga Tenten.

        -Lamento la demora- la voz de Kaito lo saco de sus recuerdos- Aquí está tu bebida espero que te agrade- le dijo sonriendo con coquetería.

        Lee acepto la bebida con una ligera sonrisa, murmurando una palabras de agradecimiento y se sintió sumamente aliviado cuando un compañero de la oficina se unió a ellos y la conversación se centro en el trabajo.

        Estaban tan entretenidos en su conversación que no notaron, el cambio en el ambiente, si no hasta que alguien llamo su atención.

        De inmediato reconocieron la importante figura de Takeshi Matsumoto. Y el hombre que lo acompañaba era tan familiar para Lee, que no pudo reprimir la emoción de su corazón. Muchas veces antes se había paralizado al ver a un hombre pelirrojo,  alto y atlético, pero el miedo pasaba cuando se daba cuenta que el parecido era superficial. Sin embargo en esta ocasión estaba completamente seguro de que era él. Tenía que ser fuerte, no podía desmayarse  ya que me sería imposible explicar la causa de esto.

        Con esfuerzo se obligo a respirar profundamente, para mantener la compostura, a pesar de tener los nervios destrozados.

        Gaara no Subaku. El poderoso heredero de uno de los más importantes imperios financieros del mundo. Habían pasado cinco años desde la última vez que lo vio. Cinco años en los que se había esforzado por olvidar el cataclismo que ocasiono en su vida. Sin embargo Gaara todavía tenía el poder de derretirlo de deseo con una sola mirada.

        Lee se preparo para el momento en que lo reconociera, hipnotizado por el impresionante físico del hombre que había acabado con su inocencia.

        Sus facciones eran aun más atractivas de cómo las recordaba. Sus ojos parecían ser capaces de perforar y descubrir mas allá de tus defensas todos tus secretos, parecía imposible poder engañarlo, su hermoso cabello rojo enmarcaba su hermoso y masculino rostro. Y parecía consiente del poder que  emanaba y que lo diferenciaba de los demás mortales.

        Lee tembló odiando la manera en que su cuerpo reaccionaba ante su presencia, pero era incapaz de evitar que su cuerpo se encendiera de deseo con solo tenerlo frente a él. Temía que las personas que lo rodeaban se dieran cuenta de lo que le sucedía.

        Como si un sexto sentido le advirtiera de su presencia se volvió directamente a Lee y sus  miradas se encontraron durante unos segundos. Los cuales parecieron una eternidad.

        Sus hermosos ojos verdes recorrieron cada rincón del cuerpo de Lee, para después continuar contemplando a los demás invitados.

        -El invitado de honor es muy atractivo, ¿no te parece?, apuesto que todas las mujeres y donceles se estarán preguntando si su actuación en el dormitorio es tan buena como la que hace aquí.

        Lo único que deseaba Lee en ese momento era huir lo más pronto posible. De pronto se dio cuenta que el señor Matsumoto presentaba a Gaara con el personal clave de la empresa y la angustia lo invadió. Estaba a punto de gritar cuando su jefe de detuvo frente a él.

        -El es Kaito Kobayashi, uno de mis socios. Y este hermosos doncel es Lee Rock uno de los mejores y más eficientes empleados con los que contamos en la compañía-después de una pausa el señor Matsumoto comento- Gaara no Subaku.

        Ese nombre se mencionaba mucho en el sector financiero y Lee sabía perfectamente que la posición económica de su ex marido se había incrementado extraordinariamente desde que este tomo a su cargo la dirección de su imperio financiero, Lee se preguntaba si Sai Oshima aun seguía compartiendo su cama. La sola idea le causaba un intenso dolor en el corazón, pero se esforzaba en parecer tranquilo.

        Gaara recorrió con sus enigmáticos ojos verdes la bella figura de Lee, posándose por un momento es sus hermosas piernas, para después detener su mirada es sus suaves y rosados labios.

        Tal acción fue peor que si lo hubiera tocado, debido al efecto que ejercía en su cuerpo. El corazón Lee latía descontrolado y se sentía apunto de una crisis nerviosa, ¿Cómo se atrevía su ex esposo a someterlo a tal escrutinio sexual? El no era un objeto decorativo hecho para contemplarse.

        -Joven Rock – saludo él, mirándolo a los ojos, con una forzada sonrisa.

        -Es un gusto- murmuro, inquieto con su proximidad.

        Sin pronunciar otra palabra se alejo para ser presentado al resto del personal.

        ¿Este sería un encuentro fortuito o premeditado? Se preguntaba Lee. Desde que se separo de Gaara, siempre conto con los servicios de un abogado para arreglar cualquier asunto en lo referente a su matrimonio y durante cinco años no tuvieron el más mínimo contacto.

        Parecía increíble que él se apareciera en su camino justo cuando  Lee había admitido que Gaara era su último recurso para poder obtener el dinero que necesitaba para los gastos médicos de Aiko. El poder y la riqueza de su ex marido podía mover montañas y por la salud su amada hija, Lee era capaz de suplicarle de rodillas su ayuda.  

        El deseo de marcharse se incrementaba a cada momento, pero debía quedarme un poco más. Cada minuto parecía interminable y en varias ocasiones sus ojos se dirigían hacia donde él se encontraba charlando con algunos socios de la compañía.  

        Junto a ese impresionante hombre todos los demás parecían insignificantes. La personalidad de Gaara emanaba tanto poder y magnetismo sexual que atraía a todas las personas que lo rodeaban.

        Una vez que se marcho, Lee decidió que era el momento de hacer lo mismo. Después de intercambiar unas cuantas palabras con el Señor Matsumoto y su esposa, salió de la casa y se subió a su auto. Cuando se dirigía a su hogar dio una rápida mirada al reloj, el cual le revelo que solamente eran las nueve y media. Una hora pensó con incredulidad. Le había parecido que la reunión había durado una eternidad.

        -Hola- lo saludo Tenten tan pronto llego a casa- ¿Qué tal te fue?

        “Me encontré al Padre de Aiko”, deseaba contestarle, pero se contuvo y se dedico a describirle la reunión, mientras tomaba café junto a su mejor amiga.

        Una vez que se quedo solo, se dirigió a la habitación de su hija, solo para ver que estaba profundamente dormida, a si que se dirigió a su cuarto. Conciliar el sueño y evitar recordar la imagen de Gaara fue algo imposible esa noche.

 

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* Aiko = Niña del Amor [Ai: Amor + Ko: Niña]/Niña Amada

 

Notas finales:

 Espero me escriban para decirme que les parece la historia.

También me gustaría que me dieran su opinión sobre a quién les gustaría que pusiera como la bruja que molestara a nuestro amado Naruto en mi próxima historia.


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