Solo se oían gritos dentro de las paredes cremosas de una habitación pequeña, gritos desbordantes, perdidos de ira, completamente descontrolados en frenesís de rosas marchitas
- ¡Vas a seguirla! ¿Crees que me paso el día intentando darte celos??- el castaño bajista observaba con rabia la mirada cruzada de su pareja
- ¿Crees que me divierte ver cómo te pasas el día insinuándole a todo el que pasa?- afirmo el pelinegro, acercándose salvajemente al cuerpo del mas bajo
- ¿Insinuando? ¿Eso crees que hago? ¡NO LO PUEDO CREER! Sabes que solo hago eso sobre un escenario abajo soy solo una persona común y soy incapaz de insinuarme a alguien y lo sabes, me extraña que si…- fue cortado con brusquedad, pero se alejo de él lo más rápido que pudo
- TAKASHI! NO TE HAGAS EL SONSO o preferís que te nombre el listado de personas que pasaron sobre…tu cuerpo?- sentencio el pelinegro, sintiendo como su respiración expiraba
- Siempre decís lo mismo…- la voz de Saga se quebró pero se recompuso, observando la ventana de soslayo, evitando su mirada fría, cruda- si tanto te molesta mi historial, porque es siempre lo mismo, dejemos esto acá, estoy cansado de soportar estas estúpidas peleas por tus celos innecesarios, sin sentido- afirmo, mirando a la nada
- ¡Y yo estoy cansado de que no comprendas mis razones, no te celo sin razón! No lo hago, pero detesto que cada sonrisa, cada caricia sean para todos menos para mí! Que tiene ellos que…
- ¿PERDON?- pregunto con una rabia incontenible instalada en sus ojos oscuros- sos vos el que me prohíbe tocarte, sos vos el que me prohíbe que te demuestre lo que siento, sos…
- ¡SI es verdad! Pero que no me lo hagas a mí, no significa que se lo regales a los demás, estoy cansado de eso, odio como permitís todo eso, no te sentís- no pudo seguir, el pelinegro, sentía que lo todo se estaba llendo demasiado lejos
- ¿Qué ASCO?, ¿QUE ME SIENTA SUCIO?, eso crees?, a nadie, a NADIE me escuchas, amo como te amo a vos, a nadie, si hago lo que hago, simplemente lo hago, soy así, lo siento, me conociste así y no cambiare porque celes hasta la cámara porque me enfoca, me tiene muy cansado todo esto, pero si crees que lo hago para celarte es mentira-miraba firmemente los ojos fervientes de su pareja, con decisión- y lo que hago no tiene nada de amor, o pretendes que te enseñe mas de todo el amor que siento, cuanto más debo demostrártelo?, cuanto dime Shinji…- calmo su voz, aunque pretendiera llorar, no lo haría, tenía mucho orgullo, y jamás se demostraría quebrado frente a él, menos en una pelea
Un silencio se acaparo, cubriéndolo a los dos, las palabras del menor había repercutido en el pelinegro guitarrista, es cierto que lo había conocido así, que se había enamorado del Saga que se mostraba en revistas y escenarios, pero también conocía a Takashi, la contra de ese personaje sensual que solía ser Saga, Takashi era la contracara, era real, lo conoció sumiso, miedoso, y extraño frente a sus ojos. Mas allá de las parejas que había tenido, era cierto que le había confesado que ninguno lo amo, todos querían a Saga, y solo Tora podía comprender que Takashi Sakamoto no era Saga, que este era la persona más común del mundo, y por lo mismo la mas apegada a una realidad, y no a la fantasía que ofrecía frente a una cámara. Todo pareció pasar frente a sus ojos. Tan rápido como certero, lastimándolo, es que el pelinegro lo celaba, por que odiaba a Saga, lo odiaba, ese ser libertino, y ese miedo de que algo de él, ronde por dentro de su pareja lo lastimaba, y si en verdad no lo amaba y solo estaba con él para quitarse el tiempo, esa inseguridad lo volvían miedoso, peleador, y lastimaba de sobremanera al castaño bajista.
- Ahora te callas, porque no mejor nos tomamos un tiempo, que aclares todo lo…- los labios del menor sorpresivamente fueron callados por los del guitarra, quitándole el aire en segundos magistrales
Sus bocas se volvieron una sola, confundiendo sus alientos, acariciándose suavemente con las lenguas, que chocaban entre medio de sus labios, un beso intenso, pasional, cargado de una mecha encendida, tan cándida y furtiva como era en realidad ese amor que se tenían.
Sus respiraciones chocantes volvieron a inundarlos, se miraron fijamente, reincorporándose
- Perdona Takashi, soy un celoso sin sentido
- Tan fácil es decir perdón, total viviremos peleando y tu solo dirás…- volvió a besarlo con parsimonia recorriendo su boca con lentitud, acallando las palabras del menor, el castaño consideraba que aquellos besos eran frescos, relajantes, y que aquella bronca se esfumaba, el moreno sabia como convencerlo.
El beso se volvió más intenso, y las manos del mayor recorrían la tersa piel del rostro de el castaño, sintiendo como aquel dulce contacto lo volvía loco.
- Te recuerdo…- dijo el moreno mientras consumía el cuello de Saga dulcemente- que eres mío, y siempre lo serás-
- Siempre- dijo entregado el menor ante el suave respirar- márcame, Shinji márcame- pidió el castaño, mirándolo a los ojos
El moreno como tantas veces mordió el cuello, dejándole una huella intacta en el mismo lugar de siempre, deleitándose del perfume de su amante, consumiendo su piel
- Chicos tenemos que salir a…Gomen- afirmo el líder de la banda- pensé que estaban los demás
- Jajaja, pues no Nao, solo estamos los dos- exclamo el moreno, agarrándose de la pared, para no caer y perder el equilibrio, mientras Saga colocaba sus manos en la cintura de este.
- Ah Perdonen en serio, no sabía que estaban…- no sabía cómo seguir, estaba sonrojado a más no poder, siempre los cargaba de bromas porque eran pareja, pero nunca los había visto así.
- No estábamos haciendo nada mal pensado- agrego el castaño- y deja de ponerte de tantos colores me mareas- afirmo, para luego tomar al mayor y abrazarse a él.
- ¡Tarado! Solo pensé que estaban haciendo sus cosas, igual ustedes bien saben que eso no se puede- dijo el líder seriamente- pero de mi boca no saldrá- les guiño un ojo
- ¿Y a que venias? Que nos cortaste- dijo el moreno guitarrista sonriendo, haciendo que Nao mas se sonrojara y que Saga le pegara suavemente los pectorales
- Me olvide-
Los tres estallaron a carcajadas, del miedo el líder una vez más se olvidaba de las palabras, Saga se sentía paz escuchando los latidos del corazón del mayor, mientras que este solo se sentía feliz de tenerlo entre sus brazos. Eran felices, más allá de las peleas, siempre juntos.