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Razones por Angel_Chan

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Notas del capitulo:

Pido perdon por el retraso!!! se me hizo dificil las ultimas semanas, con el casamiento de mi tio y todo lo demas... pero aqui esta por fin el primer capitulo...

Espero que les guste.

Gracias a mi Beta Reader: Pleasy Stay

Razones

 

Capítulo 01

 

Se permitiósonreír, apenas una mueca de satisfacción, de alivio. Aún llevaba el traje de Batman, aunque esa noche no saldría a patrullar… por más que el dolor fuera soportable, con tantos calmantes que le había suministrado Leslie; no serían sus heridas las que ese día no le permitieran salir. Pero como era su costumbre, siempre llevaba el traje dentro de la cueva.

Alfred lo había seguido de cerca… Se podía decir que no confiaba en su señor. Pero además, debían de ultimar ciertos puntos en sus repentinas y sorpresivas vacaciones. Y algo más, que no le pasó desapercibido al viejo mayordomo…

—Deduzco, por su ‘increíble felicidad’, que el señor Richard ha aceptado venir… ¿No es así?

Bruce sólo lo observó, fugazmente, antes de volver su atención a la pantalla del ordenador portátil que había bajado con él a la Batcave.

Sí, estaba feliz de que Dick no tuviera reparo en acompañarlos… Además, él era una razón importante en su viaje.

—El señorito Tim se ha comunicado con sus compañeros…— Alfred siguió hablando, fuerte y claro. —… Los Jóvenes Titanes saben que no estará disponible hasta que sus heridas curen bien…; además de que esta semana ni siquiera estará en Ghotam.

—Bien… ¿Y el instituto de Damian, Alfred?...

—Hablé con los directivos, y además de dirigir hacia usted un deseo de que se recupere pronto, me informaron que quizás el señor Damian pudiera llegara necesitar ayuda extra para ponerse al corriente.

Bruce pareció meditarlo tranquilamente. Sabía de antemano que Damian sería un reto para él… Pero si lo trataba como tal empeoraría las cosas. Además, era ya por sabido de que era un chico inteligente, y si eso no resaltaba en sus notas escolares… era por que trataba de llamar su atención.

—Bien… Hablare con él y si esnecesari, le buscaré profesores privados— Bruce creía que su charla con el joven le llevaría buena parte del día… Así que hablaría con él una vez estuvieran en la isla. —¿Algo más, Alfred?… ¿Tienes todo lo necesario?

—Sí, aunque si me permite el atrevimiento… sus gustos en trajes de baño pasaron un poco de moda.

Bruce rió. ¿Era verdad?... Debía serlo;hacia mucho tiempo que no se ponía un traje de baño.

—Está bien así Alfred; ya te dije que no habrá Paparazzis en la isla… No importa si mis bañadores no están en onda.

—Qué raro… Jamás se ha logrado escapar de esos temibles monstruos, más cuando un tabloide dice que ya perdió los tornillos…

—El parte oficial dice que sufro de estrés… por las presiones de la empresa.— Dijo Bruce, descargando algunas informaciones del computador central, con la cual se iría.

—Bien… Pero si le suma a ello que se hizo pública su decisión de irse con sus ‘hijos’…— Alfred hizo una pausa antes de carraspear. —Creo que sea poco probable que logre eludirlos esta vez.

—Sí, la aparición de Damian atrajo muchas miradas, pero se cómo arreglarlo— Contestó, seguro y listo para abandonar la Batcave. Comenzó a quitarse el traje a pesar de las heridas y el dolor.

—No debió ponérselo en un principio, señor.

Bruce no contestó… Tenía algo más en lo que pensar.

—Alfred, prepara algo para comer, tengo hambre.

—Lo siento señor, no puede ingerir alimento hasta después de su próxima ingesta de medicamento. Fue lo que dijo la Doctora Leslie—  Le informó Alfred con un mueca de sonrisa en los labios. —Pero si quiere hacer algo hasta que tengamos que partir, yo le sugiero que haga una revisión rápida, y se asegure que llevan todo lo necesario.

—Sí, Alfred… Lo haré. Pero a cambio quiero que llames y ultimes esa cita.

—¿Esa cita, señor?...— El hombre sonrió de lado. —Veo que está decidido.

Bruce se dejó caer de nueva en la silla frente a la gran pantalla. En parte quería sonreír, aunque fuera de nerviosismo; por otro lado…

—¿Crees que estoy muy loco… por hacerlo?

Alfred negó suavemente, sin perder su presencia característica.

—Señor, eso es algo que no me corresponde decírselo… Sé que muchas veces no congeniamos, pero a fin de cuentas es su vida, y usted es dueño de ella. Y si me permite decirlo… desde que murieron sus padres, los únicos cambios favorables que ha tenido… ha sido con cada uno de esos muchachos. Quizás este sea el últimocambio que necesite su vida.

Bruce no dijo nada, trataba de no olvidar ninguno de los elementos de seguridad de la cueva.

—Sólo espero que ellos lo vean de igual modo, Alfred…— Suspiró, tecleando los últimos códigos. —Espero que no olvides nada: la cueva permanecerá sellada hasta dentro de una semana una vez que salgamos de aquí.

El viejo mayordomorecorrió el lugar rápidamente antes de asentir.

—La tetera de plata está en la sala, los ‘utensilios’ necesarios en la maleta; los trajes en su recamara… ¿El señorito Damian extrañará su videojuego?

Bruce observó el aparato señalado por aquel hombre, y negó lentamente.

—No lo creo… Dick se lo regaló, pensando en que le gustaría, pero jamás lo ha encendido desde que lo tiene…— Sin embargo, Bruce lo tomó, guardándolo en uno de sus bolsillos. —¡Vámonos!

 

2

 

No había sido tan fácil… Era muy repentino, y no podía dar una excusa mejor que la propia verdad. Además, él no era tan malo mintiendo; había visto lo bien que se movía Bruce en el ámbito público… Algo debía haber aprendido. Y por primera vez desde que estaba en Blüdhaven un atisbo de su vida en Ghotam salía a la luz.

Y el rumor prendió como reguero de pólvora.

—¿Así que eres todo un chico afortunado, eh Dick?

—Yo creo que todo lo contrario… Si yo fuera tú, ni siquiera estaría trabajando.

Las risas y las burlas no se hicieron esperar. Claro que no todos los días encuentras a un heredero Wayne trabajando como policía.

Y él que había creído que nada saldría de la oficina de su teniente.

Ignoró los comentarios mal intencionados, sabía que la vida pública de Bruce no era un modelo a seguir, pero eso no les daba el derecho… ¡Ah, quémás daba…!

—Lamento lo de tu tutor.  Espero que mejore su salud.

La voz suave, melodiosa, extremadamente endulzada llegó a él con cierta… Oh, vamos… eran más que claras sus intenciones. Un rumor corre por todo el departamento y dejas de ser un simple hombre para ser El Hijo De…

—Élestá bien, Claire. Sólo es estrés.

La joven policía sonrió, sin verdadero interés acerca de la salud de su padre adoptivo, sólo se estaba mostrando, y eso a Dick le revolvió el estómago.

Se despidió sin dejar que volviera a hablar nuevamente. No quería ser grosero con ella, pero tampoco quería hablar de algo que no era para nada de su incumbencia.

Sí, él era uno de los herederos Wayne… Y si bien las cosas con su tutor y compañero no habían sido del todo excelentes en los últimos años, también tenía que darse cuenta que le hacía falta madurar para reconocer que Bruce había actuado como un verdadero padre con él. Por otra parte, no le molestaba tener que trabajar. Y se sentiría asfixiado e incómodo en las empresas Wayne; amén que Bruce jamás lo había mencionado, ni él tampoco. Lo único que se le dificultaba eran los últimos turnos, y luego de allí salir a patrullar… Era muy agotador tener dos ‘empleos’.

Tal vez, lo que le haya resultado más difícil de vivir en Blüdhaven era que extrañaba  Ghotam. Se había criado en ella desde los ocho años, y si Batman era su figura paterna, la oscura ciudad de Ghotam se había convertido ahora en su madre. Después de todo ella lo había visto nacer como Robin, para luego convertirse en todo un hombre bajo el nombre de Nightwing.

Sí, eso era lo que a él más le dolía: la lejanía. Aunque tampoco podía irse y dejar a Blüdhaven sin ningún justiciero, ni siquiera momentáneamente.

Pensó en llamar desde su departamento, mientras veía como llenar su valija. No había muchas personas a las que les pediría algo tan importante como eso…

—Suerte campeón, tráenossouvenirs…

Ese fue el últimocomentario ‘jocoso’ que oyó al salir de la estación.Subió a su moto sin importarle las risas, sonriendo casi de manera mecánica para luego acelerar rumbo a su casa.

No dejaba de creer que todo aquello era realmente raro, pues tenía que admitir que las únicas veces que había salido con Bruce de alguna manera siempre habían sido simulaciones de misiones a campo abierto y entrenamientos por el estilo. Claro que eso no significaba que no las había disfrutado, a esa edad todo le parecía fascinante.

Y por ello, esa salida era infinitamente distinta a todo aquello, por lo menos lo que Bruce le había hecho imaginar. Aunque claro: si surgieraalgún problema en esas pequeñas vacaciones familiares… él estaría allí para actuar de mediador entre Tim y Damian.

Tal vez y sólo tal vez. Ellos eran los únicos que podrían empañar aquel intento de descanso familiar. Sus peleas eran muchas y muy frecuentes si Bruce estaba en medio. Ambos peleaban por lo que ellos creían lo más importante en este mundo: un lugar a su lado como el mejor compañero de Batman. Damian necesitaba a su padre, ese que nunca tuvo; y Tim, en su afán por ser el mejor detective…, no dejaría que nadie lo superase, muchos menos un niño déspota y creído.

—¿Hola?...— Dick sonrió, y él que hablaba del Rey de Roma.

«¿Aún estas ahí?... El avión saldrá pronto, Dick… ¡Vamos!»

Sintió ganas de reír, la voz del otro lado de teléfono sonó realmente ansiosa.

—Tim, dudo que Bruce se vaya y me deje… Además, si tú me dejas acabar de empacar, llegare allí enseguida…

«Ok, lo siento… Bruce mandó un auto a recogerte; ya debe estar allí…»

Dick negó lentamente, acercándose a la ventana de su habitación, y allí estaba la gran limousine negra, esperándolo.

—Sí, allí está. Ahora, si me dejas acabar…

«Oye… ¿Debo llevar mi traje, no?»

Dick lo pensó unos instantes, pues… estarían lejos de Ghotam en una isla privada, pero nunca sabían si necesitarían intervenir en algo.

—Yo llevo el mío, Tim…

«Oh, es que Bruce dijo…»

—¿Qué?

«Bueno, tal vez sólo estaba riñendo con Damian… Olvídalo, te espero»

—Ok, nos vemos en un rato.

Tim colgó el teléfono, dejando a Dick con una interrogante. ¿Qué le había dicho Bruce?

 

3

Era increíble lo que dolía su cuerpo, jamás había sentido tanto dolor en su vida, osería el hecho de que, al no poder distraer su mente en algún caso, tenía mucho tiempo para repasar sus heridas. Y tan sólo eran un par de costillas rotas. Aflojó las vendas y entreabrió su camisa, tratando de que todo aquello lo ayudara a poder respirar mejor.

Recorrió el pasillo, en busca de las habitaciones de sus jóvenes hijos.

—¿Damian, acabaste ya de empacar?...— Entró al cuarto del joven creyendo que aún tendría que lidiar con su carácter rebelde. Pero para su sorpresa, todo estaba en su lugar y listo para marchar. Las dos maletas estaban hechas y ya dispuestas a un lado de la puerta.

No escapóٕ de su apreciación la mirada de superioridad del pequeño Robin. Aúnasídecidió revisar por sí mismo el interior de la maleta. Y allí estaba… aquello que le había dicho que no llevara. La reprimenda fue suave, quizás tanto que a él mismo le sorprendió.

—Sin trajes, Damian.

Siguió hacia la habitación de Tim, luego de asegurarse que esa vez Damian sí había cumplido con lo dicho por él.

Entró en el cuarto luego de unos suaves golpes en la madera, viendo que Damian lo había alcanzado en el pasillo y ahora estaba a su lado, para entrar junto a él al cuarto de Red Robin. No se le escapó la semi-sonrisa de Damian al ver el desorden del cual era presa la cama de Tim.

El pequeño Wayne sonrió con superioridad, mientras que Tim se concentraba en ignorarlo. Su brazo aún le dolía mucho, y se le dificultaba mucho hacer movimientos con él, aunque nada más fuera para doblar su ropa.

—Debiste decir que necesitabas ayuda, Tim…— Bruce se acercó a él, ayudándole con la ropa. —Déjame que yo acabo.

Tim intentó disuadir a Bruce diciendole que todo estaba bien, que él podía hacerlo solo, así le llevara un poco más de tiempo, pero no pudo evitar que lo hiciera. Damian que aún lo seguía viendo, al principio se sintió asqueado con la imagen: su padre ayudando a Drake… sólo porque este era un completo inútil para todo, pero luego todo eso lo enojómás. Odiaba a Tim, de eso estaba seguro, pero en esos momentos… lo odiaba másaún.

Aunque algo de su sonrisa volvió cuando oyó a su padre decir:

—Creí haber dado una orden Tim…— Bruce fijó su mirada en los ojos celestes. —No lo necesitarás, créeme.

Y tal y como se lo había hecho a Damian, Bruce se aseguró de que dejara su traje de Red Robin.

—Si tú lo dices…— No sabía si sentirse aliviado o no, de no tener que llevar su traje a ese viaje; estaba acostumbrado a siempre llevarlo con él. Claro que siempre que había salido del país había sido por alguna misión. Y no podía negar que muchas veces se había sentido desnudo sin el.

—Bien, si ya estamos listos, vamos a esperar a Dick a la cocina…

—¿Eh… Grayson también viene?— Damian chasqueó su lengua en señal de desaprobación y molestia.

—Así es, Richard también vendrá. Después de todo, él también forma parte de esta familia.

Damian ya no dijo más nada, caminaba detrás de Bruce, pero por el tono de su voz podía darse cuenta de que no aceptaría un comentario más al respecto. Tim sólo ignoró la conversación, él obviamente  no tenía ningún tipo de inconveniente en que Dick los acompañara… Incluso lo estaba esperando con ansias para hacer de ese viaje uno realmente divertido; para él, Dick si era como su hermano mayor, todo un modelo a seguir.

Llegaron a la cocina justo cuando Alfred sacaba de la gran nevera una bandeja repleta de bocadillos.

—Espero que los señores tengan hambre, pues no me gustaría dejar nada perecedero allí dentro por una semana…

—¿Tú también empacaste, Alfie?

—Claro, señor Timothy… Si no quién cuidará de ustedes.

Tim sonrió, debía estar agradecido, como tantas otras veces, de que aquel hombre haya estado para atenderlo rápidamente, por más que él creyera que su herida no era más grave que las de Bruce. Claro que la doctora Leslie le había dejado bien en claro que debía agradecer a los conocimientos de Alfred o de seguro habría perdido su brazo izquierdo, con suerte.

—¿Cómo?... Pensé que para eso me habían llamado a mí.

Dick arrojó su bolso apenas estuvo de pie en la cocina.

—¡Dick!

—Grayson…

—Buenas tardes, señor Richard…— Alfred saludó con una sonrisa afable en el rostro. —Espero que tenga todo listo para partir.

—Claro Al, relájate… Es apenas una semana, y estaremos en la playa todo el día. ¿No es así, Tim?

Dick retribuyó el abrazo de Tim, teniendo cuidado con su brazo firmemente vendado. A pesar de las muecas de hastío y asco de Damian, también le sonrió a este con cariño. Pero Bruce no había abierto la boca en aquel momento, tan sólo se lo quedó mirando, y  Dick supo leer en aquellos ojos azules su cuestionamiento.

—Sí, está todo listo… Red Arrow se encargará de ella mientras estoy fuera.

Bruce asintió complacido, mientras observaba los bocadillos de la bandeja, viendo si algo de allí le gustaba. Volvió a la realidad de la cocina cuando Tim comenzó a reírse sin reparo… Dick parecía querer estamparle el bolso en la cara a su pequeño hermano menor.

Sonrió cuando se dio cuenta de que Damian tampoco había entendido u oído bien, y ahora intentaba hilar algo en los murmuración de Tim, y los intento de Dick de hacerlo callar. Algo que al parecer Alfred si había llegado a escuchar, y por lo mismo sonreía para sus adentros.

—Roy es un buen compañero, ¿no, Dick?... Si no de que otra forma se encargaría de cuidar tu ciudad…

Tim volvió a arremeter, y Dick estaba vez sí le alcanzó a golpear en la cabeza antes de que lo evitara.

—Ah… ¿Era eso?

Todos en la cocina voltearon a ver a Bruce, incluso Dick, que esperaba más un regaño por parte de Batman que algo como esa simple frase. ¿Qué quería decir con eso?

—Yo creo…— Comenzó a decir. —… que Roy es más que un buen compañero… Si Dick  tiene la confianza de dejarle su ciudad a cargo… para nosotros ese tipo de decisiones sólo pueden crear lazos.

Sin mutar sus expresiones, todos los que estaban allí con Bruce siguieron observándolo. Aunque este parecía más absorto en el pan de salvado de su sándwich, que de las caras a su alrededor.

—¿Te… encuentras bien, Bruce?

Batman lo miró de lado, apenas dibujando una semi-sonrisa en las comisuras de sus labios.

—Espero que hayas dejado tu traje en casa Dick… En este viaje ninguno lo llevará.

Bruce cambió totalmente el hilo de la conversación, y Dick no pudo más que buscar las miradas de sus compañeros más jóvenes para encontrar la respuesta que no quería encontrar. Sus ojos azules se entrecerraron, asimilando la información recibida… Bufó y gruñó, con mal gusto, pero en menos tiempo que los más jóvenes, sus traje estaba fuera de su bolso, sobre la mesa de la cocina.

—Sí, tú lo dices… Sabes que confio en tí, Bruce.

Alfred, que se había acercado a él para disponer del traje y ponerlo a resguardo mientras ellos estaban fuera, no pudo evitar la mueca que surcó sus labios al mirar el interior de lo que el joven Dick llamaba ‘bolso de viaje’.

—¿Eso es a lo que usted llama ordenar, joven Richard?

Al… Agradece que la ropa ‘en su mayoría’está limpia… Además hice lo que pude, con el poco tiempo de acción que me brindó mi Padre, aquí presente…

—Pues ya deberías estar acostumbrado…— Bruce sonrió. Muy raras veces Dick le llamaba papá; pero aunque sabía que ahora lo hacíamás seguido por el único hecho de molestar a Damian, no dejaba de ser algo realmente reconfortante.

—Sólo espero que no te equivoques…

—Rara vez lo hago— Acabó con su sándwich de un bocado antes de pararse. —Bien, ya que todos estamos listos. Alfred comunícate con el piloto, y dile que prepare todo, que ya vamos en camino.

Alfred asintió y salió de la cocina. Cada uno de los chicos tomó algo más de la bandeja, así como una lata de gaseosa, antes de dirigirse a la limousine. Dick iba muy pegado a Bruce y se concentró en alcanzarlo.

—¿Duele?...— Preguntó al verlo llevarse una mano hacia sus costillas. Bruce sólo siguió caminando, por lo que Dick tuvo que cambiar de pregunta. —¿Hay alguna razónespecifica por la cual nos hayas hecho dejar los trajes?

Bruce lo observó unos instantes, antes de contestarle muy a su manera: a la manera Batman.

—Sí. Uno: porque no los necesitarán. Dos: porque dije que estas serían vacaciones… Y tres: porque sería muy raro que TODOS los justicieros de Ghotam estuvieran en una isla privada, donde descansa el millonario Bruce Wayne con sus hijos…

Sí, Bruce siempre tenía una razón para hacer algo, y en esos momentos Dick se sentía un idiota por preguntar algo tan fácil de entender a simple vista. Por suerte el hombre no le dió la menor importancia al hecho y continuó caminando hacia donde los esperaba la gran limousine que los llevaría a la pista privada, propiedad de las Empresas Wayne.

Y como hasta que no estuvieran en el avión, tanto Bruce como Dick sabían que los paparazzis los seguirían para saber cuál era el destino de sus vacaciones, Bruce jugaría todo el tiempo a ser aquel ególatra y estúpido niño rico que siempre había aparentado ser. Algo que Dick estaba dispuesto a aprovechar un poco.

Al llegar al auto, dejó subir a Tim, quien quedó junto a la ventanilla del automóvil; luego a Bruce, que consiguió sentarse de manera incomoda dentro del mismo; pero con Damian… Dick se apresuró a sentarse antes, quedando los tres juntos, de manera en que el único espacio para el más pequeño de los Wayne era en frente de ellos. Alfred negó con cansancio a las sonrisas de complicidad que hasta su señor compartía, pero tampoco podía decirles ni reclamarles mucho… No con el comportamiento que Damian estaba acostumbrado a demostrar frente a ellos.

Cerró los ojos por unos instantes, deseando el poder quedarse en Ghotam, pues su vasta experiencia le decía que esas vacaciones serían lasmás agotadoras y difíciles de su vida.

 

Continuará.


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