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Black Swordsman por Blodet

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Notas del capitulo:

Yo lose no tengo perdón.

Debería estar continuando otro pero mejor me puse a escribir uno nuevo...

No pude evitarlo, realmente la inspiración de algo nuevo llegó de la nada y tenía que hacer algo al respecto con una historia tan bella y oscura. Les aseguro que no se arrepentiran, de hecho, de cierta manera decidi innovar en algunos aspectos. Lo descubriran conforme avanze la historia, espero que no me odien por eso.

Apenas es una pequeña introducción de la historia, hechos que se necesitan saber para entender lo que sigue.

 

Sin mas entretenimiento les dejo mi nueva historia dedicada a mi querida GREEN que fue la causante de todo esto (:

Últimamente lo he estado recordando.

 

Han pasado 10 años desde que le otorgue mi corazón a aquel demonio de piel tan blanca como la luna.

 

 

Siempre he vivido en el mismo lugar. Y conforme pasan los años parece no cambiar, como si el tiempo no existiera para aquellas montañas llenas de frondosos y verdes árboles; en cambio uno que es humano va creciendo, ganando experiencias, creando cicatrices por el arduo trabajo, envejeciendo con el pasó del tiempo.

 

Sin embargo, hubo una época donde creí que todo había llegado a su fin. Las invasiones se encontraban cada vez mas cerca incendiándolo todo, apropiándose de cualquier tierra sin importar cuanta sangre fuera derramada. Pronto le tocaría a nuestra aldea pintarse de rojo y bailar al ritmo de las llamas; las advertencias estaban dadas, no habría rehenes. La gente fuerte se preparaba para defender aquello que tanto aman.

 

Pero ¿Un niño de 5 años que puede hacer para proteger a su familia, a su pueblo?

 

Ese periodo de mi infancia fue muy negro. Nadie vivía tranquilo, siempre se encontraban alertar esperando lo peor. Fue en esos días cuando un extraño llegó a nuestra aldea, dándole inicio a todo.

 

Nadie lo vio llegar, tan sólo un día apareció descansando en los bordes del puente de piedra que permitía el acceso a nuestra aldea, sentado sin hacer nada, creando dudas, sospechas, miedo. La gente no se atrevía a hablarle se encontraban demasiado hipocondriacas por toda la situación, así que decidieron ignorarlo. Recuerdo a mi madre diciéndome que era mejor no traer mas problemas, de seguro aquel forastero se iría así como llegó.

 

Paso un día.

 

Pasaron dos días y no había señal de que aquel forastero quisiera marcharse.

 

Pasaron tres días.

 

Pasaron cuatro días.

 

Para el quinto día la gente estaba mas que alarmada, aunque seriamente no entendía porque. Él no estaba haciendo nada malo, claro solamente era un niño y supongo yo no entendía completamente la situación o tal ves tan solo había despertado mí curiosidad. ¿Cuando comía? ¿Dormía? ¿No se le entumían las pierdas por estar tanto tiempo sentado? ¿Cómo era su rostro?

 

Todo el tiempo que estuvo ahí no dejaba ver para nada su cara, tal vez por eso los aldeanos estaban tan temerosos, no sabían nada de él. Un enorme sombrero negro hacía sombra y tapaban sus ojos así como una bufanda del mismo color obstruía la otra mitad de su cara de la nariz al mentón. De hecho, no se podía ver el color de su piel, todo su cuerpo estaba cubierto. Su cabello tampoco se lograba ver, el sombrero y la bufanda lo aprisionaban demasiado bien dejando ver solamente algunos mechones negros que escapaban de éstos. Portaba una gabardina de cuero algo desgastada, con pantalones entallados en un par de botas y guantes en las manos. Eso era todo lo que mis ojos podían distinguir.

 

Pasada la semana, en la noche observándolo atreves de la ventana antes de irme a dormir, vi claramente como sacaba una de esas pipas largas de uno de sus bolsillo. Fue tanta mi sorpresa y curiosidad que lo mire atentamente, no era mucho la distancia entre el puente de la aldea y mi hogar, así que pude notar claramente como bajaba aquella bufanda que ocultaba parte de su rostro para poder llevarse aquel objeto a la boca y prenderlo adecuadamente. Era una completa maravilla ante mis ojos, al momento de echar el humo por su boca hacía la cabeza ligeramente hacía atrás dándole un toque de elegancia a su sencilla acción y aún mas importante dejando ver aquella piel que a la luz de la luna poseía un ligero tono azul.

 

Quede hipnotizado.

 

Él noto mi mirada.

 

Mi corazón casi abandona mi pequeño pecho cuando aquel forastero volteo hacía la dirección en la que yo me hallaba. Quede petrificado aún cuando no podía ver sus ojos. ¿Cómo pudo saber para donde voltear o fue acaso sólo coincidencia? Las preguntas quedaron en el olvido cuando aquel sujeto evocó una suave sonrisa, apenas mostrando sus dientes, y me indicó con un gesto de su mano libre que fuera a donde él se encontraba.

 

¿Qué hacer? Mi madre me había dicho que no me acercara, el miedo y la curiosidad estaban presentes sin contar que la noche hace aun mas escalofriantes las cosas. Él pareció escuchar mi pequeño debate mental, porque claramente vi sus labios decir “No temas.”

 

Decide ir.

 

− Está si que será una gran hazaña para un niño de mi edad. – pensé mientras me calzaba mis zapatos y me dejaba puesto el largo camisón gris que llevaba para dormir. Trate de hacer el menor ruido posible, no quería despertar a mi madre y levantar sospechas.

 

Cuando salí completamente de mi casa lo vi como lo había dejado en la ventana, seguía fumando aquella pipa larga para después sacar el humo por su boca. Me acerque cautelosamente hasta que estuve a unos cuantos pasos del puente alumbrado por la luna. Me detuve y admiré completamente su rostro, era hermoso. Sus rasgos eran finos pero claramente se veía que era hombre.

 

− ¿Te gustaría oír una historia? – habló sin voltearme a ver. Su voz era fuerte pero tranquila.

 

No pude responder nada, estaba demasiado anonadado, así que él habló.

 

− Toma asiento. – realmente tenía una voz amable, así que hice lo que me dijo. Tomé lugar alado suyo a una distancia prudente ni tan cerca ni tan lejos. Así que sólo me dedique a admirarlo a él y a su voz mientras me contaba aquella historia.

 

“Hace tiempo cuando la tierra era mas joven que ahora, existían dos razas superiores que la habitaban.

El humano era una de ellas.

El hombre vivía en paz junto con la otra raza, sin embargo no sabía nada de ella así que decidió inventar una manera para poder comunicarse entre ellos y aprender.

Así la escritura fue inventada.

Las dos razas compartieron sabiduría, vivencias. Plasmaron todo lo que sabían en libros para guardar aquel conocimiento.

Los libros se convirtieron en símbolos de poder. Tan importantes se volvieron que reírse o hablar fueron considerados costumbres moralmente inaceptables.

Todo empezó a entrar en caos en el mundo humano. Así que decidieron tomar acciones.

Culparon a los otros por su situación, los llamaron “demonios.” Aunque el humano era el único culpable, no se había dado el tiempo de conocerlos de verdad. Poseía su conocimiento pero no sabia realmente nada de ellos, de aquellos “demonios” tan parecidos a ellos pero a la vez tan diferentes.

Los amenazaron, los cazaron, los confinaron a vivir en los bosques.

Los humanos vivirían en las aldeas y los demonios en los bosques, mientras todos respetaran eso no habría razón de pelear.

En la era siguiente todos los libros de esa época fueron quemados.

Y todo fue olvidado conforme el tiempo avanzaba.

Ahora sólo algunos de esos demonios viven en los oscuros bosques que han sido invadidos lentamente por los humanos. Intercambiando favores por libros de aquella era.”

 

 

El sol saliente me despertó.

 

Me encontraba recostado sobre la barda del puente cubierto por lo que parecía la bufanda de aquel forastero.

No supe en que momento me había quedado dormido ni mucho menos cuando él se había marchado. Me pare presuroso volteando a todos lados pero no había rastro alguno de su presencia tan sólo me había dejado aquella historia que en su momento creí estúpida a pesar de mi edad y aquella bufanda, mas larga y ancha de lo normal.

 

Me puse a llorar. No pude decirle nada, ni siquiera pude saber su nombre. Mi madre tenía razón así como llegó se marchó.

 

Seque mis lágrimas de camino a casa, todo parecía ir bien, mi madre seguía en un profundo sueño. Trate de dormir envuelto en aquella bufanda pero a pesar de mi corta edad había demasiadas preguntas en mi cabeza y sin querer las lagrimas seguían brotando de mis ojos. Aquel forastero había despertado algo en mi.

 

 

Jamás volví a verlo.

 

 

El pueblo parecía feliz ante su desaparición yo era el único con una cara triste. Sin embargo, casi como si nos hubiera dado buena suerte tuvimos un periodo de completa paz, las invasiones no llegaron a nuestros territorios. Pudimos vivir cinco gloriosos años sin preocupaciones.

 

Todos lo olvidaron después de ese periodo. Yo no. Es lo único que recuerdo a esa edad, mi fugaz encuentro con el misterioso forastero y su historia. Y por supuesto, todas aquellas dudas que me genero siguen estando ahí.

 

¿Cuál era su propósito en nuestra aldea o sólo andaba de paso?

 

¿Su presencia ahuyento a los invasores?

 

¿Porqué me contó aquella historia? ¿Porqué solo a mi? O mas bien fui el único que quiso escucharlo.

 

¿Era acaso él un demonio?

 

 

 

 

 

Pasaron cinco años antes de que retomara aquellas palabras que me dijo esa noche de luna llena.

 

 

¿Realmente quería que siguiéramos con vida?

Notas finales:

BIEN BIEN 

Vamos bien a mi parecer. Y diganme...que les parecio? Alguna duda, comentario, queja?? Todo es bien resivido en un hermosisimo review.

Blodet up and go!!! 


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